viernes, 21 de julio de 2017

STF1932AB – Un buen reto en Corona Borealis

Tal vez las estrellas dobles que más me gusta observar son aquellas que poseen dos componentes gemelas y cercanas entre sí. Siempre me han recordado a los ojos de un peligroso felino que estuviera acechándome en la oscuridad.

Como puede verse, en mi caso por lo menos, la observación astronómica no está reñida con la imaginación.

Sin embargo, ese efecto se pierde si las dos componentes se encuentran demasiado próximas. Pero lo que es un inconveniente en este sentido, es una gran ventaja a la hora de desdoblar pares muy cerrados. El hecho de tener magnitudes idénticas o similares nos permite separarlas sin tanta exigencia como la que tendríamos si fueran de brillo excesivamente contrastado.

En la peculiar y fácilmente identificable constelación de Corona Borealis podemos encontrar una doble exigente, pero asequible gracias a sus componentes gemelas. Se trata de STF1932AB, un bonito reto para pequeños y medianos telescopios.

Carta generada con Cartes du Ciel
Sinceramente, cuando la observé por primera vez con mi SC de 127mm el 21 de junio de 2010, no esperaba que fuera tan “fácil”. Lo que demuestra que los retos son menos complicados cuando nos encontramos ante una buena noche como la que disfruté en su día.

Localicé la estrella a 50x y conociendo la crítica la separación de sus componentes (1,6”), puse sin contemplaciones el ocular de 7,5mm (166x). Y comprobé con sorpresa que ya podía distinguir dos soles gemelos, puntuales,  perfectamente separados y ambos con un color blanquecino. La palabra que me vino a la cabeza fue: Serenidad.


Estuve un buen rato disfrutando de la vista, dejándome llevar por la belleza de este par tan apretado.

Apostaría que en una noche con más turbulencia hubiera tenido serias dificultades con ella, pero esa noche fue fantástica.

Situada a una distancia de unos 117 años luz de distancia, sus componentes A y B completan una órbita en unos 203 años. Ambas presenta una clase espectral F6V y la principal, es así mismo una doble que aparece catalogada como CHR 45. Imposible en visual, pero que sirve para volver a hacer volar mi imaginación cada vez que la observo.

viernes, 7 de julio de 2017

El Gran engaño de la Luna (The Great Moon Hoax)

Cuando buscamos información por internet deberíamos mantener siempre una actitud crítica sobre lo que leemos, intentar contrastar fuentes y evitar creer que todo lo publicado en la red es cierto.

Quiero creer que la gran mayoría de los usuarios de internet, somos conscientes de ello, y aunque no estemos libres de caer en algún engaño o falsa noticia, como mínimo intentamos que siempre nos acompañe el pensamiento crítico.

Esta reflexión me ha venido a la cabeza después de leer acerca de una historia que no conocía referente a la “investigación” lunar, historia que se conoce como el “Gran engaño de la Luna” (The Great Moon Hoax).

El 25 de agosto de 1835, un prestigioso diario neoyorquino, “The Sun” publicó (sin firma de autor) el primero de una serie de seis artículos donde daría a conocer los impresionantes descubrimientos lunares realizados, según mostraba el titular, por Sir John Herschel gracias a un nuevo telescopio “de vastas dimensiones y construido bajo un principio completamente nuevo”.   

The Sun
Según se relata, “Herschel el hijo , desde su observatorio situado en el hemisferio meridional , ba llegado á hacer los mas estraordinarios descubrimientos en todos los planetas de nuestro sistema solar; ha descubierto planetas eu otros sistemas solares; ha conseguido ver con la misma claridad los objetos en la Luna , que la simple vista los distingue en la tierra, á la distancia de 100 varas poco mas ó menos; ha fijado afirmativamente la cuestion de si este satélite está ó no habitado , y por qué clase de seres lo está; ha establecido sobre bases firmes una nueva teoría sobre los fenómenos producidos por los cometas, y ha resuelto ó corregido casi todos los problemas principales de la astronomía matemática”.

La fuente que aportó todos los datos que permitieron la redacción de los artículos fue el Doctor Andrew Grant, discípulo de William Herschel y estrecho colaborador de John Herschel. Todos estos magníficos descubrimientos se realizaron gracias al flamante nuevo telescopio de Herschel cuya historia y características técnicas son descritas minuciosamente en los artículos.

Se apunta con todo tipo de detalles lo que Herschel fue viendo en la Luna. Lo primero que percibió fue una vasta extensión donde predominaba la presencia de “una flor de color encarnado oscuro exactamente igual, dice el doctor Grant , el Papaver Rheas ó amapola de la tierra, siendo esta la primera produccion orgánica de la naturaleza en un mundo estraño en que jamás se fijó la vista del hombre”.

Pero las maravillas naturales no quedaron ahí:

“Los árboles , dice el Dr. Grant , por espacio de 10 minutos, fueron de una misma especie, diferentes de todos los que yo he visto, escepto la parte mas corpulenta de los tejos que se hallan en los cementerios ingleses, con los que tienen alguna semejanza. A estos se siguió una verde llanura, la cual, medida por el círculo señalado en nuestro lienzo de 49 pies, debia tener mas de media milla. Despues apareció un hermoso bosque de abetos , que indudablente lo eran, en un todo semejantes á los que se crian en el seno de las montañas de mi patria. Cansados de la duracion de estos, redugimos mucho el poder aumentador del microscopio, siu eclipsar ninguno de los reflectores, é inmediatamente percibimos que sin sentir habíamos ido descendiendo, por decirlo así, por un distrito montañoso en estremo variado y romántico, y que nos bailábamos á la orilla de un lago ; pero sin que pudiésemos determinar su estension y localidad relativa , porque todavía veíamos los objetos con demasiado aumento”.

Resulta asombroso la manera en que describía lo que iban descubriendo, un verdadero catalizador para la imaginación de los lectores:

"El agua , todas las ocasiones que la vimos , tenia un color tan azul como el del Occéano , y se estrellaba en grandes olas blancas contra la playa”.

Y como cabía esperar, tanta vegetación daba cobijo a una serie de animales. Finalmente, se había encontrado vida fuera de nuestro planeta. Una noticia en exclusiva digna de aparecer en primera página:

“En la sombra de los bosques por la parte del Sur vimos repetidas manadas de cuadrúpedos de un color pardo, con todas las señales esternas del bisonte, pero mas pequeños que ninguna especie de este género en nuestra historia natural. La cola era como la de nuestro bosgrunniens; mas por sus cuernos semicirculares, por el bulto que tenian en la espalda, por lo largo de su papada y por lo largo y lanudo de su pelo , se asemejaban mas á la especie antedicha. Tenian, sin embargo, una faccion distintiva, y que despues hemos encontrado ser comun á casi todos los cuadrúpedos de la Luna, á saber: una notable carnosidad sobre los ojos que les cruza toda la frente y se une á las orejas. Este peludo velo pudimos verlo con toda claridad , y su figura era como el frontis superior de cierto gorro que usan nuestras señoras, y el cual bajan y suben valiéndose del movimiento de las orejas”.

“El siguiente animal que observamos, seria clasificado en la tierra entre los monstruos; era de un color de plomo azulado, del tamaño de una cabra, con la cabeza y barba como las de esta, y un solo cuerno i algo inclinado hacia afuera, pero casi perpendicular”.

“En cuanto á animales, distinguió nueve especies de vivíparos, y cinco de ovíparos. Entre los primeros se encuentra una especie de gamo pequeño , el alce , el mosa, el oso cornudo y el castor bípedo”

Y sigue describiendo la fauna que van descubriendo con el telescopio. Lo que daríamos por tener uno que nos ofreciera estas vistas de la Luna…

El relato llega a su momento álgido con la vista de lo que identifican como vida inteligente:

“Nos quedamos sobrecogidos de asombro al percibir sucesivamente cuatro bandadas de unos seres alados de gran tamaño, enteramente diversos de ninguna especie de aves, los cuales descendieron con un movimiento lento é igual desde los despeñaderos del lado occidental , y vinieron á posarse en la llanura. El primero que los observó fue el Dr. Herschel, y esclamó: «Ea, caballeros, mis teorías contra sus pruebas de Vds. vuelven como otras muchas veces, á salir gananciosas: aquí tenemos cosa digna de ser observada. Yo estaba perfectamente persuadido de que si lográbamos descubrir seres de figura humana en la Luna, seria en esta longitud, y que el Criador los habria dotado de algún medio estraordinario de locomocion; pero cambiemos este cristal por el mio señalado con la D. » Colocado este con la posible brevedad , nos presentó una hermosa vista á distancia de media milla , y contamos hasta tres cuadrillas de estos seres, una de doce, otra de nueve y otra de quince individuos, que andando en dos pies y derechos , se dirigian á un pequeño bosque próximo á la base de los precipicios de la parte del E. No cabe duda en que se asemejaban á seres humanos, porque al andar, no se les veian las alas, y su marcha era erecta y llena de dignidad”.

“Dímosles la denominacion científica de Vespertilio-homo ú hombre murciélago ; y es indudable que son criaturas inocentes y felices, aunque algunas de sus diversiones no se avendrian muy bien con el decoro de nuestras costumbres terrestres”.


El autor del artículo debió darse cuenta que tal vez los lectores no creerían lo que estaban leyendo, así que se justificó de esta manera:

“Hemos obedecido, como debíamos, con toda fidelidad, el encargo privado que nos ha hecho el Dr. Grant de omitir ciertos pasages de su correspondencia eminentemente curiosos, aunque no nos hacen mucha fuerza las razones que para ello nos da. Es cierto que los párrafos suprimidos contienen hechos que serian absolutamente increíbles para aquellos lectores que no ecsaminan escrupulosamente los principios y capacidad del instrumento á que se deben tan portentosos descubrimientos; pero lo mismo sucederá con casi todos los que han tenido la bondad de permitirnos publicar: razon por qué nos pareció que la esplícita descripcion que hemos hecho del telescopio era un preliminar de la mayor importancia. Por estos , pues, y otros pasages que nos han sido proibidos , y publicará el Dr. Herschel , con certificados de las autoridades civiles y militares de la colonia y de varios clérigos episcopales, wesleyanos y de otras sectas, á quienes en el mes de marzo último se permitió, bajo palabra de honor de que habian de guardar el secreto temporalmente, visitar el observatorio, y ser testigos oculares de las maravillas sobre que iban á certificar, estamos seguros de que su obra será á un mismo tiempo la mas sublime en la ciencia , y lo mas interesante para la generalidad , que jamás ha dado de sí la prensa”.

Y por si había alguna duda acerca de la inteligencia de los pobladores lunares, la presencia de un magnífico templo:

“El primer objeto que en este valle apareció sobre nuestro lienzo, fué una magnífica obra del arte..... ¡ Un templo! Era su figura la de un triángulo equilátero, construido de saliro pulimentado ó de alguna piedra azul resplandeciente, que como él presentaba millares de puntos dorados y luminosos que brillaban centelleando espuestos á los rayos del Sol”.


Y la conclusión final a partir de las observaciones realizadas:

“El universal estado de amistad en que viven todos los seres animados de la Luna, y la aparente carencia de toda especie carnívora ó feroz , nos causó el mas esquisito placer , y nos hizo doblemente cara á esta amable compañera nocturna de nuestro mas voluminoso, pero menos favorecido mundo. Toda mi vida , cuando eleve la vista a la gran bóveda azul , y bendiga la benéfica luz de este planeta, recordaré entusiasmado las escenas de hermosura, grandeza y felicidad que su superficie me ha ofrecido, no por medio de un vidrio ahumado; sino cara á cara”.

La serie de artículos termina de forma abrupta remitiendo a un futuro libro preparado por John Herschel:

“(…) prefiero que salga su descripcion por primera vez al público en la historia natural de aquel planeta que está imprimiendo el Dr. Herschel i autenticado en debida forma”.

Las ventas del periódico aumentaron considerablemente, el interés de los lectores era indiscutible y muchos otros periódicos a nivel internacional se hicieron eco de la noticia. Aunque es cierto que había defensores y detractores de la veracidad de la noticia.

Al cabo de unos meses se confirmó el engaño, ya que el propio John Herschel, al ser preguntado acerca de “sus” descubrimientos lunares no pudo por menos que desmentirlos de manera jocosa, aunque al final, llegó a convertirse en un incordio para él, ya que continuamente era interpelado acerca del fenómeno.

The Sun nunca llegó a retractarse, y aunque posteriormente se atribuyó “la broma” al periodista Richard Adams Locke, que por cierto nunca reconoció en público, y se comprobó que el tal Dr. Grant no existía, parece que esto no importó a sus lectores que siguieron comprando el respetable periódico.

Como he comentado al principio, desconocía esta historia, y en un primer momento me ha parecido inverosímil, sin embargo, si tenemos en cuenta cómo se encontraba el mundo, y en especial las comunicaciones, hacia 1835, puedo llegar a comprender lo que ocurrió.

Sin ir más lejos, el 30 de octubre de 1938, Orson Welles y su “Guerra de los Mundos” hizo reflexionar a más de uno acerca del problema que supone creer todo lo que nos explican los medios de comunicación sin molestarnos en contrastar las noticias.

Nota:
Aquí se puede encontrar la traducción de los artículos realizada en 1836 por Francisco de Carrión digitalizada por Goggle:

domingo, 2 de julio de 2017

Artículo en el OED-19: ¿Por qué observo estrellas dobles?

Como buen aficionado a las estrellas dobles, no dejo de estar pendiente de la aparición de un nuevo número de “El Observador de Estrellas Dobles”, una publicación de referencia internacional editada por tres magníficos compañeros, Rafael Benavides Palencia, Juan-Luis González Carballo y Edgardo R. Masa Martín.

Ya está disponible el nº 19 correspondiente al segundo semestre de 2017 y que puede descargarse desde la página oficial de la publicación:

https://elobservadordeestrellasdobles.wordpress.com/2017/06/30/no-19-de-el-observador-de-estrellas-dobles/

El Observador de Estrellas Dobles
A parte de grandes artículos sobre mediciones, técnicas y novedades, en el OED existe una sección habitual que nos suele acercar al aspecto más humano de la afición, ¿Por qué observo estrellas dobles?. En ella cada número, un compañero relata de una manera muy personal las razones y acontecimientos que le condujeron a aficionarse al mundo de las estrellas dobles, su relación con ellas y lo que significa en su día a día astronómico. En definitiva, la experiencia personal. Es una sección que siempre leo, ya que me siento muy identificado en la mayoría de casos que se exponen.

Y gracias a la invitación de los editores, en este número 19 soy yo el encargado de compartir con todos los lectores mi experiencia y relación con este fascinante campo de la afición astronómica.

Os invito a leer la publicación, una herramienta muy útil para todos los amantes de las dobles, y en particular la sección de “¿Por qué observo estrellas dobles?”, ya que como digo al final del artículo: “He podido comprobar que una vez has caído en las redes de las estrellas dobles, nunca podrás escapar de ellas, y lo bueno es que no tengo ningún reparo en aconsejar a cualquier aficionado que se deje atrapar por ellas, no lo va a lamentar”.

Gracias a Rafael, Juan-Luis y Edgardo y a todos los colaboradores habituales. Somos muchos los que os agradecemos y valoramos vuestro tiempo, dedicación y ganas de compartir vuestra experiencia con todos nosotros.