domingo, 29 de noviembre de 2009

El cráter Posidonius

La fotografía no es buena. El dibujo no es bueno. El seeing no era bueno... y a pesar de ello disfruté enormemente observando el cráter Posidonius y sus alrededores.

La noche del 22 de noviembre de 2009 comprobé que las condiciones de observación no eran lo idóneas que hubiera deseado, pero hacía tiempo que no podía sacar el telescopio y decidí, con todo, hacer una visita a la siempre agradecida Luna.

Como la turbulencia atmosférica provocaba que con grandes aumentos la Luna temblara y no ofreciera su mejor cara en cuanto a pequeños detalles se refiere, decidí apuntar a un cráter grande y espectacular: Posidonius.

Posidonius, de 95 km de diámetro y 2.300 m de altura, presenta unas peculiaridades que le confieren un gran atractivo. Por un lado, en el centro del cráter se aprecia claramente un cratercillo de 11 km de diámetro (Posidonius A) que, a su vez, se encuentra acompañado por un cratercillo más pequeño (Posidonius C) y por una serie de pequeñas “colinas”. Esa noche, para ver estos pequeños detalles tenía que hacer grandes esfuerzos de concentración.

Pero lo que realmente me ha gustado más de Posidonius han sido las grietas que atraviesan su fondo, espectaculares... y el juego de sombras que observo en la zona sur del cráter.

Y hablando de grietas, entre Posidonius y el cráter G Bond, se encuentra una grieta, la Rima G Bond, muy sutil... preciosa a lo largo de sus 150 km de longitud.

Y lo que resulta especialmente estremecedor es observar entre Posidonius y la sombra del terminador, la Dorsa Smirnov, potente, atravesando de norte a sur el Mare Serenitatis.

Este es el mal dibujo que hice...


Y esta es la mala fotografía que tomé...

Pero lo realmente importante es que disfruté un buen rato... y que siempre puedo volver a observar la zona de Posidonius en una noche con mejores condiciones atmosféricas y en que me encuentre más inspirado.

Gamma Arietis (Mesarthim) y 1 Arietis, un regalo para la vista

El 22 de noviembre de 2009 estuve observando unas cuantas dobles en la constelación de Aries. Las dos que más me impresionaron por su extremada belleza fueron 1 Arietis y la Gamma Arietis.

El telescopio que utilicé fue el SC Celestron Nexstar 5i de 127mm con los oculares de 25mm (50x); 18mm (69,44x), 10mm (125x) y 7,5mm (166,66x). El seeing de 3/5 (Siendo 5 excelente). La noche estaba despejada, aunque con algo de viento y con la Luna al 31% de superficie iluminada.

Y estos son mis comentarios:

1 ARI - STF 174

Complicada. Pero preciosa. Localizo la doble a 50x. A 69x la veo alargada… y es poner los 125x y no poder reprimir una pequeña exclamación de admiración.

Es necesario mantener el pulso templado para poder enfocar con precisión y disfrutar de una principal de color oro añejo acompañada por una componente más débil de color azul celeste.

Sensacional.

Para estar un buen rato con ella contemplando sus magníficos colores. Si fuera un poco más brillante competiría por los primeros puestos de las dobles más bonitas del cielo.

Pongo 166x. La separación es más cómoda, pero empieza a verse afectada por el seeing de la noche… eso sí, los colores continúan siendo espectaculares.

En conclusión: una doble que sería delito no observar.



Gamma ARI - STF 180 – Mesarthim

Realmente espectacular. Una de las mejores dobles de la constelación... por no decir la mejor. A 50x se muestra una pareja de soles gemelos de un resplandeciente color blanco que ya quedan perfectamente separados, pero sin perder aquél plus de proximidad que hace tan atractivas este tipo de dobles.

No me cansaría de observarla.

Además, su ángulo de posición puede servir de gran ayuda a la hora de situarnos durante las observaciones de la noche, ya que señala exactamente al Norte.

Un poco más alejada se encuentra una tercera componente de magnitud 8,63, a una distancia de 214” y en un ángulo de posición de 82º. Proporciona un atractivo añadido al conjunto, brillando tímidamente con una tonalidad entre azulada y gris.

A 69x es como veo mejor al grupo: “señorial” sería la palabra. Una maravilla.

Y este es el dibujo que le hice con el Photoshop:

sábado, 28 de noviembre de 2009

La peculiar 14 Arietis

Cuando nos preparamos las observaciones solemos buscar varias fuentes de información que consideramos fiables y de reconocido prestigio. En mi caso, a la hora de planificar la observación de estrellas dobles, el principal recurso es el estupendo libro de Sissy Haas "Double Stars for Small Telescopes". Para comparar datos y, a veces, anotar alguna componente que no aparece en el libro de Haas, utilizo el listado del Washington Double Star Catalog y la web del Eagle Creek Observatory .

Pero no hay nada mejor que observar los objetos personalmente, anotar nuestras impresiones, apuntar los datos que seamos capaces de obtener y cotejarlos posteriormente.

El pasado 22 de noviembre de 2009 tenía previsto dar un paseo por unas cuantas dobles de Aries. El telescopio, el SC Celestron Nexstar 5i de 127mm, oculares de 25mm (50x); 18mm (69,44x), 10mm (125x) y 7,5mm (166,66x). Seeing de 3/5. Despejado, aunque con algo de viento y con la Luna al 31% de superficie iluminada.

Empecé con 14 Arietis, y estos son los comentarios que tomé sobre ella:

No sabría decir si lo que he observado es 14 ARI o no. El caso es que a 125x veo una principal blancuzca acompañada en la parte superior por una estrella grisácea muy separada... y a la derecha un puntito que prácticamente pasa desapercibido por su poco brillo.

Nada que ver con los datos que he sacado del libro de Sissy Haas “Double Stars for Small Telescopes”, que son los que tengo en la ficha.

A pie de telescopio se me ocurren varias opciones:

  1. Me he equivocado de estrella.
  2. Las secundarias... ¿Son variables?
  3. Los datos dados no son correctos.

Por mucho que miro y remiro, no salgo de aquí, y me anoto hacer más tarde las comprobaciones pertinentes.

(...)

Ya es más tarde.

Empiezo por consultar el libro de Sissy Haas y comprobar que tomé correctamente los datos que aparecían en él.

A continuación, un poco con la mosca detrás de la oreja, consulto el listado del WDS y compruebo que los datos concuerdan con los dados por Haas:

02094+2556H 6 69AB AP: 34º Sep: 93.2” Mag. 4.99 / 8.01
02094+2556H 6 69AC AP: 278º Sep: 106.7” Mag. 5.02 / 7.97

Continúo mosca. Voy a consultar el programa Starry Night y me encuentro con esto:

Es decir, sentimientos encontrados.

Por un lado, corresponde a lo que dibujé y vi por el telescopio, coincidiendo ángulos de posición y distancias... Pero por otro lado, el programa me da ¡una magnitud de 14,20 para la componente B! (USNO J0209291 + 255740), cosa que es prácticamente imposible, ya que con mi telescopio de 127mm no puedo alcanzar estas magnitudes tan débiles.

Continúo mosca y decido quemar las naves. Voy a la web del Centre de Données astronomiques de Strasbourg a consultar esta doble con el potente programa Aladín y me encuentro con esto:

Coincide con lo que vi, con las separaciones dadas, con los ángulos de posición dados... y las magnitudes que da Aladin para las diferentes componentes son las siguientes:

Primaria: 4,983
B: 11,33
C: 7,92

Con lo que ya dejo de estar mosca al comprobar que esto ya está más en concordancia con lo que pude observar por mi telescopio (What you see is what you get).

Conclusión: El dato de la magnitud de la componente B que aparece en el Washington Double Star Catalog no es correcto.

Para acabar, tan sólo comentar que una de las cosas que me ha llamado también la atención es comprobar que el WDS considera componente C a la compañera más brillante que se encuentra más alejada de la principal. La componente con magnitud 11,3 sería la B (USNO J0209291 + 255740), que se encuentra con un AP de 34º y una separación de 93,2".

Tendría que investigar un poco para saber qué criterios se utilizan en la nomenclatura de las estrellas secundarias de los sistemas múltiples.

Pensaba que el criterio venía dado por el brillo de las componentes, pero en el caso de 14 Arietis no es así. Y tampoco es un criterio universal considerar la distancia a la estrella principal... pero esto ya es otra historia.

Me quedo con la satisfacción de comprobar que mis observaciones pueden ir un poco más allá y conseguir hacer mis propios "descubrimientos".

martes, 17 de noviembre de 2009

El Cinturón de Orión

Para empezar a disfrutar de la astronomía no es necesario disponer de un telescopio. Con unos simples prismáticos, asequibles a todo el mundo, se puede observar un buen número de objetos realmente interesantes. Incluso hay maravillas en el cielo que, debido a su extensión, es casi una obligación observarlas con prismáticos mas que con telescopios.

Uno de estos objetos difícilmente pasa inadvertido en los cielos de invierno, se encuentra en la constelación de Orión y es conocido por innumerables nombres: El Cinturón de Orión (Orion's Belt), Collinder 70, Las Tres Marías, Los Tres Reyes Magos, "Els Bordons"...

La noche del 16 de noviembre de 2009, llegué a casa bastante cansado después de un día de duro trabajo. Tomé una cena rápida y decidí salir fuera antes de irme a dormir a ver si me despejaba un poco. Nada más asomar la cabeza no pude evitar lanzar una pequeña exclamación: por el Oeste empezaba a esconderse el triángulo de verano, formado por las estrellas Vega, Debeb y Altair... mientras que por el Este, empezaba a asomar la majestuosa constelación de Orion...

Ya sé que teniendo que volver a trabajar a la mañana siguiente, lo aconsejable hubiera sido contentarme con esta espléndida visión que enfrentaba al cielo de verano con el cielo de invierno e irme a descansar a una hora razonable... pero si una cosa he aprendido durante mis años de observación astronómica es que nunca debe dejarse pasar una buena noche... porqué nunca sabes cuándo vas a tener otra.

Para apaciguar un poco mi mala conciencia decidí utilizar tan sólo los prismáticos 15x70 y mantener aparcado el telescopio. Pero lo que no pude evitar fue sacar el trípode fotográfico, montar en él los prismáticos y dibujar la zona del cinturón de Orion:

Lo primero que llama la atención son las tres estrellas protagonistas de este asterismo: Mintaka, que brilla con magnitud 2,4 y se encuentra a 919 años luz de distancia, en la parte superior del dibujo; Alnilam, en el centro, con una magnitud de 1,65 y a 1.359 años luz; y Alnitak, en la zona inferior, con magnitud 1,85 y a 826 años luz.

Las tres presentan un color blancuzco muy bonito. Pero una de las cosas que más me atraen es que si uno se fija, teniendo los prismáticos bien sujetos, puede comprobar que Mintaka es una doble que puede ser perfectamente desdoblada con prismáticos. Una maravilla... muy delicada.

A parte de esto, tanto la estrella que queda a la derecha de Alnilam, HIP26108, como la que queda a la derecha de Mintaka, 31 Orionis, presentan un precioso color anaranjado que contrasta con el blanco inmaculado de las tres estrellas principales.

Desde cielos más oscuros creo que se podría sacar más partido a la observación, pero con cierta contaminación lumínica como sufro, lo que he plasmado en el dibujo es lo que hay.

Sea como sea, disfruté un buen rato y pude olvidarme en cierta manera de las preocupaciones del trabajo... hasta que por la mañana volvió a sonar el despertador...

ASOD: 21-11-09

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ocultación de Saturno por la Luna - 22 de mayo de 2007

Continúo sin poder disfrutar de una noche de observación en condiciones este mes de noviembre. Así que vuelvo a repasar mis libretas de observación y mis antiguos comentarios.

El 22 de mayo de 2007 era una fecha que tenía anotada en la agenda de observación desde hacía más de un año. El motivo no era otro que la ocultación a las 19h 36m 34sg T.U. de Saturno por la Luna, un evento que me hacía especial ilusión observar. Era mi primera ocultación, y confiaba en poder ser testigo de un fenómeno realmente espectacular.

Por la mañana, al levantarme, eché un vistazo por la ventana de mi habitación y no pude reprimir un cierto sentimiento de decepción: estaba nublado. Durante todo el día las nubes fueron las dueñas del cielo, y sin ninguna perspectiva de mejora. Estaba desesperado. Una hora antes de empezar la ocultación no se veía ni la Luna... pero la esperanza debería ser lo último que se pierde.

Tuve realmente mucha suerte. Media hora antes, ya pude ver la Luna, eso sí, amortiguada por, no sabría decir, si por nubes bajas o por humedad... y media hora después de la ocultación, las nubes volvieron a hacer desaparecer la Luna. Otra modalidad de ocultación que no me atrae especialmente...

El caso es que cuando ya prácticamente me había resignado a perderme el espectáculo, viendo aparecer la Luna, monté a toda velocidad el telescopio, la Neximage y el ordenador y crucé los dedos.

Cómo debía estar la visibilidad que no era capaz de ver Saturno a simple vista.

Cogí los prismáticos 15x70 y la visión tampoco daba demasiado de si. Pero no podía entretenerme en lamentaciones, decidí ponerme manos a la obra y puse en marcha la cámara Neximage montada en mi SC de 127mm. Hice unos rápidos ajustes y me encontré con los primeros problemas: La mala visibilidad no permitía que Saturno ofreciera detalle alguno y el hecho que se ocultara por la parte “oscura” de la Luna hizo que me resultara prácticamente hacer ninguna foto en condiones.

Empecé a ponerme nervioso, y cuando quise darme cuenta, Saturno ya había desaparecido detrás de la Luna. Por suerte, pude verlo por la pantalla del ordenador mientras estaba intentando ajustar los controles de la cámara. Pero como aquél que dice, me quedé con un palmo de narices.

Entonces, comprobé con el Starry Night que disponía de aproximadamente una hora antes que volviera a reaparecer Saturno. Imaginé (o por lo menos quise darme ánimos) que sería más fácil hacer una foto de la reaparición más que de la ocultación, por la sencilla razón que la luz de la Luna me permitiría ajustar mejor la cámara.

Pero delante de mi sorpresa, llegó el momento previsto de la reaparición... y no vi ¡ni rastro de Saturno! Me puse más nervioso, si cabe, y comprobé que Saturno efectivamente, había reaparecido en el momento previsto, pero que yo no lo había visto porqué la cámara estaba adaptada a la fuerte luz que emitía la Luna y por tanto, Saturno prácticamente no se veía. Solté algún que otro improperio y me dije que tenía que salvar la noche de alguna manera u otra.

Reajusté la cámara con los parámetros ideales para la Luna, y a continuación, la configuré para fotografíar Saturno. Como ya he comentado, las condiciones eran bastante malas, y la noche iba torcida, pero con todo, al final fui capaz de conseguir un humilde registro fotográfico testimonial, pero que a mi me supo a gloria:

La fotografía, de hecho es la unión de dos tomas independientes que hice de la Luna y del planeta... y es lo mejor que pude sacar esa noche.

Una vez conseguido el “trofeo” y en vista que no podía mejorar las tomas, decidí desmontar la cámara y dedicarme a disfrutar visualmente del panorama. Realmente, mucho más gratificante.

Primero coloqué el ocular de 25mm (50x) y contemplé algo que no se ve precisamente todos los dias... la Luna y Saturno en el mismo campo de visión del telescopio.

No hacía falta montar el filtro lunar, ya que las nubes se encargaban de realizar su tarea. Era espectacular, y su sola visión recompensó todos los esfuerzos y los nervios que pasé para ver esa ocultación.

Puse el ocular de 18mm (69x) y me empezó a caer la baba... Ya sé que científicamente, ni mi estado de ánimo en ese momento, ni la ocultación en si, no aportan actualmente gran cosa... pero estéticamente fue una experiencia impagable.

Estaba viendo la Luna, el satélite que gira alrededor de la Tierra, veía sus cráteres, sus mares, su majestuosa desolación... y cerca de ella, tímido, pequeño, aunque en realidad mucho más grande que la Luna, aparecía Saturno, un planeta gigante que se encuentra a unas 10 veces la distancia de la Tierra al Sol, es decir, 1.425 millones de km. Y yo, disfrutando del espectáculo.

En definitiva, la meteorologia no acompañó, aunque por suerte, tuve una cierta ventana temporal durante la ocultación. Hice un papel bastante lamentable fotográficamente hablando. Me perdí visualmente la “salida” del planeta ... Pero a pesar de todo ello, lo pasé genial, y me quedó grabada en mi memoria una imagen preciosa que no olvidaré nunca... y una foto testimonial.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Buscando el cráter Linné

Este mes de noviembre el tiempo no acompaña, y casi no he podido sacar el telescopio. En temporadas así, lo mejor es dedicarse a preparar futuras sesiones de observación, u organizar anotaciones que estuvieran pendientes de revisión.

Revisando mis libretas, me he encontrado con mi experiencia personal con un cráter muy peculiar: Linné.

Leyendo “Observing the Moon” de Gerald North, me llamó la atención la historia de Julius Schmidt y el cráter Linné.

A lo largo del siglo XIX, varios importantes observadores lunares (Lohrmann, Beer, Mädler y el mismo Schmidt) describieron al cráter Linné, situado al nordeste del Mare Serenitatis, como un cráter profundo. Pero en 1866 Schmidt, que era director en el Observatorio de Atenas, anunció que el cráter había ¡desaparecido! y que en su lugar había tan sólo una pequeña mancha de luz.

Se produjo un gran revuelo, y se llegó a pensar que Linné era un volcán activo que había entrado en erupción. Y la controversia duró unos cuantos años...

De hecho, hasta 1967 no pudo demostrarse que Linné era tan sólo un pequeño cráter de 2,5 km. de diámetro y una profundidad de 500 m. gracias a las fotos realizadas por las sondas espaciales.

Aquí está una foto tomada por el Apollo XV del cráter en cuestión:

http://history.nasa.gov/SP-362/ch5.1.htm

La explicación de estos cambios es sencilla. Se debe a que cuanto más se eleva el Sol sobre Linné, más se ilumina la aureola de eyectos que lo rodea, hasta alcanzar los 10 km. de diámetro en función del ángulo con que incide la luz cada día de lunación, el cual varía según la libración.

Con esta información me picó el gusanillo y me propuse intentar observarlo con mi telescopio SC Nexstar 5i de 127mm. Tarea nada fácil, ya que se encuentra en mi límite de resolución teórica y lo más probable es que no pudiera ver el cráter, sin embargo, pensé que por lo menos la “pequeña mancha de luz” sí podría verla.

La noche del 6-10-2008, a las 20,00h T.U., con un seeing de 3/5, un poco nublado y con la Luna no demasiado alta, monté el telescopio y empecé la observación.

Con 69x localicé la Luna, y con 125x me centré en el Mare Serenitatis. En un primer vistazo no vi nada especial, tan sólo me llamó la atención el cráter Bessel, realmente bonito, ya que al encontrarse aislado en medio del Mare Serenitatis, contrasta de manera espectacular.

Pero yo no iba a eso, así que no me entretuve demasiado y puse los 208x y me centré en la zona donde pensaba que debía encontrar a Linné. No vi ni rastro del cráter, pero sin embargo, forzando un poco la vista, vi una manchita blancuzca enfrente del cráter Autolycus dentro del Mare. ¡Eureka!, eso es: tal como me imaginé, no pude ver el cráter, pero si su corona de luz.

Esta es una pequeña foto testimonial de esa noche que hice con la cámara Neximage. La calidad no es muy buena, pero en cierta manera, muestra lo que vi:


Al final forcé los 250x, pero el seeing no acompañaba para tanto.

El 30 de mayo de 2009 volví a hacerle una fotografía, pero esta vez con la cámara DBK. Curiosamente, como una especie de demostración empírica sobre las diferentes percepciones que se pueden tener de Linné, no se aprecia tanto la aureola blanca, debido a que los rayos del Sol todavía no lo cogían de lleno, sin embargo, sí se puede apreciar el cráter propiamente dicho:

En fin, hasta aquí mi experiencia.

Por cierto, según “Descubrir la Luna”, se puede ver bien en la séptima noche, y según el “Virtual Moon Atlas” en la sexta noche.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Zona del Cráter Pythagoras

Ya he comentado en alguna ocasión la dificultad que representa la observación de la Luna cuando ésta se encuentra cerca de su plenitud. Principalmente, por culpa de su excesivo brillo que impide un buen contraste en los accidentes observados.

Sin embargo, la noche del 2 de octubre de 2009, cuando la Luna se encontraba iluminada en el 98% de su superficie, pude disfrutar un buen rato observando la zona del cráter Pythagoras.

Esta es la foto que hice con la DBK21AU04.AS a foco primario de mi SC de 127mm, y a continuación, he rotulado los nombres de los cráteres que más me llamaron la atención:

Una de las cosas que más me gusta cuando observo cráteres que se encuentran cerca del limbo lunar y que se muestran en perspectiva... es la sensación que me produce de estar orbitando la Luna con una nave espacial...

Cuando dirigí el telescopio a la zona que quería observar, lo primero que me llamó la atención fue Pythagoras, un cráter de impacto de unos 128 km. de diámetro que, a pesar de presentarse con una forma oblícua, permite la observación de un buen número de detalles, empezando por la pared donde le da de lleno el Sol y en la que se adivina alguna terraza, y siguiendo por su pico central, que brillaba magnífico y que destaca por mostrar un doble pico que se eleva 1,5 km. Como un espectacular contraste, la sombra proyectada a sus espaldas se muestra de manera desafiante, al igual que la sombra lineal de la pared que limita con otro espectacular cráter: Babbage.

Tanto Babbage, como Anaximander, como J. Herschel... ya se encuentran mimetizados por el excesivo brillo solar, pero con todo, ofrecen un bonito espectáculo.

Con el que sí que estoy un buen rato disfrutando de él, es con Harpalus. Un cráter más pequeño, 40km de diámetro, pero que resulta especialmente interesante. Tal como lo pude ver, me dio una estremecedora sensación de profundidad, gracias sobretodo a lo nítidas que se apreciaban las gradas que forman sus paredes.

Para concluir con la observación me animé a hacer un boceto (no me atrevo a elevarlo a la categoría de dibujo) de la zona:

Sea como sea, unas agradables horas observando la Luna...

viernes, 6 de noviembre de 2009

Eta Persei - STF 307. Espectacular estrella múltiple en Perseus

Eta Persei es una doble de colores espectaculares. Impresionante. Preciosa.

A 50x se puede disfrutar de una estrella principal que presenta un color amarillo muy marcado acompañada a una distancia cómoda por una componente B de color azul celeste que contrasta a la perfección.

Y si esto fuera poco, forma un bonito asterismo triangular con dos estrellas: TYC3704-481-1 de magnitud 9,18 y TYC3704-666-1 de 8,78, ambas de un color azul/blancuzco muy sereno.

Esto es lo que se consigue con un pequeño telescopio y desde un lugar con contaminación lumínica moderada.

Pero al poner los 69x continúa el espectáculo, aunque ya empieza a ser necesario disfrutar de unos cielos con algo de calidad. A estos aumentos descubro que cerca de Eta Persei (STF307) "brillan" un buen número de estrellas bastante más débiles, alrededor de la magnitud 10-11.

Entonces, teniendo en cuenta que sólo esperaba encontrar un par y que he acabado contemplando a toda una multitud... decido volver a ella al día siguiente habiendo recabado un poco más de información sobre este sistema múltiple.

Para ello he encontrado dos webs muy interesantes:

http://www.starobserver.eu/multiplestars/etapersei.html

http://homepage.univie.ac.at/Peter.Wienerroither/pwafods/02507+5554.htm

Al día siguiente, el 17 de octubre de 2009, vuelvo a visitar Eta Persei, y esta vez voy preparado.

Esta es la foto que le hice con la Nikon D70s a foco primario del SC de 127mm:

Después de hacer la fotografía, me pongo de nuevo con el ojo pegado al ocular.

A 166x puedo distinguir mejor las estrellas más débiles y consigo verlas con más comodidad. Y después de estar un buen rato disfrutando del conjunto, decido hacer un dibujo sobre el terreno:


Y con el Photoshop decidí volver a dibujar el conjunto para recordar mejor los colores:



Y para completar un poco, dejo aquí los datos que aparecen en el listado del WDS:

Nombre / Angulo de Posición (º) / Separación (") / Magnitudes

02507+5554 STF 307AB / 302 / 28.6 / 3.76 - 8.50
02507+5554 STF 307AC / 270 / 68.9 / 3.76 - 9.9
02507+5554 SHJ 34AE / 206 / 239.0/ 3.76 - ?
02507+5554 WAL 19AF / 25 / 57.5 / 3.76 - 11.44
02507+5554WAR 1CD / 116 / 5.1 / 9.9 - 10.4

En conclusión, una doble preciosa para pequeños telescopios que está acompañada de un buen reto de componentes secundarias más débiles, pero que confieren una espectacular vista.

No sé si se habrá notado que disfruté como nunca observando esta doble...