viernes, 31 de diciembre de 2010

Sigma Orionis y STF 761 - Sistemas múltiples en Orion

Debido a las limitaciones que sufro desde mi lugar de observación habitual por culpa de la contaminación lumínica (que lamentablemente en vez de remitir, cada día es más acusada), soy bastante aficionado a observar estrellas dobles. Y de entre todas ellas, Sigma Orionis se encuentra dentro de mi ranking personal de estrellas dobles más bonitas del cielo.

Mi relación con este sistema empezó de manera casual la noche del 12 de enero del 2007. Después de estar un buen rato disfrutando con mi SC de 127mm de la Nebulosa del Esquimal (NGC 2392), dirigí mi telescopio hacia la Nebulosa Cabeza de Caballo (IC 434) en Orion (En esa época, bendita inocencia, todavía tenía la esperanza de observarla con mi telescopio de 127mm...) y después de darme cuenta que no había ni rastro de la nebulosa, hice un barrido de la zona a lo largo de medio grado desde el lugar donde debería encontrarse la Cabeza de Caballo y descubrí un grupito de estrellas que me dejó fascinado... y que no tenía ni idea de su identificación.

Durante esa época todavía no había empezado a realizar observaciones de manera sistemática, pero me atrajo tanto la vista que hice un pequeño croquis en el ordenador...

... para más tarde comprobar con el Starry Night, que ese grupo de estrellas tan peculiar no era otra cosa que Sigma Orionis. Grupo de estrellas que pertenece -Al igual que las tres estrellas del Cinturón de Orion, entre otras- a la Asociación Estelar Orion OB1.

Con esto ya quedé satisfecho, pero desde entonces, siempre que he tenido ocasión he vuelto a dirigir mi telescopio a este grupo estelar. La ficha de arriba corresponde a una observación un poco más planificada que realicé el 4 de febrero de 2008 a partir de los datos que extraje del libro de Sissy Haas “Double Stars for Small Telescopes” y en la que, ante mi sorpresa, comprobé que en mi primera observación, me había pasado por alto una de las cuatro estrellas que se pueden observar de Sigma Orionis.

Sigma Orionis aparece como STF 762 en el catálogo de estrellas dobles de Struve, se encuentra a unos 1.150 años luz de distancia y es un sistema compuesto por cinco componentes.

En el WDS encontramos los siguientes datos:

05387-0236 STF 762 AB,C AP: 239º / Sep: 10.9” / Mag. 3.73 - 8.79
05387-0236 STF 762 AB,D AP: 85º / Sep: 12.1” / Mag. 3.73 - 6.56
05387-0236 STF 762 AB,E AP: 62º / Sep: 42.2” / Mag. 3.73 - 6.34

La estrella principal (A) es una gigante azul de tipo espectral O. Su compañera más cercana (B) se encuentra separada por tan sólo 0,3”, lo que hace imposible su separación para nuestros telescopios de aficionado y es de tipo espectral B. Separadas por unas 90 UA (Unidades Astronómicas), su periodo orbital es de 170 años y constituyen una de las dobles visuales más masivas que se conocen.

Las componentes D y E son las dos más brillantes que acompañan a AB, y presentan ambas una clase espectral del tipo B.

La componente C es la que podemos ver más próxima a AB, y es una estrella blanca del tipo A.

No quiero ni imaginar el espectáculo que resultaría observar desde un planeta que orbitase alrededor de la estrella principal.

Pero volvamos a nuestro pequeño mundo azul. La noche del 26 de diciembre de 2010, observando con mi SC de 235mm, con unos cielos oscuros envidiables, y una no tan envidiable temperatura de 1º C, decidí apuntar por primera vez a Sigma Orionis con esta buena abertura telescópica y dibujar lo que veía. Este fue el resultado:

Después de un rato probando diferentes oculares decidí hacer el dibujo utilizando el Nagler de 16mm que me ofrece unos confortables 146x, aunque conviene decir que no hace falta forzar aumentos para disfrutar del conjunto, y cuanto más campo, mejor.

La estrella principal de Sigma Orionis la veo de un bonito color blanco. La C (arriba de la principal) es un tímido puntito azul marino, mientras que D y E las veo también blanquecinas, pero con cierta tonalidad azul celeste. Una verdadera delicadeza de tonos cromáticos.

Pero el espectáculo no acaba aquí. Justo al lado de Sigma Orionis brillan tres estrellas blancuzcas que forman un peculiar triángulo. Es otro sistema estelar que está catalogado como STF 761. El WDS da estos datos:

05386-0233 STF 761 AB AP: 203º / Sep: 66.7” / Mag. 7.86 - 8.39
05386-0233 STF 761 AC AP: 209º / Sep: 71.4” / Mag: 7.86 - 8.55
05386-0233 STF 761 AD AP: 309º / Sep: 32.6” / Mag: 7.86 - ?

De anteriores observaciones ya conocía la existencia del trío estelar de magnitudes parejas que forman A, B y C. Sin embargo, desconocía de la existencia de la componente D, que ni había llegado ni tan siquiera intuir antes de esta noche.

Con los 235mm de abertura y el cielo con una prácticamente inexistente contaminación lumínica he dibujado las estrellitas más débiles que podía apreciar, y después de comparar el resultado con algunas fuentes que he encontrado en internet, veo que sí he podido observar esta cuarta componente, que no es otra que la que aparece en el dibujo a la derecha de la principal de STF 761. Calculo que debe rondar la 12ª magnitud.

Esta fotografía la hice el 2 de enero de 2011 con la cámara DBK a foco primario del SC de 127mm:

En conclusión: Sigma Orionis es uno de los sistemas estelares múltiples más bonitos que pueden observarse en el cielo, con el añadido estético de su vecina STF 761. Un espectáculo que no debemos perdernos si estamos observando por la zona de Orion. Puede resultar el objeto ideal a observar mientras empezamos nuestra sesión y todavía estamos habituando nuestra vista a la oscuridad.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

M108 - Galaxia en Ursa Major

M108 es una galaxia espiral situada en la constelación de Ursa Major que se encuentra a unos 46 millones de años luz de distancia.

En oculares que ofrecen gran campo puede verse junto a otro objeto Messier muy atractivo: la Nebulosa de la Lechuza (M97). De hecho Pierre Mechain descubrió la galaxia el 19 de febrero de 1791, justo tres días después que la nebulosa planetaria. Aunque para sacarles el máximo partido a ambos objetos es mejor centrarse en cada uno de ellos de manera independiente.

Anteriormente había intentado observar esta galaxia con mi SC de 127mm desde mi lugar habitual de observación, y lamentablemente, en ninguna de estas ocasiones había tenido suerte con ella. Ni tan siquiera pude llegar a intuirla.

Con estos tristes antecedentes, la noche del 26 de diciembre de 2010, aprovechando los cielos oscuros de los que disfrutaba y el SC de 235mm, quise probar a ver si mi suerte mejoraba. El único inconveniente era que la constelación de Ursa Major no se encontraba muy elevada en el horizonte, condicionante que me habrá impedido sacarle todo el jugo posible... supongo.

El caso es que dirijo el telescopio hacia M108 y en un primer momento, no veo nada de nada.

Empiezo a pensar que me encuentro ante otro de los objetos Messier malditos para mi... pero no me doy por vencido tan fácilmente. Voy adaptando la vista a la oscuridad, voy mirando de reojo y voy moviendo ligeramente el tubo... hasta que finalmente logro ver una manchita muy ténue, alargada y extensa, pero sin distinguir ningún tipo de detalle.

Según he podido leer, esta galaxia se caracteriza por presentar varias zonas oscuras que motean su superficie. Sinceramente, esta noche no pude distinguirlas, y me dejo anotado volver a ella en otra ocasión en la que se encuentre en una posición más favorable.

Este es el dibujo que hice con el SC de 235mm y el ocular Hyperion de 31mm:

Como digo, no he podido ver las zonas oscuras, sin embargo lo que sí que me ha llamado la atención ha sido una estrellita superpuesta a la galaxia que se encuentra justo en su centro. Una vista curiosa. Al igual que cinco estrellitas que aparecen en la parte superior izquierda del dibujo que se asemejan a una mini-cassiopeia.

En conclusión, como es habitual con las galaxias, M108 se une al grupo de objetos que necesitan cielos oscuros y condiciones favorables para su observación. De todas maneras, no creo que haya problema con ella con el SC de 127mm siempre y cuando la contaminación lumínica no sea dueña de la noche.

martes, 28 de diciembre de 2010

NGC2215 - Cúmulo abierto en Monoceros

NGC 2215 es un ténue cúmulo abierto descubierto por W. Herschel en 1785 que podemos encontrar en la constelación de Monoceros.

Este cúmulo está formado por estrellas débiles (la más brillante ronda la magnitud 10ª), por lo que precisa cielos negros y abertura generosa para poder distinguirlo en todo su “esplendor”. Mis condiciones de observación esta noche: cielos oscuros y mi telescopio SC de 235mm, así que me animo a observarlo.

Este es el dibujo que hice a 75,81x con mi Baader Hyperion Aspheric de 31mm:

Es curiosa la sensación que me ha producido observar este cúmulo. En principio no esperaba más recompensa que el simple hecho de encontrarlo, sin embargo, después de un rato observándolo me he sorprendido diciéndome: “Pues me gusta mucho”.

Intentaré explicar el porqué de esta sensación.

NGC 2215 es un cúmulo que se expande por una porción bastante respetable de cielo (8’). Sus componentes, de brillo bastante uniforme, presentan una formación compacta, bien diferenciada del resto de estrellas que aparecen en el campo del ocular, dando una cierta sensación de estar observando una forma redondeada integrada por delicados puntitos de luz.

A la vez, a la derecha del dibujo destaca una brillante estrella blanca que sirve de contraste al cúmulo de estrellas azuladas.

Supongo que en cielos con cierta contaminación lumínica y con telescopios de menor abertura, NGC 2215 representará un verdadero reto. Y en el caso que pueda observarse, lo más probable es que cause una profunda decepción. Sin embargo, con unas condiciones de observación favorables, es un cúmulo que merece la pena ser visitado.

Por cierto, también está catalogado como Collinder 90 y Melotte 45.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Stock 10 - Cúmulo abierto en Auriga

Este mes de diciembre, por unas cosas u otras, no he podido dedicar todo el tiempo que me hubiera gustado a la observación astronómica. Y precisamente por esto, la noche del 26 de diciembre de 2010, a pesar de los 0º C de mínima que alcanzamos en mi pueblo, no pude resistirme a sacar la “liviana” montura CGEM con el tubo de 235mm a la terraza y aprovechar durante unas horas un cielo verdaderamente negro, sin Luna y con un seeing de 3/5 (Siendo 5 = óptimo).

Buenas condiciones para la observación de otro cúmulo abierto perteneciente al catálogo Stock. Más concretamente el catalogado como Stock 10.

Sus coordenadas son las siguientes:

AR: 05h 39m
Dec: +37º 56’

Y este es el dibujo que hice a 75,81x con mi Baader Hyperion Aspheric de 31mm:

Stock 10 es un fantástico cúmulo abierto situado en la constelación de Auriga. Su gran extensión (25’) unido a que sus estrellas más brillantes van de la 7ª a la 9ª magnitud hacen de Stock 10 un cúmulo ideal para pequeños telescopios y cielos con moderada contaminación lumínica.

Por mi parte, haciendo gala de un marcado espíritu de contradicción, lo observé desde un cielo oscuro y con un telescopio de 235mm de abertura... cosa que me permitió disfrutar de la quincena de estrellas más brillantes y de un buen número de componentes más débiles. Una verdadera maravilla.

El campo estelar que me aparece cuando pongo el ojo en el ocular es muy rico, y en un primer vistazo destacan las dos estrellas de la parte inferior derecha del dibujo. La más interesante de las dos es TYC2910-862-1 (la de debajo de todo), ya que se trata de una estrella doble. Está catalogada como STT 112, y constituye un verdadero reto para telescopios de gran abertura. En el Washington Double Star Catalog aparecen los siguientes datos:

05399+3757 - STT 112 AP: 50, Sep: 0.9”, Magnitudes: 7.92 / 8.21

Por mi parte, no fui capaz de desdoblarla. El seeing de la noche no acompañaba especialmente, y a la que subía de los 235x las estrellas ofrecían el mismo aspecto que yo cuando me levanto por las mañanas... Lo dejo para otra ocasión.

La otra estrella a la que hacía referencia al principio, se trata de HIP26632, que con una magnitud de 6,9 es la estrella más brillante del cúmulo. Su clase espectral es A1 V, ofreciendo un bonito y sereno color blanco-azulado. Como el resto de componentes de Stock 10.

La disposición de las estrellas de este cúmulo abierto me sugieren en su conjunto una media luna, sin embargo, si de asterismos hablamos, sin duda el que gana mayor protagonismo es el rectángulo que aparece en la zona central del dibujo, formado por cuatro estrellas que rondan la 9ª magnitud, tres de ellas, y la 10ª, la cuarta en discordia.

No he dibujado todas las estrellitas más débiles que podía observar (la mano me temblaba demasiado por el frío), pero creo que la visión de conjunto es bastante cercana a lo que se puede esperar de este bonito cúmulo abierto formado por estrellas blancas, azuladas, metálicas...

Y después de disfrutar de Stock 10, me vi en la obligación de dirigir el telescopio a los cúmulos abiertos estrella de la constelación de Auriga: M36, M37 y M38. Me quedé sin palabras, especialmente con M37. Un verdadero hormiguero de estrellas. Lástima que el frío no permitiera que me animase a plasmarlo en el papel. M37 me maravilló observándolo con el SC de 127mm, pero visto desde un cielo oscuro y con una abertura de 235mm, es de aquellos objetos que dejan un recuerdo imborrable en la memoria.

Es lo que más me gusta de la astronomía... nunca deja de sorprenderme.

domingo, 12 de diciembre de 2010

NGC2261 - La Nebulosa Variable de Hubble en Monoceros

A principios de este 2010 leí en el libro “Guía de Campo de las Constelaciones” de Pedro Arranz (ISBN: 84-95495-40-6) acerca de la existencia de una curiosa nebulosa en la constelación de Monoceros: NGC2261, también conocida como la Nebulosa Variable de Hubble.

La mayoría de fuentes que consulté le asignaban una magnitud aproximada de 10, por lo que no tenía demasiadas esperanzas de ser capaz de observarla con mi SC de 127mm. En enero lo intenté sin éxito y me olvidé de ella hasta la fría noche del 10 de diciembre de 2010 en la que decidí volver a intentarlo.

En 1783 William Herschel descubrió NGC 2261, una nebulosa situada a unos 2.500 años luz de distancia que varía tanto en luminosidad como en la forma con la que la percibimos.

Se trata de una nebulosa de categoría mixta, es decir, una nebulosa en parte de emisión, en parte de reflexión. Lo que significa que podemos verla gracias a la luz que desprende por sí misma y a la luz que refleja procedente de una estrella cercana. En este caso, la estrella en cuestión se trata de R Monocerotis.

La peculiaridad de R Mon es que es variable, tal como descubrió en 1861 el director del Observatorio de Atenas J. F. Julius Schmidt, y su variabilidad afecta a la percepción que tenemos de la nebulosa. R Monocerotis, según la carta de observación que ofrece la AAVSO varía de forma irregular entre la magnitud 11 y la 13, aunque otras fuentes amplían el abanico desde la 9,5 a la 13 (S. J. O’Meara).

Entre 1900 y 1916 Edwin Hubble estudió en profundidad NGC2261 y descubrió que la nebulosa cambiaba de brillo y de forma de manera relativamente rápida. Estas variaciones pueden durar unas pocas semanas o varios meses, independientemente del brillo que ofrezca en esos momentos R Monocerotis.

Ahora sabemos que R Mon, con una edad estimada de 300.000 años, es una estrella muy joven que todavía se está formando, y lo más curioso es que lo que podemos ver de ella con nuestros telescopios no es propiamente la estrella (que, por cierto tiene una pequeña compañera), sino una nebulosidad muy compacta que la envuelve y que provoca a su vez, esos cambios de iluminación repentinos en NGC2261.

Como decía al principio, la noche del 10 de diciembre de 2010 monté mi telescopio SC de 127mm y me dispuse a empezar una sesión de observación que constituía un verdadero reto para esta abertura: intentar detectar la Nebulosa Variable de Hubble.

Para ir adaptando la vista a la oscuridad empiezo observando otro objeto fácil y muy atractivo: NGC 2264, el Cúmulo del Árbol de Navidad. Y como siempre que vuelvo a él, no me decepciona en absoluto.

Aquí dejé mis anotaciones realizadas en febrero de 2008:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2010/01/ngc2264-christmas-tree-cluster-en.html

Pero no me entretengo demasiado con él. Estoy impaciente por apuntar hacia la Nebulosa Variable.

Después de los intentos infructuosos de principios de año, esta vez decidí imprimirme una carta estelar de la zona elaborada con el programa “Starry Night”. Mi intención era que con su ayuda, aunque no pudiera ver la nebulosa, por lo menos situar el lugar exacto donde debería estar.

Localizo la zona con 50x y sin pensármelo demasiado, cojo el ocular Nagler de 16mm, que me ofrece el mismo campo de visión que el plössl de 25mm, pero a 78x, adapto mejor la vista, miro de reojo... y sin demasiado esfuerzo soy capaz de detectar una pequeña manchita al lado de la estrella TYC746-1024-1 (mag. 10,4).

Lo primero que me viene a la cabeza es que NGC2261 representa un verdadero reto para pequeños telescopios, pero no es un tarea imposible, como he podido comprobar esta noche con mi SC de 127mm. Al seeing le asigno un 3/5 (Siendo 5= óptimo). No hay Luna, ni una nube en el cielo, un cielo muy transparente y que se ve afectado menos por la contaminación lumínica habitual de la zona. Estamos a 6º C a las once de la noche y los vecinos no parecen muy propensos a disfrutar de sus terrazas y balcones.

Este es el dibujo que he hecho a 78x:

A medida que avanza la noche y la nebulosa se eleva alejándose cada vez más del horizonte, la he podido ver de una forma más clara. Como ejemplo de lo que implica esta mejora es la estrellita USNO J0639240+084526 (mag. 11,8) que forma un triángulo isósceles con la TYC746-1024-1 y NGC2261. Al principio no la veía, más tarde, sí.

El campo estelar se encuentra bastante poblado, aunque no hay ninguna estrella que destaque especialmente. La más brillante es la de la derecha del dibujo, la HIP31744, de magnitud 8,65. Como ya he comentado alguna vez, esto, a la hora de observar objetos difusos es más una ventaja que un inconveniente, ya que la presencia de estrellas excesivamente brillantes puede llegar a dificultar la apreciación de objetos débiles.

De entre todas estas estrellas destaca una tríada que aparece en el centro del dibujo y que puede servir de perfecta referencia para detectar la presencia de la nebulosa.

A 78x NGC2261 se ve con una forma muy etérea que me recuerda un pequeño cono. José Luis Comellas en su “Guía del Firmamento” comenta que la nebulosa tiene forma de “corazón”... una descripción muy acertada a estos aumentos.

Añado el filtro UHC para intentar definir mejor la nebulosa, pero ante mi sorpresa, en vez de definirla mejor... hace que desaparezca. Utilizo el OIII y todavía es peor. No sé si con mayores aberturas el uso de estos filtros servirá de alguna cosa con NGC2261, pero con mi 127mm, esta noche han sido bastante decepcionantes. Mucho mejor sin filtros.

Por el contrario, decido forzar aumentos y para ello utilizo mi Takahashi de 7,5mm que me ofrece unos fantásticos 166,66x. Después de cerrar la boca, que me queda abierta cuando pongo el ojo en el ocular, decido hacer un nuevo dibujo de lo que veo a estos aumentos:

Puedo ver mucho mejor la nebulosa. Más grande y clara. La forma de cono se hace mucho más evidente, y no sólo eso, sino que mirando de reojo puedo ver R Monocerotis. Y me sorprendo de ello, ya que después de leer acerca de esta estrella, se me hace difícil creer que lo que estoy viendo no es propiamente la estrella sino la compacta nebulosidad que la envuelve. Realmente fascinante.

Después de una hora y pico “trabajando” NGC2261... las manos heladas, las puntas de los dedos moradas, la espalda resentida, la vista cansada de tanto forzarla, el cuerpo entumecido... pero con una gran satisfacción, recojo los bártulos y voy a tomarme un café con leche bien calentito con una sonrisa de oreja a oreja y dando gracias que nuestro Sol se encuentre en la etapa evolutiva en la que se encuentra actualmente.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Orion: El Cazador Cazado


El pasado 4 de diciembre de 2010 tenía previsto montar mi telescopio SC de 235mm y echar un vistazo por primera vez con esta abertura a las maravillas que ofrece esta espectacular constelación. Para muchos, la más vistosa del cielo, no en vano ha llegado a conocerse como “La Catedral del Cielo”.

Pero como bien sabe todo astrónomo aficionado, una de las primeras lecciones que se aprenden es que una cosa es lo que planificamos, y la otra, la voluntad de los cielos... literalmente hablando.

También he aprendido últimamente que una cosa es sacar mi SC de 127mm soportado en una montura monobrazo, y la otra es el SC de 235 con su correspondiente montura ecuatorial CGEM. Así que antes de montar todo el equipo, me asomé a la terraza para comprobar cómo se presentaba la noche. Decepcionado vi que las nubes se estaban apoderando del cielo. Tan sólo quedaba libre la zona de Orion... pero tal como estaba el panorama, libre por poco tiempo.

No quise que la noche quedara completamente en blanco, así que rápidamente monté mi cámara Nikon D70S e inmortalicé lo que me dio por llamar “El Cazador Cazado”. En la mitología, Orion cayó por la picadura de un escorpión, el día cuatro de diciembre lo hizo bajo un manto de nubes... Por suerte, las estrellas siempre están ahí, esperando mejores cielos...

domingo, 21 de noviembre de 2010

Rima Hyginus y Rimae Triesnecker

Uno de los accidentes más impresionantes que podemos observar en la Luna son las grietas (Rimae, Rima en singular). Por lo general, su origen puede ser debido a antiguos canales de lava (las más curvadas y sinuosas) o a fallas en el terreno (las más rectilíneas).

En la séptima noche después de Luna Nueva, en Cuarto Creciente, podemos disfrutar de la zona lunar más atractiva y asequible en cuanto a grietas se refiere: la zona de Rima Aridaeus, con la que me centré el 30 de mayo de 2009; Rima Hyginus y Rimae Triesnecker. Éstas dos últimas fueron las estrellas de la noche del 13 de noviembre de 2010.

Este es el dibujo que hice:

Después de hacer un primer boceto con el lápiz, me dispuse a observar con tranquilidad el espectáculo que se estaba mostrando ante mi.

Lo primero que me llamó la atención es lo clara que se mostraba la Rima Hyginus, en la vertical del centro de mi dibujo. Esta grieta se extiende a lo largo de unos 220 km presentando una anchura media de 4 km. Aproximadamente a medio camino se encuentra el cráter que le da nombre, Hyginus. No es demasiado espectacular, ya que presenta un diámetro de tan sólo 10,6 km.y unas paredes de 770m de altitud, sin embargo, su situación, en medio de la grieta, es realmente llamativa. Como curiosidad, comentar que algunas teorías sostienen que el cráter Hyginus es de los pocos cráteres lunares que tienen un origen volcánico.

Con telescopios de buena abertura se puede apreciar que una zona de la rima se encuentra formada por un alineamiento de cratercillos. Intenté fijarme para comprobar si era capaz de apreciarlos, pero con mi SC de 127mm no fui capaz... por lo menos esta noche.

Cerca del final de la Rima Hyginus, en la parte inferior izquierda del dibujo, se puede apreciar el inicio de la Rima Aridaeus. Pero esta noche prefiero centrarme en las grietas que presenta a su alrededor el cráter Triesnecker.

Cerca del terminador lunar Triesnecker sólo se ve iluminado en las zonas altas de sus paredes. Su fondo mantiene una tétrica oscuridad. Lo más llamativo es la larga y accidentada sombra que proyecta. Sencillamente espectacular.Su diámetro es de 26 km. y su altura es de 2.800m, y de él emanan una serie de grietas que me resultan más complicadas de observar que no la Rima Hyginus. Tal vez “complicadas” no sea la palabra, ya que se aprecian perfectamente después de unos momentos de observación. Es impresionante las delicadas ramificaciones que se aprecian. La grieta más visible ofrece tan sólo unos 3 km. de ancho de media. Son estrechas, pero muy profundas. Tanto que la luz del Sol no es capaz de penetrar completamente en ellas.

Estas grietas son fruto del hundimiento de galerías subterráneas por las que circulaba la lava que formó Sinus Medii, una pequeña bahía que todavía se esconde en la oscuridad de la noche.

Aparte de las grietas, me detengo unos instantes en la zona situada entre Rima Hyginus y el cráter Manilius. Es una formación (¿Cordillera?) muy peculiar. Oscura, como una mancha en forma de cascada en medio del Mare Vaporum. No he sido capaz de descubrir si recibe un nombre específico, como mucho presenta varios cratercillos relacionados a Hyginus (E, W, N, G...). Me anoto volver a ella con un telescopio de mayor abertura en cuanto tenga la ocasión.

La zona oscura en forma “triangular”, en los dominios del todavía escondido cráter Ukert, arriba a la derecha del dibujo, también ofrece una buena nota de “color”.

Para acabar con esta agradable noche de observación monté la cámara DBK en el telescopio y saqué las siguientes fotos testimoniales.

Ésta, con la barlow de 2x, muestra el detalle de la zona de Rima Hyginus y Rimae Triesnecker que plasmé en mi dibujo:

Y a continuación dejo esta otra, más general en la que aparece también Rima Aridaeus, en la que he rotulado los accidentes más llamativos:

En conclusión, una zona lunar asequible a todo tipo de telescopios que, aparte de su atractivo estético, nos ilustra una interesante lección de geología lunar.

martes, 16 de noviembre de 2010

NGC 1647 - Cúmulo abierto en Taurus

Después de disfrutar con unos prismáticos de los cúmulos abiertos de las Híades y de las Pleiades, podemos coger el telescopio y visitar otro cúmulo abierto de la constelación de Taurus: NGC 1647. En nada comparable a los otros dos, sin embargo, desde unos cielos relativamente oscuros, ofrece un sensacional espectáculo.

NGC 1647 se encuentra situado a unos 1.700 años luz de distancia, tiene una edad de 190 millones de años, siendo, aproximadamente 400 millones de años más joven que las Híades. Fue descubierto por William Herschel el 15 de febrero de 1784.

La noche del 6 de noviembre de 2010 tuve ocasión de dirigir mi telescopio hacia este interesante cúmulo. Este es el dibujo que hice con mi SC de 127mm a 40,32x:

Es necesario aprovechar una noche oscura para poder sacarle todo el partido a NGC 1647, ya que se encuentra formado por un buen número de estrellas que brillan con unas magnitudes entre la 8ª y la 12ª. Yo no he podido exprimirlo del todo, pero no puedo quejarme con el resultado.

En la parte inferior izquierda del dibujo aparecen dos estrellas anaranjadas que si sufrimos de cierta contaminación lumínica, van a robar todo el protagonismo al cúmulo. Son la HIP22176, con magnitud 5,96 y clase espectral K4 III, que además es una binaria espectroscópica... y la HIP22161, más débil (mg. 7,46) y de clase espectral K0. Para estar un buen rato disfrutando de sus marcados colores.

Pero no debemos dejarnos hipnotizar por el atractivo cromático de estas dos estrellas y tenemos que fijarnos justo a su lado como, a medida que adaptamos la vista a la oscuridad, van apareciendo más y mas estrellas. Estrellas que constituyen nuestro principal objetivo, que no es otro que el cúmulo abierto NGC1647.

Está formado por un buen número de estrellitas (cuento aproximadamente una treintena), de brillo homogéneo y esparcidas por una generosa superficie celeste. De hecho, me ocupa casi todo el campo de mi Hyperion Aspheric de 31mm (72º), que no es poco...

Dejando aparte la HIP22176 y la HIP 22161, que sinceramente parecen dos intrusas, la mayoría de las estrellas del cúmulo las veo azuladas, a excepción de una bonita doble que se encuentra a la derecha del dibujo y que está formada por las dos estrellas que parecen ser las más brillantes del cúmulo. Se trata de la doble AG 311, con una primaria de magnitud 8,90 y una secundaria de magnitud 9,32; separadas por unos generosos 33” en un ángulo de posición de 112º. Ambas lucen unas tonalidades amarillentas muy atractivas. Un toque de distinción para un cúmulo muy homogéneo.

Investigando un poco he comprobado que AG 311, no es sólo binaria, sino que está considerada triple. Estos son los datos que aparecen en el WDS para las tres componentes:

04459+1911 AG 311AB - AP: 112º / Sep. 33.0” / Mag. 8.90 9.32 / Clase espectral: A0
04459+1911 CTT 8AC - AP: 173º / Sep. 54.3” / Mag. 8.90 9.70

Ya he comentado al principio, que hacen falta cielos oscuros para sacar todo el partido al cúmulo, y, lamentablemente, la humedad que había esta noche en el ambiente y ciertas luces vecinas me han impedido fijarme en la tercera componente (en consecuencia, no aparece en mi dibujo). Una razón más para volver a observar NGC 1647 con más calma cuando tenga unas mejores condiciones de observación.

En definitiva, he pasado un buen rato con este cúmulo abierto... antes que unas nubes que al empezar la noche amenazaban en el horizonte hayan acabado de adueñarse definitivamente del cielo y me hayan obligado a plegar velas.

domingo, 14 de noviembre de 2010

La "X" Lunar - Werner-Blanchinus-La Caille y Purbach

Cuando observo el terminador lunar, es decir, la zona de la Luna que separa la noche del día, a menudo veo puntitos de luz que emergen envueltos todavía por la negra noche lunar, ofreciendo un bonito espectáculo.

Esto es debido a que el Sol empieza a bañar primero con sus rayos las zonas más elevadas del relieve que, por unos momentos, contrastan con la oscuridad que las rodea. Normalmente se trata de pequeños puntos, pequeñas líneas... pero dentro de este fenómeno lumínico encontramos uno realmente llamativo: la “X” Lunar.

Podríamos considerarlo como un “asterismo” lunar, ya que no hablamos de ningún accidente en concreto, sino de un juego de luces y sombras sobre tres cráteres (Blanchinus, La Caille y Purbach). Mientras su fondo permanece a oscuras, las partes elevadas de sus paredes se iluminan presentando una peculiar forma de “X” que emerge de la oscuridad lunar.

Este fenómeno es asequible a todo tipo de telescopios, y hasta a unos simples prismáticos 15x70, pero no se puede considerar que sea fácil de observar. El problema reside en que tan sólo se puede ver la “X” durante un periodo de cuatro horas poco después del cuarto creciente. Se estima que empieza el proceso cuando la posición del Sol respecto a la superficie lunar presenta un ángulo de –1,97º, y finaliza cuando llega, aproximadamente, a los 2º.

Hace tiempo que me anoté en mi larga, larguísima lista de cosas pendientes a observar, esta “X”, y podría decir que he estado planificando la observación durante muchos meses, podría decir que he estado haciendo esfuerzos sobrehumanos para observarla, podría contar mis lamentaciones por los días adecuados cubiertos por nubes... Pero tengo que reconocer que nada de esto ha sucedido.

Lo que realmente ocurrió es que la noche del 13 de noviembre de 2010, cuando subí el telescopio a la terraza, comprobé que el suelo estaba mojado por culpa de la humedad, y que medio cielo estaba tapado por las nubes. Tan sólo la zona de la Luna y de Júpiter estaba relativamente despejada. Así que, quieras que no, no tuve más remedio que apuntar hacia la Luna... y ante mi sorpresa, lo primero que vi con el ocular de 25mm a 50x fue... la esquiva "X".

No lo había planificado, pero eso no me impidió correr a buscar el ordenador y la DBK, acoplar la cámara al SC de 127mm e intentar inmortalizar el momento:

Animado, me atreví a poner la barlow x2, y cruzando los dedos (el Nexstar 5i, la barlow y la DBK son terriblemente exigentes) saqué esta otra:

Como si de la cruz en el mapa del tesoro se tratara, estuve un buen rato admirando el impresionante juego de luces y sombras que se estaba dando ante mis ojos... bueno, ante mi ojo izquierdo, para ser más exactos.

Los cráteres Werner y Aliacensis se muestran como dos pozos negros sin fondo de diámetro similar (el primero 70km por 80km el segundo), mientras las paredes más altas de Blanchinus, La Caille y Purbach emergen majestuosas de la oscuridad ofreciendo la curiosa forma de “X”.

De hecho, la “X” Lunar también es conocida como Purbach X, Blanchinus X, la Cruz Lunar o Werner X. La razón por la que el cráter Werner toma protagonismo en la nomenclatura a pesar de no intervenir de manera directa en la formación de la “X”, se debe a que es el cráter que sirve de referencia a la hora de localizarla momentos antes de que aparezca.

En la siguiente fotografía he añadido los nombres de los cráteres más representativos para situarnos un poco sobre el terreno:

En definitiva, una curiosa observación lunar que podemos disfrutar con cualquier telescopio. Sólo hace falta un poco de planificación y paciencia... o estar en el lugar adecuado en el momento adecuado...

jueves, 11 de noviembre de 2010

Las Híades - Cúmulo abierto en Taurus

Las Hiades, según la mitología griega fueron hijas del titán Atlas y de Etra. Según las fuentes, su número y sus nombres puede variar, pero podríamos considerar que Félise, Corónide, Eudora, Ambrosía, Feo, Polixo y Dione se corresponden a lo que actualmente conocemos como las Hiades.

Una de las leyendas existentes cuenta que las Hiades tenían un hermano, Hiante, que murió devorado por un león. Al conocer la noticia, las desconsoladas hermanas murieron de pesar y Zeus, admirado por su amor fraternal, las convirtió en estrellas.

Otra leyenda cuenta que fueron las encargadas de cuidar de dios Dioniso niño, tarea nada segura al tener en contra a la temible Hera... finalmente Zeus, recompensando sus servicios, acabó convirtiéndolas en estrellas para toda la eternidad...

Nunca me canso de leer estas historias mitológicas, reminiscencias de la época en que nuestros antepasados empezaban a intentar explicar las increíbles maravillas de la bóveda celeste. Por las noches, antes de empezar a observar con mi telescopio siempre me gusta echar un vistazo al cielo a simple vista, reconocer algunas constelaciones e imaginarme cómo se debían sentir los hombres que observaban las estrellas cuando no tenían otra ayuda que sus ojos.

Pero centrémonos un poco. Astronómicamente hablando, las Hiades es el nombre dado a un espectacular cúmulo abierto que podemos encontrar fácilmente en la constelación de Taurus. Cúmulo que es considerado como el más cercano a nuestro Sistema Solar. Se encuentra a “sólo” 151 años luz de distancia y se estima (con gran precisión) que tiene unos 625 millones de años de antigüedad.

En la misma constelación de Taurus, podemos encontrar un cúmulo abierto más conocido y, para qué nos vamos a engañar... más majestuoso y espectacular que las Hiades, que no es otro que el cúmulo de sus hermanastras las Pleiades.

Con esto no quiero decir que no valga la pena observar las Hiades, al contrario, con unos sencillos prismáticos 10x50, es una de las mejores vistas que podemos encontrarnos en el cielo.

Lo que me llamó la atención cuando estaba buscando información sobre el cúmulo abierto de las Hiades es que, a pesar de estar perfectamente relacionado el grupo de estrellas que lo componen con las hijas de Atlas y Etra, ninguna de sus componentes es conocida con el nombre propio de ninguna de las hermanas. Todo lo contrario de lo que sucede con las Pleiades, que a pesar de resultar más complicado a la hora de distinguirlas individualmente a simple vista, todas sus estrellas están “bautizadas” con sus correspondientes nombres.

Tan sólo Aldebarán tiene el honor de llevar nombre propio, y paradójicamente, a pesar de encontrarse en medio del cúmulo de las Hiades y de ser la estrella más destacada de la zona, no pertenece físicamente a él. Aunque no por ello debemos infravalorar la espectacularidad que ofrece esta estrella anaranjada al conjunto.

Aldebarán es una estrella gigante naranja de tipo espectral K5 III que se encuentra situada a 65,1 años luz de distancia (A mitad de camino de la distancia que nos separa de las Hiades). Es una estrella cuyo radio es 44 veces mayor que el de nuestro Sol, por lo que de intercambiar posiciones, Aldebarán se extendería hasta la mitad de la órbita de Mercurio.

Para quien tenga un telescopio potente puede ser interesante intentar observar Aldebarán B. Efectivamente, Aldebarán es un sistema binario, cuyas componentes se encuentran separadas por 133,2” en un ángulo de posición de 31º. Aldebarán, que además es variable, brilla con una magnitud de 0,8, mientras que Aldebaran B lo hace con 11,3. Un aliciente para los que gusten de los retos doblísticos.

Las coordenadas exactas de Aldebarán son:

AR: 04h 35,9m
Dec: +16º 31’

Muchas veces he tenido ocasión de observar las Hiades, pero la noche del 5 de noviembre de 2010 decidí coger los prismáticos 10x50, colocarlos en un trípode fotografíco y dibujar con tranquilidad lo que veía a través de ellos:

Sinceramente, no tienen desperdicio. Lo primero que llama la atención es la forma de “V” con la que se muestran sus componentes más brillantes. A continuación, Aldebarán acapara todo el protagonismo con su espectacular fulgor anaranjado... y finalmente, nos fijamos en el resto de componentes. De entre todas ellas destaca la Theta 1 y la Theta 2 Tauri, las estrellas que se encuentran en el centro del dibujo y que son una excelente pareja para observar y disfrutar con los prismáticos.

Theta 1 y Theta 2 se encuentran separadas por unos generosísimos 336,7”, cosa que permite ser perfectamente asequible a cualquier prismático. Su ángulo de posición es de 348º y sus magnitudes son 3,4 y 3,9, dándoles una apariencia de soles gemelos estéticamente espectacular.
Además, la principal brilla con un bonito color blanco-azulado, mientras que la secundaria lo hace con un potente amarillo.

En la parte superior del dibujo, también destaca una tríada estelar muy vistosa formada por Delta 1 Tauri, Delta 2 Tauri y Delta 3 Tauri... como se puede comprobar, la imaginación de quienes pusieron sus nombres dejó pasar una gran oportunidad de dejar para la posteridad la individualidad de las hijas de Atlas y de Etra...

Sea como sea, la belleza de este cúmulo observado a través de los prismáticos en una fría noche de invierno nos cautivará con toda seguridad.

Para terminar, me gustaría dejar una foto de familia de las hijas de Atlas que tomé el 11 de enero de 2004 cuando hacía poco más de tres meses que había acabado de comprar mi primer telescopio... y los prismáticos y la cámara fotográfica me resultaban de gran ayuda a la hora de empezar a conocer el cielo:


ASOD, 13 de noviembre de 2010: http://www.asod.info/?p=4299

lunes, 8 de noviembre de 2010

STF780 - Preciosa triple en Camelopardalis

La noche del 6 de noviembre de 2010, con un seeing de 3/5 (Siendo 5=Óptimo), el cielo despejado, con humedad y sin Luna estuve observando unas cuantas dobles en la constelación de Camelopardalis. De entre todas ellas, la STF 780 fue la que más me gustó.

Amarilla. Azul marcado. Un puntito etéreo azul oscuro. Impresionante.

Impresionante lo bonita que es. Eso sí, no es fácil, no… Se necesitan cielos oscuros para disfrutar plenamente de todo lo que puede ofrecer esta tríada de estrellas, que es mucho.

A 50x, por lo menos esta noche, veo una estrella sola, triste, en un campo estelar poblado por estrellas muy débiles. Una sola estrella, pero que destaca por encima de las otras.

Pongo directamente los 125x y lo que me aparece en el ocular me deja la boca abierta. La estrella solitaria que veía antes, brillante y con un bonito color amarillo, ahora se ve acompañada íntimamente por otra componente más débil que ofrece un color azul celeste muy cristalino… y si esto no fuera suficiente, a una distancia muy cercana, una tercera componente muy débil, aparece y desaparece por momentos, insinuando un color azul oscuro muy singular.

Una verdadera maravilla.

Al final pongo los 166,66x y decido que estos son los aumentos ideales para disfrutar de esta preciosidad. Si disponemos de cielos oscuros sería un crimen no dedicarle un poco de nuestro tiempo.

Este es el dibujo que hice con el Photoshop:

domingo, 7 de noviembre de 2010

Stock 2 - Cúmulo abierto en Cassiopeia

La noche del 2 de noviembre de 2010 me había planteado como objetivo observar un cúmulo abierto situado en la constelación de Cassiopeia catalogado como Stock 2. Con mis prismáticos 15x70, el trípode fotográfico y unas cartas impresas bajo el brazo apunté hacia el Doble Cúmulo de Perseo. Muy fácil de localizar. Y a partir de él encontré un grupo de estrellas muy peculiar que me dejó convencido de que estaba ante Stock 2.

Me dispuse a dibujar lo que estaba viendo a través de los prismáticos y acabé la noche seguro de haber logrado mi propósito. El caso es que un compañero del foro de la AAH, Jaimeovi, hizo hizo una completa referencia a este cúmulo haciéndome ver que mi observación de lo que yo pensaba era Stock 2, no era el cúmulo en cuestión, si no otro grupo de estrellas. En esta carta elaborada a partir del Stellarium, he marcado el Cúmulo Doble de Perseo, el verdadero Stock 2 y el grupo de estrellas que observé yo.


En el mismo hilo del foro de la AAH, Nachote me hizo ver muy acertadamente que en la parte superior del grupo de estrellas que había estado observando yo, se encuentra un pequeño y débil cúmulo abierto, NGC743, que por su poco brillo no pude ver con los prismáticos, y que no guarda ninguna relación con el  grupo estelar que dibujé. Es lo que más me ha chocado, que dejando de banda la presencia de NGC743, no hay ningún nombre que englobe completamente este curioso asterismo que observé y que me recordó una cadena de "ADN"... pero esto ya lo comentaré mejor en otra entrada.

El caso es que me dejo anotado volver a la zona tan pronto pueda para cazar, esta vez sí, a Stock 2, que se encuentra exactamente en las siguientes coordenadas:

AR: 02h 15m
Dec. +59º 16m


viernes, 5 de noviembre de 2010

NGC752 - Cúmulo abierto en Andromeda

En la constelación de Andromeda, cerca de Almach (Gamma Andromedae) podemos encontrar a NGC752, un cúmulo abierto situado a unos 1.200 años luz de distancia y uno de los más viejos que se conocen. Habitualmente, los cúmulos abiertos ofrecen edades de decenas o cientos de millones de años, sin embargo, NGC752 tiene una antigüedad de más de mil millones de años.

La noche del 27 de octubre de 2010 estrenaba un nuevo ocular que me he comprado para observar campos amplios, el Hyperion Aspheric de 31mm que ofrece un campo aparente de 72º, una verdadera maravilla para lo que estoy acostumbrado.

Este es el dibujo que hice de NGC752 con el Aspheric a 40,32x:

Como se puede comprobar, el círculo que habitualmente utilizo para dibujar lo que veo a través del telescopio se ha visto lamentablemente desbordado por el campo ofrecido por este magnífico ocular... cosa que no deja de ser una buena noticia...

Lo que sí es cierto es que el resto de mis oculares, al lado del Hyperion Aspheric parecen de juguete. Con todo, mi SC de 127mm en su montura monobrazo ha soportado su peso como un jabato. Estrellas puntuales prácticamente en todo el campo del ocular, un campo extenso y a un aumento razonable me hacen sentir muy contento con la adquisición de este ocular. Una muy buena relación calidad-precio.

Pero centrémonos en NGC752. Este cúmulo abierto también es conocido como Caldwell 28, Melotte 12 ó Collinder 23.

Es un cúmulo abierto muy extenso... tan extenso que hasta podría considerarse que es mejor observarlo con prismáticos que no con el telescopio. Se podría decir que la abertura de 127mm de mi SC y los 40x con los que he dibujado el cúmulo serían el límite a la hora de disfrutarlo en toda su extensión.

Si se observa con prismáticos no debemos dejar escapar la oportunidad de observar una doble ideal para binoculares que se encuentra en las cercanías de NGC752: la 56 And, o lo que es lo mismo, según el WDS, la STFA 4. Esta pareja de estrellas brillantes (mag. 5,8 y 6,0), con una generosa separación de 200” y un ángulo de posición de 299º presenta unos bonitos colores anaranjados y rojizos... muy, pero que muy bonita.

Pero volvamos a la observación telescópica. Un gran número de estrellas alrededor de la 8-10 magnitud poblan NGC752. Un brillo bastante regular que proporciona una vista homogénea en toda su extensión.

Con todo, hay una tríada estelar en forma de, casi triángulo isósceles, que aparece a la izquierda de mi dibujo y que incluye la estrella más brillante que me ofrece el campo de visión. Una preciosa estrella de magnitud 7,1 (TYC2816-111-1) con un amarillo muy marcado, casi anaranjado, que según parece, no forma parte física de NGC752.

El resto del cúmulo ofrece un buen número de estrellas emparejadas. Justo al lado de la tríada que comentaba antes, se encuentra una fantástica pareja con una principal amarilla acompañada por una secundaria azulada separadas por 70”... arriba dos brillantes de la 8ª magnitud... a la derecha una pareja de brillo muy similar... supongo que varias de ellas deben estar perfectamente catalogadas, ya que el espectáculo de parejas estelares en este cúmulo es sensacional.

Lo mejor del cúmulo, a parte de estas agrupaciones, es el colorido de sus componentes. Predominan las estrellas amarillas y anaranjadas, alternadas por algunas de color azulado.

Finalmente, destacar cuatro estrellas que brillan alrededor de la magnitud 9ª en la parte inferior del dibujo formando un curioso asterismo trapezoidal.

En defintiva, un cúmulo abierto al que merece la pena dedicar un buen rato de sosegada observación... Tan sólo para hacer el dibujo, he tenido que dedicar media hora de reloj... y me ha quedado la sensación que alguna débil estrellita me ha pasado por alto...

domingo, 31 de octubre de 2010

Stock 23 - Cúmulo abierto en Camelopardalis

Habitualmente cuando planifico mis observaciones de cielo profundo me baso principlamente en objetos del catálogo Messier o del NGC, y tengo que reconocer que todavía tengo bastantes años por delante antes de poder decir que los he observado todos... Sin embargo, existen objetos que no tienen asignado un número en el NGC, ni por supuesto, en el catálogo Messier.

Se podría llegar a pensar que si un objeto no está catalogado en el NGC, es un objeto fuera de nuestras posibilidades de observación. Puede ser, pero también es cierto que nos podemos llevar alguna que otra sorpresa.
Un buen ejemplo de ello es el cúmulo abierto conocido como Stock 23.

Cuando Charles Messier elaboró su catálogo, no pretendía seleccionar una serie de objetos vistosos y espectaculares aptos para la observación telescópica, sino más bien enumerar objetos que pudieran resultarle engañosos a la hora de llevar a cabo su principal tarea, que no era otra que encontrar cometas.

Jürgen Stock (1923-2004) fue un científico alemán con una larga e interesante trayectoria en el campo de la astronomía, y él tampoco tenía intención de elaborar un catálogo de cúmulos abiertos... pero su nombre se asocia a un listado de ellos.

Stock, en uno de sus proyectos de investigación, se dedicó a observar placas fotográficas “buscando áreas con una gran concentración de estrellas, las cuales, de acuerdo a su espectro y magnitudes fotográficas, pudieran estar relacionadas y, en consecuencia, formar un diagrama Hertzsprung-Russell (HR) coherente” (1)

De entre todos los cúmulos que encontró, veinticuatro de ellos no estaban catalogados en ningún listado conocido, así que Stock envió esta relación al Dr. G. Alter, un científico de la antigua Checoslovaquia, que estaba preparando un catálogo de cúmulos abiertos. Finalmente, el Dr. Alter y su equipo los incluyeron en su catálogo bajo la nomenclatura de Stock 1...24.

La noche del 26 de octubre de 2010 soplaba un poco de viento, y valoré el seeing en un 2/5 (Siendo 5= óptimo), pero el cúmulo abierto Stock 23 se puede observar fácilmente sin forzar aumentos, con lo que me atreví a echarle un vistazo con el SC de 127mm. Al final me animé a dibujarlo a 69,44x:


Stock 23 se encuentra a caballo entre las constelaciones de Camelopardalis y Cassiopeia (AR: 03h 16,2m / Dec. +60º 03'), aunque tradicionalmente se le ubica en la primera. Es un cúmulo asequible a todo tipo de telescopios. Es muy vistoso y, lo más importante, aguanta bien cierta contaminación lumínica.

Es un cúmulo extenso, por lo que empiezo a observarlo con 31,25x. A estos aumentos en el campo del ocular ofrece ciertamente una apariencia de cúmulo frente al resto de estrellas que lo acompañan. Una vista de conjunto que aconsejo no dejar pasar.

Con todo, a la hora de dibujarlo prefiero hacerlo a 69,44x. De esta manera puedo apreciar mejor las estrellas más débiles que lo componen. Lo primero que destaca son unas cinco o seis estrellas que brillan con una magnitud entre la 7 y la 8, que son las que nos permiten distinguirlo con cierta contaminación lumínica. Fijándome un poco, van apareciendo el resto de componentes, más débiles, pero perfectamente reconocibles. Seguro que desde un lugar oscuro se puede disfrutar mucho más de él, pero tenemos que convivir con nuestros lugares de observación habituales...

De estas estrellas más brillantes no puedo evitar fijarme especialmente en una bonita doble de estrellas gemelas azuladas catalogada como STF362. Separadas por unos confortables 7,2” y con un ángulo de posición de 142º, brillan con magnitud 8,3 y 8,6. Me parece tan bonita que no puedo evitar pensar que todo el cúmulo “gira” a su alrededor.

En mi dibujo, arriba a la derecha de STF362 brilla una estrella (HIP15217) con magnitud 7,5 que destaca por su color amarillo bien marcado. Y ya en los límites del cúmulo, puedo disfrutar de otra pareja con una separación generosa y unos colores atractivos. Una principal amarillenta con una secundaria azulada... aunque después, compruebo que su espectro es F8 III y F5III, es decir, blancas... cosas del seeing de la noche.

La mayoría de componentes del cúmulo las veo de color blancuzco y azulado, muy desperdigadas, dándome la sensación de encontrarse “partido” por el medio. Sensación que supongo desaparecería observándolo desde un lugar más oscuro.

Para finalizar, comentaré que este cúmulo también es conocido por el nombre de Pazmino’s Cluster, y tiene una historia curiosa.

En el número de marzo de 1978 de la revista Sky & Telescope, en el artículo Deep-Sky Wonders, Walter Scott Houston hacía mención al “descubrimiento” de este cúmulo que no aparecía en ningún catálogo ni carta estelar de la época por parte de un astrónomo aficionado novayorqués, John Pazmino.

Stock había hecho referencia a este cúmulo años antes, llegando a catalogarse como Stock 23 en 1966, pero por caprichos del destino había quedado en el olvido hasta que Pazmino lo “redescubrió”, convirtiéndose desde ese 1978 en el objetivo de observación de muchos astrónomos aficionados.

Independientemente de si lo conocemos como Stock 23 o como Pazmino’s Cluster, observarlo con nuestro telescopio nos va a permitir disfrutar de su serena belleza durante un buen rato.

(1) Fuente: Guy Mackie

jueves, 28 de octubre de 2010

Gamma Delphini (STF 2727) - Doble imprescindible en Delphinus

Gamma Delphini (STF2727) es una de aquellas dobles que deberían aparecer en todos los tratados de astronomía como ejemplo de doble realmente espectacular. Es una genialidad.

La pasada noche del 23 de octubre, con un seeing de 4/5 (Siendo 5=óptimo), despejado, humedad en el ambiente y con Luna brillando al 99,4%, tuve ocasión de volver a visitarla.

Muy brillante, acapara toda la atención en un primer vistazo, pero fijándonos un poco en el campo del ocular, comprobamos que a unos 14’ de distancia, se encuentra otra doble, la STF2725, que aunque más débil, también se aprecia desdoblada a 78x.

Pero me centro en STF2727, que no es difícil. La principal presenta un marcado color amarillo, y la secundaria... la secundaria me deja un poco indeciso. He leído en varios lugares, que muchos observadores ven esta secundaria de color verdoso. Yo, no soy capaz de apreciar esta tonalidad, más bien la veo de un color azul celeste, pero un azul un poco raro... tal vez ¿verdoso?, no me atrevería a decir tanto. Sea como sea, el contraste de colores es muy curioso.

Este es el dibujo que hice con el Photoshop:


Es una doble con muchos atractivos: brillante, separación ideal, bonito contraste de colores y otra doble de regalo en el mismo campo... Imprescindible.

Esta fotografía la tomé hace unos años con el Nexstar 5i de 127mm y la cámara Neximage de Celestron:


STF2725, por su parte, no destacaría por méritos propios, a no ser por el hecho de encontrarse en el mismo campo de visión de una doble tan espectacular como Gamma Delphini. Pero ahí está, acompañándola como si fuera la hermana pequeña de la Gamma.

STF2725 no es muy brillante, aunque presenta unos colores muy delicados y atractivos: amarillento la principal y azulado la secundaria.

También quise inmortalizarla con el Photoshop:

Una vistosa doble/doble que no podemos perdernos.

martes, 26 de octubre de 2010

Zeta y Theta Sge - Dos bonitas dobles en Sagitta

El pasado 19 de octubre de 2010, con un seeing de 4/5 (Siendo 5=óptimo), cierta humedad que poco a poco va calando, despejado y con una Luna brillando al 91%, aproveché para observar unas cuantas estrellas dobles de la pequeña constelación de Sagitta.

De entre todas ellas, dos fueron las que más me gustaron y las que aconsejaría que se observaran si se tiene la oportunidad. Son, concretamente, la Zeta Sge (STF 2585) y la Theta Sge (STF 2637).

Zeta SGE (STF2585)

Muy, pero que muy bonita. Eso sí, hay que tener un poco de paciencia con ella.Localizo la doble a 50x. Un campo rico estelar en el que destaca por encima de todas las estrellas el brillo de Zeta SGE. Presenta un color blancuzco muy potente... y, fijándome mucho, a su lado, se adivina un puntito... pequeño, muy pequeño... tan pequeño que me veo obligado a poner los 78x. Es entonces cuando he pensado que, efectivamente, era una doble muy bonita.

Una principal con fuerza y con una gran presencia. Blanca. Y una secundaria todo lo contrario: delicada, discreta, muy fina y con un azul celeste fantástico.

La separación entre componentes es la ideal para las características de la doble, doble que se ha convertido en la “estrella” de la noche.

Este es el dibujo que hice con el Photoshop:



Theta Sge (STF2637)

Enmarcada en un campo estelar muy peculiar... ya que se encuentra formando una especie de asterismo en forma de “Y” junto a otras estrellas de brillo similar... esta triple se presenta muy asequible y bonita para todo tipo de telescopios.

Ya a 50x se puede disfrutar plenamente de ella , pero prefiero utilizar los 78x y el campo de visión aparente de 82º que me proporciona el ocular Nagler de 16mm. Una vista mucho más cómoda y cercana.

La principal la veo de color blanco muy marcado. La componente B se luce con un azul celeste muy delicado; mientras que la componente C, tal vez un poco demasiado alejada, brilla con más fuerza que B y con un color amarillento con tendencias al blanco...

Una preciosidad de triple con la que se puede estar disfrutando durante un buen rato.

Este es el dibujo que hice con el Photoshop:


Al final, fijándome un poco más en la visión de conjunto, decidí sacar la Nikon D70s, acoplarla al telescopio y sacar una foto de familia:

sábado, 23 de octubre de 2010

NGC 1502 - Cúmulo abierto en Camelopardalis

En el año 1995 se estrenó una película de la que guardo un buen recuerdo. Una agradable comedia titulada: “El inglés que subió una colina pero bajó una montaña” (“The englishman who went up a hill but came down a mountain”), dirigida por Christopher Monger y protagonizada por Hugh Grant. Pues bien, a mi el pasado 15 de octubre me ocurrió lo mismo, pero astronómicamente hablando: Fui a observar un cúmulo abierto y al final me encontré con un sistema estelar múltiple.

Pero vayamos por partes. Después de observar el bonito asterismo de la Cascada de Kemble con mis prismáticos Celestron SkyMaster 15x70, pude comprobar que para ver en su plenitud el cúmulo abierto NGC1502, en el cual “desemboca” la cascada de estrellas del asterismo, necesitaba utilizar el telescopio. Así que monté mi SC de 127mm y con el ocular Nagler de 16mm (78,13x) apunté al cúmulo y estuve un buen rato disfrutando de un panorama realmente espectacular.

Este es el dibujo que hice:

NGC1502 es un cúmulo abierto descubierto por William Herschel en 1787 en la constelación de Camelopardalis y que se encuentra situado a unos 2.650 años luz de distancia.

Donde primero se me va la vista es hacia el centro del cúmulo y empiezo a darme cuenta que me voy adentrando en el “reino” de las estrellas dobles, más que en los dominios de los cúmulos abiertos. Como decía, en el centro del cúmulo destaca una pareja de soles dorados gemelos, que brillan alrededor de la magnitud 7ª. Su cómoda separación de 18” permite disfrutar de ellos con telescopios de cualquier abertura. Esta pareja fue catalogada en 1830 por Wilhem Struve como la STF485.

Mi sorpresa va en aumento cuando consulto el catálogo del WDS y compruebo que existen 28 mediciones para las dobles de la zona de NGC1502:

04078+6220 ES 2603AB AP: 256º - Sep: 6.5” – Mag. 6.91 / 12.9
04078+6220 STF 485AC AP: 0º - Sep: 11.0” – Mag. 6.91 / 10.39
04078+6220 STF 485AD AP: 132º - Sep: 14.4” – Mag. 6.91 / 14.1
04078+6220 STF 485AE AP: 305º - Sep: 17.9” – Mag. 6.91 / 6.94
04078+6220 STF 485AF AP: 320º - Sep: 36.3” – Mag. 6.91 / 12.2
04078+6220 STF 484AG AP: 261º - Sep: 60.1” – Mag. 6.91 / 9.63
04078+6220 STF 484AH AP: 257º - Sep: 57.1” – Mag. 6.91 / 10.5
04078+6220 STF 484AI AP: 279º - Sep: 69.6” – Mag. 6.91 / 9.81
04078+6220 STF 485AL AP: 71º - Sep: 98.4” – Mag. 6.91 / 10.4
04078+6220 HZG 2AN AP: 206º - Sep: 116.2” – Mag. 6.91 / 9.62
04078+6220 STF 485AO AP: 78º - Sep: 138.8” – Mag. 6.91 / 9.40
04078+6220 WSI 20AQ AP: 325º - Sep: 45.6” – Mag. 6.91 / 13.2
04078+6220 CHR 209Ea,Eb AP: 296º - Sep: 0.1” – Mag. 6.94 / -
04078+6220 STF 485EC AP: 87º - Sep: 14.6” – Mag. 6.94 / 11.7
04078+6220 STF 485EF AP: 334º - Sep: 19.6” – Mag. 6.94 / 11.9
04078+6220 STF 485EG AP: 246º - Sep: 49.0” – Mag. 6.94 / 9.63
04078+6220 STF 484EH AP: 240º - Sep: 47.2” – Mag. 6.94 / 10.5
04078+6220 STF 484EI AP: 271º - Sep: 54.1” – Mag. 6.94 / 9.81
04078+6220 WSI 20EQ AP: 336º - Sep: 29.4” – Mag. 6.9 / 13.2
04078+6220 WSI 20FQ AP: 342º - Sep: 9.8” – Mag. 12.2 / 13.2
04078+6220 STF 484GH AP: 132º - Sep: 5.6” – Mag. 9.63 / 10.5
04078+6220 STF 484GI AP: 336º - Sep: 22.7” – Mag. 9.63 / 9.81
04078+6220 STF 484HI AP: 331º - Sep: 27.4” – Mag. 10.5 / 9.81
04078+6220 HZG 2IJ AP: 156º - Sep: 60.4” – Mag. 9.81 / 12.0
04078+6220 HZG 2JK AP: 343º - Sep: 8.8” – Mag. 12.0 / 13.3
04078+6220 HLM 3LM AP: 216º - Sep: 5.4” – Mag. 10.4 / 11.4
04078+6220 HZG 2LO AP: 93º - Sep: 42.4” – Mag. 10.4 / 9.40
04078+6220 HZG 2OP AP: 229º - Sep: 17.3" - Mag. 9.40 / -

Las dejo aquí listadas por si algún valiente se atreve a irlas identificando mientras observa por el telescopio. Yo no me he atrevido a tanto, tan sólo he marcado, ayudado por el magnífico trabajo de Edgardo Rubén Masa, las componentes que fui capaz de observar en visual:

Y posteriormente, en la fotografía que saqué con la Nikon D70s a foco primario del SC de 127mm:

Pero STF 485 no sólo es preciosa como doble, no sólo está enmarcada en un sensacional cúmulo abierto, no sólo tiene referenciadas un gran número de mediciones... sino que sus componentes A y E son, asímismo, dobles espectroscópicas... y la componente A, también está catalogada como variable con el nombre de SZ Camelopardalis. Es una variable eclipsante tipo Algol que oscila entre la magnitud 7,0 y la 7,3 cada 2,69854 días.

Y yo que me pensaba que iba a observar un “simple” cúmulo abierto...

Después de esta avalancha de datos y esfuerzos de identificación, decidí volver a la observación visual tranquila y sosegada del cúmulo. Como comentaba al principio, lo que más destaca es STF485 en el centro. Pero una vez vas adaptando la vista, compruebas que alrededor de estas brillantes estrellas van apareciendo un gran número de estrellitas más débiles, estrellitas que rodean con reverencia a la doble y que se asemejan a un mullido cojín donde reposa.

Cuento una veintena de componentes que brillan alrededor de las magnitudes 9-10, por lo que es aconsejable disfrutar de cielos razonablemente oscuros para su observación.

En el dibujo, arriba de STF485 se encuentra STF484, una estrella triple que si no fuera porque tiene robado todo el protagonismo por STF485, sería un sistema de ineludible contemplación. Tanto la componente principal (G) como la secundaria más brillante (I), ofrecen una tonalidad azulada muy atractiva.

Stephen James O’Meara, en su libro “Hidden Treasures”, al hablar de estas dos parejas comenta que parecen una versión en miniatura del famoso Trapecio de M42 en la constelación de Orion.

También en el dibujo, debajo de STF485 distingo otra tríada estelar muy bonita. Un poco más complicada, pero muy bonita. Los brillos de sus componentes son más desiguales que en la anterior, sin embargo, también es muy atractiva.

Y continuando con las parejas... fuera del cúmulo, en la parte superior, se aprecia una doble que no he sido capaz de identificar de manera 100% certera, pero ello no quita que la haya podido disfrutar. Una principal dorada acompañada por una secundaria azulada separada unos 16” y con un AP de 206º.

En conclusión, un cúmulo no demasiado extenso, pero inconfundible en el campo del ocular a 78x. Con cuatro componentes brillantes (STF484-STF485) acompañadas por una veintena de estrellas más débiles y con el atractivo añadido de formar parte del impresionante asterismo que representa la Cascada de Kemble.

lunes, 18 de octubre de 2010

Kemble's Cascade (Kemble 1) - Asterismo en Camelopardalis

Había tenido ocasión de observar con el telescopio el asterismo de la Cascada de Kemble hace unos años mientras intentaba observar el cúmulo abierto NGC 1502, y enseguida me di cuenta que era un objeto más adecuado para prismáticos que no para el telescopio. Desde entonces tuve la intención de volver a él con mis Sky Master Celestron de 15x70 y dibujarlo. Hace unos días, David hizo un comentario en la entrada correspondiente a Cr399 y me aconsejó este asterismo, con lo que me planteé que ya iba siendo hora de ponerse manos a la obra.

Este asterismo se dio a conocer en diciembre de 1980. Walter Scott Houston, el autor del artículo “Deep-Sky Wonders” publicado en la revista Sky & Telescope, mencionó este grupo de estrellas a raiz de los comentarios y dibujos que le hizo llegar su descubridor: el Fraile franciscano Lucian J. Kemble.

Kemble escribió: “A beautiful cascade of faint stars tumbling from the Northeast down to the open cluster NGC1502” (“Una hermosa cascada de estrellas débiles cayendo desde el noreste hasta el cúmulo abierto NGC1502”) e incluyó un dibujo, que también se publicó en el artículo... Un gran dibujo. Muy detallado. Y muy meritorio, ya que lo hizo a partir de lo que veía a través de sus prismáticos 7x35. No deja de ser también una muestra de lo importante que son los cielos oscuros. Mi dibujo lo hice con mis 15x70, y no veía ni la mitad de estrellas que incluyó Kemble en el suyo.

La Cascada de Kemble, también conocida como Kemble 1, se encuentra en las siguientes coordenadas:

AR: 03h 57,4m
Dec: +63º 04’

Para localizar el asterismo me ayudé de la siguiente carta que me preparé el día anterior a la observación:

A simple vista localicé las constelaciones de Cassiopeia y de Auriga. Ya situado me centré en Segin, la estrella más débil de la W (o la M) de Cassiopeia; y en Capella, inconfundible con su brillo de magnitud 0,71. Tracé una línea recta imaginaria entre estas dos estrellas y ayudado con unos prismáticos 10x50, partí de Segin hasta que localicé la estrella HIP16228 (la variable CS Cam), ya perteneciente a la constelación de Camelopardalis y que brilla con magnitud 4,26.

Una vez controlada la HIP16228, localicé la Alpha Cam, y, a más o menos medio camino entre ellas, encontré la cascada estelar que tanto gustó a Kemble.

Localizado el asterismo, ya es muy fácil volver a él. Cogí los prismáticos 15x70, los instalé en un trípode y me puse a dibujar lo que veía a través de ellos:

Por lo pronto, lo primero que me llamó la atención fue su gran extensión. La línea estelar que forma el asterismo se extiende a lo largo de unos 3º, hecho que me obligó a modificar mis fichas habituales de dibujo... tuve que eliminar el círculo que me ayuda a delimitar el campo del ocular para no verme encorsetado durante todo el proceso.

En un primer vistazo, más que la cascada de débiles estrellas (todas ellas brillando entre la magnitud 8ª y 9ª), destaca el arco formado por las tres estrellas que he dibujado en la parte superior izquierda (alrededor de la magnitud 5ª) y la estrella HIP18505 (mag. 4,93) que se encuentra a “mitad” de camino de la cascada. De estas cuatro estrellas, la más llamativa es la que se encuentra en la parte superior, que con su espectro M3 II presenta un color anaranjado muy atractivo.

Me cuesta un poco distinguir las estrellas más débiles, pero una vez adapto la vista a la oscuridad y me acostumbro a la mirada binocular puedo disfrutar enormemente de, aproximadamente, esta veintena de estrellitas que se asemejan a una cascada que va a desembocar en el cúmulo abierto NGC1502.

Con los prismáticos, y con la contaminación lumínica que padezco, el cúmulo no va mucho más allá de ser una zona un poco más brillante que el resto... pero en este caso, donde no llegan los prismáticos, llega el telescopio. Y menuda sorpresa me encuentro con este cúmulo. Pero esto lo contaré en otra entrada.

La “Kemble’s Cascade” es un asterismo fácilmente localizable y muy atractivo para cualquier prismático. Eso sí, conviene que el cielo y las condiciones de la noche nos permitan la observación cómoda de estrellas de hasta la magnitud 10ª.

Para concluir, me gustaría hacer mención al último párrafo del artículo escrito por Walter Scott Houston, que puede resultar muy útil, o por lo menos curioso, a los que nos gusta dibujar lo que vemos a través del ocular:

“Kemble uses a trick for making drawings at the telescope that I have not heard mentioned before. He racks the eyepiece out of focus until only the brightest stars are visible, and then plots their relative positions. Once this “skeleton” is made, he refocuses and adds the fainter stars”.

Que más o menos viene a decir:

“Kemble utiliza un truco cuando dibuja observando por el telescopio que no había oído mencionar nunca antes. Desenfoca el ocular hasta que sólo las estrellas más brillantes son visibles, y entonces marca sus posiciones respectivas. Una vez hecho ese “esqueleto”, vuelve a enfocar y añade las estrellas más débiles”.

Cuando se observa desde un lugar oscuro algún campo rico de estrellas, lo habitual es que uno se encuentre completamente indeciso a la hora de cómo empezar a dibujar lo que se ve. Este sistema propuesto por Kemble puede ser una muy buena técnica. Tendré que probarlo algún día.

ASOD del 23 de octubre de 2010: http://www.asod.info/?p=4127

domingo, 17 de octubre de 2010

El cometa 103P/Hartley 2 el 15 de octubre de 2010

Parece mentira. Teniendo en cuenta mi experiencia con el cometa 103P/Hartley 2 el pasado 6 de octubre...

http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2010/10/el-cometa-103phartley-2-el-6-de-octubre.html

... no esperaba gran cosa la noche del 15 de octubre de 2010, con una Luna en el cielo brillando ya al 60%.

Este es el dibujo que hice del cometa, que continúa en la constelación de Perseus (AR: 04h 26,4m / Dec. +49º 25’):


¡Vaya diferencia de una noche a otra!. Esta noche fue poner el ocular de 25mm (50x) y detectarlo a la primera. Tan claro lo vi que me animé a poner el Nagler de 16mm y observarlo con los 78x que me proporciona.

El campo estelar no es muy rico, pero se da la feliz coincidencia que el cometa está pasando entre dos estrellas, la TYC3337-1712-1 (mag. 11,5) y la TYC3337-104-1 (mag. 10,3), que ayudan a situarlo perfectamente. La gracia de no haber estrellas excesivamente brillantes a su alrededor es que de esta manera, el cometa toma todo el protagonismo del campo del ocular.

Se ve perfectamente el núcleo, más marcado que no la noche del 6 de octubre, y además, puedo apreciar un halo redondeado que lo envuelve. Muy ténue, pero claramente reconocible. El núcleo no se encuentra exactamente en el centro del halo, sino cerca de un extremo... como es lo habitual en los cometas. El halo que veo responde a parte de la cola que se forma en su aproximación al Sol.

El 20 de octubre se encontrará en su punto más cercano a la Tierra... a ver si tengo ocasión de volver a él. Después de verlo como lo he visto esta noche, ya espero cualquier cosa de este cometa.

miércoles, 13 de octubre de 2010

NGC1023 - Galaxia en Perseus

NGC1023 es una galaxia lenticular barrada en la constelación de Perseus que se encuentra a unos 34 millones de años luz. Es la más brillante que podemos observar de su clase, gracias en parte a que se nos presenta en una inclinación de 18º.

Como es habitual en las galaxias, observada desde un lugar oscuro ofrece su mejor aspecto. De hecho, con un buen cielo se puede ver su potente núcleo envuelto por un halo alargado perfectamente reconocible. Sin embargo, desde mi lugar de observación habitual tan sólo puedo apreciar el núcleo... que no es poco.

El hecho de poder observar una galaxia desde un lugar con cierta contaminación lumínica y con un telescopio de no demasiada abertura, se puede considerar como un éxito. Y también como una primera aproximación a ella antes de tener la oportunidad de observarla desde un cielo realmente oscuro.

En este sentido, NGC1023 resultó ser toda una sorpresa. El pasado 6 de octubre de 2010 pude observarla con el Nexstar 5i de 127mm y una nueva adquisición: un Tele Vue Nagler de 16mm. Este es el dibujo que hice:


Antes de continuar con mis anotaciones acerca de la galaxia haré un pequeño inciso para comentar mis primeras impresiones con el Nagler de 16mm: Lo que más me ha impresionado de este ocular es el gran contraste que ofrece y su campo de visión aparente de 82º... lo que se dice un verdadera ventana al cielo.

Pero volvamos a NGC1023. La noche del 6 de octubre disfrutaba de un buen seeing de 4/5 (siendo 5=óptimo), la Luna no estaba presente, había nubes enganchadas en la costa, pero que, en principio, no me molestaban a la hora de observar. En conclusión, una buena noche para intentar observar galaxias.

Apunté al campo donde debería encontrarse a NGC1023 y ya en un primer vistazo pude ver la galaxia como una “bolita” blancuzca, redondeada, con un cierto aspecto de cometa. Curiosa comparación, ya que anteriormente había tenido oportunidad de observar el cometa 103P/Hartley 2... y a decir verdad, vi más fácilmente la galaxia que no el cometa.

A 50x se ve un campo estelar bastante interesante, sobretodo por las dos estrellas que forman una curiosa tríada junto a NGC1023: TYC2845-734-1 (mag. 9,06) y TYC2845-852-1 (mag. 10,18) y que ayudan a localizar el sitio donde se encuentra la galaxia. Esto es especialmente útil cuando observamos desde cielos que no son todo lo oscuros que desearíamos.

También destacan las cuatro estrellas que en forma de cascada puedo ver en la parte inferior del campo del ocular.

En definitiva. NGC1023 es una galaxia asequible a pequeños telescopios cuyo brillante núcleo central aguanta bastante bien la contaminación lumínica moderada. Sin embargo, me apunto observarla desde cielos oscuros en la primera ocasión que tenga. Seguro que la vista será mucho más gratificante.

domingo, 10 de octubre de 2010

El cometa 103P/Hartley 2 el 6 de octubre de 2010

Es desesperante. La contaminación lumínica impide muchas veces que disfrutemos del cielo y nos tenemos que contentar con intentar exprimirlo lo más posible.

En esta situación me encontré el pasado 6 de octubre al intentar observar el cometa 103P/Hartley 2.

El 16 de marzo de 1986 Malcolm Hartley, un astrónomo australiano, descubrió este cometa del que se ha calculado un periodo orbital de 6,46 años. No es muy grande, se estima que presenta un diámetro entre 1,2 y 1,6 km, por lo que sería prácticamente imposible que lo pudiera, ni tan siquiera, intuir con mi telescopio... si no fuera porqué pasa relativamente cerca de la Tierra (aproximadamente unos 18 millones de km de distancia).

También debido a esta cercanía, está previsto que la Sonda Deep Impact, que estudió previamente con gran éxito el cometa 9P/Tempel, lo alcance el próximo 4 de noviembre y pueda aportar más datos sobre estos cometas de corto periodo.

Sin ser un cometa excesivamente brillante, está siendo asequible a telescopios de aficionado, ofreciendo un aspecto muy diferente dependiendo de si se observa desde un lugar oscuro o desde un lugar con contaminación lumínica.

Reportes de aficionados que lo han observado en buenas condiciones indican que presenta un núcleo bastante brillante envuelto en un halo más difuso y extenso... Pero mi observación debe englobarse en la categoría de astrónomos aficionados que lo han obsevado desde un cielo con una contaminación lumínica bastante molesta.

La noche ofrecía un seeing de 4/5 (Siendo 5=óptimo), la Luna no estaba presente y aunque había bastantes nubes costeras, no cubrieron el cielo hasta que acabé con mi observación... También estuve “acompañado” por el sonido que subía de la calle de una batucada que, ajena a cualquier tema astronómico, se dedicó a seguir su ritmo de percusiones... hasta que dije basta y me puse unos auriculares a escuchar música de mi agrado...

Pero no nos desviemos del tema...

A pesar de las buenas condiciones de la noche, sabía que la contaminación lumínica de una localidad de unos 25.000 habitantes me afectaría a la hora de observar el cometa, así que opté por prepararme una pequeña carta estelar ayudado por el Starry Night. En ella me marqué el lugar exacto en el que encontrar el 103/P Hartley 2 en una determinada hora y referenciado con las estrellas más brillantes que aparecían a 50x.

Concretamente, se encontraba en la constelación de Perseus en las coordenadas:

AR: 01h 54,6m
DEC: +56º 49'

Saco el telescopio SC de 127mm y sitúo perfectamente el campo estelar en cuestión... miro donde debería encontrarse el cometa... y no veo nada de nada.

Ya estamos...

Intento adaptar un poco más mi vista a la oscuridad. Intento mirar de reojo. Intento mover un poco el tubo del telescopio. Nada.

Pero no estoy dispuesto a darme por vencido y opto por intentar la aproximación desde otra perspectiva. Cojo mi cámara Nikon D70s, la acoplo a foco primario de mi telescopio y vuelvo a apuntar hacia el lugar donde debería estar el cometa. Y tomo la siguiente fotografía:


Clicar en la imagen para ver la situación del cometa

Ya sé que lo mío no es la fotografía astronómica, pero mi intención era comprobar que el 103P se encontraba, por lo menos, en el lugar donde lo estaba buscando... y después de mirar por el visor de la cámara la foto que había hecho, pude confirmar la presencia del cometa.

Vuelvo a la carga en visual. Esta vez estoy un buen rato con los ojos cerrados intentando adaptarme lo mejor posible a la oscuridad y un cuarto de hora después, pongo otra vez el ojo en el ocular y me centro en el lugar exacto donde se encuentra el cometa. Y, por fin, puedo verlo. Eso sí, con mucha dificultad. No pasa de ser una pequeña manchita evanescente que sólo puedo “notar” mirando de reojo y con mucho tiento.

Y a la que me descuido, ya me ha vuelto a desaparecer. Me vuelvo a concentrar... y ahí vuelve de nuevo. Es cierto que una vez localizado y visto por primera vez, es más fácil detectarlo visualmente en los próximos intentos.

Lo observo a las 20h 22m T.U.; a las 20h 52m T.U. y a las 21h 22m T.U.

Este es el dibujo que hice:

Clicar en la imagen para ver la evolución del cometa

En esta entrada del blog de Jeremy Perez podemos ver el mismo cometa observado desde un cielo oscuro:

http://www.perezmedia.net/beltofvenus/archives/001445.html

Supongo que con unos cielo más contaminados lumínicamente que los míos, ni tan siquiera se podrá observar el núcleo brillante del cometa, que es lo que debo haber visto yo. Y tengo que reconocer que si no fuera porqué ya he tenido unas cuantas “malas” experiencias con otros cometas, esta noche, el 103P/Hartley me habría pasado completamente desapercibido.

El 20 de octubre de 2010 se encontrará en el punto más próximo a la Tierra. Espero tener ocasión de verlo de nuevo, de lo contrario, tendré que esperar hacia el mes de abril... de 2017.