La vida da muchas vueltas, y desde ese mes de diciembre ya sólo dispongo de la posibilidad de observar desde el buen cielo de mi pueblo… o desde la misma Barcelona.
Una noche de invierno vi que Orión estaba a la vista y con las dudas del primerizo, monté el telescopio en el balcón (por suerte, dispongo de balcón y vista despejada hacia la zona suroeste-oeste) y apunté hacia la Nebulosa de Orión, M42.
La experiencia me dejó marcado. Solamente decir que nunca en mi vida había visto las cuatro estrellas del Trapecio sin ningún tipo de nebulosidad que las rodease. Se presentaban como una aparición surgida de la nada. En ese instante fui realmente consciente del daño que hace la contaminación lumínica en las grandes ciudades y lo que sus habitantes, sean conscientes o no, llegan a perderse.
Y no digo nada de las terroríficas turbulencias atmosféricas que sufrí.
Tal fue mi impresión que hasta hace unos días no me planteé volver a sacar el telescopio al balcón y fue debido a que me comentaron que el 5 de julio de 2014 se produciría una conjunción no demasiado habitual. Sus protagonistas, en la actualidad, están considerados como un planeta enano (Ceres) y un asteroide (Vesta).
En cierta manera, estaba esperanzado en poder disfrutar de esta conjunción al no estar involucrado ningún objeto difuso de cielo profundo, así que después de ser testigo de una bonita puesta de Sol, he empezado a instalar el SC de 127mm en el balcón.
Cuando el cielo ya está lo suficientemente oscuro me doy cuenta que la noche es noche de conjunciones. Enfrente mismo veo una orgullosa Luna justo en cuarto creciente, con un rojizo Marte a su lado y un poco más allá, formando un triángulo, Spica, la Alpha de la constelación de Virgo.
Pero la verdadera e interesante conjunción es la de Vesta y Ceres. Así que apunto el telescopio hacia el lugar donde deben encontrarse (bendito sistema “goto” cuando se observa desde ciudad) y ya en un primer momento, poniendo el ojo en el ocular puedo ver la tríada que forman Vesta (magnitud 6,2), Ceres (mag. 7,4) y la estrella HIP65879 (mag. 7,8).
Adaptando lo mejor que puedo la vista y con gran esfuerzo puedo llegar a distinguir dos estrellas cerca de las inmediaciones de Ceres que brillan con magnitud alrededor de la 10. Lo que hasta ahora para mí eran estrellas “brillantes”, desde ciudad se han convertido en estrellas complicadas. En fin, hay que adaptarse siempre a las condiciones que tenemos.
Vesta lo aprecio de un color blanco, un blanco muy marcado y señorial. Destaca por méritos propios en el campo del ocular de 25mm (50x), siendo el punto más brillante que aparece en él.
Ceres lo veo más débil, con un color blanquecino, pero con cierta tendencia al azul celeste metálico. Curiosamente, sin embargo, lo noto menos brillante que la estrella HIP65879, aunque las magnitudes de las que dispongo indican que debería ser al contrario.
Este es el dibujo que hice:
Misión cumplida.
Cuando acabo observo un rato la Luna, Marte y Saturno, y al final me animo con algunas dobles brillantes, como 24 Com, con un bonito contraste de color amarillo y azul y 35 Com, con mucha diferencia de brillo entre componentes, la principal de color crema y la secundaria azulada.
Envalentonado apunto hacia Cor Caroli, que debido a la posición en la que se encuentra en el cielo ya me resulta un poco más complicada, pero como siempre, nunca decepciona.
Termino en medio de sensaciones encontradas. Por un lado contento, he podido disfrutar de una bonita y no demasiado habitual conjunción de un planeta enano y un asteroide; he hecho una atractiva excursión por el terminador lunar en el cuarto creciente; he visitado Marte y Saturno y, finalmente he vuelto a hacer una pequeña sesión doblística. Pero por otro lado, he intentado “intuir” algunas de las galaxias más brillantes de Virgo y Coma Berenices y nada, como si estas dos espectaculares constelaciones que tanto impresionan en un cielo oscuro, fueran realmente dos solares desolados.
Dejo finalmente el telescopio en el maletín y pienso, “qué ganas tengo de volver al pueblo”.
Muchas gracias, como siempre, por compartir tus experiencias y sensaciones. Para los que estamos empezando son muy ilusionantes.
ResponderEliminarSupongo que cada vez más aficionados comenzamos observando desde ciudad, y no es hasta que tenemos oportunidad de visitar cielos más oscuros, que descubrimos lo que realmente hay "ahí arriba". No obstante, esas visitas suelen ser más costosas y puntuales, mientras que la terraza se puede utilizar en cualquier momento.
Tengo muchas ganas de hacer una escapada a cielos oscuros ahora que ya me desenvuelvo un poco más y sé qué quiero observar de cielo profundo y cómo localizarlo, sé que me quedaré boquiabierto, pero no obstante también disfruto mucho de la Luna, planetas, dobles, cúmulos, etc desde la ciudad.
Incluso al ver por primera vez el cúmulo de Hércules o la nebulosa del Anillo, y a pesar de la C.L. llegar a resolver algunos detalles, sentí una gran ilusión, ya que el esfuerzo adicional hace disfrutar más los pequeños logros que en cielos oscuros son más inmediatos.
Animo a los aficionados "urbanitas" a sacar su telescopio un día y probar, por supuesto que hay limitaciones, pero aceptándolas y centrándose en lo que sí es posible, hay más para observar de lo que se suele leer en los "mentideros".
Un abrazo
Gracias por el comentario Mgtroyas.
EliminarEstoy de acuerdo contigo. Desde ciudad también se puede disfrutar de la astronomía y sin lugar a dudas, lo mejor es saber adaptarse a las condiciones particulares de cada uno. Sobretodo, tal como comentas con planetaria, Luna, dobles y cúmulos brillantes.
Pero no es menos cierto que observando desde unos cielos oscuros en una buena noche se tiene una experiencia que se queda grabada en el interior de cada uno a fuego... y después, cuesta un poco volver a adaptarse a la observación desde ciudad :)
Saludos.
Óscar
Todo un reto de observación. La ciudad es lo que tiene, pero en ocasiones no nos queda otra si queremos al menos quitarnos las ganas de ver algo. Cuando el año pasado conseguí ver el cometa ISON desde Madrid no daba crédito porque normalmente no consigo ver nada. Hay que esperarse a altas horas de la madrugada que parece que apagan algunas luces.
ResponderEliminarHola Roberto,
EliminarYo pensaba que con la crisis que padecemos se pondría un poco de sentido común en la iluminación de las ciudades, pero lamentablemente, no ha sido el caso.
Hace un tiempo oí en la radio como había gente que consideraba que Barcelona era una ciudad mal iluminada y que debía ponerse más luces... casi me da algo.
Estaría de acuerdo en considerar que está mal iluminada, pero la solución no es poner más luces, sino iluminar bien.
Ciertamente, ver el ISON desde Madrid es para nota :)
Saludos.
Óscar