sábado, 25 de abril de 2009

La Estrella Luna


Esta es una pequeña historia, un recuerdo personal que puede dejar indiferente a quien lo lea, pero que para mi resulta entrañable. Y quiero pensar que seguramente todo el mundo habrá tenido una experiencia similar.

Cuando era pequeño, más o menos con nueve o diez años, me sentía atraído por la belleza de nuestro satélite, con sus cambios de “tamaño” y “forma”. Siempre que tenía ocasión cogía unos viejos prismáticos de mi padre y me ponía a observar esos claros y esas sombras que se veían en la Luna y soñaba en poder visitarlos algún día... y soñaba en cómo debían ser los diferentes planetas del Sistema Solar, siendo Plutón mi preferido. Lamentablemente, en la actualidad, Plutón ya no está considerado un planeta, pero esto ya es otra historia...

El caso, es que de vez en cuando, aparecía una estrella muy brillante cerca de la Luna. Yo no entendía a qué era debido que en ocasiones la pudiera ver, y la mayoría de las veces no hubiera ni rastro de ella. No sabía qué estrella era, y decidí llamarla la “Estrella Luna”.

En varias ocasiones pude disfrutar del sensacional espectáculo que ofrecía la Estrella Luna surcando el cielo en compañía de la propia Luna, y siempre que se daba el caso, me iba a dormir con una sonrisa en la boca con la sensación de haber visto una vieja amiga que hacía tiempo que no veía.

Por suerte o por desgracia, al abandonar nuestra infancia vamos perdiendo nuestra inocencia y aprendemos cosas que nos desmitifican aquéllas historias que nos imaginábamos de niños. En este caso, yo descubrí que la que conocía como “Estrella Luna”, no era otra cosa que el planeta Venus y que sus apariciones cerca de la Luna, no eran más que fruto de su situación orbital alrededor del Sol con respecto a nuestra perspectiva desde la Tierra.

El 20 de enero del 2007, con la Luna iluminada al 3%, eché un vistazo a nuestro satélite, y... allí estaba, mi querida “Estrella Luna”. Esta vez decidí inmortalizar un recuerdo de mi vieja compañera. Cogí mi cámara Nikon D70S y la foto de arriba fue el resultado. Una foto como cualquier otra para la mayoría de gente, pero un recuerdo entrañable para mí.

sábado, 18 de abril de 2009

Bullialdus y alrededores

En la fructífera noche del 4 de abril, también estuve un buen rato disfrutando del cráter Bullialdus y de sus alrededores. Esta es la foto que hice de la zona:


Y esta es la misma foto con los accidentes identificados que más me llamaron la atención:


El cráter que toma el máximo protagonismo es Bullialdus. Un cráter de 60 km de diámetro y una altitud de 3.518 m. Durante el rato que estuve observándolo, la luz del Sol todavía no acariciaba completamente su interior. Se veía como si fuera un pozo negro con la peculiaridad de que la “cima” de su montaña central aparecía iluminada y contrastaba espectacularmente en medio de tanta oscuridad. También son dignas de atención sus llamativas y extensas radiaciones.

Pero otra peculiaridad de Bullialdus que hace que su observación sea tan atractiva, es la presencia de tres cráteres, Bullialdus A, Bullialdus B y Konig, de tamaño semejante (unos veintitantos km. de diámetro cada uno), y que parecen formar parte de su séquito...

A continuación me llamaron la atención dos cráteres que parecen primos hermanos: Lubiniezky y Kies. Formaciones poco escarpadas que se encuentran rellenas, el primero, por la lava del Mare Humorum, y el segundo, por la del Mare Nubium. Ambos de una belleza extrema.

Al lado de Kies pude apreciar el domo Kies Pi, de 10 km. de diámetro y una altitud que apenas supera los 500 m. Sencillamente espectacular.

También estuve un buen rato observando el cráter fantasma Gould que se encuentra prácticamente colgado de lava del Mare Nubium. Una de sus paredes que todavía destaca en la superficie parecía una serpiente de cascabel, siendo su cola, un renglón de cratercillos. A su lado, me pareció ver un accidente en forma de X.

Para acabar con la zona, me deleité con el cráter Wolf T, un cráter que intenta pasar desapercibido, pero que no acaba de conseguirlo...

Durante la noche hice el boceto básico que luego he utilizado para hacer el dibujo de la zona (lápiz HB 2):


En el siguiente paso (lápiz 5B) marqué las zonas oscuras:


A continuación, difuminados y detalles (lápiz HB 2 y 5B):


Y el resultado final (lápiz 4B, HB 2 y algodón):


Una zona de la Luna que merece la pena visitar.

domingo, 12 de abril de 2009

Copernicus

Si tuviera que aconsejar a alguien que se ha comprado un telescopio pequeño, qué es lo más espectacular que puede observar en la Luna, sin lugar a dudas, lo primero que le diría es que esperase a dos días después del cuarto creciente ( o uno después del cuarto menguante) y enfocase al cráter Copernicus.

Copernicus es un cráter joven, que se formó precisamente en el periodo llamado Copernicano, que abarca de hace 1,1 millones de años hasta nuestros días. Presenta un diámetro de 93 km. y una altidud de 3.760m. Se pueden apreciar claramente las terrazas de sus paredes, y en el centro del cráter se distinguen con facilidad tres montañas centrales de aproximadamente unos 1.200m de altitud.

Aprovechando una pequeña tregua que me concedieron las nubes, la pasada noche del 4 de abril de 2009, pude observar un buen rato este magnífico cráter. Lo primero que hice fue sacar un foto con mi cámara DMK a foco primario de mi telescopio de 5”:


En esta panorámica general se puede apreciar Copernicus cerca del terminador lunar y sus rayos brillantes realmente extensos. A su lado le hace compañía un no menos espectacular Erathostenes.

Pero quise centrarme un poco en mi objetivo principal de la noche, y coloqué la barlow de x2 Ultima de Celestron y conseguí esta foto:



Representa muy fielmente lo que pude observar a 250x. Una tétrica oscuridad en la zona este del cráter, mientras que en la oeste muestra unas paredes de un blanco inmaculado.

Hacia el sur del cráter es donde distingo mejor las terrazas, mientras que en el centro emergen majestuosos tres picos alineados. El central, más discreto, parece protegido por sus compañeros mayores que lo flanquean a cada lado.

Más al sur destacan dos crateres adyacentes, Fauth y Fauth A, que por su peculiar disposición son conocidos con el sobrenombre de la “cerradura”. Logran atraer mi atención y me hacen reflexionar sobre cómo una formación tan pequeña, en comparación a su singular vecino consigue ganarse mi admiración.

También me gustaría destacar de la zona, al este de Copernicus, el cráter fantasma Stadius, que fue invadido por la lava del Mare Insularum. Un cráter que no está... pero sí que se ve. Al igual que una cadena de cratercillos.

Antes que se acabara nublando definitivamente, pude hacer un rápido boceto del cráter. Más tarde, a partir de este boceto, de las fotos, de lo que anoté y de lo que recordaba... hice el siguiente dibujo:


No es demasiado bueno, pero por lo menos la esperanza es que con la práctica vaya mejorando poco a poco. Dibujar la Luna es muy difícil, al menos para mi.

sábado, 11 de abril de 2009

M3 - Cúmulo globular en Canes Venatici

M3, en Canes Venatici, es una triste muestra de cómo la contaminación lumínica, la poca abertura del telescopio y las condiciones de observación pueden afectar la vista de un objeto tan espectacular como este cúmulo globular. Yo que he podido observarlo con mi telescopio desde un sitio oscuro y con buenas condiciones atmosféricas puedo dar fe de la magnificiencia con que se presenta visto en condiciones óptimas.

Aquí dejo el dibujo que hice el 26-4-08 hacia las 22h13m T.U. observándolo con mi SC Nexstar 5i de 127mm y el ocular de 18mm (69,44x), con un seeing de 3/5, un poco de humedad en el ambiente y cierta contaminación lumínica:


Los datos objetivos de este espectacular cúmulo globular se podrían resumir diciendo que se encuentra a 32.000 años luz de distancia, presenta un diámetro de 17’ y una magnitud visual de 6,2, cosa que permite que sea fácilmente localizable con prismáticos. El dato subjetivo: un objeto que te deja pasmado con el ojo pegado al ocular de tu telescopio.

Otra cosa que me llamó la atención, es que buscando información sobre M3 encontré que es uno de los cúmulos globulares más rico en estrellas variables, más de 500.

En el campo del ocular de 18mm (69,44x), a parte de M3 própiamente dicho, no se aprecian estrellas brillantes, salvo tres que enmarcan el cúmulo en un curioso triangulo isósceles. La más brillante de las tres es la que se encuentra en la parte inferior del dibujo que he hecho, HIP66890, que tiene una magnitud de 8,37. La más alta TYC2004-1683-1 con una magnitud de 9,81, y finalmente, en la parte derecha se encuentra HIP66891 con 10,53.

Me hubiera gustado anotar que resolvía claramente componentes del cúmulo, pero no pasé de ver una mancha blancuzca, bastante grande, más densa en el centro (redondeado), que se iba difuminando gradualmente. Como mucho, fijándome, apreciaba una serie de “chispazos” en los límites del cúmulo. Desde un lugar más oscuro, lo he llegado a resolver en gran medida, pero esa noche, las circunstancias no acompañaron demasiado.

Para finalizar, comentar que me imagino a Messier observándolo el 3 de mayo de 1764 y pensando que había descubierto “la madre de todos los cometas” y la desilusión al comprobar que no era así. Es curioso ver que en sus anotaciones apuntó: “No contiene ninguna estrella”...

sábado, 4 de abril de 2009

NGC663 - Cúmulo abierto en Cassiopeia

Las condiciones de observación pueden resultar un serio condicionante a la hora de sacar el máximo partido a los objetos que vemos a través del telescopio. Una buena muestra de ello son estos dos dibujos que hice de NGC 663 en diferentes noches.

Este cúmulo abierto está situado en la constelación de Cassiopeia, a unos 9.000 años luz de distancia, y se le calcula una edad de alrededor los 20 millones de años, que según los parámetros de los cúmulos abiertos, se considera que es bastante joven. Pero lo que realmente atrae a los astrónomos profesionales de este cúmulo es que contiene un número excepcional de estrellas tipo Be.

Pero lo que a mi me interesaba la noche del 19 de agosto de 2008 era comprobar cómo se presentaba a través del ocular de mi telescopio. No se daban las mejores condiciones de observación, pero aún así, ya que no tenía nada mejor preparado, decidí echarle un vistazo.

El seeing era de 3/5, las nubes cubrían más de la mitad del cielo, había mucha humedad en el ambiente y para colmo de males, la luna brillaba al 90%.

Esta noche pude apreciar NGC 663 como un cúmulo abierto disperso en el que destacaban un poco más de una docena de estrellas alrededor de las magnitudes 8-9. Entre ellas, más bien hacia el centro, destacaba un trío de estrellas muy peculiar al lado del cual se encontraba una pareja de estrellas brillantes.

Y este es el dibujo que hice:


Y este es el que hice la noche del 29 de agosto de 2008:


El seeing también era de 3/5, también había bastante humedad en el ambiente. Lo observé desde un lugar con más contaminación lumínica que el de la observación del 19 de agosto... pero en una noche sin Luna y completamente despejada.

Realmente, la vista mejoró considerablemente. Vi más componentes, y lo más remarcable es que del triángulo estelar central que comenté, la punta de la izquierda del dibujo resultó ser una doble; y de la pareja acompañante que también cité, puedo decir que la vi... triple, ya que la componente secundaria apareció con una compañera junto a ella.

En definitiva, un cúmulo abierto atractivo, se convierte en espectacular bajo unas buenas condiciones de observación. Y como aprendí la lección, me anoté revisitar NGC 663 desde un lugar realmente oscuro, con un seeing de 4/5, sin Luna, sin nubes, con ambiente seco... a ver qué tal.

miércoles, 1 de abril de 2009

Rupes Recta

Es curioso, pero hasta después de más de tres años de la compra de mi telescopio, no pude observar un accidente lunar realmente espectacular y asequible a cualquier telescopio: la Rupes Recta, o también conocida como la “Espada de la Luna”.

Se encuentra situada al Este de Mare Nubium, y es una falla de más de 120 km de largo según unos autores y de aproximadamente 110 km según otros. Tiene un desnivel de unos 240 m, un ancho que va oscilando entre 2-3 km y una inclinación media de 7º. Debido a esta inclinación, durante la fase creciente se observa como una línea negra; mientras que durante la fase menguante se observa como una línea blanca.

No hay unanimidad a la hora de explicar su formación, pero mayoritariamente se cree que el suelo de la parte este se elevó hacia arriba debido a las fuerzas de compresión que se dieron en esta parte del Mare Nubium y formaron la falla.

A 125x la he visto genial: suficiente aumento para disfrutar de ella y evitando el ataque de la turbulencia.

Me gustó tanto que quise inmortalizar el momento con estas fotos testimoniales:


La primera foto está hecha con el SC Nexstar 5i de 127mm + Neximage + Barlow x2. Como es habitual en mi... un poco desenfocada. La otra está sin barlow. Ambas tratadas con el Registax 4 y el Photoshop.

La zona donde se encuentra Rupes Recta es realmente atractiva, y destacan por méritos propios los cráteres de Ptolemaeus, Alphonsus y Arzachel; pero el que más me ha impresionado ha sido Alpetragius.

Alpetragius es un cráter de 40 km de diámetro y 4000 m de profundidad, en el que destaca su imponente cono central de 20 km de diámetro y 2000 m de altitud. En la primera foto, su sombra es una muestra de su espectacular profundidad. Una maravilla.

Esta zona se puede observar con comodidad la octava noche a partir de Luna nueva o una noche después de la media Luna a partir de la Luna Llena.

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Las noches en que no se puede observar, las dedico (cuando dispongo de tiempo libre...) a leer libros sobre astronomía, repasar apuntes de otras noches, planificar observaciones futuras... o practicar el dibujo astronómico.

El 15 de marzo de 2008 hice mi primer dibujo de la Luna, evidentemente mejorable, pero me hace ilusión compartirlo:

Por ser el primero no estoy descontento del todo, aunque he perdido proporcionalidad y perspectiva cuando he dibujado Alphonsus y Arzachel. Este lo hice a partir de la primera foto que he puesto arriba. Ahora bien, lo cierto, como he podido comprobar en varias ocasiones, es que una cosa es dibujar tranquilamente en el escritorio a partir de una foto, y otra hacerlo a pie de telescopio y con la Luna cambiante de modelo.