domingo, 31 de octubre de 2010

Stock 23 - Cúmulo abierto en Camelopardalis

Habitualmente cuando planifico mis observaciones de cielo profundo me baso principlamente en objetos del catálogo Messier o del NGC, y tengo que reconocer que todavía tengo bastantes años por delante antes de poder decir que los he observado todos... Sin embargo, existen objetos que no tienen asignado un número en el NGC, ni por supuesto, en el catálogo Messier.

Se podría llegar a pensar que si un objeto no está catalogado en el NGC, es un objeto fuera de nuestras posibilidades de observación. Puede ser, pero también es cierto que nos podemos llevar alguna que otra sorpresa.
Un buen ejemplo de ello es el cúmulo abierto conocido como Stock 23.

Cuando Charles Messier elaboró su catálogo, no pretendía seleccionar una serie de objetos vistosos y espectaculares aptos para la observación telescópica, sino más bien enumerar objetos que pudieran resultarle engañosos a la hora de llevar a cabo su principal tarea, que no era otra que encontrar cometas.

Jürgen Stock (1923-2004) fue un científico alemán con una larga e interesante trayectoria en el campo de la astronomía, y él tampoco tenía intención de elaborar un catálogo de cúmulos abiertos... pero su nombre se asocia a un listado de ellos.

Stock, en uno de sus proyectos de investigación, se dedicó a observar placas fotográficas “buscando áreas con una gran concentración de estrellas, las cuales, de acuerdo a su espectro y magnitudes fotográficas, pudieran estar relacionadas y, en consecuencia, formar un diagrama Hertzsprung-Russell (HR) coherente” (1)

De entre todos los cúmulos que encontró, veinticuatro de ellos no estaban catalogados en ningún listado conocido, así que Stock envió esta relación al Dr. G. Alter, un científico de la antigua Checoslovaquia, que estaba preparando un catálogo de cúmulos abiertos. Finalmente, el Dr. Alter y su equipo los incluyeron en su catálogo bajo la nomenclatura de Stock 1...24.

La noche del 26 de octubre de 2010 soplaba un poco de viento, y valoré el seeing en un 2/5 (Siendo 5= óptimo), pero el cúmulo abierto Stock 23 se puede observar fácilmente sin forzar aumentos, con lo que me atreví a echarle un vistazo con el SC de 127mm. Al final me animé a dibujarlo a 69,44x:


Stock 23 se encuentra a caballo entre las constelaciones de Camelopardalis y Cassiopeia (AR: 03h 16,2m / Dec. +60º 03'), aunque tradicionalmente se le ubica en la primera. Es un cúmulo asequible a todo tipo de telescopios. Es muy vistoso y, lo más importante, aguanta bien cierta contaminación lumínica.

Es un cúmulo extenso, por lo que empiezo a observarlo con 31,25x. A estos aumentos en el campo del ocular ofrece ciertamente una apariencia de cúmulo frente al resto de estrellas que lo acompañan. Una vista de conjunto que aconsejo no dejar pasar.

Con todo, a la hora de dibujarlo prefiero hacerlo a 69,44x. De esta manera puedo apreciar mejor las estrellas más débiles que lo componen. Lo primero que destaca son unas cinco o seis estrellas que brillan con una magnitud entre la 7 y la 8, que son las que nos permiten distinguirlo con cierta contaminación lumínica. Fijándome un poco, van apareciendo el resto de componentes, más débiles, pero perfectamente reconocibles. Seguro que desde un lugar oscuro se puede disfrutar mucho más de él, pero tenemos que convivir con nuestros lugares de observación habituales...

De estas estrellas más brillantes no puedo evitar fijarme especialmente en una bonita doble de estrellas gemelas azuladas catalogada como STF362. Separadas por unos confortables 7,2” y con un ángulo de posición de 142º, brillan con magnitud 8,3 y 8,6. Me parece tan bonita que no puedo evitar pensar que todo el cúmulo “gira” a su alrededor.

En mi dibujo, arriba a la derecha de STF362 brilla una estrella (HIP15217) con magnitud 7,5 que destaca por su color amarillo bien marcado. Y ya en los límites del cúmulo, puedo disfrutar de otra pareja con una separación generosa y unos colores atractivos. Una principal amarillenta con una secundaria azulada... aunque después, compruebo que su espectro es F8 III y F5III, es decir, blancas... cosas del seeing de la noche.

La mayoría de componentes del cúmulo las veo de color blancuzco y azulado, muy desperdigadas, dándome la sensación de encontrarse “partido” por el medio. Sensación que supongo desaparecería observándolo desde un lugar más oscuro.

Para finalizar, comentaré que este cúmulo también es conocido por el nombre de Pazmino’s Cluster, y tiene una historia curiosa.

En el número de marzo de 1978 de la revista Sky & Telescope, en el artículo Deep-Sky Wonders, Walter Scott Houston hacía mención al “descubrimiento” de este cúmulo que no aparecía en ningún catálogo ni carta estelar de la época por parte de un astrónomo aficionado novayorqués, John Pazmino.

Stock había hecho referencia a este cúmulo años antes, llegando a catalogarse como Stock 23 en 1966, pero por caprichos del destino había quedado en el olvido hasta que Pazmino lo “redescubrió”, convirtiéndose desde ese 1978 en el objetivo de observación de muchos astrónomos aficionados.

Independientemente de si lo conocemos como Stock 23 o como Pazmino’s Cluster, observarlo con nuestro telescopio nos va a permitir disfrutar de su serena belleza durante un buen rato.

(1) Fuente: Guy Mackie

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