Este es el dibujo que hice la noche del 11 de agosto de 2009:
La observación de M4 me dejó un sabor agridulce. Por un lado, los inconvenientes:
- Se encontraba a una altura de tan sólo 19º por encima del horizonte.
- Soplaban algunas rachas de viento.
- A pesar de disfrutar de un cielo razonablemente oscuro, M4 coincidía en una zona donde se encuentra el globo de contaminación lumínica de un pueblo vecino.
- La poca abertura de mi telescopio.
- Resoluble.
- Extenso.
- Con el aliciente de tener una peculiaridad: una “barra” estelar que lo cruza.
A 50x puedo ver una mancha difusa, extensa, perfectamente distinguible... Pongo los 69x y a pesar de perder un poco de referencias estelares, me gusta más cómo queda el cúmulo. Empiezo a adaptar mejor la vista y puedo resolver ya bastantes estrellas dentro del cúmulo. Y lo mejor de todo, distingo perfectamente la hilera central de estrellas que se encuentra algo disimulada por el “brillo” propio del cúmulo, pero que es claramente perceptible a la que me concentro un poco.
Fuerzo un poco los aumentos y pongo los 125x. Puedo resolver más estrellas, pero pierde en cierta manera su encanto.
M4 presenta una periferia circular, pero que no tiene unos límites claramente definidos. En la zona inferior distingo una pareja de estrellas de brillo similar que me llama la atención, es como si quisieran esconderse dentro del cúmulo.
Es complicado de dibujar, ya que a la mínima que expongo los ojos a la luz de la linterna roja... M4 desaparece delante mismo de mis narices, y necesito un buen rato para volver a distinguir sus peculiaridades...
En definitiva, para disfrutar plenamente de M4, estaría bien planificar su observación para cuando se encuentre en la máxima altitud posible respecto al horizonte, aprovechar un noche oscura, huir de la contaminación lumínica... y tomarse con tranquilidad el tiempo necesario para exprimir completamente todo lo que nos ofrece este magnífico cúmulo globular, que es mucho.
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