viernes, 27 de diciembre de 2019

Betelgeuse (Alpha Ori) y su descenso de brillo

Sin duda, cuando a un astrónomo aficionado le mencionas a Betelgeuse, en seguida la relaciona con la anaranjada estrella que destaca en el famoso asterismo de la constelación de Orión.

Y si la conversación se alarga el tiempo suficiente, al final te confesará que uno de sus grandes deseos respecto a la afición, es poder ver algún día, la explosión de esta estrella como supernova.


Y aunque ya sabemos cómo van los conceptos de tiempo en astronomía, Betelgeuse es una de las estrellas más plausibles a estallar como supernova, relativamente más cercana a nosotros. Y en caso de que se produjera, el espectáculo que llegaríamos a presenciar, sería  magnífico.

La distancia a la que se encuentra Betelgeuse es difícil de precisar, y podemos encontrar unos valores que van desde los 495 hasta los 640 años luz.

Se trata de una supergigante roja, variable semirregular, cuyo brillo oscila entre las magnitudes 0,3 y 1,1 durante periodos que pueden abarcar entre 6 meses y 6 años.

Nunca me había fijado en su variación de brillo, hasta hace poco, cuando he leído comentarios acerca de un descenso de brillo bastante evidente.

En la página de la AAVSO hay estimaciones que rondan la magnitud 1,4.

Mi intención era hacer una sesión de observación centrada en Betelgeuse durante estas navidades, pero una inoportuna neumonía me tiene fuera de circulación, así que, de momento, sólo he podido percibir que, anoche, Betelgeuse brilla más a la par de Bellatrix que no de Rigel.

Dejo para concluir un dibujo que hice, “Noche Estrellada de Invierno”, donde Orión y Betelgeuse brillan en todo su esplendor.

sábado, 14 de diciembre de 2019

Dibujos de Étienne Léopold Trouvelot

Es un poco triste que la historia te recuerde por ser el responsable de introducir una especie invasora en un continente, la polilla gitana (Lymantria dispar Linnaeus), que causa graves problemas a los bosques estadounidenses y a las casas particulares de madera, provocando pérdidas anuales valoradas en millones de dólares.

Y este es el caso de Étienne Léopold Trouvelot, un entomólogo francés que, a mediados de la década de 1860, intentó combatir las plagas que estaban diezmando las mariposas productoras de seda en los Estados Unidos. Su intención era crear un híbrido más resistente, importando huevos de polilla gitana procedente de Europa. Sin embargo, por accidente, la polilla gitana empezó a multiplicarse más allá de la zona prevista por Trouvelot y desencadenó una expansión destructiva que dura hasta nuestros días.

Sin embargo, cada vez que reviso la biografía de este personaje, dejo de lado este lamentable acontecimiento y no puedo evitar admirar su trabajo como astrónomo, en especial, su particular talento a la hora de dibujar lo que veía a través del telescopio.

Étienne Léopold Trouvelot (26-12-1827 – 22-4-1895)
Si queréis leer algo más acerca de su vida, podéis echarle un vistazo a este artículo de Paco Bellido:

https://pacobellido.naukas.com/2017/08/29/el-arte-astronomico-de-etienne-trouvelot/

O a estos otros:

http://adsabs.harvard.edu/full/2007ASPC..377..352C
https://es.wikipedia.org/wiki/Étienne_Léopold_Trouvelot

En 1872 entró a trabajar en el Harvard College Observatory donde, dedicado profesionalmente a la astronomía, llegó a escribir unos 50 artículos científicos.

Era un excelente observador, y tenía un gran talento por el dibujo. A lo largo de su vida realizó unos 7.000 dibujos. Aquí dejo una pequeña muestra de sus trabajos:










Todas estas imágenes las podéis encontrar aquí (© The New York Public Library):

https://digitalcollections.nypl.org/collections/the-trouvelot-astronomical-drawings-atlas#/?tab=about

Desde que los descubrí, siempre me he sentido atraído por los dibujos de Trouvelot, y esta entrada es un pequeño homenaje que he querido brindarle.

Y para terminar quiero compartir con vosotros este dibujo de Júpiter que he hecho, a partir de una fotografía del planeta, utilizando lápices pastel Faber-Castell sobre cartulina negra. En cierta manera, queriéndome inspirar en los dibujos de Trouvelot. Dentro de mis limitaciones, claro... :

viernes, 6 de diciembre de 2019

Observación del cráter Cassini

Durante la séptima noche de lunación, nuestro satélite nos ofrece un buen número de opciones de observación de gran interés e indiscutible belleza.

En una zona donde Aristillus, Autolycus, Aristoteles y Eudoxus consiguen un merecido protagonismo, Cassini es un cráter que puede pasarnos desapercibido, sin embargo, merece mucho la pena detenernos un momento y centrar nuestra observación en él.

Virtual Moon Atlas
La noche del 6 de septiembre de 2019 saqué el SC de 235mm con la intención de dibujarlo y dedicar un buen rato a su observación.


Cassini es un cráter de unos 57 km de diámetro y se encuentra parcialmente cubierto por la lava de Mare Imbrium., de tal manera que sus paredes se elevan tan sólo a unos 1,2 km, y si no lo observamos cuando se encuentra cerca del terminador, no seremos capaces de percibir demasiados detalles en él.

Lo primero que me llama la atención es la presencia de dos cráteres de considerable tamaño en su interior. El mayor de ellos es Cassini A, que destaca por presentar un reguero de material con un albedo más brillante que su entorno. Su diámetro es de unos 17 km. Junto a él, Cassini B, más discreto, de forma redondeada y de unos 9 km.

Las murallas de Cassini como he comentado antes no son muy altas, sin embargo, sí son bastante extensas, dándole un aspecto muy peculiar y atractivo.

Virtual Moon Atlas

sábado, 30 de noviembre de 2019

M69, Cúmulo globular en Sagittarius con el SC de 235mm

Cuando observé a M69 con mi SC de 127mm, no fui capaz de resolverlo.

https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2009/08/m69-cumulo-globular-en-sagittarius.html

Sin embargo, con el SC de 235mm el panorama cambió radicalmente, ya que pude resolverlo tanto en su núcleo como en su periferia. Un bonito espectáculo.

M69 es un cúmulo globular que podemos encontrar en la constelación de Sagittarius. Situado a unos 36.920 años luz de distancia, alcanza un tamaño de unos 110 años luz de diámetro, uno de los globulares más extensos que conocemos. Fue descubierto en 1752 por Nicholas Lacaille y posteriormente, Messier lo incluyó en su catálogo después de localizarlo el 31 de agosto de 1780.

Carta generada con Cartes du Ciel
El 14 de agosto de 2018 apunté el SC de 235mm hacia la zona donde debía encontrar a M69, y nada más poner el ojo en el ocular ya noté que el panorama era completamente diferente al que puedo observar con el SC de 127mm.

La presencia de HIP90772, me hizo sentir estar en un lugar familiar, no en vano, es una de las peculiaridades de este cúmulo globular: estar acompañado de esta estrella brillante, de una generosa magnitud 8,0, situada a una distancia de sólo 4’ del globular.



Cuando me centro en el cúmulo me viene a la cabeza que resulta un globular bastante coqueto. Con satisfacción, compruebo a medida que mi vista se va adaptando a la oscuridad, que es perfectamente resoluble, como he dicho anteriormente, tanto en su núcleo como en sus partes más externas.

Se muestra bastante compacto en el centro, y a medida que nos vamos alejando de él, sus límites exteriores se van difuminando paulatinamente. Su forma es redondeada, bastante uniforme.

Una de las muchas ocasiones en que agradezco haber podido comprar un telescopio con mayor abertura y disfrutarlo desde unos cielos oscuros… que, lamentablemente, cada vez lo son menos.

Credits: ESA/Hubble & NASA

domingo, 24 de noviembre de 2019

Conjunción Venus – Júpiter del 24 de noviembre de 2019

Una bonita conjunción como la de hoy, 24 de noviembre de 2019, con Venus y Júpiter de protagonistas, merecería un escenario adecuado. Pero cuando se vive en una gran ciudad,  tienes que adaptarte a lo que puedes ver desde tu balcón, y así lo he hecho.



Venus, en la parte inferior, brillando con magnitud -3,92. Júpiter, a una distancia de 1º 25’ de él, con magnitud -1,84. Tan cercanos, tan alejados. Venus se encuentra a 1,47 UA de la Tierra, y Júpiter a 6,11 UA.

Un verdadero espectáculo.
 
Las dos últimas fotos que he tomado jugando con la presencia de la ciudad y esquivando sus construcciones.



Astronomía urbana.

sábado, 16 de noviembre de 2019

M55 globular en Sagittarius observado con condiciones favorables

Ya he comentado en las anteriores entradas del blog donde explicaba mis experiencias con M55, que es uno de mis cúmulos globulares preferidos.

En esta entrada, cuando lo observé con el SC de 127mm:

https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2009/08/m55-cumulo-globular-en-sagittarius.html

Y en esta otra, lo impresionado que me dejó con el SC de 235mm:

https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2018/09/m55-cumulo-globular-en-saggitarius-con.html

Sin embargo, las condiciones de observación que tuve en 2018 no fueron las mejores, ya que había cierta turbulencia atmosférica. Y teniendo en cuenta esto, la noche del 23 de agosto de 2019 decidí volver a visitarlo al comprobar que la atmósfera se encontraba bastante estable. Y cómo no, volvió a dejarme un recuerdo imborrable en mi retina.

Lo más curioso es que, así como en 2018 lo percibí con una forma bastante irregular, este 2019 ha sido todo lo contrario. Su aspecto era bastante homogéneo y redondeado.



Lo que no varió, fue la impresión que me dejó al ver la gran cantidad de débiles estrellas que se perciben perfectamente individualizadas en toda su extensión.

Esta vez intenté dedicar un poco más de tiempo a la hora de plasmar en el dibujo lo que percibía y, sin llegar a hacerle completa justicia, sí que considero que refleja mejor el aspecto que ofrece este globular que no el que conseguí el año pasado.

Evidentemente, no puede compararse con la magnificencia de M11, pero tengo que reconocer que durante la observación de M55, en varios momentos me vino a la cabeza este cúmulo abierto de Scutum.

Siguen manteniéndose los consejos que ya había dado en otras ocasiones para su observación. A saber, cielos oscuros, estabilidad atmosférica, buena adaptación del ojo a la oscuridad y paciencia. La recompensa está asegurada.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Tránsito de Mercurio por el Sol el 11 de noviembre de 2019

El 9 de mayo de 2016, Mercurio transitaba por delante del Sol mientras yo me lamentaba por la presencia de las nubes. Iba a ser mi primer tránsito de este planeta que podía contemplar con el telescopio, y la decepción fue grande.

https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2016/05/el-transito-de-mercurio-el-9-de-mayo-de.html

Pero algo de consuelo encontré en el hecho que el 11 de noviembre de 2019 se iba a producir un nuevo tránsito.

Y cómo pasa el tiempo.

Debido a mi anterior experiencia, estaba un poco intranquilo respecto al tiempo, y las previsiones no ayudaban a que cambiara mi estado de ánimo. Este era el panorama el 8 de noviembre:

Meteoblue
El día en cuestión ha amanecido nublado. Después ha entrado un fuerte viento frío, y a la hora de comer, que era el único momento en que podía echarle un vistazo, he tenido toda la suerte que me faltó en 2016. Las nubes han escampado durante unas dos-tres horas y he podido apuntar el telescopio hacia el Sol.

Ha sido un poco estresante. Disponía de aproximadamente una hora para disfrutar del tránsito, así que sin pérdida de tiempo he montado el SC de 127mm, le he acoplado el filtro solar, la cámara Nikon D5100, he buscado el Sol, en enfocado… y se encontraba un diminuto puntito oscuro.
He probado varias configuraciones con la cámara y esta es la mejor imagen que he conseguido del poco rato que he podido contemplar del tránsito:


La foto la he dejado en falso color para darle un poco más de contraste. Esta otra es la foto tal y como me ha salido de la cámara:


Prueba conseguida. Y con una sonrisa de oreja a oreja, desmonto el equipo de prisa y corriendo y como en 10 minutos para llegar a tiempo al trabajo. Obviando un poco los comentarios de mi padre y de mí hermano acerca de lo excéntricos que parecemos los astrónomos aficionados.

Cuando he salido por la puerta de casa, las nubes volvían a adueñarse del cielo.

Lo que más me ha llamado la atención ha sido la extraordinaria diferencia de tamaño entre Mercurio y el Sol, diferencia que queda bien patente en este tipo de eventos que no pueden verse demasiado a menudo… y que en cierta manera me permite justificar mi emoción ante mi familia.

Al final, un buen día.

ANEXO:

Iba dando por finalizada la observación cuando pensé en probar qué tal quedaría Mercurio con la ASI120MM. Evidentemente, no podría abarcar todo el Sol, pero por el contrario, el tamaño del planeta aumentaría sensiblemente.

No podía perder más que algo de tiempo, así que quité la Nikon y acoplé la ZWO ASI 120MM.

Casi me olvido de ella, pero hoy he recordado que la hice y después de procesarla, aquí está el resultado. Otro recuerdo más.


domingo, 3 de noviembre de 2019

M14, cúmulo globular en Ophiuchus con el SC de 235mm

Si nos atrae la observación de cúmulos globulares, Ophiuchus, sin duda, tiene que ser una constelación de visita obligada.

Después de disfrutar de los espectaculares M10 y M12, la noche del 23 de agosto de 2019, decidí echarle un vistazo  M14, que ofrece una visión bien distinta a la que nos muestran los otros dos.

Carta generada con Cartes du Ciel
Resulta imprescindible adaptar bien la vista a la oscuridad para llegar a percibir una mancha fantasmagórica, de forma redondeada, irresoluble, de tamaño considerable.

Precisamente el tamaño con la que la percibo, es una de las pocas diferencias si comparo esta observación con la que hice con el SC de 127mm (M14).



Es realmente interesante comprobar la gran diferencia de aspecto que nos ofrece respecto a M10 y M12.

M14 ofrece este aspecto fantasmagórico por dos razones que José Luis Comellas indica en su libro “Catálogo Messier”. La primera, por la distancia a la que se encuentra. Según el catálogo Recio-Blanco de 2005, a 55.620 años luz. Y la segunda, por verse afectado por la absorción provocada por el polvo estelar situado entre su posición galáctica y la nuestra. Polvo que implica que apreciemos su brillo una magnitud más débil de lo que lo observaríamos en otras condiciones más favorables.

Charles Messier descubrió este cúmulo el 1 de junio de 1764. Se extiende a lo largo de 180 años luz y es el único cúmulo globular, junto a M80, en el que se ha podido detectar la explosión de una nova.

Credits: NASA, ESA, STScI and F. Ferraro (Universita di Bologna)
No es resoluble, pero su tamaño y su considerable brillo, hacen que valga la pena echarle un vistazo si estamos observando por la zona de Ophiuchus.

domingo, 27 de octubre de 2019

M12, cúmulo globular en Ophiuchus con el SC de 235mm

M10 y M12 son una pareja de cúmulos globulares situados en la constelación de Ophiuchus que, bajo cielos oscuros, pueden llegar a verse en el mismo campo de unos prismáticos 10x50, ya que se encuentran separados por tan solo 3º.

Carta generada con Cartes du Ciel
Así que si visitamos con nuestro telescopio a uno de ellos, es casi una obligación echarle un vistazo al otro. Ambos son muy bonitos, espectaculares y de una profunda belleza.

La noche del 23 de agosto de 2019, después de estar un buen rato disfrutando de M10 apunté hacia M12 con el SC de 235mm y no pude reprimir una sonrisa. Pensé, “otro globular espectacular”. Y es que no es para menos.



Perfectamente resoluble, no tiene que envidiar ni un ápice la belleza y encanto de su vecino, M10.

Siempre es aconsejable, pero con M12 es más necesario adaptar bien la vista a la oscuridad, de esta manera se puede resolver sin demasiada dificultad desde su núcleo central hasta sus límites externos, que se muestran irregulares y poco definidos.

Comento esto, por qué después de encender la linterna roja para dibujar el globular, cuando vuelvo a poner el ojo en el ocular compruebo que M12 había desaparecido por completo, y hasta que vuelvo a adaptarme, no vuelve a aparecer hasta llegar lenta y paulatinamente a su anterior esplendor.

Al igual que M10, su núcleo, aunque ciertamente distinguible, no se presenta demasiado marcado, manteniendo un brillo bastante homogéneo por toda la extensión del globular. 

M12 se encuentra a unos 20.760 años luz de distancia, unos 4.000 años luz más cerca que su compañero M10. A pesar que por el telescopio presentan tamaños similares, sus tamaños reales difieren considerablemente, ya que M10 se extiende a lo largo de unos 140 años luz, mientras que M12 tan solo abarca unos 85.

Credits: ESA/Hubble & NASA
M10 y M12, dos cúmulos globulares cercanos que nos harán disfrutar un buen rato durante nuestra observación astronómica por los dominios de Ophiuchus.

domingo, 20 de octubre de 2019

Nueva colaboración en el blog: los primeros dibujos astronómicos de Maria

Esta mañana me he encontrado con una bonita sorpresa: mi sobrina Maria, de 9 años, me ha regalado lo que podría considerarse su primer dibujo astronómico:


Este verano pasado disfrutó con la Luna, Saturno y Júpiter viéndolos por el telescopio mientras estábamos de vacaciones en mi pueblo. El dibujo puede considerarse la primera aportación al blog de esta joven astrónoma en ciernes.
 

viernes, 18 de octubre de 2019

M10, cúmulo globular en Ophiuchus con el SC de 235mm

El 29 de mayo de 1764, Charles Messier descubrió, en la constelación de Ophiuchus, el cúmulo globular que catalogó como M10., aunque claro, él lo describió como una “nebulosa sin estrellas”.

Actualmente, con nuestros telescopios, la impresión que podemos tener si lo observamos desde unos cielos oscuros, es radicalmente distinta.

La noche del 23 de agosto de 2019 estaba disfrutando de los cielos de mi pueblo y aproveché para apuntar hacia M10 e intentar dibujar lo que estaba viendo. Tarea difícil.



Lo primero que anoté en el cuaderno, antes de continuar con una observación más detallada, fue una única palabra: “Impresionante”.

Y continué. Un globular espléndido que después de estar observándolo un buen rato, me deja la sensación de estar cayendo a un pozo lleno de estrellas.

Es perfectamente resoluble, desde el núcleo hasta sus límites externos que no se presentan demasiado bien definidos.

A medida que voy adaptando la vista a la oscuridad, van apareciendo puntitos luminosos aquí y allá que se mimetizan en una especie de nebulosa blanquecina. (Vaya, me viene a la cabeza Messier…)

El núcleo tal vez no sea tan marcado como al final me ha quedado en el dibujo, ya que en conjunto, M10 presenta un brillo bastante homogéneo, pero por momentos, sobre todo al principio de la observación, sí que lo notaba de esta manera.

Sea como sea, vale la pena visitarlo. Es un globular de gran belleza que me ha hecho pasar un buen rato disfrutando de él. Y no olvidar de visitar  a M12, otro bonito globular que se encuentra a sólo 3º de distancia.

Carta generada con Cartes du Ciel
M10, en la constelación de Ophiuchus, se encuentra situado a 24.750 años luz y se extiende a lo largo de 140 años luz. Datos que no dejan de sorprender cuando uno se encuentra con el ojo pegado al ocular del telescopio.

Credits: ESA/Hubble & NASA

sábado, 5 de octubre de 2019

Conjunción Luna -Júpiter - Satélites Galileanos el 3-10-2019

No solemos valorar lo que tenemos… hasta que lo perdemos. Sea, siguiendo con los tres puntales clásicos de la canción, salud, dinero o amor. La vida suele ser caprichosa, y a menudo te lleva por situaciones que nunca hubieras imaginado ni deseado.

No os voy a contar mis penas, por que como decía una señora de mi pueblo, cada cual se pasa lo suyo. Lo que sí quiero compartir con vosotros es el momento de respiro y tranquilidad que tuve después de cenar, el 3 de octubre de 2019.

Salí al balcón de mi casa en Barcelona y me topé con algo que no esperaba: una preciosa conjunción de la Luna con Júpiter. Después de estar un buen rato disfrutando de ella a simple vista, quise inmortalizar el momento. Así que fui a buscar el trípode, la cámara y el objetivo Sigma de 150-500mm y apunté hacia la pareja.

En un primer momento hice una fotografía donde me aparecieran los detalles lunares y se mostrara la presencia de Júpiter:


Después quise probar, alargando la exposición, lo que salía, y conseguí captar el momento desde otro punto de vista, destacando la luz cenicienta de la Luna y la presencia de los cuatro satélites galileanos flanqueando a Júpiter (de izquierda a derecha: Ganimedes, Ío, Europa y Calisto):


Cuánto añoro los cielos oscuros de mi pueblo. Cuánta rabia me provoca la contaminación lumínica de la ciudad.

Pero, a pesar de todo, acabé un día duro de la mejor manera posible.

sábado, 28 de septiembre de 2019

M39, cúmulo abierto en Cygnus con el SC de 235mm

He comentado muchas veces que, según las características propias de cada objeto que podemos ver en el cielo, es mejor observarlo con un instrumento u otro.

Por ejemplo, hay cúmulos abiertos brillantes y extensos que resultan mucho más atractivos a través de unos prismáticos o pequeños telescopios, que no utilizando grandes aberturas. Y M39, es uno de estos casos.

M39 es un cúmulo abierto que se encuentra en la constelación de Cygnus, y es fácilmente localizable tomando como referencia a Deneb, la estrella más brillante del Cisne. Desplazándonos desde ella en dirección a la constelación de Lacerta, a unos 9º nos toparemos con M39.

Carta generada con Cartes du Ciel
En su día lo observé con mi SC de 127mm (http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2009/06/m39-cumulo-abierto-en-cygnus.html) y una de las anotaciones que tomé hacía mención a que sería interesante echarle un vistazo con los prismáticos 15x70. Pero la noche del 22 de agosto de 2019 no los tenía a mano, así que, siguiendo con mi proyecto de observar todos los Messier con el SC de 235mm, decidí apuntar hacia M39.

Este es el dibujo que hice:



Una de las grandes ventajas de observar este cúmulo con prismáticos o pequeños telescopios es que, gracias a la amplitud de campo que ofrecen, se puede percibir perfectamente cómo el cúmulo destaca por encima de todo su vecindario, reconociéndose, sin ninguna clase de duda, su naturaleza.

Sin embargo, con el SC de 235mm y el Hyperion Aspheric de 31mm, el ocular que mayor campo me ofrece con este telescopio, M39 aparece ante mi ojo ocupando todo el campo, sin ninguna otra referencia estelar.

Pero lo que sí es cierto es que el número de estrellas que puedo apreciar es mayor que con instrumentos más pequeños. Las más brillantes, unas 7 u 8, presentan un bonito y potente color blanco-azulado. El resto de estrellas más débiles, son un bonito complemento que proporciona mayor belleza al conjunto.

Aladin Lite
Situado a unos 1.000 años luz de distancia, es uno de los cúmulos abiertos más cercanos a nuestro planeta. Físicamente se extiende a lo largo de unos 9 años luz, mientras que visualmente presenta un tamaño aparente de unos 30’ y una magnitud conjunta de 5,2.

Según estudios recientes, tiene tan sólo unos 30 componentes que brillan entre la magnitud 6,8 y 10,0, pertenecen realmente al cúmulo. El resto de estrellas de estas magnitudes que podemos ver, son estrellas que no están relacionadas físicamente con M39, si no que las vemos en sus inmediaciones debido al efecto de perspectiva.

Finalmente, como reto podemos plantearnos el cazarlo a simple vista. En mi caso, imposible, mi agudeza visual va mermando con los años, pero según Joan Manuel Bullón, en su libro “Nuevo Catálogo Messier”, podemos llegar a verlo “como si fuera una nube inmersa en la Vía Láctea”. Por otro lado, José Luis Comellas en “Catálogo Messier”  indica que puede verse “casi como una estrella”.

Un reto personal para valorar nuestra agudeza visual, capacidad de orientación celeste y la calidad de nuestro cielo.