Tiempo de verano. Mucho bochorno. Estos días estamos padeciendo una ola de calor con viento cargado de polvo en suspensión proveniente del Sahara. El cielo, aunque se encuentra despejado, no ofrece una buena transparencia.
La noche del 17 de agosto de 2012 después de cenar estaba tomando el fresco y me dio un poco de pereza montar el telescopio, pero eso no quiere decir que no tuviera ganas de echar una miradita amistosa al cielo. Así que con esta intención cogí los prismáticos 15x70, los monté en el trípode y me dispuse a disfrutar de la calurosa noche.
Lo primero que hice fue observar sin un objetivo fijo a lo largo de toda la Vía Láctea, empezando por Sagittarius y terminando en Cassiopeia. Todo un espectáculo cuando se disfruta de cielos oscuros. Después me entretuve un rato por las constelaciones del Cisne, comprobando que puedo desdoblar perfectamente Albireo con mis 15x70; y por Lyra. Localicé sin ningún problema M27, la nebulosa de la Haltera en Vulpécula, una manchita difusa de forma prácticamente rectangular. Y entonces pensé en centrarme un poco y apuntar a M22, uno de los globulares más espectaculares que podemos observar.
Pudiéndose ver bien la forma del asterismo de la Tetera que representa la constelación de Sagittarius, es muy fácil su localización. Normalmente lo encuentro sin ninguna dificultad a partir de Kaus Borealis, de la que se encuentra a unos 2,5º; aunque también se puede buscar trazando una línea recta partiendo de Tau Sagittarii y pasando por Nunki. Aproximadamente a dos veces esta distancia encontraremos M22.
Esta noche, debido a la mala visibilidad, sólo se ven con comodidad las estrellas más brillantes, pero M22 se presenta aun así, realmente espectacular. Animado por lo que veo me decido a sacar el lápiz y el papel para hacer un rápido boceto de lo que estaba observando:
Las cuatro estrellas que se encuentran a la derecha del cúmulo, en el dibujo, proporcionan un plus estético al conjunto. Las tres más brillantes forman un bonito triángulo, destacando entre ellas 24 Sagittarii, de magnitud 5,5.
Es un bonito asterismo que a lo mejor suele pasar inadvertido al estar a sólo medio grado del magnífico globular, pero vale la pena prestarle un poco de atención. Entonces recuerdo que a raíz de una observación que hice de NGC2017 (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2012/01/ngc2017-hj3780-asterismo-en-lepus.html) Mariano Gibaja me recomendó precisamente que le echara un vistazo a este asterismo. Me queda pendiente su observación telescópica, pero esta primera aproximación con los prismáticos 15x70 promete.
24 Sagittarii con su clase espectral M4Ia, según me aparece en el Starry Night, destaca por su color anaranjado, sobre el resto del grupo, que está formado por las blanco-azuladas 25 Sgr (mag.6,5); HIP90953 (mag. 6,8) y en el centro de todas ellas TYC6858-640-1 (mag. 7,6). Por la zona veo también en el programa que hay más componentes dignas de mención, pero hoy con los 15x70, sólo he podido ver las que he mencionado. Un aliciente más para la futura observación con el telescopio.
Vuelvo a fijarme en todo el generoso campo que me ofrecen los prismáticos, unos 4º, y veo que hay varias estrellas amarillentas bastante atractivas, pero sin duda, M22 ya exige que le preste toda la atención que se merece. Esta noche lo veo sin ningún problema, bien marcado, pero las condiciones de observación me limitan un poco y tengo que contentarme con disfrutar de una manchita blancuzca, redondeada y sin poderla resolver. Pero curiosamente no me siento defraudado… hay que ver lo potente que es este cúmulo que aguanta tan bien el tipo en condiciones adversas.
Bueno, de hecho hoy lo he visto “a lo Messier”, quien lo observó el 5 de junio de 1764 y anotó: “Esta nebulosa es circular. No contiene ninguna estrella”…
Ya iba a dar por buena la sesión de observación cuando me doy cuenta que debería ver en el campo del ocular un pequeño cúmulo globular catalogado como NGC6642. Para ser sincero, me había pasado completamente por alto, pero sabiendo lo que voy a buscar, adapto lo mejor que puedo la vista, utilizo visión lateral, y en el lugar donde se supone que debe encontrarse el pequeño globular, noto como una estrellita desenfocada que ahora aparece, ahora desaparece. El hecho de percibir el resto de estrellas bien puntuales me hace pensar que, efectivamente he podido cazar este pequeñito cúmulo. Está más o menos trazando una línea recta desde 25 Sgr pasando por 24 Sgr, a unas tres veces la distancia entre ellas. Sin lugar a dudas, el gran reto de la noche. A lo mejor con un cielo más transparente se podría percibir mejor. En fin, otra vez será.
Ahora sí, doy por acabada la observación. Me voy a dormir fresquito, relajado y satisfecho, pensando que qué se puede pedir más a una noche verano.
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