jueves, 29 de agosto de 2013

NGC6804 - Nebulosa Planetaria en Aquila

En la constelación de Aquila encontramos una nebulosa planetaria realmente bonita y asequible. Se trata de NGC6804.

Esta planetaria fue descubierta, como no, por William Herschel el 25 de agosto de 1793 quien dejó anotadas sus impresiones de la siguiente manera:

“Considerablemente brillante, pequeña, irregularmente débil, fácilmente resoluble, algunas estrellas son visibles”.

Aunque Herschel fue quien acuñó el término de “nebulosa planetaria”, en su época todavía no se conocía la verdadera naturaleza de estas nebulosas y él, en un principio, interpretó que estaban formadas por agrupaciones de estrellas que no eran resolubles por el telescopio, de ahí sus anotaciones referentes a las estrellas visibles en la nebulosa.

Con el tiempo Herschel propuso otra explicación para las planetarias, sugiriendo que se trataban de nebulosas formadas por materia desconocida en varios estadios de desarrollo. Pero a pesar de esta evolución teórica, no acabó de dar exactamente con lo que realmente eran las nebulosas planetarias: gases expulsados por una estrella cercana al final de su vida.

Hasta 1864 no se empezó a desvelar la incógnita. En ese año Sir William Huggins, uno de los pioneros de la espectroscopia, tomó el espectro de NGC6543 (La Nebulosa Ojo de Gato) y al analizarlo pudo comprobar que no se encontraba ante un espectro de emisión continuo, como sucedía con  aquellas “nebulosas” formadas por estrellas, sino que estaba ante un pequeño número de líneas de emisión, igual que sucede con los gases.

Muchas veces, leyendo sobre estos pioneros de la observación astronómica telescópica me preguntó qué debían sentir al ir escrutando los cielos y descubriendo y catalogando objetos a los que nadie antes había identificado y mucho menos interpretado correctamente su naturaleza.

Alguna noche observando algún objeto complicado he “jugado” a esto, planteándome, que si no supiera como sé, lo que estoy viendo, ¿qué interpretaría que es? Y al final tengo que acabar reconociendo que no es nada sencillo aventurar interpretaciones medianamente plausibles.

Pero centrémonos un poco con la planetaria que me ha conducido a todas estas divagaciones, NGC6804.

La noche del 9 de agosto de 2013, sin Luna, con el SC de 235mm y disfrutando de cielos oscuros pude apuntar hacia esta planetaria. Este fue el dibujo que hice después de estar observándola un buen rato:



Como comentaba al principio, bonita y asequible planetaria que considero ofrece su máximo encanto con el ocular de 10mm que me da los 235x.

El problema de esta noche son las turbulencias atmosféricas. Estimo un “seeing” de 3/5 (Siendo 5=óptimo). Con estos aumentos tan altos he tenido que ser bastante paciente porqué con el viento racheado que soplaba por momentos, había instantes en que me resultaba especialmente complicado enfocar correctamente, al tiempo que las estrellas perdían su puntualidad y se volvían de repente gruesas y distorsionadas.

Por suerte había ratos bastante prolongados en que la visión mejoraba considerablemente, de manera que he podido disfrutar… y sufrir a partes iguales con esta planetaria.

A pesar de las dificultades, los 235x son los ideales y ha merecido la pena el esfuerzo.

Nada más poner el ojo en el ocular reconozco perfectamente la situación de la planetaria, aunque todavía tengo que adaptar mejor la vista a la oscuridad para sonsacarle todos los detalles que puede ofrecer. Se encuentra formando una línea recta junto a las dos estrellas más brillantes que aparecen en el campo, HIP96055, de magnitud 8,9 y plateada; y TYC1055-5681-1, de magnitud 9,2 y de un bonito color amarillo-anaranjado gracias a su clase espectral K2.

El resto de estrellas son más débiles en comparación, pero tienen la virtud de aportar un plus de atractivo al conjunto. Sobretodo una que se encuentra en la base de la planetaria y que he podido descubrir precisamente por esto. Mientras intentaba escrutar mejor la forma de la nebulosa me he dado cuenta de su tímida presencia.

La planetaria es bastante extensa (abarca unos 50”), con una forma un tanto irregular, rectangular, alargada… Le noto la parte central más marcada y con la visión lateral se distinguen con claridad unos halos más débiles en su zona externa, circunvalando el núcleo. Con el filtro OIII mejora el contraste, aunque como cabe esperar, el conjunto de estrellas que se distinguen disminuye drásticamente.

Muy bonita y recomendable. Me dejo anotado para cuando tenga ocasión observarla con el SC de 127mm, creo que también daría un buen juego, aunque no fuera capaz de apreciarle tantos detalles como con el SC de 235mm.

Se estima que NGC6804 se encuentra a unos 4.200 años luz de distancia y brilla con una magnitud de 12,2. Lo que sí que no he podido percibir ha sido su estrella central de magnitud 14,4. Tal vez en una noche con mejor “seeing” pueda intentar la proeza.

viernes, 23 de agosto de 2013

M52 - Cúmulo Abierto en Cassiopeia (SC 235mm)

A M52, uno de los cúmulos abiertos más representativos de la constelación de Cassiopeia, le tengo un aprecio especial, ya que fue uno de los primeros objetos Messier que puede observar con mis prismáticos 15x70 y unas cartas celestes bajo el brazo (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2009/09/m52-cumulo-abierto-en-cassiopeia.html). Días más tarde también pude disfrutar de él desde unos cielos oscuros y mi SC de 127mm. La impresión que me dejó no pudo ser más favorable, pero a la vez tengo que reconocer que me quedó la sensación de no poder exprimir al máximo este cúmulo al no disponer de un telescopio de más abertura.

Cuando me compré mi SC de 235mm tenía en la cabeza volver a visitar todos estos objetos que había observado con el Nexstar 5i y que me habían dejado con ese sabor agridulce de estar viendo algo espectacular, pero a la vez ser consciente que podría serlo mucho más. Lo que no me podía imaginar en ese momento es que lo que realmente haría con el SC de 235mm sería buscar nuevos objetos que debido a su dificultad, ni me había planteado observar con el otro telescopio u objetos que representaran un verdadero reto de observación para una abertura de 235mm.

El caso es que ya hace unos meses que me he estado replanteando esta estrategia observacional y he pensado en volver a mis intenciones iniciales e ir revisitando estos objetos espectaculares con el SC de 235mm.

De todas maneras, la experiencia es un grado, y ella me aconseja que vaya alternando las dos cosas, nuevos objetos y retos junto con revisitas a objetos ya observados.

El caso es que la noche del 11 de agosto de 2013 me encontraba disfrutando de los cielos oscuros de mi pueblo y del SC de 235mm y me acordé de M52. Apunté el telescopio hacia él y lo primero que me vino a la cabeza fue: “Buff”.

Voy a intentar explicar la expresión que, a pesar de lo que pueda parecer, es un compendio perfecto de todo lo que me pasó por la cabeza en el momento de poner el ojo en el ocular Hyperion Aspheric de 31mm.

M52 es un cúmulo abierto bastante compacto. Se extiende a lo largo de unos 16’ y posee cerca de 200 estrellas que brillan con una magnitud superior a la 15. Es por esto que cuando lo vi a través del SC de 235 y desde un cielo oscuro me resultó muy difícil encontrar adjetivos que ilustraran con precisión lo que estaba observando. Y no sólo eso, sino también pensar en dibujar esa multitud estelar compacta me sobrepasaba un poco. “Buff”, en definitiva, fue lo más acertado que se me ocurrió.

Así que armándome de paciencia, al final dibujé más o menos lo que veía:



Sin lugar a dudas, lo primero que destaca es la estrella HIP115542, de magnitud 8,3 brilla potente destacando sobre todas las estrellas que forman el cúmulo verdadero. Según fuentes se le asigna una clase espectral del tipo F7Ib (Simbad), según otras G8II (Starry Night). Sea como sea yo la veo de un color amarillo muy marcado.

Pero rápidamente el conglomerado de incontables estrellas que conforman M52 logra acaparar todo el protagonismo. Tal como las veo esta noche, hileras de estrellitas que brillan con magnitudes 10-13, parecen colgadas de HIP115542, que recordemos, no pertenece físicamente al cúmulo, ya que se encuentra a 3.433 años luz de distancia mientras que M52 se sitúa aproximadamente a unos 5.100/5.300.

El color de estos racimos es blanco-azulado, de manera que no tan sólo contrasta por la diferencia de brillo con HIP115542, sino también por su cromatismo.

Y lo mejor de todo es que en el momento en que dejo de fijar la vista en el cúmulo y empiezo a utilizar la visión lateral, lo que antes me parecían hileras de estrellas, se convierten en una agrupación con cierta forma circular y con infinidad de pequeños destellos intermitentes alrededor de las componentes más brillantes del cúmulo. Un verdadero espectáculo difícil de plasmar en un dibujo.

Al cabo de unos instantes empiezo a estar un poco agotado debido al esfuerzo visual que ha exigido dibujar a M52 de la manera más fidedigna posible cuando decido hacerle una fotografía a foco primario con mi Nikon D5100. Y aquí empieza una lección que, en teoría ya sabía, pero hasta que no la he aprendido sobre el campo, no le he dado la atención que merecía.

Me refiero a que hice unas 30 tomas de 20” con la intención de apilarlas posteriormente y conseguir una foto más o menos decente. El problema es que no me acordé de seleccionar el modo “Raw” en la cámara y tomé 30 fotos en modo “jpeg”. El resultado, triste resultado y aleccionador, es este:


El día 14 de agosto, con la lección aprendida, sí que conseguí hacer las fotos correctamente, consiguiendo un resultado más acorde a lo que me esperaba. Un bonito recuerdo de este cúmulo abierto que precisa de cielos oscuros y grandes aberturas para sacarle el máximo partido. Lo mejor de él es que también da juego con unos simples prismáticos o con telescopios de pequeña abertura.




miércoles, 21 de agosto de 2013

Nova Delphini 2013 - 18 de agosto de 2013

Esta vez sí que pude observar la Nova Del 2013 a través de mi SC de 235mm. Y efectivamente, si no supiéramos qué es lo que estamos observando resultaría un poco decepcionante, ya que sin ninguna información al respecto lo único que veríamos en el campo del ocular sería una estrella como tantas brillando con una magnitud cercana a la 4ª.

Pero por suerte somos conscientes sobre lo que representa esa estrella, el imponente estallido de energía que se ha producido en un corto intervalo de tiempo llegándonos a imaginar un sistema doble de estrellas que están interactuando entre ellas y provocando este cataclismo, que por suerte, se encuentra muy lejos de nosotros.

En “Astronomer’s Telegram”, U. Munari (INAF Padova), P. Valisa, A. Milani y G. Cetrulo exponen que según estimaciones la nova debería encontrarse a una distancia entre 3,5 y 5,5 kpc (11.000-18.000 años luz) y lo más impresionante de todo es que ha pasado de una magnitud visual de 16,9 a 4,3, es decir, una variación de 12.6 en tan sólo dos días.

Para hacernos una idea lo más gráfica posible, he cogido una placa de Aladín en la que aparece la zona de la nova antes del estallido y a continuación he añadido el brillo de una de las estrellas de comparación que estoy utilizando para estimar su magnitud, 29 Vul, de magnitud 4,8, incluso 0,5 décimas más débil de lo que alcanzó Nova Del 2013:

Simbad / Aladin

El 18 de agosto de 2013, a pesar del brillo de la Luna, iluminada en el 93% de su superficie, pude sacarla fotografiándola ya esta vez con la Nikon D5100 a foco primario del SC de 235mm.



Y aquí el recorte de la fotografía de gran campo que hice con la Nikon D5100 (ISO 2500, 6” de exposición, apertura del diafragma 5,6 y objetivo con df 55mm.



Le estimé una magnitud de 4,9.

Actualmente (día 21 de agosto de 2013) está disminuyendo su brillo. Las últimas estimaciones que aparecen en la página de la AAVSO rondan por la 5,5.

Habrá que aprovechar estos próximos días para acabar de disfrutar de la explosión “en directo” de esta bonita nova.

lunes, 19 de agosto de 2013

Mare Australe - 18 de agosto de 2013 con libración favorable

La noche del 18 de agosto de 2013 la Luna parecía invitarme a su observación. En su doceavo día de lunación y estando iluminada en el 93,3% de su superficie por otro lado, pocas alternativas observacionales se me presentaban. Pero no me lamento, la Luna siempre me da grandes satisfacciones cuando le dedico un poco de tiempo.

Sin ir más lejos, esta noche había leído que se producía una libración favorable (http://es.wikipedia.org/wiki/Libraci%C3%B3n) con la que se podría observar la zona de Mare Australe (Longitud: 91.0° Este / Latitud: 46.0° Sur) una zona lunar que habitualmente queda fuera de nuestro alcance.

A pesar de presentar una superficie de 151.000 km2, debido a su posición en el limbo sur-sureste de la Luna, no es nada cómoda su observación. Pero puede que precisamente por esto, es por lo que me resultó tan atrayente la posibilidad de observar por primera vez esta zona. Territorio virgen.

Lo primero que hice fue acoplar la cámara DBK21AU04.AS al SC de 235mm para obtener una imagen que, a posteriori, me recordara lo que iba a observar en visual:



El brillo era bastante cegador, así que para mayor comodidad tuve que acoplar el filtro lunar. Una vez noté la vista cómoda empecé a buscar la zona en cuestión. Puede que sea que no estoy muy acostumbrado a observar la Luna con el SC de 235mm, puede ser que el Virtual Moon Atlas no resulte muy clarificador hacia los limbos lunares, es posible que tuviera un mal día… el caso es que no era capaz de identificar el Mare Australe por ningún lado.

Al cabo de un rato decidí coger el Atlas lunar de Rükl y hacer algo que nunca había hecho: ponérmelo apoyado en mis piernas y a pie de telescopio intentar identificar accidentes. De pronto me percato en una zona temblorosa en el límite lunar con varias partes oscuras que contrastan con el brillo lunar preponderante. Pienso, lo tenías delante y no lo veías.

Lo primero que me llama la atención es el cráter Oken. Una formación circular de unos 73 km de diámetro con un fondo recubierto de lava oscura que por efecto de la perspectiva veo alargado. Una vez identificado en el Atlas y cogiéndolo como referencia voy intentando situarme, tarea nada fácil, para ser sincero.

A continuación me fijo en Lyot, bastante más grande que Oken, se extiende a lo largo de 141 km y también es un cráter circular, aunque lo vea alargado… También tiene el fondo lleno de lava oscura, de hecho como en casi todos los que distingo en la zona.

Como cráteres independientes creo identificar un diminuto Hanno (53 km de diámetro) y un Pontecoulant (91 km) más contrastado y fácil de apreciar.

De repente me fijo en la antítesis de lo que me ha llamado la atención hasta ahora, que no es otra cosa que el cráter Reimarus (48 km), situado cerca de Vallis Rheita, extremadamente brillante en esta avanzada fase lunar.

Y entonces me pregunto, ¿Mare Australe?, pues según veo en el Atlas de Rükl, es toda la zona oscura temblequeante que se extiende desde el cráter Oken hasta el cráter Hanno.

Decido concluir la observación cuando me doy cuenta que estoy aguantando la respiración con el ojo pegado en el ocular intentando exprimir esta zona que a pesar de estar bien diferenciada, no aparece demasiado contrastada por culpa del potente brillo de la Luna.

Dejo de forzar los ojos y me dedico a procesar la imagen que he tomado y a rotularla con lo que más me ha llamado la atención y he podido identificar… supongo que correctamente.



Acabo la observación satisfecho. Tarea complicada, pero gratificante.

domingo, 18 de agosto de 2013

Nova Delphini 2013 - 17 de agosto de 2013

Me está empezando a dar la sensación que esta nova de Delphinus quiere jugar al gato y al ratón conmigo.

La pude ver por primera vez y con mucha suerte el pasado 15 de agosto de 2013. El 16 completamente nublado, y el 17 una procesión de nubes parecía ir pasando por la zona de la nova con toda la mala intención del mundo.

Para hacernos una idea, esta foto la he sacado esta mañana e ilustra perfectamente lo que tuve que sufrir ayer por la noche:



Lo que sí que no he podido es montar el telescopio ninguna noche para poder apuntar hacia ella, así que he tenido que conformarme con mis prismáticos 10x50, el trípode y la Nikon D5100 para disfrutar de esta impresionante nova.

Viendo cómo se presentaba la noche, con el peligro que las nubes terminaran adueñándose del cielo, decidí como digo, olvidarme del SC de 235mm con su pensada montura ecuatorial CGEM (en situaciones como ésta es cuando el SC Nexstar 5i, con su facilidad de montaje y poco peso, hace valer sus puntos fuertes, pero como la ley de Murphy está para algo, lo tengo a 200 km…) e intentar tomar una fotografía que por lo menos me sirviera de testimonio gráfico del brillo actual de la Nova Delphini 2013.

El día 15 tuve que ayudarme de cartas celestes para localizar la posición de la nova, esta noche apunto hacia ella como si la conociera de siempre. Realmente, se encuentra en un lugar muy atractivo y de fáciles referencias. Los asterismos del Delfín y de Sagitta son de gran ayuda.

Este es el resultado:



Es un recorte de la fotografía hecha con la Nikon D5100 a ISO 2500, exposición de 6”, abertura del diafragma a f4,2 y con la distancia focal del objetivo a Df 31mm.

Una vez conseguida la imagen ya me tranquilicé un poco y monté los prismáticos al trípode. Que me tranquilizara no quiere decir que se me facilitaran las cosas. Las nubes seguían pasando, por lo que estaba varios minutos sin poder ver nada. En un momento aparecía un pequeño claro y empezaba una carrera contrarreloj para hacer el dibujo de la zona y las estimaciones de brillo comparando las diferentes estrellas del campo.

Este es el dibujo que con sudores y dolores de cuello y cervicales (la constelación de Delphinus estaba cerca del zenit) y peleándome con una Luna iluminada en un 85,7% de su superficie, pude hacer:



Comparando el brillo de las estrellas tanto en la fotografía que hice como tal como las apreciaba en visual, a mi parecer la nova brillaba de manera muy similar, por no decir idéntica, que 29 Vul, por lo que esta noche le estimaría una magnitud de 4,8.

Aquí dejo la fotografía que hice rotulada con las diferentes magnitudes estelares que fui comparando:



De todas maneras, es una apreciación personal. Para estimaciones más contrastadas se puede seguir las que se presentan en la web de la AAVSO y su curva de luz:

AAVSO

A ver si el tiempo nos respeta y podemos seguir con más tranquilidad la evolución de esta atractiva y asequible nova.

sábado, 17 de agosto de 2013

NGC6369 - Nebulosa anular planetaria en Ophiuchus

En julio de 2012 un compañero del foro de la AAH, tasalhague, comentando una entrada sobre la planetaria NGC 7027 me recomendó la observación de otra planetaria, NGC6369 en la constelación de Ophiuchus.

Por una cosa u otra, hasta la noche del 11 de agosto de 2013 no pude apuntar el telescopio hacia ella, pero una vez pude cazarla, tengo que reconocer que mereció la pena todos los esfuerzos que tuve que hacer para observarla en condiciones.

Este es el dibujo que hice de NGC6369 con el SC de 235mm a 146x. Las condiciones buenas, con una turbulencia atmosférica de 3/5 (Siendo 5=óptimo), cielos oscuros y sin Luna:



Con el ocular de 25mm (94x), ya se aprecia, pero su naturaleza anular  pide que se fuercen un poco más los aumentos. Esta noche considero que los 146x son los ideales para exprimir con una definición aceptable la planetaria.

No es complicada de ver, pero sí que resulta un poco más laborioso percibir su anularidad. Para ello he tenido que adaptar muy bien la vista a la oscuridad y utilizar la visión lateral. Al cabo de unos instantes he podido ver cómo el centro de la nebulosa adopta una tonalidad grisácea más clara, o débil, como se prefiera, que el contorno exterior. Bastante evidente una vez se ha logrado ver por primera vez.

Eso sí, el centro del anillo muy concentrado respecto al anillo en sí, mucho más extenso y marcado.

Llama también especialmente la atención el hecho de encontrarse en un campo bastante pobre de estrellas. De hecho, tan sólo he incluido tres en el dibujo. La más brillante es HIP85561 que con un amarillo intenso y una magnitud de 9,6 intenta darle una nota de color al conjunto. Las otras dos, tímidas, se mueven por la magnitud 12.

En todo caso, esto no deja de ser una ventaja a la hora de centrarse en la planetaria, ya que no tienen ninguna estrella brillante que pueda quitarle protagonismo o eclipsarla con su brillo.

Más tarde leí que esta falta de estrellas tiene su explicación, y no es otra que NGC6369 se encuentra enmarcada en plenos dominios de la nebulosa oscura catalogada como Barnard 77 (B77). De manera que sin ser plenamente consciente, estaba observando dos objetos interesantes: la planetaria y la nebulosa oscura.

Es una planetaria a la que vale dedicarle un poco de tiempo y paciencia. La recompensa bien merece la pena. Pero también es cierto que si no disfrutamos de las condiciones de observación adecuadas, lo mejor es posponer la visita a esta nebulosa para otra noche.

Y digo esto por haberlo sufrido en mis propias carnes. No estaba decidido a comentarlo porque no deja de ser un poco vergonzoso por mi parte, pero al final he pensado que resultaría un buen ejemplo de la importancia de las condiciones de observación.

La noche anterior había apuntado hacia NGC6369 con toda la ilusión del mundo. Pero hacía mucho viento y había estimado un “seeing” de 2/5 (Siendo 5=óptimo). Las estrellas se veían como pelotitas de golf temblorosas, pero a pesar de ello pensé que la planetaria no estaría tan afectada por la turbulencia como las estrellas. Así que ni corto ni perezoso, allá fui. Estas son las notas literales que tomé:

“No suele ser lo habitual, y es por esto que NGC6369 sorprende. Resulta que se encuentra en un campo tan pobre de estrellas y es tan condensada, potente y brillante que destaca sin ningún tipo de competencia nada más poner el ojo en el ocular.

La veo redondeada, blanca… no blanquecina, sino extremadamente blanca. Sin duda, una planetaria con una gran personalidad”.

En fin, bastante alejado de lo que realmente es NGC6369. Como digo, un poco vergonzoso, pero bastante ilustrativo de lo que puede condicionarnos unas malas condiciones de observación.

NGC6369 se encuentra a unos 2º al noreste de Theta Oph (mag. 3,3) y a medio grado de 51 Oph (mg. 4,8). Dos estrellas lo suficientemente brillantes y destacables para permitirnos una rápida localización de la planetaria.

Perteneciente a la constelación de Ophiuchus, se encuentra a una distancia de entre 2.000 y 5.000 años luz. Respecto a su estrella central, podemos olvidarnos de ella, ya que su brillo de magnitud 16 resulta prohibitivo para la inmensa mayoría de telescopios de aficionado.

Confío que William Herschel, la noche de 1784 en la que descubrió esta planetaria, conocida también como la nebulosa del Pequeño Fantasma, tuviera unas buenas condiciones de observación y disfrutara, como lo hice yo, de esta bonita planetaria anular de Ophiuchus.

viernes, 16 de agosto de 2013

Nova Delphini 2013 - 15 de agosto de 2013

El 14 de agosto de 2013, Koichi Itagaki, un astrónomo aficionado japonés, descubrió en la constelación de Delphinus una Nova que finalmente ha sido catalogada como Nova Delphini 2013.

Una nova es una explosión termonuclear provocada por la acumulación de hidrógeno en la superficie de una estrella enana blanca. En este caso parece ser una nova clásica, por lo que se trataría de un sistema binario formado por una enana blanca densa y caliente y una estrella evolucionada gigantesca y fría que transfiere parte de su masa a su compañera hasta que ésta alcanza la temperatura crítica para la ignición de la fusión nuclear.

La cantidad de energía que se libera en esta explosión es tal que provoca un aumento de brillo muy marcado, pero que dura pocos días. La Nova Del 2013 ha pasado en un momento de tener una magnitud de 17 (invisible visualmente con nuestros telescopios) a brillar con una magnitud alrededor de 4,5, tal como se puede comprobar en las estimaciones aportadas a la AAVSO.

Estos eventos, sin ser extraños, no son nada frecuentes y menos las que podemos ver a simple vista o con la ayuda de unos simples prismáticos 10x50, de manera que desde el momento en que se comunicó el descubrimiento, ya empecé a planificar su observación. No es cuestión de demorarlo demasiado. Una vez alcanza el máximo brillo, en pocos días volverá a convertirse en inaccesible a nivel visual.

Lo primero fue conseguir una carta de localización. Normalmente, para estrellas variables suelo utilizar las generadas por la AAVSO:

AAVSO

Pero por suerte, esta nova está ubicada en una zona de cielo bien conocida por los aficionados (Cerca del Triángulo del Verano formado por Vega, Deneb y Altair; con la referencia añadida de las pequeñas, pero fácilmente identificables, constelaciones de Sagitta y Delphinus), por lo que, en principio, no resulta complicado moverse por ella. Además con el añadido de que la nova, en su máximo brillo destacaba por méritos propios junto a las estrellas más brillantes del campo de los prismáticos 10x50.

Pero no todo van a ser facilidades.

La noche señalada para su caza era la del 15 de agosto de 2013, un día después de ser descubierta, pero la previsión meteorológica indicaba nubes y riesgo de tormentas fuertes.

No tenía demasiadas esperanzas de éxito, por no decir que ya estaba completamente resignado al fracaso cuando hacia las 20h 58m T.U. (22h 58m T.L.) veo entre las nubes asomarse tímidamente a Altair, una invitación suficiente para que me levantara rápidamente a buscar el trípode, la cámara fotográfica y los prismáticos 10x50.

Lo primero fue hacer una fotografía a ver si esa ventana entre las nubes me permitía localizar los puntos de referencia en primera instancia y la nova como colofón final. Este era el panorama:



Y por lo que pueda parecer, ahí estaba. Consultando en el ordenador que tenía al lado la carta de Sky & Telescope, que era lo que tenía más a mano, localicé la nova.

http://media.skyandtelescope.com/documents/Nova_in_Delphinus_PSA64.pdf



Y aquí un recorte de la misma foto donde se puede ver mejor la zona y la misma nova:





La fotografía la tomé con la Nikon D5100 sobre trípode fotográfico. Con una exposición de 8” a ISO 2500, apertura del obturador a f3,5 y objetivo a 18mm y… aguantando la respiración.

Y llegados a este punto, cambié la cámara por los prismáticos y decidí ir a la caza en visual.

Para ser sincero, me resultó bastante fácil una vez hecha la foto y con la carta de la AAVSO al lado. Tracé una línea recta imaginaria partiendo de Delta y Alpha Delphini hasta cruzarse con la intersección de la línea recta hacia donde apunta Sagitta.

Este es el dibujo que hice de la zona observando con los prismáticos 10x50:



El dibujo no fue fácil. Las nubes cubrían el cielo continuamente, y tenía que esperar los pocos segundos que quedaba la zona despejada para ir punteando las estrellas.

Esta cortina de nubes tampoco ayudaba a la estimación de brillo de la nova. Después de mucho batallar, le estimé una magnitud de 5,00, ya que brillaba de manera muy similar a 29 Vulpeculae, la estrella más brillante a la izquierda del dibujo.

Y cuando me quise dar cuenta ya no hubo tiempo para más. Las nubes finalmente dijeron que bastante habían hecho abriéndome unos minutos esa estrecha ventana y que me podía dar por satisfecho. Y realmente lo estaba.

Contento por haber fotografiado y observado mi primera Nova (que no Supernova)

Hoy no podré observarla. Vuelve a estar nublado y con muy mal aspecto, pero quien tenga los cielos despejados, que aproveche para echarle un vistazo a esta estrella que pronto nos dirá adiós.

viernes, 9 de agosto de 2013

Destello del satélite Iridium 47 - tutorial de observación

La noche del 8 de agosto de 2013 las condiciones de observación no eran nada buenas. A pesar de disponer de mi SC de 235mm, cielos oscuros, una noche sin Luna y ni una nube en el cielo; el viento soplaba con ganas provocando que las estrellas se mostraran gordas y temblorosas.

Por suerte, a lo largo del día ya había previsto que esto podría pasar y decidí planificarme un plan B.

A lo largo de todos estos años en los que mi afición a la observación astronómica ha ido creciendo, he podido observar muchos satélites artificiales, unas veces buscados, otras veces por sorpresa. Pero todavía no había presenciado el fulgurante destello de un satélite Iridium. Había leído algo acerca de ellos y todos los compañeros que habían visto alguno me comentaban lo espectaculares que podían resultar.

Pero situémonos un poco. Los Iridium son un conjunto de 66 satélites diseñados para permitir la comunicación a través de dispositivos móviles vía satélite desde cualquier punto del mundo. Están distribuidos en 6 órbitas bajas (LEO – Low Earth Orbit), a una altura aproximada de unos 780 km. en las que se disponen 11 satélites equidistantes entre sí.

Fueron puestos paulatinamente en órbita a lo largo de los años 1997-1998 y a pesar de altibajos económicos (la empresa que los comercializaba inicialmente quebró en 1999) todavía hoy siguen dando servicio.

Los Iridium tienen un peso total de 700 kg, se mueven a una velocidad constante de 28.000 km/h tardando 100 minutos y 28 segundos en completar un periodo orbital. Está formado por un cuerpo cilíndrico de 4 metros de largo, dos paneles solares y tres antenas principales. Los destellos que podemos ver son el resultado del reflejo del Sol sobre estas antenas, las cuales tienen una dimensión de 186x86 cm. y se encuentran protegidas por un revestimiento de aluminio que facilita el reflejo de los rayos solares.

Hasta aquí esto nos sirve para ponernos en situación y descartar como muchos llegaron a pensar en su momento, el estar viendo un OVNI. Ahora, ¿cómo podemos prever cuándo se producirá un fogonazo que sea visible desde nuestro punto de observación?

Para ello disponemos en internet de dos páginas web muy fiables que nos pueden proporcionar esta información:

http://www.calsky.com/
http://www.heavens-above.com/

Yo suelo utilizar principalmente Calsky, pero a menudo también consulto Heavens-above para comparar los datos que ofrecen.

La web de Calsky permite registrarse, con lo que podemos guardar una serie de datos que nos evitarán tener que introducirlos cada vez que queramos realizar alguna consulta, sin embargo, no es excesivamente engorroso hacerlo cada vez que nos conectamos. Para ello vamos a http://www.calsky.com/ y marcamos “Intro” (1) en las opciones que encontramos en la parte superior de la página.

Aparecerá esta pantalla:



(2) En “Select a site for observation” introducimos nuestra población y marcamos “Search”.

(3) Si el ícono no aparece en la posición exacta que deseamos, con el ratón encima de él podemos ir moviéndolo hasta el lugar que prefiramos. Una vez situados, clicamos en “Click Here to use this location”.

Las demás opciones no son necesarias rellenarlas, tan sólo es aconsejable fijarnos en el apartado “2. Your Time”, ya que en él se nos muestra la zona horaria con la que se nos presentarán posteriormente los datos. La página le asigna por defecto la que considera correcta, pero no está de más comprobarlo. Si no fuera zona horaria que nos corresponde no veríamos el paso de los satélites ni sus destellos al tener en cuenta una hora incorrecta.

En este caso la selección automática es la adecuada (Zona Europe/Madrid) (4).



A continuación nos deslizamos hasta el final de la página y marcamos el botón “go!” (5) para que los datos que hemos introducidos sean tenidos en cuenta.



Se refrescará la página y ya podremos seleccionar la opción “Satellites” (6) y a continuación “(Iridium) Flares” (7), que es lo que nos interesa ahora.



En la página que se abrirá seleccionamos entonces la fecha a partir de la cual queremos que nos ofrezca los datos, así como la hora y el intervalo (yo suelo seleccionar 1 día). Cuando ya lo tengamos según nuestro criterio marcamos en “go!” (8)



Y ya nos aparecerá un listado con los satélites que podemos observar desde nuestra situación (10) y la hora (Hora local) (9) exacta en la que se producirá el fogonazo en su intensidad más alta. Su magnitud queda especificada en (11). Cuanto mayor sea el número negativo, más brillante será el destello.


Ya en esta página podemos ver la constelación hacia la que debemos mirar para cazar al satélite (12). Y a partir de esta primera aproximación, podemos clicar en el nombre del satélite, en este caso de ejemplo Iridium 11 (10) y se abrirá otra página donde se nos mostrará una carta celeste de la zona exacta donde se producirá el fogonazo:



En ella aparece la órbita del satélite en la que se va marcando el cambio de brillo (13). Si ponemos el cursor encima de ella aparecerá un cuadro informativo donde se especifican las coordenadas celestes exactas de posición (14) y la magnitud en ese momento (15). En las cartas aparecen también las estrellas de referencia de la zona. Si ponemos el cursor encima de ellas (16) aparecerán sus datos –nombre, coordenadas, clase espectral, magnitud- que nos resultarán muy útiles a la hora de situarnos en el cielo.

Finalmente, tenemos la opción de desplazarnos por el mapa o bajar o subir el aumento que nos muestra (17). Si lo bajamos podremos ver las constelaciones marcadas, de manera que nos facilitará aún más la orientación.

Y con estos datos, ya sólo necesitamos localizar la zona en cuestión y esperar al momento exacto cuando se producirá el destello.



Debido al brillo que suelen alcanzar estos destellos, son visibles a simple vista, pero si disponemos de unos prismáticos, también resulta espectacular el repentino cambio de brillo.

Pues como comentaba al principio, el 8 de agosto de 2013 seguí estos pasos y vi que hacia las 21h 47m 40sg T.U., se produciría un fuerte destello de magnitud -3,9 provocado por una de las antenas del Iridium 47:



La situación exacta además, resultaba fácil de localizar y presentaba un alto atractivo, ya que el fogonazo se produciría en la constelación de Andromeda entre las estrellas 51 And, Mu And, Almach y Mirach, y con un poco de suerte, con la presencia de M31.



Y con estas previsiones bajo el brazo empezó la noche, con un fuerte viento que me dificultaba la observación telescópica, de manera que cogí mi cámara Nikon D5100, la monté en el trípode y me dispuse a centrar todos mis esfuerzos en disfrutar de la caza del flash del Iridium 47.

Y a la hora esperada un puntito luminoso no demasiado brillante aparece cerca del horizonte dirigiéndose hacia Almach. Mi primer pensamiento es “bueno, por lo menos ha aparecido”. Y a continuación una vez pasada esta estrella de referencia empiezo a tomar la fotografía. Es la primera que hago de un Iridium, y la verdad, es que estoy contento porqué por lo menos he podido cazarlo:



En unos pocos segundos el brillo aumenta de manera espectacular, y en el cielo aparece un lucero blanco inmaculado que por fuerza tiene que llamar la atención de todo el que esté mirando hacia la zona donde se produce. Y con la misma rapidez que aparece, desaparece.

La fotografía la tomé con el objetivo a una distancia focal de 55mm, ISO 800, abertura a f4 y 32 segundos de exposición.

La próxima ocasión probaré a abrir un poco más el campo para intentar que no se note tanto el desplazamiento de las estrellas. Sea como sea, el encuadre que me quedó me dejó plenamente satisfecho, ya que aparece Almach, Mirach, Mu And y 51 And, tal como se mostraban en la carta celeste generada por Calsky y en la parte superior, un poco a la derecha, M31, la Galaxia de Andromeda, siendo testigo a unos 2,5 millones de años luz del pequeño divertimento de un astrónomo aficionado que no pudo observar con su telescopio por culpa del fuerte viento que soplaba esa noche.

A pesar de reconocer que el hecho de presenciar un fogonazo provocado por el reflejo del Sol sobre unas antenas revestidas de aluminio de un satélite de comunicaciones que orbita a unos 780 km de la superficie terrestre puede resultar algo excéntrico a los ojos de la mayoría de las personas, también tengo que decir que pasé un buen rato haciéndolo; y no sólo eso, sino que ya tengo la previsión hecha para disfrutar de otro destello los próximos días.

lunes, 5 de agosto de 2013

Estación Espacial Internacional (ISS) el 4 de agosto de 2013

Ya he comentado en alguna ocasión que habiendo nacido en 1969 y vivido una infancia en plena década de logros espaciales, tengo una especial debilidad por todo aquello que esté relacionado con las misiones que nos llevan más allá de nuestro querido y frágil planeta.

Lamentablemente, todas las esperanzas y expectativas que se tenían en aquellos años fueron quedándose frustradas, hasta tal punto que actualmente la gran mayoría de la población, acuciada por otros problemas más vitales o simplemente con otros intereses más mundanos, no tienen ningún tipo de interés en los logros espaciales que podamos alcanzar.

Y es una lástima. Yo de pequeño pensaba que la humanidad dejaría de lado sus diferencias y uniría su esfuerzo hacia nuevos logros científicos y sociales que nos permitirían erradicar la mayor parte de penurias e injusticias que sufrimos en muchas partes del planeta. Pero actualmente pienso que la humanidad como especie, no ha evolucionado demasiado respecto a los tiempos de las primeras sociedades complejas.

Pero bueno, me estoy desviando un poco del tema que quería plantear en esta entrada. El caso es que Taj, un compañero del foro de www.astronomo.org avisó que la noche del 4 de agosto de 2013 sería visible el paso de la Estación Espacial Internacional (ISS, en sus siglas inglesas). Ya había tenido ocasión de verla en alguna ocasión (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2010/01/satelites-artificiales.html), pero esta vez quería ir un poco más allá e intentar fotografiar el trazo de la ISS. Fotografiarla con el telescopio todavía no me veo capacitado para ni tan siquiera intentarlo.

La previsión de paso según  la página Calsky era ésta:


Y en base a ella busqué su órbita de paso con el programa Starry Night:



Las perspectivas eran muy favorables. La ISS alcanzaría una magnitud espectacular de -2,9 y pasaría cerca de Antares y Altair.

Cerca de la hora señalada avisé a mi padre para compartir con él la experiencia, monté la cámara en el trípode y saqué los prismáticos 10x50 y 15x70. Y fiel a la cita, a simple vista empecé a ver un puntito luminoso y plateado que paulatinamente iba ganando brillo y que se acercaba con una velocidad constante hacia los dominios de la constelación de Scorpio.

Mi padre armado con los prismáticos quejándose de lo rápido que iba y que se le escapaba en seguida por el campo de los 10x50 y yo manipulando la cámara con los dedos cruzados para sacar algo medianamente decente.

La primera foto que hice fue pasando cerca de Antares:

Nikon 5100 / ISO 800 / 15” / f4,20 / df. 30mm - 20h 27m T.U.

Después de la toma, muevo la cámara y apunto hacia la constelación de Aquila, donde alcanzará su máximo brillo (-2,9), y entre tanto no llega voy disfrutando visualmente de su majestuoso paso por el cielo.

Nikon 5100 / ISO 800 / 30” / f4,20 / df. 30mm - 20h 29m T.U.

En esta foto he alargado el tiempo de exposición de 15” a 30”, y como era de esperar fotografiando sobre trípode, las estrellas se muestran algo alargadas evidenciando su movimiento celeste. En la foto se aprecia la estela de la ISS que cacé a su paso por la altura de Altair y terminé una vez pasada la constelación de Delphinus. Como curiosidad, arriba de la imagen, hacia el centro, aparece Cr399, el cúmulo de la Percha.

Realmente nos impresionó el brillo que alcanzó.

Pasan los minutos y veo que va descendiendo de magnitud y que pronto se ocultará tras la sombra de la Tierra, así que vuelvo a mover la cámara y saco la última fotografía de este pase:

Nikon 5100 / ISO 800 / 20” / f4,20 / df. 30mm - 20h 31m T.U.

Al cabo de unos instantes ya la hemos perdido de vista, pero la emoción de verla con nuestros propios ojos, ha durado mucho más. No en vano, esta Estación Espacial Internacional es el fruto del esfuerzo conjunto de 14 países: Estados Unidos de America, Canada, Japón, la Federación Rusa, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Paises Bajos, Noruega, España, Suecia y Suiza… y es un logro en la dirección en que, durante mi infancia, pensé que se dirigiría la humanidad.

http://www.esa.int/Our_Activities/Human_Spaceflight/International_Space_Station/About_the_International_Space_Station

http://www.nasa.gov/mission_pages/station/main/index.html#.Uf9XjdLJSSp

Y cuando ya empecé a desmontar el trípode y a recoger los prismáticos la pregunta de mi padre: “Iba lanzada… ¿cuánto debe tardar en dar la vuelta a la Tierra?”. Mi respuesta fue: “Pues ni idea”. Después buscando en la Wikipedia vi que tarda exactamente 92 minutos y 32 segundos, y que realiza 15,56 órbitas por día.

Y siguiendo con las curiosidades, actualmente se encuentra en la ISS la tripulación que constituye la Expedición nº 36 a la estación. Llegaron a bordo de la ISS en mayo de 2013 mediante una nave Soyuz, y está prevista su vuelta en septiembre de 2013. La tripulación está formada por Alexander Misurkin, Pavel Vinogradov, Chris Cassidy,  Fyodor Yurchikhin, Karen Nyberg y Luca Parmitano. Y aquí una foto de los astronautas:

Photo credit: NASA

A ver si la próxima vez ya soy capaz de intentar una foto con el telescopio.

sábado, 3 de agosto de 2013

2013-08-03 - Conjunción Luna-Júpiter-Marte-Mercurio

La ventaja de presentarse la noche nublada y no montar el telescopio es que uno puede madrugar al día siguiente y no perderse la curiosa conjunción planetaria del 3 de agosto de 2013, con la Luna, Júpiter, Marte y Mercurio de protagonistas.

No las tenía todas conmigo, ya que las previsiones meteorológicas indicaban que tendríamos un sábado nublado y con riesgo de algún chubasco, sin embargo, a primera hora de la mañana el cielo se estaba comportando.

Existe un dicho popular que señala que la Luna es mentirosa. Cuando presenta forma de “C”, se encuentra en fase decreciente, y cuando su forma es de “D”, la fase es creciente. En el Hemisferio Norte desde donde observo esto es cierto, pero desde el punto de vista del Hemisferio Sur, la Luna no es nada mentirosa…

Pinchar el la foto para verla en grande

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Hoy nuestro querido satélite, en su 26º día de lunación se presentaba descaradamente mentiroso, con una bonita forma de “C”, iluminado tan sólo en el 11,4% de su superficie, con una magnitud de -10,31 y un diámetro aparente de 29,86’.

A continuación Júpiter, con un diámetro aparente de tan sólo 33”, intentaba mantener el tipo frente a la Luna brillando con una magnitud de -1,93. Y ciertamente, lo conseguía.

No así Marte, con el que ya he necesitado usar los prismáticos para poder cazarlo. Su diámetro aparente, unos tristes 3.9” y su brillo 1,61.

La misma suerte con Mercurio. Por un momento pensaba que la naciente luz solar y la proximidad respecto al horizonte iba a impedirme disfrutar de él, pero al final, su diámetro aparente de 6,9” y su magnitud de -0,30 ha sido suficiente para poder verlo después de unos cuantos barridos de búsqueda.

Todos ellos a caballo de las constelaciones de Orion y de Gemini.

La Nikon D5100 me ha permitido tomar una foto de familia de recuerdo.

Los datos de la toma son:

Fecha: 2013-08-03; 04h 13m T.U. (06h 13m T.L.)
ISO: 400
Exp.: 1”
Diafragma: f 4,20

Más tarde el Sol ha querido unirse a la fiesta, pero el panorama ha cambiado radicalmente. Los planetas se han asustado y han desaparecido de mi vista y las nubes han empezado ya a enseñorearse del cielo.

Pinchar el la foto para verla en grande

Fecha: 2013-08-03; 05h 14m T.U. (07h 14m T.L.)
ISO: 100
Exp.: 1/200”
Diafragma: f16

Esperemos que este mes de agosto el tiempo se comporte y pueda sacar el telescopio unos cuantos días.