viernes, 2 de abril de 2021

Contaminación lumínica

En alguna ocasión he comentado que mi fascinación por el cielo nació de pequeño. Durante los meses de verano iba a mí pueblo, que con poco más de 700 habitantes y apartado de grandes núcleos urbanos, ofrecía unos cielos oscuros realmente espectaculares. Mi padre empezó a enseñarme las constelaciones más fáciles de identificar, y mi imaginación hacía el resto.

Más adelante mi afición por la astronomía fue creciendo hasta que finalmente decidí comprar mi primer telescopio. Y realmente fue una decisión muy acertada, ya que las horas que he pasado bajo la noche estrellada, han sido un verdadero bálsamo para mi ajetreado y complicado día a día.

Vivo en Barcelona, pero conservamos la casa familiar en mi pueblo, y ella se convirtió en el centro neurálgico de mi afición, gracias a sus buenos cielos. La contaminación lumínica hace estragos en Barcelona, pero en mi pueblo, aunque no esté completamente libre de ella, sí es bastante contenida. Se puede ver la Vía Láctea perfectamente.

Hasta ahora.

Después de unos cuantos meses de confinamiento, sin poder salir de Barcelona y sin poder acercarme a mi pueblo, finalmente, esta Semana Santa he podido volver. Y lo que me pensaba serían unos días para recuperarme de la mala época que nos está tocando vivir a todos, me encuentro con esto:

En la actualidad mi pueblo tiene poco más de 500 habitantes, como muchos otros, con una preocupante tendencia al despoblamiento, pero curiosamente, la contaminación lumínica va en aumento.

No sé cuáles han sido exactamente las razones para instalar estos focos en la fachada de la iglesia, aunque me las puedo imaginar, pero esto implica que mi casa en el pueblo ha dejado de ser el oasis donde poder practicar con comodidad mi afición a la astronomía. Está visto que si quiero cielos oscuros tendré que desplazarme con el coche, y la verdad, es que tener que mover un SC de 235mm con su CGEM y demás trastos, no es que sea muy motivador.

Antes era un privilegiado al poder disfrutar de unos cielos oscuros sin salir de casa (y no era muy consciente de ello). Ahora estoy muy desanimado viendo que poco a poco van aumentando las dificultades que se me presentan para poder seguir practicando la afición.

Actualmente hay problemas más graves, lo sé, y también los padezco, pero estos focos, realmente me han golpeado el alma.