Muchas personas que se acercan por primera vez a observar por un telescopio, a veces se sienten decepcionadas por lo que pueden llegar a ver a través de él.
Es cierto que con los planetas, la Luna y algunos objetos realmente espectaculares, como pueden ser los grandes y brillantes cúmulos globulares o contadas nebulosas, como la de Orión, pueden quedar impactados. Pero a la que empiezan a ver galaxias, globulares o nebulosas que no van más allá de una pequeña manchita blanquecina, se podría decir que su grado de interés se desploma completamente.
Y puedo llegar a entenderlo.
Pero siempre digo que no debemos quedarnos sólo con lo que vemos, si no que tenemos que esforzarnos un poco en llegar a comprender qué es lo que estamos viendo realmente. Y la gran suerte que tenemos en la actualidad es que internet es una gran fuente de conocimiento en este sentido.
M75, un cúmulo globular de los muchos que podemos encontrar por la constelación de Sagittarius es un buen ejemplo de ello.
Carta Generada con Cartes du ciel |
La noche del 19 de agosto de 2020 apunté mi SC de 235mm hacia M75, y lo que vi, no era precisamente lo más adecuado para enseñarle a alguien no familiarizado con la observación astronómica.
El campo estelar que lo enmarcaba era bastante pobre, el globular no era especialmente grande, más bien al contrario. Irresoluble. De aspecto fantasmagórico, con un núcleo algo brillante envuelto en un halo no demasiado definido, difuso y débil que sin darnos cuenta, se llega a mimetizar en sus zonas externas con el fondo oscuro del cielo.
Algo así:
Algo decepcionante ¿verdad?
Y sin embargo…
Esta manchita blanquecina situada a unos 78.000 años luz de distancia, es uno de los objetos del catálogo Messier más alejados. Se le estima un diámetro de 160 años luz, y se le considera uno de los cúmulos globulares conocidos más densamente concentrados.
Y si estos datos tampoco nos llegan a impresionar, podemos concluir con esta fotografía que le tomó el telescopio espacial Hubble:
Credits: NASA, ESA, STScI, and G. Piotto (Università degli Studi di Padova) and E. Noyola (Max Planck Institut für extraterrestrische Physik) |
Y después de conocer todo esto y de ver la fotografía, seguro que la impresión que tenemos al ver por nosotros mismos esa manchita que aparece en el ocular, ha cambiado radicalmente respecto a lo que nos pareció en un principio.
Emocionado y admirado es como me siento yo cuando veo estos objetos a través del telescopio. Y por eso no me cansa la observación astronómica. A parte que M13, M22, M42, M45, M57, M3, M15, M27, M31… siempre están ahí para deleitarnos con su majestuosidad.
Y si después de esto la persona en cuestión continúa pensando, “vaya decepción” o “qué tontería”, pues poca cosa más se puede hacer por ella aparte de comentarle que no pierda más el tiempo con la astronomía y que busque otra afición que pueda resultarle más placentera.