sábado, 29 de marzo de 2014

NGC3079 - Galaxia en Ursa Major

Desde unos cielos oscuros y en una buena noche la constelación de Ursa Major ofrece un buen número de objetos espectaculares a observar, como puede ser M81, M82, M97, M98, M101, M108, M109… Y precisamente por esto es posible que algunos que no son tan conocidos nos puedan pasar por alto.

Y es una lástima. Sin ir más lejos la galaxia catalogada como NGC3079, que observé por primera vez la noche del 8 de marzo de 2014 con mi SC de 235mm, me dejó gratamente sorprendido.

Este es el dibujo que hice con el ocular Nagler de 16mm (146x):



No es fácil, pero tampoco se puede considerar excesivamente complicada. Con las condiciones adecuadas de observación –cielos oscuros, estabilidad atmosférica y abertura suficiente– se puede disfrutar de una bonita galaxia.
Ya en un primer momento puedo percibirla con una forma alargada que me recuerda el típico mondadientes plano. Presenta un núcleo alargado y brillante, muy extenso, rodeado por un tenue halo que no se extiende demasiado allá del potente núcleo.

Para sacarle el máximo partido a NGC3079 merece la pena perder un poco de tiempo a adaptar perfectamente la vista a la oscuridad, utilizar la visión lateral y mover un poco el tubo en algún momento, de esta manera utilizaremos todas nuestras armas disponibles ante esta galaxia.

Al encender la linterna roja para dibujar lo que veo, pierdo la aclimatación a la oscuridad y la galaxia desaparece. Una galaxia tímida, una galaxia atractiva.

NGC3079 fue descubierta por William Herschel el 1 de abril de 1790. Situada a unos 50 millones de años luz, se trata de una espiral barrada de tipo SB(s)c que brilla con una magnitud estimada de 10,9 y se extiende 8,0’x1,5’. Desde nuestro punto de vista la vemos prácticamente de canto, razón por la cual aparece tan alargada.

No es complicado localizarla si partimos de Phi UMa o de Ipsilon UMa:

Carta generada con Cartes du ciel

Después de observarla a través del telescopio y buscando ampliar información sobre esta galaxia veo que el telescopio Hubble apuntó hacia ella y consiguió una fotografía espectacular donde se aprecia que el núcleo galáctico presenta una muy alta actividad. Columnas de gas se elevan alrededor de unos 2.000 años luz de distancia emergiendo de una burbuja localizada en pleno corazón de NGC3079.

Se cree que esta burbuja es el resultado de la formación de estrellas masivas nacidas prácticamente al mismo tiempo en el centro de la galaxia.

Credits: NASA, Gerald Cecil (University of North Carolina), Sylvain Veilleux (University of Maryland), Joss Bland-Hawthorn (Anglo- Australian Observatory), and Alex Filippenko (University of California at Berkeley)

Realmente, espectacular.

domingo, 23 de marzo de 2014

NGC2610 - Nebulosa Planetaria en Hydra

El reto de la noche.

NGC2610 es una planetaria que podemos encontrar en la constelación de Hydra. Si no disponemos de sistema “goto” en nuestro equipo nos resultará verdaderamente complicado localizarla al encontrarse enmarcada en un campo estelar rico, pero falto de estrellas verdaderamente brillantes que nos puedan servir de referencia a la hora de empezar la búsqueda.

Tal vez lo mejor sea localizar la 12 Hya (mag. 4,3), luego la 9 Hya (mag. 4,9) y desde ella alcanzar la HIP41992 una estrella amarillenta-anaranjada que brilla con magnitud de 6,5. A partir de ella ya tendremos en campo la escurridiza NGC2610, que no quiere decir que la veamos.

Carta generada con Cartes du Ciel

La noche del 7 al 8 de marzo de 2014 estaba disfrutando de una buena observación, con cielos oscuros, estabilidad atmosférica y mi SC de 235mm a pleno rendimiento. Así que decidí atacar a NGC2610, planetaria incluida en la lista de objetos que tengo anotados como de cierta dificultad.

Por suerte, con el “goto” de la montura CGEM me situé en un momento en la zona donde debería encontrarse NGC2610. Utilizando el ocular de 25mm (94x) me encuentro con un campo estelar bastante poblado en el que puedo identificar sin ningún problema la estrella de referencia HIP41992, pero soy consciente que voy a necesitar más aumentos. Así que pongo el ocular de 10mm (235x) y me centro en la caza de la planetaria.

Pues bien, en un primer momento, nada de nada.

Cuando tuve noticia de esta planetaria busqué algunas observaciones hechas por otros aficionados y vi que la gran mayoría utilizaba telescopios de gran abertura y filtros, así que empecé a temer que NGC2610 sería realmente un objeto tal vez demasiado exigente para mi SC de 235mm.

Pero al poner el filtro OIII en el ocular aparece como por arte de magia. Sin considerarse una planetaria enorme, sí que se puede decir que presenta, con sus 50”, un tamaño respetable. Muy difusa, redondeada, evanescente, fantasmagórica y esquiva.

Quito por un momento el filtro y esta vez, sabiendo donde mirar exactamente, consigo percibirla, eso sí, con bastantes dificultades. Es entonces cuando me doy cuenta que justo en sus límites, aparece una débil estrella (después veo que brilla con magnitud 12,9) que vuelve a desaparecer cuando pongo de nuevo el filtro a la vez que NGC2610 vuelve a destacar.

Viendo cómo responde la planetaria vuelvo a poner el ocular de 25mm (94x), pero esta vez con el filtro OIII y, efectivamente, se aprecia relativamente bien.

Finalmente decido dibujarla a 235x, como es habitual en estos casos, alternando la visión con y sin filtro:



NGC2610 fue descubierta el 31 de diciembre de 1785 por William Herschel. Se encuentra a una distancia de 5.500 años luz y brilla con una magnitud de 12,8, aunque en algunos sitios le dan una magnitud de 14. Su estrella central está fuera de mi alcance, ya que brilla con mag. 15,9. Con telescopios de gran abertura puede apreciarse su estructura anular. Yo lo he intentado con 235x y el filtro, utilizando la visión lateral. Por momentos me ha parecido adivinarla, pero para ser sincero tengo mis dudas sobre si realmente lo he visto o ha sido mi predisposición a verla.

Se mire como se mire, el reto de la noche.

Imagen de NGC2610 en Simbad/Aladin

viernes, 21 de marzo de 2014

NGC3077 - Galaxia en Ursa Major

No es la primera vez que me ocurre, y mucho me temo que no será la última. Estás viendo objetos realmente espectaculares y dejas de lado otros que se encuentran cerca de ellos, que si no fuera por esa vecindad, se convertirían en objetos muy interesantes de observar.

Este es el caso de la galaxia NGC3077, situada a tan sólo a 45’ al ESE de M81.

Carta generada con Cartes du Ciel

No será que no he visitado veces a M81 y M82, pero hasta la pasada noche del 7 al 8 de marzo no observé por primera vez a NGC3077.

Este es el dibujo que hice con el SC de 235mm a 146,88x desde unos cielos oscuros en una noche muy agradable de observación:



Lo primero que pensé al poner el ojo en el ocular y comprobar que estaba ante una bonita y bastante asequible galaxia fue: “Mira, el patito feo del trío M81-M82-NGC3077”. Y para ser sincero, esto es así debido a que la espectacularidad de M81 y de M82 sin duda llegan a eclipsarla.

Sin embargo, si evitamos hacer comparaciones estamos ante una galaxia muy atractiva.

En un campo estelar bastante decente se puede ver cómo destaca gracias a un potente núcleo, bastante compacto. A medida que voy adaptando mejor la vista a la oscuridad veo aparecer un halo, débil, que lo envuelve. Al final, después de dedicarle unos cuantos minutos, me doy cuenta que efectivamente estoy ante una galaxia digna de ver.

Contento, enciendo la linterna para hacer el dibujo, y ante mi sorpresa, la galaxia desaparece por completo de mi vista y tengo que repetir el proceso para poder apreciarla de nuevo con todo su esplendor. Mira que llegan a ser delicados estos objetos difusos…

NGC3077 fue descubierta el 8 de noviembre de 1801 por William Herschel. Se trata de una galaxia peculiar irregular perteneciente al grupo galáctico de M81. Situada a unos 12,5 millones de años luz, presenta un núcleo muy activo, además de unos bordes tenues con nubes dispersas de polvo provocadas por las interacciones gravitacionales entre las componentes más grandes del grupo (M81 y M82). Brilla con una magnitud visual de 10,14 y se extiende a lo largo de unos 20.000 años luz.

Una galaxia que si disfrutamos de cielos oscuros no debemos dejar de observar.

Imagen de NGC3077 en Simbad/Aladin

viernes, 14 de marzo de 2014

Cuásar 3C 273 en Virgo

Esto es una de las cosas que observé la noche del 8 de marzo de 2014 desde unos cielos oscuros con el SC de 235mm:




A veces es necesario explicar porqué nos emocionamos tanto cuando observamos un puntito de luz, de no hacerlo los astrónomos aficionados corremos el peligro de parecer personas realmente excéntricas…

La estrella que he marcado no es tal, sino que se trata de un cuásar (en algunos lugares encontraremos el anglicismo quasar), el objeto más lejano que podré observar nunca con mi telescopio. Y al decir lejano, me refiero a unos 2.500 millones de años luz.

Situémonos un poco.

Según la teoría del Big Bang, el principio del Universo tal como lo conocemos hoy se sitúa aproximadamente hace unos 13.700 millones de años.

La Vía Láctea apareció hace unos 13.200 millones de años.

Hace unos 4.650 millones de años se formó nuestro Sol.

En la actualidad los geólogos consideran que la edad de la Tierra es de unos 4.470 millones de años.

Hace 3.500 millones de años apareció la vida sobre la Tierra y los primeros homínidos (del género Australopithecus) anduvieron sobre la Tierra hace entre 4 y 2,5 millones de años.

Es decir, que la luz que llegó a mi retina procedente de ese puntito fue emitida desde su lugar de origen hace 2.500 millones de años. Por aquel entonces la Tierra, nuestra Tierra, se encontraba en pleno proceso de oxigenación de la atmósfera gracias a la proliferación de estromatolitos y nuestro género Homo todavía tardaría unos 2.496 millones de años en poner un pie sobre la superficie terrestre.

Pero ¿qué es exactamente un cuásar?

La palabra aparece como correspondencia al acrónimo inglés de “Quasi Stellar Radio Sources” (Fuentes de Radio Casi Estelares) que fue propuesto por  el astrofísico norteamericano Hong-Yee Chiu en mayo de 1964 en un artículo titulado “Gravitational Collapse” que escribió en “Physics Today”. Por cierto, comentar que en la actualidad se está generalizando el uso de las siglas “QSO” (Quasi Stellar Object) al ver que no todos los cuásares eran potentes fuentes de radio.

Pero centrémonos un poco más en lo que es el objeto en sí, mas que en la terminología utilizada.

A finales de la década de los 50 e inicios de los 60 del siglo XX se empezó a utilizar radiotelescopios para observar el firmamento, y en esa época pionera, cuando se detectaba una fuente de radio, se solía apuntar los telescopios tradicionales hacia ella para comprobar si había ahí algún objeto que pudiera percibirse en visual.

En ocasiones esas fuentes de radio se relacionaban con restos de supernova, alguna galaxia lejana o con zonas de formación estelar; sin embargo, en otras ocasiones no encontraban nada de esto y en su lugar veían algo muy similar a una simple estrella.

Con el tiempo se realizaron estudios espectroscópicos de estas “estrellas” y se comprobó que presentaban un marcado desplazamiento al rojo, lo que relacionándolo con la Ley de Hubble, indicaba que estas estrellas no eran tales, sino que se trataba de objetos extragalácticos situados a enormes distancias. En la actualidad se han detectado cuásares a unos 13.000 millones de años luz. 3C 273 es uno de los cuásares más cercanos que existen, situado a unos 2.500 millones de años luz, y precisamente por esto, lo tenemos a nuestro alcance visual con telescopios de aficionado.

Son objetos extremadamente luminosos. 3C 273 tiene una magnitud visual que según la AAVSO oscila entre la 12,20 y la 13,57, sin embargo su magnitud absoluta es de -26,7. Hay que considerar que la magnitud absoluta del Sol es de +4,81.

Un cuásar suele presentar una luminosidad variable, de lo que se desprende según los científicos, que son de tamaño relativamente reducido, similar al de nuestro Sistema Solar.

Según el “Diccionario Sirius de Astronomía” en su definición de cuásar se indica que “Actualmente se creen que son los núcleos especialmente activos de galaxias muy lejanas. La fuerza y variación de esta actividad hace pensar que el responsable sea un gran agujero negro de mil millones de masas solares”.

Eso era el puntito que observé la otra noche. Supongo que habrá quien no le impresione en absoluto y que siga pensando que es una tontería ponerse a observar esos puntos de luz que todos parecen iguales, pero para mí fue realmente emocionante.

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3C 273 se encuentra en la constelación de Virgo, exactamente en las coordenadas:

AR: 12h 29m 06,7s
Dec: +02º 03’ 08,6”

Pero a pesar de disponer de un telescopio con sistema “goto”, nos serán de gran ayuda unas cartas estelares para confirmar que la “estrella” que estamos viendo es realmente el cuásar.

Se puede empezar con una carta de gran campo (45º):

Carta generada con CdC

Si localizamos la Gamma Virgini (Porrima) y la Eta Virgini (Zaniah) podemos triangular la situación aproximada de 3C 273.

Continuamos con otra que abarca 10º:

Carta generada con CdC

Partiendo de Eta Virgini podemos servirnos de unas cuantas estrellas que brillan alrededor de la magnitud 7 e ir saltando de una a otra hasta llegar a la TYC282-428-1. Una vez hallamos llegado a ella, el viaje empieza a complicarse un poco.

Continuaremos con más detalle con esta carta de 2,5º:

Carta generada con CdC

Desde TYC282-428-1 intentaremos localizar las estrellas de mag. 9-10 TYC282-374-1 y TYC282-449-1 y a partir de ellas llegar a TYC282-227-1, de magnitud 10,3 y que ya nos va a servir de referencia directa para localizar el cuásar. Y para ello podemos utilizar ya la carta que proporciona la AAVSO y que fue la que me permitió a mí identificar, no sin dificultades, a 3C 273:

Carta de la AAVSO

Y me resultó complicado, por un lado al no corresponderse exactamente a la disposición de las estrellas de la carta con las que me aparecían por el ocular, y por otro por el hecho de tratarse de estrellas bastante débiles.

Lo mejor es diseñarse la carta según nuestras necesidades en la página de la AAVSO:

http://www.aavso.org/vsp


Al inicio he puesto lo que observé con 146x, pero viendo la carta de la AAVSO quise forzar un poco más los aumentos para intentar identificar el máximo posible de estrellas para confirmar que lo que estaba viendo se correspondía ciertamente al cuásar. Este fue, finalmente, el dibujo que hice a 235x:



Haciendo estimaciones en visual comparando con las estrellas que me aparecen en el campo del ocular llegué a la conclusión que debía brillar en torno a la magnitud 12,6. Unas condiciones ideales para intentar su observación desde unos cielos oscuros con telescopios de buena abertura. Aunque también es cierto que hay observadores que han podido cazarlo con refractores de 70-90mm.

Para terminar me gustaría adjuntar la foto que hice con la Nikon D5100 acoplada al SC de 235mm...:



… e invitaros a que si vais por la zona de Virgo echéis un vistazo a este simple puntito de luz. No sé si al final conseguiremos no parecer tan excéntricos :)

sábado, 1 de marzo de 2014

Montes Caucasus

Me gustaría ser capaz de transmitir con palabras lo que sentí la noche del 15 de junio de 2013 observando la zona lunar de los Montes Caucasus, pero mucho me temo que va a ser imposible. De todas maneras, voy a intentarlo.

A pesar de algunas nubes bajas y que la Luna no se encontraba excesivamente alta, las condiciones de observación eran realmente buenas, ya que la atmósfera presentaba una inusual calma. Esa noche sólo disponía de mi SC de 127mm y decidí pasar el rato disfrutando de nuestro satélite. Apunté hacia la Luna con el ocular de 25mm (50x), que me proporciona una vista completa de ella y ya en un primer vistazo pude comprobar que la noche prometía.

A continuación forcé un poco los aumentos (125x) para barrer de norte a sur todo el terminador y ver qué zonas me ofrecían más posibilidades. En eso estaba cuando me fijé en unas espectaculares sombras que emanaban de los picos de los Montes Caucasus. Impresionantes. Acoplé el ocular de 6mm (208x) y me centré en ellas.

Una de las primeras cosas que se aprenden cuando se empieza a observar la Luna con un telescopio es que podemos visitar una y mil veces cualquier accidente, y dependiendo de cómo incida la luz solar en él, siempre nos ofrecerá una visión distinta. Es con lo que me encontré esa noche con los Montes Caucasus. Nunca los había visto tan majestuosos, tan bellos, tan magníficos… gracias a las alargadas y bien definidas sombras que proyectaban en dirección a la parte de la Luna que todavía se mantenía oscura esperando que los rayos solares la rescatasen de la penumbra.

Sin pensármelo dos veces, acoplé la cámara DBK al telescopio. Quería dejar constancia del momento:


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Normalmente, cuando visito esta zona suelo fijarme en los cráteres Aristóteles y Eudoxus o en los Montes Apenninus pero en este 7,17 día de lunación, con una superficie iluminada del 40,8%, el terminador había acabado de sobrepasar los Montes Caucasus, de manera que la sombra proyectada a la altura del cráter Calippus llegaba hasta el mismísimo Cassini.

Calippus es un cráter de unos 33 km de diámetro y una altura de 2.690 m que se encuentra encastado en plenos Montes Caucasus, mientras que Cassini, todavía parcialmente iluminado presenta un diámetro de 58 km y una altura de 1240 m.

Después me fijo en un cratercillo de 25 km, Theaetetus, que da la sensación de estar ya en la periferia de los montes pero que no puede escapar a su influencia. Las sombras proyectadas lo alcanzan, y él a su vez proyecta la suya más allá, dando la sensación de que se encuentra engullido por la oscuridad. Impresiona.

Siguiendo en dirección a los Montes Apenninus, me percato de la presencia de dos cráteres fantasmagóricos que sólo dejan entrever una pequeña parte iluminada de sus murallas, manteniendo el resto agazapado en la oscuridad. Miro en el Virtual Moon Atlas (VMA) y compruebo que se trata de los magníficos Aristillus y Autolycus.

Los Montes Caucasus propiamente dichos se extienden a lo largo de unos 520 km y su punto más elevado respecto a los mares que separa, Serenitatis e Imbrium, es de unos 3.650 m. Su nombre parece ser que lo introdujo el astrónomo alemán Johann H. Mädler y hace referencia a la Cordillera del Cáucaso, a caballo de Rusia, Georgia, Azerbaiyán y Armenia y fue adoptado de manera oficial por la UAI (Unión Astronómica Internacional) en 1961.

Entre los Montes Caucasus y los Montes Apenninus se puede apreciar una zona de unos 50 km realmente llamativa donde la lava de Mare Serenitatis y la de Mare Imbrium parecen fundirse. Destacable a través de ella por méritos propios Rimae Theaetetus, me da la sensación de tratarse de un pasillo formado ex profeso para dirigirnos hacia el misterioso cráter Linné.

Cuando he consultado el VMA he visto que existe una planicie amurallada de dimensiones considerables, 82 km, pero que me pasa completamente desapercibida debido a lo destrozada que se encuentra. Es Alexander. Un homenaje un poco triste al que fuera gran rey macedonio, Alejandro Magno.

Para finalizar comentar que mientras observaba he ido “descubriendo” muchas rimae, algo complicadas para la abertura de 127mm, pero que me dejo apuntadas para visitarlas de nuevo cuando tenga ocasión de utilizar el SC de 235mm.

A lo largo de la observación fui haciendo un boceto rápido de lo que me iba llamando más la atención, y éste es el resultado de la aproximadamente media hora que disfruté ante la magnificencia de las sombras de los Montes Caucasus vistas en el momento oportuno: