Cuando se observan galaxias desde un lugar oscuro por la zona de Coma Berenices-Virgo, siempre se corre el riesgo de encontrar alguna agradable sorpresa ajena a lo que previamente nos habíamos planificado.
Esto es precisamente lo que me sucedió el pasado 1 de abril de 2011 mientras iba a la caza de las galaxias Messier de la constelación de Coma Berenices. Después de un buen rato observando manchitas redondeadas, alargadas, brillantes, esquivas… le tocó el turno a M85.
Esta galaxia se encuentra situada a unos 47,8 millones de años luz de distancia. La podemos localizar en la constelación de Coma Berenices y es un miembro del Cúmulo galáctico de Virgo. Tradicionalmente se consideraba M85 una galaxia de tipo lenticular, pero recientes estudios la están considerando como de tipo elíptica. Sea como sea, un objetivo asequible a pequeños telescopios desde lugares con poca o nula contaminación lumínica.
Como decía, le tocó el turno a M85, y hacia ella apunté el SC de 127mm utilizando el ocular de 25mm (50x).
Ya en un primer momento pude distinguir un núcleo bastante brillante que formaba un triángulo rectángulo junto a las estrellas TYC1445-1572-1 (mag. 10,4) y TYC-1445-1858-1 (mag. 11,7). Para ser sinceros, al principio, utilizando bajos aumentos la galaxia se asemejaba más a una estrella desenfocada que a otra cosa.
Viendo el panorama decidí aplicar más aumentos. Para ello utilicé el ocular Nagler de 16mm (78x), con el que, lo que parecía una estrella desenfocada, se convierte en una galaxia con todas las de la ley. Puedo apreciar un núcleo bastante brillante, alargado, rodeado por un extenso halo bastante tenue.
Para poder sacarle el máximo partido es necesario adaptar perfectamente la vista a la oscuridad, tener un poco de paciencia, ir mirando de reojo… e ir moviendo un poquito el tubo de vez en cuando. Este pequeño movimiento ayuda a nuestro ojo a percibir mejor detalles que, de otra manera, nos pasarían desapercibidos.
Precisamente, en uno de estos pequeños movimientos de tubo “noté” que a la derecha de M85 aparecía una pequeña manchita blancuzca alargada. Muy sutil, pero una vez detectada, aparecía de una forma inconfundible. Este es el dibujo que hice a 78x:
Y aquí enlazo con lo que comentaba al principio acerca de las sorpresas agradables… Sin buscarlo, “descubrí” una galaxia realmente complicada para mi telescopio. Bueno, no sólo para mí, sino también para Pierre Méchain (descubridor de M85) y el mismo Charles Messier, y pude disfrutar de una bonita panorámica galáctica, que debe mejorar mucho con un telescopio de mayor abertura.
Realmente, en la zona de Coma Berenice-Virgo las galaxias aparecen como setas.
La acompañante de M85 es NGC4394, una galaxia espiral barrada situada a 52 millones de años luz que puede servirnos de perfecto test a la hora de estimar la contaminación lumínica que sufrimos, comprobar la calidad y posibilidades de nuestro telescopio, las condiciones de observación de la noche… e incluso, nuestra pericia a la hora de poner en práctica los consejos habituales que se dan para observar objetos tenues.
Por mi parte, pasé un buen rato con M85 y su esquiva acompañante NGC4394.
lunes, 30 de mayo de 2011
lunes, 23 de mayo de 2011
Gamma Virginis (Porrima) - Doble de "corto" periodo en Virgo
Cuando observamos estrellas dobles lo más habitual es deleitarnos con sus colores contrastados, su mayor o menor proximidad, su brillo, su dificultad... y con esto nos contentamos. Sin embargo, hay pares que nos ofrecen más si tenemos un poco de paciencia y constancia.
Por un lado, tenemos las estrellas variables eclipsantes (como por ejemplo Delta Cephei o Beta Lyrae, las cuales nos permiten ver un descenso de brillo de su estrella principal cuando la estrella secundaria pasa entre ella y nosotros, es decir, la eclipsa. Pero hay que reconocer que, teniendo en cuenta a lo que estamos acostumbrados los astrónomos aficionados en lo que respecta a la observación de dobles, una cosa es ver físicamente las dos componentes, y otra, “contentarse” con una variación regular de brillo en un único punto. (Seguro que muchos astrónomos aficionados a las estrellas variables tendrían algo que decir al respecto... y yo no podría discutir con ellos...)
Y tenemos estrellas dobles de “corto” periodo orbital que podemos seguir a lo largo de los años y ser testigos de su “movimiento” gravitatorio. Precisamente, este es el caso de la Gamma Virginis, también conocida como Porrima.
Según recientes estudios, el período orbital de esta pareja estelar abarca 169,10 años. La separación física entre las dos componentes oscila desde las 5 U.A. (1 Unidad Astronómica corresponde a la distancia media entre la Tierra y el Sol – Unos 150 millones de kilómetros) y las 81 U.A. Para situarnos un poco echemos un vistazo a nuestro Sistema Solar y veremos que Júpiter se encuentra a 5,2 U.A. del Sol, mientras que Plutón, mi hasta hace poco, planeta preferido... está a 39,4 U.A.
Cuando las dos estrellas se encuentran en su periastro (Separación mínima) resulta imposible para los telescopios de aficionado desdoblar el par. A medida que pasan los años, la estrella secundaria se va separando cada vez más de la principal y paulatinamente, se convierte en una tarea más asequible conseguir su separación, hasta que llegamos a su apoastro (Separación máxima).
El último periastro se dio en 2005 (Sep. 0,44”), y, por suerte para nosotros, cada año que pase será más fácil conseguir observar las dos componentes con todo tipo de telescopios.
En esta tabla adjunto las efemérides correspondientes a Porrima que nos pertimirán conocer qué año será el que, dependiendo de la abertura de nuestro telescopio, nos permitirá desdoblar la pareja de soles:
La primera vez que leí algo acerca de Gamma Virginis y sus peculiaridades fue en un artículo aparecido en la revista Sky & Telescope de mayo de 2007. Después de su lectura me propuse hacer un seguimiento para ver cuándo era capaz de desdoblarla con mi SC de 127mm (único telescopio que tenía por aquel entonces). De esta manera, ni corto ni perezoso, apunté el tubo hacia Porrima con la secreta esperanza de conseguir desdoblar una pareja que se encontraba separada por tan sólo 0,65”... cuando miro mis notas de la noche del 23 de abril de 2007 (el mismo día que recibí el número de mayo) y leo:
“Según las especificaciones de mi telescopio, su resolución de Rayleigh es de 1,1 arcosegundos, y con todo, quiero probar si puedo desdoblar la Gamma Virginis. Pues bien, después de localizar Porrima con el ocular de 25mm (50x), continúo con los 125x que me proporciona el de 10mm. De lo que veo, nada hace presagiar un éxito en el desdoblamiento, pero puede que por sugestión, la encuentre un poco alargada.
Animado, quemo las naves y pongo el ocular de 5mm (250x). Definitivamente la veo alargada, como si estuviera viendo una hormiga... pero de desdoblarla nada de nada...”
Quiero pensar que esto fue un pequeño “pecado de juventud”...
El caso es que con el paso de los años dejé abandonada mi intención de seguir la evolución orbital de la Gamma Virginis. Sin embargo, la noche del 21 de mayo de 2011, me encontraba junto a mi flamante SC de 235mm y, observando Saturno, me percaté que a su lado se encontraba una vieja amiga: Porrima, y, ni corto ni perezoso, con la tranquilidad que proporciona tal abertura y una separación actual de 1,59”, apunté hacia ella con la misma sensación que tenemos cuando, nos encontramos con algún antiguo compañero de escuela que hace años que no vemos...
Localizo la estrella utilizando el ocular de 25mm (94x). Nada deja entrever que se trate de una doble. Arrugo la nariz y voy forzando aumentos... hasta que pongo el Radian de 10mm (235x) y empiezo a notarla claramente alargada. Me recuerda un poco mi experiencia de 2007 con el SC de 127mm.
La cosa cambia cuando pongo el Takahashi de 7,5mm (313x). En medio de un bailoteo estelar por culpa del seeing, finalmente, logro desdoblarla en dos puntitos gemelos blancos que distingo perfectamente en momentos de calma atmosférica.
Voy un poco más allá y utilizo el ocular de 6mm (392x), pero es una lucha constante contra el seeing. La separación es más cómoda, pero los instantes de calma atmosférica son menos frecuentes que con el de 7,5mm.
Sea como sea, acabo con una sonrisa de oreja a oreja. Estoy tan eufórico, que hasta me animo a coger la cámara DBK, acoplarla al telescopio y conseguir una bonita foto-recuerdo de familia:
Espero que no pasen tantos años antes de volvernos a encontrar...
Por un lado, tenemos las estrellas variables eclipsantes (como por ejemplo Delta Cephei o Beta Lyrae, las cuales nos permiten ver un descenso de brillo de su estrella principal cuando la estrella secundaria pasa entre ella y nosotros, es decir, la eclipsa. Pero hay que reconocer que, teniendo en cuenta a lo que estamos acostumbrados los astrónomos aficionados en lo que respecta a la observación de dobles, una cosa es ver físicamente las dos componentes, y otra, “contentarse” con una variación regular de brillo en un único punto. (Seguro que muchos astrónomos aficionados a las estrellas variables tendrían algo que decir al respecto... y yo no podría discutir con ellos...)
Y tenemos estrellas dobles de “corto” periodo orbital que podemos seguir a lo largo de los años y ser testigos de su “movimiento” gravitatorio. Precisamente, este es el caso de la Gamma Virginis, también conocida como Porrima.
Según recientes estudios, el período orbital de esta pareja estelar abarca 169,10 años. La separación física entre las dos componentes oscila desde las 5 U.A. (1 Unidad Astronómica corresponde a la distancia media entre la Tierra y el Sol – Unos 150 millones de kilómetros) y las 81 U.A. Para situarnos un poco echemos un vistazo a nuestro Sistema Solar y veremos que Júpiter se encuentra a 5,2 U.A. del Sol, mientras que Plutón, mi hasta hace poco, planeta preferido... está a 39,4 U.A.
Cuando las dos estrellas se encuentran en su periastro (Separación mínima) resulta imposible para los telescopios de aficionado desdoblar el par. A medida que pasan los años, la estrella secundaria se va separando cada vez más de la principal y paulatinamente, se convierte en una tarea más asequible conseguir su separación, hasta que llegamos a su apoastro (Separación máxima).
El último periastro se dio en 2005 (Sep. 0,44”), y, por suerte para nosotros, cada año que pase será más fácil conseguir observar las dos componentes con todo tipo de telescopios.
En esta tabla adjunto las efemérides correspondientes a Porrima que nos pertimirán conocer qué año será el que, dependiendo de la abertura de nuestro telescopio, nos permitirá desdoblar la pareja de soles:
Fuente: “Sixth Catalog of Orbits of Visual Binary Stars” - William I. Hartkopf & Brian D. Mason - U.S. Naval Observatory, Washington, DC
La primera vez que leí algo acerca de Gamma Virginis y sus peculiaridades fue en un artículo aparecido en la revista Sky & Telescope de mayo de 2007. Después de su lectura me propuse hacer un seguimiento para ver cuándo era capaz de desdoblarla con mi SC de 127mm (único telescopio que tenía por aquel entonces). De esta manera, ni corto ni perezoso, apunté el tubo hacia Porrima con la secreta esperanza de conseguir desdoblar una pareja que se encontraba separada por tan sólo 0,65”... cuando miro mis notas de la noche del 23 de abril de 2007 (el mismo día que recibí el número de mayo) y leo:
“Según las especificaciones de mi telescopio, su resolución de Rayleigh es de 1,1 arcosegundos, y con todo, quiero probar si puedo desdoblar la Gamma Virginis. Pues bien, después de localizar Porrima con el ocular de 25mm (50x), continúo con los 125x que me proporciona el de 10mm. De lo que veo, nada hace presagiar un éxito en el desdoblamiento, pero puede que por sugestión, la encuentre un poco alargada.
Animado, quemo las naves y pongo el ocular de 5mm (250x). Definitivamente la veo alargada, como si estuviera viendo una hormiga... pero de desdoblarla nada de nada...”
Quiero pensar que esto fue un pequeño “pecado de juventud”...
El caso es que con el paso de los años dejé abandonada mi intención de seguir la evolución orbital de la Gamma Virginis. Sin embargo, la noche del 21 de mayo de 2011, me encontraba junto a mi flamante SC de 235mm y, observando Saturno, me percaté que a su lado se encontraba una vieja amiga: Porrima, y, ni corto ni perezoso, con la tranquilidad que proporciona tal abertura y una separación actual de 1,59”, apunté hacia ella con la misma sensación que tenemos cuando, nos encontramos con algún antiguo compañero de escuela que hace años que no vemos...
Localizo la estrella utilizando el ocular de 25mm (94x). Nada deja entrever que se trate de una doble. Arrugo la nariz y voy forzando aumentos... hasta que pongo el Radian de 10mm (235x) y empiezo a notarla claramente alargada. Me recuerda un poco mi experiencia de 2007 con el SC de 127mm.
La cosa cambia cuando pongo el Takahashi de 7,5mm (313x). En medio de un bailoteo estelar por culpa del seeing, finalmente, logro desdoblarla en dos puntitos gemelos blancos que distingo perfectamente en momentos de calma atmosférica.
Voy un poco más allá y utilizo el ocular de 6mm (392x), pero es una lucha constante contra el seeing. La separación es más cómoda, pero los instantes de calma atmosférica son menos frecuentes que con el de 7,5mm.
Sea como sea, acabo con una sonrisa de oreja a oreja. Estoy tan eufórico, que hasta me animo a coger la cámara DBK, acoplarla al telescopio y conseguir una bonita foto-recuerdo de familia:
Espero que no pasen tantos años antes de volvernos a encontrar...
Saturno - 21 de mayo de 2011
La noche del 21 de mayo de 2011 me desplacé a un lugar oscuro con la intención de aprovechar un poco el SC de 235mm. Lo puedo utilizar en tan pocas ocasiones que da hasta reparo decir que lo tengo.
El caso es que para empezar la sesión, decidí apuntar el telescopio hacia Saturno y, realmente, la panorámica no me defraudó en absoluto. He visto Saturno muchas veces con mi SC de 127mm, disfrutando de sus anillos y, en noches propicias, hasta de la División de Cassini, sin embargo, observarlo con el SC de 235mm es otra historia, y eso que el seeing de la noche, sin ser malo, no estaba como para lanzar cohetes.
Este es el dibujo que hice con el ocular Radian de 10mm (235x):
Lo primero que me llama la atención es el tamaño con el que puedo ver el planeta. Con el SC de 127mm es una pequeña bolita que puedo hacer más grande pero con el peaje de perder definición y ganar turbulencia; con el SC de 235mm, puedo forzar bastante más los aumentos manteniendo una calidad más que aceptable.
Ya he comentado que la noche no era la idónea, por lo que decidí hacer el dibujo a 235x, ya que de esta manera podía mantener el planeta libre de cualquier tipo de turbulencia.
Y lo segundo que me llamó la atención, aprovechando la mayor abertura y la ausencia de contaminación lumínica, fue poder distinguir hasta 5 de los satélites de Saturno sin demasiado esfuerzo. Más concretamente, pude ver Enceladus y Tethys, que estaban tan cercanos que no podía desdoblarlos, Rhea, Iapetus, Dione y Titan.
El más espectacular de todos, por lo menos esta noche, ha sido Rhea. Se encontraba tan próximo al planeta que parecía querer jugar al escondite. El brillo de Saturno lo disimulaba bastante, sin embargo, una vez he reparado en él, ha aguantado el tipo perfectamente.
En cuanto al planeta, he podido ver claramente la división de Cassini, los anillos perfectamente definidos pasando por delante de Saturno, y bastantes detalles en forma de claroscuros sobre la superficie.
Animado al concluir la observación y hacer el dibujo, he decidido probar a sacarle una fotografía con la cámara DBK, pero no he quedado demasiado contento con el resultado. Tengo que practicar más con la cámara, pero la falta de tiempo es un problema a la hora de adquirir destreza con ella… y además pillar noches de buen seeing… pero bueno, no me quejo más y dejo aquí el resultado a foco primario:
También le añadí la barlow x2, pero el resultado mejor me lo guardo para mi.
El caso es que, en conjunto, disfruté un buen rato con este planeta exterior del Sistema Solar que se encuentra a unas 8,94 U.A. y brilla en la constelación de Virgo con una magnitud aparente de 0,68.
El caso es que para empezar la sesión, decidí apuntar el telescopio hacia Saturno y, realmente, la panorámica no me defraudó en absoluto. He visto Saturno muchas veces con mi SC de 127mm, disfrutando de sus anillos y, en noches propicias, hasta de la División de Cassini, sin embargo, observarlo con el SC de 235mm es otra historia, y eso que el seeing de la noche, sin ser malo, no estaba como para lanzar cohetes.
Este es el dibujo que hice con el ocular Radian de 10mm (235x):
Lo primero que me llama la atención es el tamaño con el que puedo ver el planeta. Con el SC de 127mm es una pequeña bolita que puedo hacer más grande pero con el peaje de perder definición y ganar turbulencia; con el SC de 235mm, puedo forzar bastante más los aumentos manteniendo una calidad más que aceptable.
Ya he comentado que la noche no era la idónea, por lo que decidí hacer el dibujo a 235x, ya que de esta manera podía mantener el planeta libre de cualquier tipo de turbulencia.
Y lo segundo que me llamó la atención, aprovechando la mayor abertura y la ausencia de contaminación lumínica, fue poder distinguir hasta 5 de los satélites de Saturno sin demasiado esfuerzo. Más concretamente, pude ver Enceladus y Tethys, que estaban tan cercanos que no podía desdoblarlos, Rhea, Iapetus, Dione y Titan.
El más espectacular de todos, por lo menos esta noche, ha sido Rhea. Se encontraba tan próximo al planeta que parecía querer jugar al escondite. El brillo de Saturno lo disimulaba bastante, sin embargo, una vez he reparado en él, ha aguantado el tipo perfectamente.
En cuanto al planeta, he podido ver claramente la división de Cassini, los anillos perfectamente definidos pasando por delante de Saturno, y bastantes detalles en forma de claroscuros sobre la superficie.
Animado al concluir la observación y hacer el dibujo, he decidido probar a sacarle una fotografía con la cámara DBK, pero no he quedado demasiado contento con el resultado. Tengo que practicar más con la cámara, pero la falta de tiempo es un problema a la hora de adquirir destreza con ella… y además pillar noches de buen seeing… pero bueno, no me quejo más y dejo aquí el resultado a foco primario:
También le añadí la barlow x2, pero el resultado mejor me lo guardo para mi.
El caso es que, en conjunto, disfruté un buen rato con este planeta exterior del Sistema Solar que se encuentra a unas 8,94 U.A. y brilla en la constelación de Virgo con una magnitud aparente de 0,68.
sábado, 21 de mayo de 2011
M100 - Galaxia en Coma Berenices
Ir a la caza de galaxias con un telescopio pequeño/mediano, como puede ser mi SC de 127mm, no deja de ser todo una aventura. Sabes cómo empieza, pero nunca cómo acaba.
El pasado 1 de abril, después de visitar con éxito M98 y M99, apunté el telescopio hacia M100. El resultado final de un buen rato de observación y adaptación a la oscuridad fue este:
Ciertamente es necesario dedicar un buen rato para exprimir al máximo lo que puede ofrecer esta galaxia, que es mucho. Y lo mejor de todo es que el tiempo dedicado a ello no es en balde, ya que lo que vi al final era francamente más detallado que lo que vi en un primer momento. No con todas las galaxias sucede lo mismo.
En el campo que ofrece el ocular Nagler de 16mm aparecen dos estrellas “brillantes” que rondan la 9ª magnitud y que sirven de perfecta referencia a la hora de localizar la galaxia. La de la parte inferior del dibujo (HIP60478), de magnitud 8,8 presenta una cierta tonalidad amarillenta muy delicada. La que queda en la parte izquierda (TYC1445-2528-1), con un brillo de 9,7 es la puerta de entrada a M100.
En un primer momento veo una manchita blancuzca redondeada, que interpreto, debe tratarse del núcleo. Me dispongo a dibujarla, pero con la luz roja de la linterna, la pierdo completamente de vista. De manera que modifico la estrategia. Dibujo las estrellas y una vez quedo contento con el campo estelar... dejo el papel y el lápiz a un lado, apago la linterna... y acomodo el ojo en el ocular.
Al cabo de un rato vuelvo a ver la galaxia, pero mirando de reojo, noto como su forma ya no es tan redondeada como había visto en un principio, sino más bien un poco alargada, y además, noto como un halo ovalado que envuelve el núcleo y que se va difuminando paulatinamente.
Complicada, pero muy agradecida.
El caso es que después, buscando información y referencias de otros observadores, la gran mayoría ha visto M100 de forma claramente redondeada y no tan ovalada como al final la vi yo... en estos casos lo mejor es que cada uno coja su telescopio y llegue a sus propias conclusiones.
M100, en Coma Berenices, es una galaxia espiral del tipo SAB(s)bc situada a unos 52,5 millones de años luz de distancia... y realmente muy interesante: desde principios del siglo XX se han detectado en esta galaxia cinco supernovas (SN 1901B, SN 1914A, SN 1959E, SN 1979C y SN 2006X). A parte de cazar la galaxia, es posible que cuando dirijamos nuestro telescopio hacia M100 seamos capaces de cazar la próxima supernova...
El pasado 1 de abril, después de visitar con éxito M98 y M99, apunté el telescopio hacia M100. El resultado final de un buen rato de observación y adaptación a la oscuridad fue este:
Ciertamente es necesario dedicar un buen rato para exprimir al máximo lo que puede ofrecer esta galaxia, que es mucho. Y lo mejor de todo es que el tiempo dedicado a ello no es en balde, ya que lo que vi al final era francamente más detallado que lo que vi en un primer momento. No con todas las galaxias sucede lo mismo.
En el campo que ofrece el ocular Nagler de 16mm aparecen dos estrellas “brillantes” que rondan la 9ª magnitud y que sirven de perfecta referencia a la hora de localizar la galaxia. La de la parte inferior del dibujo (HIP60478), de magnitud 8,8 presenta una cierta tonalidad amarillenta muy delicada. La que queda en la parte izquierda (TYC1445-2528-1), con un brillo de 9,7 es la puerta de entrada a M100.
En un primer momento veo una manchita blancuzca redondeada, que interpreto, debe tratarse del núcleo. Me dispongo a dibujarla, pero con la luz roja de la linterna, la pierdo completamente de vista. De manera que modifico la estrategia. Dibujo las estrellas y una vez quedo contento con el campo estelar... dejo el papel y el lápiz a un lado, apago la linterna... y acomodo el ojo en el ocular.
Al cabo de un rato vuelvo a ver la galaxia, pero mirando de reojo, noto como su forma ya no es tan redondeada como había visto en un principio, sino más bien un poco alargada, y además, noto como un halo ovalado que envuelve el núcleo y que se va difuminando paulatinamente.
Complicada, pero muy agradecida.
El caso es que después, buscando información y referencias de otros observadores, la gran mayoría ha visto M100 de forma claramente redondeada y no tan ovalada como al final la vi yo... en estos casos lo mejor es que cada uno coja su telescopio y llegue a sus propias conclusiones.
M100, en Coma Berenices, es una galaxia espiral del tipo SAB(s)bc situada a unos 52,5 millones de años luz de distancia... y realmente muy interesante: desde principios del siglo XX se han detectado en esta galaxia cinco supernovas (SN 1901B, SN 1914A, SN 1959E, SN 1979C y SN 2006X). A parte de cazar la galaxia, es posible que cuando dirijamos nuestro telescopio hacia M100 seamos capaces de cazar la próxima supernova...
lunes, 16 de mayo de 2011
M99 - Galaxia en Coma Berenices
El 15 de marzo de 1781 Pierre Méchain descubrió tres “nebulosas sin estrellas” que fueron catalogadas como M98, M99 y M100. Según palabras del propio Messier: “Estas tres nebulosas, nº 98, 99 y 100, son muy difíciles de reconocer, a causa de la debilidad de su luz; no se las conseguirá ver más que con buen tiempo, y próximas a su paso por el meridiano”...
Ahora sabemos que estos tres objetos son, en realidad, galaxias, pero tengo que reconocer que, de no saberlo, viéndolas a través de mi SC de 127mm, se asemejan más a nebulosidades que no a otra cosa.
A menudo, mientras estoy disfrutando de una noche de observación pienso en la gran diferencia que supone apuntar a un objeto que ha sido observado infinidad de veces y del que se conoce perfectamente su naturaleza; respecto a lo que debía ser en pleno siglo XVIII, apuntar al cielo y ver objetos por primera vez ,sin saber a ciencia cierta, qué se estaba viendo.
Por otro lado, Messier tenía razón al considerar la dificultad que comporta su observación, sin embargo, en el caso de M99, no me parecio tan exigente como me había resultado la observación de M98.
La noche del 1 de abril de 2011 apunté hacia M99 y dibujé lo que pude ver a través de mi Nexstar 5i observando desde un cielo realmente oscuro:
Lo primero que me llama la atención es una brillante estrella anaranjada, con un tono muy delicado, que se encuentra arriba a la derecha. Se trata de HIP60089, de magnitud 6,55 y clase espectral K0. Muy atractiva, y una perfecta referencia para localizar M99, que se encuentra a tan sólo 10’.
La galaxia la puedo percibir sin demasiada dificultad una vez he adaptado lo mejor posible la vista a la oscuridad, cosa que me sorprende un poco después de haber leído en varias fuentes acerca de su dificultad. La veo bastante grande y con una forma redondeada. Su brillo es bastante homogéneo, de tal manera que me resulta complicado concretar sus límites externos. En cierta manera, me recuerda un cúmulo golbular irresoluble.
A 50x ya se aprecia enmarcada en un bonito campo estelar donde destacan, además de la citada HIP60089, la HIP59933 (arriba a la izquierda) de magnitud 8,18 y la HIP60124 (abajo a la derecha) de 8,97. Sin embargo, para disfrutar mejor de la galaxia vale la pena forzar un poco más los aumentos.
M99 la podemos encontrar en la constelación de Coma Berenices, pertenece al cúmulo galáctico de Virgo y se encuentra a unos 55 millones de años luz de distancia. Se trata de una galaxia espiral que, a diferencia de M98, se desplaza alejándose de nosotros a una velocidad de 1.200 km/sg.
Sin duda, con un telescopio de gran abertura su vista debe ser más espectacular, pero con un telescopio mediano, esta galaxia tiene mucho que ofrecer.
Ahora sabemos que estos tres objetos son, en realidad, galaxias, pero tengo que reconocer que, de no saberlo, viéndolas a través de mi SC de 127mm, se asemejan más a nebulosidades que no a otra cosa.
A menudo, mientras estoy disfrutando de una noche de observación pienso en la gran diferencia que supone apuntar a un objeto que ha sido observado infinidad de veces y del que se conoce perfectamente su naturaleza; respecto a lo que debía ser en pleno siglo XVIII, apuntar al cielo y ver objetos por primera vez ,sin saber a ciencia cierta, qué se estaba viendo.
Por otro lado, Messier tenía razón al considerar la dificultad que comporta su observación, sin embargo, en el caso de M99, no me parecio tan exigente como me había resultado la observación de M98.
La noche del 1 de abril de 2011 apunté hacia M99 y dibujé lo que pude ver a través de mi Nexstar 5i observando desde un cielo realmente oscuro:
Lo primero que me llama la atención es una brillante estrella anaranjada, con un tono muy delicado, que se encuentra arriba a la derecha. Se trata de HIP60089, de magnitud 6,55 y clase espectral K0. Muy atractiva, y una perfecta referencia para localizar M99, que se encuentra a tan sólo 10’.
La galaxia la puedo percibir sin demasiada dificultad una vez he adaptado lo mejor posible la vista a la oscuridad, cosa que me sorprende un poco después de haber leído en varias fuentes acerca de su dificultad. La veo bastante grande y con una forma redondeada. Su brillo es bastante homogéneo, de tal manera que me resulta complicado concretar sus límites externos. En cierta manera, me recuerda un cúmulo golbular irresoluble.
A 50x ya se aprecia enmarcada en un bonito campo estelar donde destacan, además de la citada HIP60089, la HIP59933 (arriba a la izquierda) de magnitud 8,18 y la HIP60124 (abajo a la derecha) de 8,97. Sin embargo, para disfrutar mejor de la galaxia vale la pena forzar un poco más los aumentos.
M99 la podemos encontrar en la constelación de Coma Berenices, pertenece al cúmulo galáctico de Virgo y se encuentra a unos 55 millones de años luz de distancia. Se trata de una galaxia espiral que, a diferencia de M98, se desplaza alejándose de nosotros a una velocidad de 1.200 km/sg.
Sin duda, con un telescopio de gran abertura su vista debe ser más espectacular, pero con un telescopio mediano, esta galaxia tiene mucho que ofrecer.
domingo, 8 de mayo de 2011
M98 - Galaxia en Coma Berenices
M98 es una galaxia espiral que se encuentra a unos 55 millones de años luz de distancia y que podemos localizar en la constelación de Coma Berenices. Pertenece al Cúmulo Galáctico de Virgo y con un diámetro de 126.000 años luz es uno de sus mayores miembros.
Su peculiaridad principal es que, a diferencia de la mayoría de galaxias que componen el cúmulo, en vez de alejarse de nosotros, se está aproximando a una velocidad de unos 125 km/s. Esto parece ser debido a una interacción “reciente” que ha tenido con otra galaxia, su compañera M99.
La noche del 1 de abril de 2011, bajo unos cielos oscuros, pude observarla y dibujarla con mi SC de 127mm:
M98, a pesar de lo que pueda parecer en el dibujo, no es precisamente fácil de observar, incluso, es considerada por muchos como uno de los objetos Messier más complicados. Pero por suerte, tenemos una gran ventaja a la hora de localizarla, y no es otra que se encuentra a tan sólo 32’ al oeste de 6 Com, una brillante estrella con una magnitud de 4,9.
En el dibujo, 6 Com aparece en la parte inferior derecha. Presenta un color blanco-azulado potente y bonito. Un bonito faro que me ayuda a situar a la esquiva M98... situar, que no verla. Previamente me había hecho un pequeño croquis de su posición respecto a las estrellas que la rodean, y al final resultó ser una buena idea.
Mirando a través del ocular Hyperion Aspheric de 31mm, a la misma altura que 6 Com hacia la izquierda, detecto una tríada estelar cuyo componente más brillante es TYC872-1020-1 (mag 10,40). Las otras dos estrellas que la forman son más débiles, pero la ventaja de observar sin el problema de la contaminación lumínica es que puedo distinguir más estrellas de referencia.
Justo “encima” de estas tres estrellitas debe estar M98.
Dejo lápices, papel y linterna a un lado. Descanso un poco la vista e intento aclimatarla un poco mejor a la oscuridad. Y entonces decido que 6 Com me ha resultado muy útil hasta ahora, pero en este momento resulta más un estorbo por su brillo que no de ayuda. Así que la desplazo fuera del campo del ocular y, en unos pocos segundos ya empiezo a percibir la galaxia.
Poco a poco la voy viendo como una manchita alargada, casi como si fuera una fina línea, distinguible perfectamente en su zona central y que se va difuminando paulatinamente por sus extremos hasta que se fusiona con la oscuridad del cielo.
Complicada para pequeñas aberturas, pero no imposible.
Su peculiaridad principal es que, a diferencia de la mayoría de galaxias que componen el cúmulo, en vez de alejarse de nosotros, se está aproximando a una velocidad de unos 125 km/s. Esto parece ser debido a una interacción “reciente” que ha tenido con otra galaxia, su compañera M99.
La noche del 1 de abril de 2011, bajo unos cielos oscuros, pude observarla y dibujarla con mi SC de 127mm:
M98, a pesar de lo que pueda parecer en el dibujo, no es precisamente fácil de observar, incluso, es considerada por muchos como uno de los objetos Messier más complicados. Pero por suerte, tenemos una gran ventaja a la hora de localizarla, y no es otra que se encuentra a tan sólo 32’ al oeste de 6 Com, una brillante estrella con una magnitud de 4,9.
En el dibujo, 6 Com aparece en la parte inferior derecha. Presenta un color blanco-azulado potente y bonito. Un bonito faro que me ayuda a situar a la esquiva M98... situar, que no verla. Previamente me había hecho un pequeño croquis de su posición respecto a las estrellas que la rodean, y al final resultó ser una buena idea.
Mirando a través del ocular Hyperion Aspheric de 31mm, a la misma altura que 6 Com hacia la izquierda, detecto una tríada estelar cuyo componente más brillante es TYC872-1020-1 (mag 10,40). Las otras dos estrellas que la forman son más débiles, pero la ventaja de observar sin el problema de la contaminación lumínica es que puedo distinguir más estrellas de referencia.
Justo “encima” de estas tres estrellitas debe estar M98.
Dejo lápices, papel y linterna a un lado. Descanso un poco la vista e intento aclimatarla un poco mejor a la oscuridad. Y entonces decido que 6 Com me ha resultado muy útil hasta ahora, pero en este momento resulta más un estorbo por su brillo que no de ayuda. Así que la desplazo fuera del campo del ocular y, en unos pocos segundos ya empiezo a percibir la galaxia.
Poco a poco la voy viendo como una manchita alargada, casi como si fuera una fina línea, distinguible perfectamente en su zona central y que se va difuminando paulatinamente por sus extremos hasta que se fusiona con la oscuridad del cielo.
Complicada para pequeñas aberturas, pero no imposible.
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