viernes, 27 de febrero de 2015

Nebulosa Rosetta en Monoceros

El pasado 24 de diciembre de 2014 tuve la oportunidad de observar el cúmulo abierto NGC2244 que es el que se encuentra en el centro de la monumental nebulosa conocida como Rosetta, en la constelación de Monoceros:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2015/02/ngc2244-cumulo-abierto-en-monoceros.html

En su momento tuve que centrarme sólo en el cúmulo, ya que la nebulosa es muy extensa y no cabía en el campo del ocular de mi SC de 235mm. Pero la noche del 20 de febrero de 2015, decidí montar el refractor ED80 y pude por fin, dedicar el tiempo a observar la Rosetta.

A pesar de abarcar 1,2º de campo y presentar una magnitud visual estimada de 9,0, percibir la nebulosa no es sencillo.

En primer lugar, hay que utilizar una configuración de equipo que te permita abarcar un campo realmente extenso. En segundo lugar, unos cielos oscuros resultan indispensables. En tercer lugar, es necesaria una noche con buenas condiciones atmosféricas. En cuarto lugar, el uso de filtros, UHC o, mejor en este caso OIII, me atrevería a decir que son imprescindibles; y finalmente, si no somos capaces de conseguir una óptima adaptación de la vista a la oscuridad, tampoco podremos exprimir al máximo esta zona rica en nebulosidad.

Con la experiencia de la observación realizada en diciembre con el SC de 235mm y esta serie de condicionantes, apunté el ED80 hacia la zona donde debería encontrarse la Rosetta (NGC2237-38-46).

Nada más poner el ojo en el ocular me encuentro con un campo estelar realmente rico y espectacular, pero la nebulosidad no aparece por ningún lado.

Respiro hondo y tomo la decisión de dibujar las estrellas que veo y posteriormente, centrar todos mis esfuerzos en percibir la nebulosa. Primero dibujo las estrellas más brillantes, que resultar ser unos excelentes puntos de referencia para, posteriormente, ir dibujando las estrellas más débiles que voy percibiendo.

Me he dejado algunas componentes débiles, pero mientras estaba dibujando las estrellas ha empezado a soplar alguna racha de viento que no me ha gustado nada. De manera que teniendo en cuenta que el objetivo de la noche era la nebulosa, he decidido obviar las estrellas que precisaban de cierto esfuerzo extra para ser percibidas.

Concluida esta primera etapa del dibujo, he apagado la linterna roja, y he descansado la vista unos minutos. Después me he entretenido un rato identificando constelaciones a simple vista y finalmente he vuelto a sentarme para poner el ojo en el ocular. Creo que ya estoy en condiciones de abordar la caza de la nebulosa.

Y realmente es así. Empiezo a notar una zona bien marcada en forma de semi-arco que parece querer envolver a NGC2244, el cúmulo central de Rosetta. Poco a poco, y no tan marcadas, aparecen otros puntos en el campo del ocular que muestran la presencia de nebulosidad.

En este momento de la observación, en la que percibo varias nebulosidades esparcidas, separadas entre sí de manera evidente, recuerdo con una sonrisa en los labios el proceso por entregas del descubrimiento de Rosetta que comenté en la entrada anterior dedicada a NGC2244.

Y en lo que respecta al cúmulo, se ve bastante diferente esta noche con el ED80 respecto a cómo lo vi cuando lo observé con el SC de 235mm. Lo que me hace ver que tomé una buena decisión al querer dedicarle una observación en exclusiva a grandes aumentos.

Pero no sólo veo las nebulosas, si no que estrellas débiles que antes me costaba identificar, ahora se muestran bien presentes, pero no quiero abrir la linterna para dibujarlas, ya que perdería la adaptación a la oscuridad que tanto me ha costado conseguir.

Llegados a este punto decido incorporar el filtro OIII al ocular, y sinceramente, la cosa mejora de forma ostensible. Eso sí, adiós a las estrellas más débiles., pero las zonas de nebulosidad más marcadas se aprecian mucho mejor, y a lo largo y ancho del campo aparecen de manera tenue, presencias nebulosas con aspecto fantasmagórico. Es emocionante.

Y más cuando pongo a trabajar mi cerebro para que sea capaz de identificar la forma de rosa en todo el conjunto que he ido observando por partes. Y por momentos, utilizando visión lateral, he sido capaz de percibirla.

Nada que ver con las fotografías, pero tengo que reconocer que la belleza que transmitía visualmente hizo que no las echara en falta.

Poco o nada más podía exprimir esta noche de Rosetta, y entonces empecé a plantearme cómo trasladar lo que había podido ver al papel. Y al final vi que la única manera era aprovechar el recurso de la memoria fotográfica. Una vez tuve más o menos claro las zonas con presencia de nebulosa y los diferentes grados de brillo, volví a encender la linterna y me puse a dibujar:


Volví a poner el ojo en el ocular y comprobé amargamente lo que ya me temía: la nebulosa había desaparecido por completo.

Empezaba a reforzarse el viento y a soplar de manera más constante. Y unas nubes que antes se encontraban agazapadas en el horizonte iban adueñándose paulatinamente del cielo, así que desistí de volver a realizar todo el proceso de adaptación a la oscuridad y opté por dar por concluida la sesión de observación.

Realmente he quedado muy contento. Ha sido la primera vez que he visto la nebulosa de Rosetta en todo su conjunto y de forma bien clara. No he sido capaz de plasmar plenamente los momentos en los que llegué a percibir la forma de rosa, pero el dibujo que me ha quedado muestra de manera bien fidedigna lo que uno puede llegar a esperar ver cuando se decide a observar esta preciosa y extensa nebulosa.

Sin duda, volveré a ella en más ocasiones.

domingo, 22 de febrero de 2015

2015-02-20 - Conjunción Luna - Venus - Marte

Hacía días que tenía anotado que después de la puesta de Sol del 20 de febrero de 2015 se produciría una conjunción con tres grandes protagonistas: una joven Luna iluminada tan sólo en el 5% de su superficie, un brillante Venus de magnitud -3,95, con una fase del 89% y un Marte más discreto de magnitud 1,25.

Los dos planetas separados por sólo 47' y la Luna a 4º.

Pero como es habitual, las obligaciones pasan por delante de la afición, y esta vez la conjunción me pilló en el coche volviendo de trabajar. Por suerte, previendo que no llegaría a tiempo para verla llevaba la cámara encima y un pequeño trípode de bolsillo. Aparqué el coche el el arcén y pude disfrutar un poco de esta curiosidad cósmica y hacer una precaria foto de recuerdo.


Tengo debilidad por las conjunciones. Ya sé que carecen de interés científico y que sólo tienen un valor estético y simbólico, pero me recuerdan cuando era niño y me quedaba embobado mirándolas y preguntaba a mi padre por qué no se podían ver cada día.

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23 de febrero de 2015

Esta vez, para completar un poco esta bonita conjunción y ya con la Luna alejada de ella, adjunto una foto que he podido hacer desde Barcelona con la cámara Nikon D5100 y el objetivo de 200mm:


Venus y Marte se encontraban hoy separados por unos 49'.

viernes, 20 de febrero de 2015

NGC2244 - Cúmulo Abierto en Monoceros - Nebulosa de la Rosetta

Si a un astrónomo aficionado le preguntamos qué le parece NGC2237, lo más probable es que tenga que hacer unas cuantas consultas antes de poder respondernos. Pero si cambiamos la pregunta por esta: “¿Qué te parece la nebulosa de la Rosetta?, por poca experiencia que tenga, inmediatamente sabrá de qué le estamos hablando.

By Oliver Stein [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html) or CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/)], via Wikimedia Commons

La Nebulosa Rosetta es un objeto peculiar.  Situada en la constelación de Monoceros, a unos 5.000 años luz de distancia, es tan extensa que abarca 1,2º de campo, más del doble que el que ocupa la Luna llena.

Carta generada con Cartes du Ciel

Y es una pena que no se encuentre más cerca. Para hacernos una idea de cómo podríamos llegar a disfrutarla, tan sólo comentar que se encuentra unas tres veces más lejos que la Nebulosa de Orión (M42); y teniendo en cuenta que la Rosetta se extiende a lo largo de 115 años luz, mientras que M42 lo hace “sólo” unos 40 años luz, podemos imaginarnos el espectáculo que representaría de encontrarse a la misma distancia que M42.

Puede que vaya en contra de mis principios al empezar esta entrada mostrando espectaculares fotografías del objeto que pretendo observar en visual, pero es que en este caso creo que si no lo hacemos así, no seremos capaces de asimilar lo que tenemos ante nuestros ojos.

Sin ir más lejos, la Rosetta no tiene asignada una única entrada en el NGC, sino que debido a que fue descubierta por partes, se le llegó a asignar un número NGC a cada zona.

La historia es un poco curiosa.

En el “Atlas Coelis” (1729) de John Flamsteed aparece sólo referenciada en la zona una simple estrella de magnitud 6, que correspondería a la que actualmente conocemos como 12 Monocerotis, pero no existe ninguna referencia a nebulosidad, ni tan siquiera a la compañía de otras estrellas.

El 24 de enero de 1784, William Herschel identificó ya el cúmulo abierto que después sería conocido tanto como NGC2244 como NGC2239, situado en el centro de la Rosetta. Pero de nebulosa, nada de nada.

Albert Marth fue el primero que notó parte de la nebulosidad (NGC2238) en 1864. En 1883 y 1886 Lewis Swift descubrió otras zonas nebulosas (NGC2237 y NGC2246), mientras que Edward Emerson Barnard descubrió, de manera independiente, la zona de NGC2237 en 1883, y él mismo a principios de la década de 1890, pudo fotografiar la zona y percatarse de la verdadera magnitud de la nebulosa, así como su forma característica.

Y antes de entrar en materia puramente visual, no dejemos de echar un vistazo a esta impresionante fotografía de Rogelio Bernal de esta atractiva zona del cielo:

Rogelio Bernal Andreo (DeepSkyColors.com)

Después de ver el proceso de descubrimiento de la nebulosa  de la Rosetta, podemos deducir que, fácil, fácil, no es observarla en visual.

La noche del 24 de diciembre de 2014 me encontraba disfrutando de unos cielos oscuros y decidí apuntar a la Nebulosa Rosetta. Fue un impulso. Estaba revisando la base de datos del telescopio y vi que estaba a tiro. Por unas cosas u otras todavía no he sido capaz de verla en buenas condiciones y sin pensarlo demasiado dirigí el tubo hacia ella.

Enseguida me di cuenta de mi error. Estaba utilizando mi SC de 235mm con lo que el ocular que más campo me ofrecía era el Hyperion Aspheric de 31mm, unos 56’. Y como he comentado antes, la Rosetta abarca 1,2º.

Estuve dudando un poco en si continuar con la observación o no, pero recordé también que en el centro de la nebulosa se encuentra NGC2244 y que, seguramente, cuando intente observar la Rosetta en su conjunto con mi Refractor ED80, no sería capaz de percibir todos los detalles de este cúmulo.

Así que decidí hacer honor a la historia del descubrimiento de esta nebulosa y empezar, por qué no, con el cúmulo abierto central.

Este es el dibujo que hice de lo que pude ver de él:



Utilizo el ocular de 31mm y veo que el cúmulo encaja perfectamente en el campo que me ofrece.

Es realmente extenso. En un primer vistazo me fijo en una docena de estrellas que brillan con una magnitud cercana a la 7-8. La más brillante de todas es 12 Mon (mag. 5,9), que puedo percibir con un color blanco-amarillento. A pesar de destacar sobre el resto, resulta que no pertenece físicamente al cúmulo, pero a nivel visual, no importa demasiado, su presencia añade un bonito efecto al grupo.

A medida que voy adaptando mejor la vista van surgiendo más y más componentes. Es espectacular. Pero de nebulosa, nada de nada, lo que me recuerda la experiencia de Herschel.

Decido añadir el filtro UHC y poco a poco, voy notando de una manera muy sutil, que alrededor de las estrellas más brillantes se aprecia nebulosidad. Nada demasiado marcado, al contrario, ciertamente evanescente y delicado. Miro con visión lateral y algo mejora.

El uso del filtro permite ver nebulosidad, pero hace desaparecer a las estrellas más débiles. Una lástima.

No ha sido fácil y sin embargo he podido disfrutar del cúmulo y de cierta nebulosidad asociada. Y esto me da esperanzas para cuando tenga la ocasión de intentar ver la Rosetta al completo.

Las estrellas jóvenes que forman NGC2244 irradian partículas calientes que fluyen desde el cúmulo y provocan fuertes vientos en la zona desplazando el polvo y el gas de la nebulosa Rosetta provocando esa forma redondeada menos marcada en su centro y que se aprecia tan bien en fotografía.

Confió en que seré capaz de apreciar mejor las zonas más marcadas de la Rosetta cuando vaya a observarla en su totalidad. Ahora sólo queda esperar la noche adecuada.

viernes, 13 de febrero de 2015

Mancha solar AR-2282 - Estreno del Solarscope

NUNCA DEBE OBSERVARSE DIRECTAMENTE EL SOL A SIMPLE VISTA O CON UNOS PRISMATICOS O TELESCOPIO. PUEDE CAUSAR UN DAÑO PERMANENTE E IRREVERSIBLE A LOS OJOS.

¡Cómo pasa el tiempo! Cuando el 4 de enero de 2011 acabé de disfrutar de mi último eclipse parcial de Sol (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2011/01/eclipse-parcial-de-sol-4-de-enero-de.html) vi que el próximo que tendría oportunidad de observar sería el 20 de marzo de 2015, y pensé, no queda nada…

Pues bien, ya lo tenemos a la vuelta de la esquina.

Y me encuentro con que todavía no he superado el miedo a observar el Sol a través de un telescopio.

Seguro que con un filtro adecuado no tendría que haber ningún problema, pero no puedo evitar pensar que siempre puede ocurrir un accidente.

Pues bien, buscando alternativas para intentar hacer un cierto seguimiento del evento, llegué a plantearme comprar un Solarscope (http://www.solarscope.com/). Y después de pensarlo un poco, me decidí y lo compré en una tienda española por internet. Al cabo de dos días ya lo tenía en casa.

El Solarscope es un telescopio refractor de 38mm de abertura y una distancia focal de 300mm que va montado en una caja de cartón o madera y que proyecta el Sol para que pueda observase de una manera segura.

Viene desmontado, pero siguiendo el manual que lleva, no es complicado armarlo:



La caja en la que viene no abulta demasiado y es ciertamente manejable (45x34x5cm):



El único pero que le encuentro es que la foto que la acompaña puede resultar engañosa para alguien que no sepa exactamente lo que está comprando. Desde luego, no hay que esperar ver el Sol de la manera que aparece en la imagen cuando el aparato que se está vendiendo es para verlo por proyección. Es decir, un círculo luminoso sobre una cartulina blanca donde podremos ver las manchas solares, los tránsitos de Venus y Mercurio y los eclipses.

Dentro de la caja están todos los componentes necesarios para montar el Solarscope:



Dos piezas de cartón para montar la base donde se apoyará y la parte móvil que nos permitirá apuntar manualmente hacia el Sol. Una lente de cristal de 38mm, un espejo convexo de 15mm, 4 piezas de plástico para armar el tubo y la lente y 2 piezas metálicas que, junto un tapón de plástico, sujetarán el espejo convexo:



Siguiendo las instrucciones monto la base…



Y el cartón móvil, donde hay que poner una de las piezas metálicas que sujetarán el espejo pequeño en la parte trasera:



Que al unirlas quedará algo como esto:



A continuación viene la parte que puede resultar más complicada. En primer lugar hay que poner el espejo en la pieza metálica correspondiente. Hay que fijarse bien en cómo hacerlo correctamente. La cara convexa, que nos refleja una imagen derecha debe encararse hacia abajo; la cara cóncava, que nos da una imagen invertida, ha de encararse hacia arriba.

Luego de depositarla correctamente hay que sujetarla mediante el tapón negro de plástico que entra a presión:



Ya podemos enroscarla en la pieza que hemos colocado antes en la parte móvil, en su lugar correspondiente.

Al ir roscada, nos permitirá mejorar el enfoque apretándola más o menos según la conveniencia. Así se ve desde dentro.



A continuación colocamos la lente en el tubo. Hay que ser bastante cuidadosos, ya que una vez montada no puede volver a quitarse del tubo.

Si la miramos bien veremos que está formada por una parte delgada, una pequeña separación y una parte más gruesa. Pues bien, la parte más delgada debe estar encarada hacia arriba:



Cuando ponemos la pieza que sujetará la lente ya no podremos rectificar si nos hemos equivocado, así que es mejor no precipitarse.



Montamos las piezas de plástico que sujetarán el tubo en el cartón móvil, en su parte delantera, y colocamos el tubo en su posición. Así se ve desde dentro:



En el tubo hay unas muescas que nos servirán cuando observemos el Sol para situar el tubo en la posición correcta para hacer foco. Colocándolo más adentro o más afuera y roscando o desenroscando el espejo que hemos colocado anteriormente, intentaremos conseguir una imagen lo más nítida posible.



Y este es el Solarscope ya montado y listo para ser utilizado:



Esta tarde, en un periodo de descanso en el trabajo, he aprovechado para estrenarlo.

Consultando la página del SOHO he podido comprobar que es visible el grupo de manchas 2282:

SOHO

Se nota que era la primera vez que utilizaba el Solarscope y que tampoco tenía demasiado tiempo para dedicar a la observación, pero con todo, he quedado satisfecho de esta primera experiencia.

Me ha costado un poco encontrar el punto de foco y el enfoque, pero una vez he visto cómo hacerlo, he comprobado que no es tan complicado.

Este grupo de manchas no es demasiado grande, pero sí lo suficiente para poder percibirlas con el Solarscope. Esta es una de las fotografías que he hecho del grupo de manchas 2282:



No tengo tiempo para más. Ahora intentaré buscar información acerca de cómo realizar correctamente las observaciones, tendré que aprender cómo tomar bien las anotaciones de posición de las manchas, la orientación… en fin, en definitiva, seguir divirtiéndome y aprendiendo con la astronomía.

Ahora a mantener los dedos cruzados para que todo salga bien en el eclipse solar del 20 de marzo.

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Otra foto de AR-2282 tomada el 15 de febrero de 2015. Se aprecia el movimiento de las manchas sobre la superficie solar respecto a la foto del día 13:


viernes, 6 de febrero de 2015

NGC2506 - Cúmulo abierto en Monoceros

NGC2506 es un cúmulo abierto que podemos encontrar en la constelación de Monoceros:



Y este es el dibujo que hice de él la noche del 24 de diciembre de 2014 observando con mi SC de 235mm desde un cielo oscuro:



Y estas son las notas que tomé:

“Me encuentro con bastante humedad, que provoca que el telescopio se entele continuamente y tenga que utilizar en más de una ocasión un secador de mano para que pueda seguir observando con unas condiciones mínimas. Además, los 0º de temperatura tampoco ayudan a que la observación sea confortable.

Esta noche NGC2506 no se eleva demasiado con respecto al horizonte (unos 22º), pero a pesar de los imponderables, creo que puedo exprimirlo bastante bien.

No es un cúmulo especialmente brillante, ni excesivamente poblado, pero al encontrarse en una zona donde no se encuentran estrellas que destaquen, permite que con pocos aumentos, ya en un primer vistazo, se pueda percibir claramente como un cúmulo estelar.

Con los 94x que me proporciona el ocular de 25mm, NGC2506 se ve bastante bien, pero las estrellas más débiles no quedan demasiado definidas. Prefiero utilizar el Nagler de 16mm (146x). Aunque pierda un poco de perspectiva, de esta manera veo con más comodidad a las estrellas que antes se resistían.

Entre todas las estrellas destaca particularmente una, que resulta ser la más brillante del cúmulo. Se trata de TYC5416-2469-1, que presenta una magnitud de 10,8, una muestra de lo que podemos esperar observando NGC2506.
La disposición de las componentes permite que me vaya entreteniendo formando parejas y tríadas, pero el cúmulo no está demasiado concentrado.

Percibo las estrellas de un color blanquecino, pero la humedad de la noche y la proximidad al horizonte no permiten que me fie demasiado de mis apreciaciones cromáticas.

Si queremos ir a la caza de un cúmulo abierto un poco exigente, pero muy agradecido, NGC2506 es ideal”.

Pues bien, como digo, éstas fueron las notas que tomé y el dibujo que hice de lo que vi. Y cuando me dispuse a buscar información sobre NGC2506, me di cuenta que no había podido exprimirlo tanto como había pensado. Y para muestra, esta fotografía del cúmulo que he tomado de Aladín:

"Aladin sky atlas" developed at CDS, Strasbourg Observatory, France

Hay diferencia, ¿verdad?.

Pero todo tiene su explicación. La descripción que aparece en el New General Catalogue elaborado por John Louis Emil Dreyer indica que es un cúmulo, bastante extenso, muy rico, comprimido, con estrellas que van de la magnitud 11 a la 20.

No me extraña que con componentes de tal magnitud, sólo apreciara lo que dibujé.

Sin duda, desde unos cielos bien oscuros, en una buena noche y con un telescopio de gran abertura (mayor que las 9,25” de mi telescopio), la observación de NGC2506 debe ser realmente espectacular. Ahora bien, sin estas condiciones favorables seremos testigos de atractivo, pero lejos de la espectacularidad que sugiere en fotografía.

Fue descubierto el 23 de febrero de 1791 por William Herschel, presenta una magnitud global de 7,6, un tanto engañosa visto lo visto y abarca unos 12’ de cielo.

Se trata de un cúmulo muy viejo, formado aproximadamente hace unos 2.000 millones de años, situado a unos 10.000 años luz de distancia y que se extiende en el espacio a lo largo de 37 años luz.

Intentaré visitarlo de nuevo una noche más adecuada a ver si soy capaz de llegar un poco más lejos en la percepción de estrellas más débiles y así disfrutar mejor de lo que puede llegar a ofrecer este cúmulo abierto.