Existen varios tipos de nebulosas hacia las que podemos dirigir nuestros telescopios y disfrutar de sus delicadas y caprichosas formas.
Las nebulosas de emisión son aquellas que podemos ver gracias a que una estrella muy caliente emite la suficiente radiación ultravioleta para excitar el gas de la nebulosa. Suelen ser nebulosas asociadas a regiones de formación estelar, como M42.
Las nebulosas de reflexión son nubes de polvo que se limitan a reflejar la luz emitida por estrellas cercanas a ellas, como es el caso de la nebulosidad que envuelve las estrellas de M45.
Las nebulosas planetarias son las capas externas del gas que expulsa una estrella en las últimas etapas de su evolución, como M57.
Estos tres tipos de nebulosas son relativamente fáciles de observar, tan sólo necesitamos nuestro telescopio y cielos oscuros para disfrutar de ellas sin demasiado esfuerzo por nuestra parte. Pero queda una última clase de nebulosas, que si bien son fácilmente observables en fotografía, representan un reto exigente en visual. Se trata de las nebulosas de absorción, también conocidas como nebulosas oscuras. Son nubes de polvo interestelar que no se ven afectadas por la presencia de ninguna estrella y que sólo puede ser detectada por contraste respecto a un fondo estrellado.
Muchas veces he estado observando las constelaciones de Sagittarius y Scorpius, una zona rica en este tipo de nebulosas, por lo que aunque sea de manera inconsciente, por alguna nebulosa oscura habré pasado, sin embargo nunca me había planteado ir a la caza de alguna de ellas hasta la noche del 15 al 16 de junio.
Lo que más me inquietaba a la hora de planificar la observación de nebulosas oscuras era que no fuera capaz de identificarlas correctamente, confundiendo zonas libres de estrellas brillantes con la nebulosa. Pero al final pude encontrar en la constelación de Sagittarius una nebulosa de absorción, la Barnard 86 (B86), que puede ser perfectamente identificada gracias a dos vecinos inconfundibles: el cúmulo abierto NGC6520 y la estrella HIP88384.
Desde cielos oscuros y con mi SC de 235mm apunté hacia la zona donde debería encontrarse B86 y después de mucho rato de observación y comparaciones con las cartas estelares que me imprimí para la ocasión, acabé haciendo el dibujo correspondiente:
Aunque no seamos capaces de detectar la nebulosa, la zona bien vale una visita. Lo que primero me llama la atención es una fila de 4 estrellas que brillan alrededor de la 9ª magnitud que se encuentran formando una línea recta con la brillante HIP88384 (mg. 6,68). Empiezo bien, ya que el cúmulo abierto NGC6520 se encuentra situado alrededor de la 2ª y 3ª estrellas que forman esta línea que comento, empezando a contar por la izquierda en mí dibujo. Es un cúmulo delicado, no demasiado brillante, pero está formado por un buen número de estrellas alrededor de la 11-12 magnitud que desde un cielo sin contaminación lumínica lo hacen realmente espectacular. Si intento abstraerme del influjo del brillo de las estrellas de menor magnitud, el cúmulo es muy, pero que muy bonito. Suerte de la abertura de 235mm, con el SC de 127mm supongo que también lo hubiera podido ver, pero creo que el cúmulo no resultaría tan evidente.
Localizado el cúmulo, me fijo ahora en HIP88384, que se encuentra justo en la base de la nebulosa, la referencia definitiva para localizarla. Esta estrella brilla con magnitud 6,69 y muestra un bonito color amarillento-anaranjado gracias a su clase espectral K4 III.
Llegados a este punto me fijo en un “caminito” estelar en la parte superior del dibujo formado por una hilera bien definida de estrellas alrededor de la magnitud 11-12 que van en paralelo a la línea de estrellas más brillantes que he comentado al principio.
Y aquí es cuando empieza mi confusión. La amplia zona situada entre estas dos “filas” de estrellas la veo vacía, por lo que me digo: “Aquí está, B86”. Pero consultando seguidamente con el programa Starry Night, veo que B86 no es tan extensa, sino que tan sólo abarca la zona que al final he terminado dibujando. El resto que en un principio me ha parecido parte de la nebulosa oscura, no es tal, sino que por la zona se encuentran estrellas de magnitudes de la 13ª en adelante. Por lo menos esta noche, demasiado exigentes para mi telescopio… y para mi vista. En definitiva, esto ha provocado mi primer error a la hora de identificar la nebulosa de absorción, pero por suerte el programa me ha ayudado con la observación.
Las nebulosas oscuras en fotografía son realmente impresionantes, pero en visual su observación necesita que nos acerquemos a ellas con una mentalidad completamente diferente a la que tenemos cuando observamos objetos, digamos, más habituales… zonas libres de estrellas “brillantes” pueden jugarnos malas pasadas cuando estamos buscando nebulosas de absorción. Es indispensable disfrutar de cielos oscuros para ser capaces de percibir el mayor número de estrellas que nos permitan un claro contraste respecto a las nubes de polvo interestelar.
La experiencia con B86 ha sido la primera que he tenido con una nebulosa de este tipo y aunque haya quedado un poco confuso con ella, me ha servido para intentar con más ganas la observación de otras nebulosas oscuras.
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Muchas gracias por compartir tus experiencias. A mi particularmente me sirven de mucho, me estoy iniciando en el dibujo astronómico, y te sigo. Un saludo, Marisa
ResponderEliminarGracias Marisa, ya verás cómo el dibujo astronómico te será muy útil en la afición y disfrutarás con ello.
EliminarSi te animas a publicar un blog coméntalo por aquí y lo añadiré a los enlaces :)
Saludos
Óscar