Una de las razones por las que me compré el SC de 235mm fue para poder disfrutar de la observación de nebulosas planetarias. El caso es que con el SC de 127mm algunas dan bastante juego, pero la gran mayoría tan solo se muestran como pequeños redondeles difusos semejantes a pequeños planetas fantasma. William Herschel las bautizó muy acertadamente como "nebulosas planetarias" en base a su apariencia telescópica.
Esta clase de objetos, independientemente de lo mejor o peor que pueda verlos, siempre me han atraído. El estar frente a una estrella en un momento de su evolución al cual se dirige inexorablemente nuestro propio Sol, me hace sentir una extraña sensación que en alguna ocasión me ha producido más de un escalofrío con el ojo pegado al ocular.
La noche del 16 de junio de 2012 estaba disfrutando de unos cielos oscuros y de mi SC de 235mm y quise aprovechar la ocasión para apuntar hacia NGC7027, una planetaria que por su brillo diría que es perfectamente asequible a pequeños telescopios… pero que se necesitan buenas aberturas para exprimirla al máximo.
NGC7027 se encuentra en la constelación de Cygnus. Situada a unos 3.000 años luz de distancia, brilla con una magnitud estimada de 8,5 y fue descubierta en 1878 por Edouard Jean-Marie Stephan, conocido por los aficionados a la astronomía básicamente por el famoso Quinteto de Stephan (Arp 319), el grupo galáctico situado en Pegasus.
Cuando la estrella que formó esta planetaria se encontraba en su estado de gigante roja empezó a expulsar al espacio sus capas exteriores de una manera pausada, formando formas concéntricas de formas esféricas. Pero la expulsión de las últimas capas que le dio la forma con la que la vemos actualmente, se produjo de una manera más acelerada de lo previsto (siempre hablando en tiempo cosmológico), produciéndose en unos miles de años frente a los 10 mil millones que suele darse en este tipo de estrellas.
Otra peculiaridad de esta planetaria es su “pequeño” tamaño en comparación con otras del mismo tipo. Lo habitual es que presenten un diámetro de 1 año luz, pero NGC7027 tan sólo abarca 0,2x01 años luz.
En la actualidad, la estrella central se ha convertido en una enana blanca y se ha estimado que presenta una temperatura aproximada de 200.000 ºC, lo que la convierte en una de las estrellas más calientes que se conocen.
Este es el dibujo que hice con el Radian de 10mm (235x). En la parte inferior derecha tal como vi la planetaria con 313x:
Curiosamente, a pesar de encontrarse en la constelación de Cygnus, en plena Via Láctea, NGC7027 se encuentra enmarcada en un campo estelar bastante pobre, aunque tal vez sea mejor así, ya que al poner los 235x que me proporciona el Radian de 10mm acoplado al SC de 235mm, la “estrella” más brillante del campo es, precisamente, la planetaria.
Presenta una forma alargada, casi como si fuera un rectángulo. Muy brillante y homogénea. A estos aumentos, por lo menos esta noche con un seeing estimado de 3/5 (Siendo 5=óptimo), no soy capaz de percibir ningún halo que vaya más allá del propio brillo del núcleo de la planetaria.
Añado el filtro OIII y aunque las estrellas prácticamente desaparecen de mi vista, la nebulosa se muestra un poco más marcada y parece ofrecer algo más de detalle. Una invitación a añadir un poco más de aumentos.
Cambio de ocular y utilizo el Takahashi de 7,5mm que me ofrece unos temerarios para la noche, 313x. Con la vista un poco mejor adaptada a la oscuridad y utilizando mirada lateral, veo con satisfacción que van apareciendo ciertos detalles que antes me habían pasado por alto. Por un lado veo un halo tenue que envuelve delicadamente el núcleo brillante que tan claramente veía antes como un rectángulo. Ahora, con más aumentos, el núcleo parece partido por la mitad, dando la sensación por momentos de estar viendo un 8.
No es fácil captar todos estos detalles a estos aumentos, pero con un poco de paciencia se consigue, y realmente, la recompensa merece la pena.
La afición a la astronomía, aparte de haber pasado unos momentos muy agradables en contacto con la naturaleza y disfrutando de la observación, me ha permitido ser un espectador de lujo de lo que puede llegar a convertirse nuestro Sol algún día. Emocionante y estremecedor.
Astronomy Sketch of the Day (ASOD) de 1 de agosto de 2012: http://www.asod.info/?p=8045
jueves, 26 de julio de 2012
jueves, 19 de julio de 2012
IC4665 - Cúmulo abierto en Ophiuchus
Uno de los primeros conceptos que aprenden los recién llegados a la afición astronómica es el de la “fiebre de aberturitis”, el cual intenta plasmar el estado de ánimo en el que nos encontramos una vez hemos puesto el ojo en el ocular de un telescopio de modesto diámetro y deseamos comprar un instrumento de mayor abertura para poder ver más y mejor las cosas. Y habitualmente, siempre se quiere más y más de manera compulsiva.
¿Esto quiere decir que los pequeños telescopios no son útiles? –Me refiero a telescopios de pequeña abertura, pero de calidad aceptable- En absoluto. Es posible que galaxias y nebulosas sí que necesiten grandes aberturas para sacarles el máximo partido, sin embargo, en cuestión de cúmulos abiertos, los hay que se observan mucho mejor con pequeños telescopios que no con grandes.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en el cúmulo abierto catalogado como IC4665.
Es muy fácil de localizar, ya que se encuentra a poco más de 1º hacia el Norte de Cebalrai, la Beta de la constelación de Ophiuchus. Su observación resulta muy atractiva con prismáticos y desbordante con pequeños telescopios. Con grandes aberturas tan sólo podremos observarlo por partes, perdiendo todo el encanto que pueda tener.
Curiosamente, este extenso cúmulo, el cual abarca unos 70’, no fue merecedor de la atención de Messier ni de ninguna entrada en el New General Catalog (NGC). Sin embargo sí podemos encontrarlo como CH21, Melotte 179, Collinder 349 ó, simplemente como el Gran Cúmulo de Ofiuco.
IC4665 fue descubierto hacia 1745 por el astrónomo suizo Philippe Loys de Chéseaux. El hecho que nunca publicara su listado hizo que posteriormente otros observadores que sí lo hicieron aparezcan en algunas fuentes como sus descubridores.
Independientemente de quién lo vio primero, sabemos que IC4665 se encuentra situado a unos 1.400 años luz de distancia y tiene una edad estimada de 36 millones de años.
La noche del 17 de julio de 2012 me encontraba en mi lugar de observación habitual, lo que implica cierta contaminación lumínica (Male 4) y disponer de mi SC Nexstar 5i de 127mm. Así que me dije, no perdamos el tiempo y vayamos a lo seguro. Así que apunté directamente hacia IC4665. Utilizando el ocular Hyperion Aspheric de 31mm que me proporciona 40x, empecé con paciencia a dibujar lo que veía, y este fue el resultado:
Confirmo que es ideal para pequeños telescopios y para zonas con cierta contaminación lumínica. Es muy extenso, con las componentes muy separadas, la gran mayoría de ellas con colores blanco-azulados y magnitudes comprendidas, las más brillantes entre la 6-7 y las más débiles entre la 8-9.
Tal vez desde unos cielos más oscuros resulte más espectacular, pero ciertamente, con las condiciones un poco adversas lo he encontrado ciertamente muy atractivo.
Con el ocular de 25mm (50x) no puedo abarcar todo el cúmulo, ha sido necesario utilizar los 40x con los que finalmente he hecho el dibujo. Esto me ha animado a coger los prismáticos 10x50 que siempre tengo a mano, y apuntar hacia IC4665, y lo que he visto a través de ellos me ha gustado tanto, o más, que lo que he visto con el telescopio. Sin lugar a dudas, este cúmulo lo dejaré de visita obligada cuando esté observando el cielo y sólo disponga de mis pequeños prismáticos.
Pero no todo son alegrías… IC4665 esconde dos estrellas dobles del catálogo de Struve que me han pasado por alto: la STF2212 y la STF2216. O por falta de añadir aumentos, o por culpa de la contaminación lumínica, no he podido verlas. Una manera de pasar un buen rato será intentar ir a su caza en medio del maremágnum que forman todas las componentes del cúmulo. Yo ya tengo dos sospechosas… que espero disfrutarlas en directo la próxima vez que observe IC4665 con el telescopio.
17464+0542 STF2212 AP: 342º; Sep. 3.1”; Mag. 9.51/9.60
17470+0542 STF2216 AP: 27º; Sep. 26.8”; Mag. 8.01/10.09
¿Esto quiere decir que los pequeños telescopios no son útiles? –Me refiero a telescopios de pequeña abertura, pero de calidad aceptable- En absoluto. Es posible que galaxias y nebulosas sí que necesiten grandes aberturas para sacarles el máximo partido, sin embargo, en cuestión de cúmulos abiertos, los hay que se observan mucho mejor con pequeños telescopios que no con grandes.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en el cúmulo abierto catalogado como IC4665.
Es muy fácil de localizar, ya que se encuentra a poco más de 1º hacia el Norte de Cebalrai, la Beta de la constelación de Ophiuchus. Su observación resulta muy atractiva con prismáticos y desbordante con pequeños telescopios. Con grandes aberturas tan sólo podremos observarlo por partes, perdiendo todo el encanto que pueda tener.
Curiosamente, este extenso cúmulo, el cual abarca unos 70’, no fue merecedor de la atención de Messier ni de ninguna entrada en el New General Catalog (NGC). Sin embargo sí podemos encontrarlo como CH21, Melotte 179, Collinder 349 ó, simplemente como el Gran Cúmulo de Ofiuco.
IC4665 fue descubierto hacia 1745 por el astrónomo suizo Philippe Loys de Chéseaux. El hecho que nunca publicara su listado hizo que posteriormente otros observadores que sí lo hicieron aparezcan en algunas fuentes como sus descubridores.
Independientemente de quién lo vio primero, sabemos que IC4665 se encuentra situado a unos 1.400 años luz de distancia y tiene una edad estimada de 36 millones de años.
La noche del 17 de julio de 2012 me encontraba en mi lugar de observación habitual, lo que implica cierta contaminación lumínica (Male 4) y disponer de mi SC Nexstar 5i de 127mm. Así que me dije, no perdamos el tiempo y vayamos a lo seguro. Así que apunté directamente hacia IC4665. Utilizando el ocular Hyperion Aspheric de 31mm que me proporciona 40x, empecé con paciencia a dibujar lo que veía, y este fue el resultado:
Confirmo que es ideal para pequeños telescopios y para zonas con cierta contaminación lumínica. Es muy extenso, con las componentes muy separadas, la gran mayoría de ellas con colores blanco-azulados y magnitudes comprendidas, las más brillantes entre la 6-7 y las más débiles entre la 8-9.
Tal vez desde unos cielos más oscuros resulte más espectacular, pero ciertamente, con las condiciones un poco adversas lo he encontrado ciertamente muy atractivo.
Con el ocular de 25mm (50x) no puedo abarcar todo el cúmulo, ha sido necesario utilizar los 40x con los que finalmente he hecho el dibujo. Esto me ha animado a coger los prismáticos 10x50 que siempre tengo a mano, y apuntar hacia IC4665, y lo que he visto a través de ellos me ha gustado tanto, o más, que lo que he visto con el telescopio. Sin lugar a dudas, este cúmulo lo dejaré de visita obligada cuando esté observando el cielo y sólo disponga de mis pequeños prismáticos.
Pero no todo son alegrías… IC4665 esconde dos estrellas dobles del catálogo de Struve que me han pasado por alto: la STF2212 y la STF2216. O por falta de añadir aumentos, o por culpa de la contaminación lumínica, no he podido verlas. Una manera de pasar un buen rato será intentar ir a su caza en medio del maremágnum que forman todas las componentes del cúmulo. Yo ya tengo dos sospechosas… que espero disfrutarlas en directo la próxima vez que observe IC4665 con el telescopio.
17464+0542 STF2212 AP: 342º; Sep. 3.1”; Mag. 9.51/9.60
17470+0542 STF2216 AP: 27º; Sep. 26.8”; Mag. 8.01/10.09
lunes, 16 de julio de 2012
NGC4565 - Galaxia en Coma Berenices
Todos los cuerpos pertenecientes a nuestro Sistema Solar se encuentran, más o menos en el mismo plano, por lo que no deja de ser curioso que al observar galaxias lejanas las percibamos de una manera u otra dependiendo del ángulo de inclinación con el que las vemos respecto a la perspectiva de la Tierra.
Por ejemplo, NGC4565, conocida por su aspecto como Galaxia de la Aguja, está catalogada como una galaxia espiral de tipo Sb, espiral, sí, pero nosotros, al igual que ocurre con la conocida M104, al verla de canto, únicamente la podemos percibir como una fina línea alargada. Y con paciencia, cielos negros y buena abertura distinguir en ella una línea de materia oscura que la divide por la mitad a lo largo de toda su extensión. Lamentablemente, las condiciones con las que la observé el pasado 15 de junio de 2012 no me permitieron captar tantos detalles.
El caso es que NGC4565 la podemos localizar en la constelación de Coma Berenices, aproximadamente a 2˚ hacia el Este de la brillante y espectacular doble 17 Comae Berenices, perteneciente al cúmulo abierto Melotte 111. Se encuentra a unos 32 millones de años luz de distancia, es uno de los miembros más brillantes de la Nube Galáctica de Coma I y fue descubierta por William Herschel en 1785.
Los cielos eran oscuros, disponía de mi SC de 235mm, pero la galaxia me quedaba justo encima del tejado de la casa del vecino, cosa que, mucho me temo, resultó ser un inconveniente más determinante de lo que pensé en un primer momento a la hora de sacarle el máximo partido a NGC4565. Aquí está el dibujo que hice a 146,88x:
Empecé la observación utilizando el ocular de 25mm (94x), y a estos aumentos ya se puede percibir una fina y alargada línea. Pero está claro que pide más aumentos… y paciencia. Cambio el ocular por el Nagler de 16mm (146x) y adaptando lo mejor que puedo la vista a la oscuridad y utilizando la visión lateral percibo una débil estrellita que se encuentra justo al lado de lo que sería el núcleo central de la galaxia. He intentado ver la barra que la parte, pero por mucho que me he esforzado, no he sido capaz.
Me ha quedado un gusto agridulce. Por un lado, decepcionado por no percibir la barra; pero por otro lado contento de disfrutar de una galaxia tan atractiva. Y mirando el lado bueno, promete nuevas emociones para la próxima vez que pueda observarla en mejores condiciones.
Por ejemplo, NGC4565, conocida por su aspecto como Galaxia de la Aguja, está catalogada como una galaxia espiral de tipo Sb, espiral, sí, pero nosotros, al igual que ocurre con la conocida M104, al verla de canto, únicamente la podemos percibir como una fina línea alargada. Y con paciencia, cielos negros y buena abertura distinguir en ella una línea de materia oscura que la divide por la mitad a lo largo de toda su extensión. Lamentablemente, las condiciones con las que la observé el pasado 15 de junio de 2012 no me permitieron captar tantos detalles.
El caso es que NGC4565 la podemos localizar en la constelación de Coma Berenices, aproximadamente a 2˚ hacia el Este de la brillante y espectacular doble 17 Comae Berenices, perteneciente al cúmulo abierto Melotte 111. Se encuentra a unos 32 millones de años luz de distancia, es uno de los miembros más brillantes de la Nube Galáctica de Coma I y fue descubierta por William Herschel en 1785.
Los cielos eran oscuros, disponía de mi SC de 235mm, pero la galaxia me quedaba justo encima del tejado de la casa del vecino, cosa que, mucho me temo, resultó ser un inconveniente más determinante de lo que pensé en un primer momento a la hora de sacarle el máximo partido a NGC4565. Aquí está el dibujo que hice a 146,88x:
Empecé la observación utilizando el ocular de 25mm (94x), y a estos aumentos ya se puede percibir una fina y alargada línea. Pero está claro que pide más aumentos… y paciencia. Cambio el ocular por el Nagler de 16mm (146x) y adaptando lo mejor que puedo la vista a la oscuridad y utilizando la visión lateral percibo una débil estrellita que se encuentra justo al lado de lo que sería el núcleo central de la galaxia. He intentado ver la barra que la parte, pero por mucho que me he esforzado, no he sido capaz.
Me ha quedado un gusto agridulce. Por un lado, decepcionado por no percibir la barra; pero por otro lado contento de disfrutar de una galaxia tan atractiva. Y mirando el lado bueno, promete nuevas emociones para la próxima vez que pueda observarla en mejores condiciones.
jueves, 12 de julio de 2012
NGC4656 - Galaxia del Palo de Hockey en Canes Venatici
Después de observar NGC4631, la Galaxia de la Ballena, buscando información adicional para completar mis anotaciones vi que a tan sólo 32’ de separación podemos disfrutar de otra galaxia de nombre peculiar: NGC4656, la Galaxia del Palo de Hockey.
Esta galaxia está situada a unos 25 millones de años luz de distancia y, al igual que su compañera, la localizamos en la constelación de Canes Venatici. En fotografía presenta una estructura muy irregular debido a la interacción con NGC4631 y que recuerda, ciertamente, a un palo de hockey. Pero como es habitual, la observación visual es otra historia bien distinta.
La noche del 16 de junio de 2012, disfrutando de unos cielos oscuros y de mi SC de 235mm, después de revisitar por unos instantes la Galaxia de la Ballena, apunté hacia el lugar donde debería encontrarse el Palo de Hockey y enseguida me di cuenta que la observación de esta galaxia no iba a ser tan fácil como la de NGC4631.
Este es el dibujo que hice a 146x:
NGC4656 es una galaxia complicada, pero de observación muy agradecida. Lo que sí es cierto es que pide de manera incondicional cielos bien oscuros, y a ser posible, aberturas generosas.
Nada más poner el ojo en el ocular destaca en el campo TYC2531-1915-1 una estrella de magnitud 9,98 y clase espectral F8. Curiosamente, la veo más amarillenta que blanca, pero no le doy más importancia, ya que la percepción de los colores depende mucho de cada uno. Nunca discutiré con nadie que me lleve la contraria en este aspecto… Pero bien, a lo que íbamos, de la galaxia, nada de nada.
Respiro hondo, dejo de lado lápices, papel y linterna roja y empiezo a adaptar lo mejor que puedo la vista a la oscuridad. Al cabo de un minuto o dos, consigo, por fin, localizarla. Primero veo una zona redondeada (¿Pero no era un palo?) que cada vez se hace más presente. Pruebo con visión lateral, la mirada de reojo de toda la vida, y percibo de manera muy difusa y tenue una especie de cola alargada que acaba difuminándose en la oscuridad del cielo. Más que un palo de hockey me sugiere un renacuajo.
Pero a la que me descuido, la cola desaparece y vuelvo a ver tan sólo la zona brillante y redondeada. Tengo que volver a empezar con todo el proceso de adaptación y mirada lateral para que vuelva a aparecer la “cola”. Como curiosidad comentar que esta galaxia incluye dos números del NGC: el NGC4656, que corresponde a la zona más brillante y el NGC4657, situado en lo que sería la punta del palo de hockey, o la punta de la cola, como se prefiera.
Cuando estoy a punto de dar por terminada la observación se me ocurre sacar del campo del ocular la estrella TYC2531-1915-1, y resulta todo un acierto. Deja de deslumbrarme y puedo percibir mucho mejor la NGC4656.
Ha costado, pero ha valido la pena el esfuerzo para disfrutar de esta galaxia de forma tan peculiar y de su tractora cetácea NGC4631.
Esta galaxia está situada a unos 25 millones de años luz de distancia y, al igual que su compañera, la localizamos en la constelación de Canes Venatici. En fotografía presenta una estructura muy irregular debido a la interacción con NGC4631 y que recuerda, ciertamente, a un palo de hockey. Pero como es habitual, la observación visual es otra historia bien distinta.
La noche del 16 de junio de 2012, disfrutando de unos cielos oscuros y de mi SC de 235mm, después de revisitar por unos instantes la Galaxia de la Ballena, apunté hacia el lugar donde debería encontrarse el Palo de Hockey y enseguida me di cuenta que la observación de esta galaxia no iba a ser tan fácil como la de NGC4631.
Este es el dibujo que hice a 146x:
NGC4656 es una galaxia complicada, pero de observación muy agradecida. Lo que sí es cierto es que pide de manera incondicional cielos bien oscuros, y a ser posible, aberturas generosas.
Nada más poner el ojo en el ocular destaca en el campo TYC2531-1915-1 una estrella de magnitud 9,98 y clase espectral F8. Curiosamente, la veo más amarillenta que blanca, pero no le doy más importancia, ya que la percepción de los colores depende mucho de cada uno. Nunca discutiré con nadie que me lleve la contraria en este aspecto… Pero bien, a lo que íbamos, de la galaxia, nada de nada.
Respiro hondo, dejo de lado lápices, papel y linterna roja y empiezo a adaptar lo mejor que puedo la vista a la oscuridad. Al cabo de un minuto o dos, consigo, por fin, localizarla. Primero veo una zona redondeada (¿Pero no era un palo?) que cada vez se hace más presente. Pruebo con visión lateral, la mirada de reojo de toda la vida, y percibo de manera muy difusa y tenue una especie de cola alargada que acaba difuminándose en la oscuridad del cielo. Más que un palo de hockey me sugiere un renacuajo.
Pero a la que me descuido, la cola desaparece y vuelvo a ver tan sólo la zona brillante y redondeada. Tengo que volver a empezar con todo el proceso de adaptación y mirada lateral para que vuelva a aparecer la “cola”. Como curiosidad comentar que esta galaxia incluye dos números del NGC: el NGC4656, que corresponde a la zona más brillante y el NGC4657, situado en lo que sería la punta del palo de hockey, o la punta de la cola, como se prefiera.
Cuando estoy a punto de dar por terminada la observación se me ocurre sacar del campo del ocular la estrella TYC2531-1915-1, y resulta todo un acierto. Deja de deslumbrarme y puedo percibir mucho mejor la NGC4656.
Ha costado, pero ha valido la pena el esfuerzo para disfrutar de esta galaxia de forma tan peculiar y de su tractora cetácea NGC4631.
sábado, 7 de julio de 2012
NGC4631 - Galaxia de la Ballena en Canes Venatici
Es cierto que el catálogo Messier nos ofrece un buen número de galaxias asequibles a pequeños telescopios, pero no debemos pensar que son las únicas que podemos observar con telescopios de abertura modesta. Sin ir más lejos, la conocida como Galaxia de la Ballena (NGC4631) en la constelación de Canes Venatici es un buen ejemplo de ello.
Ahora bien, la abertura en objetos difusos manda, de manera que la noche del 15 de junio de 2012 cuando apunté mi SC de 235mm desde unos cielos oscuros y puse el ojo en el ocular, no pude por menos que soltar una exclamación de admiración.
Empecé la observación con el ocular que menos aumentos me ofrecía, el Hyperion Aspheric de 31mm (75,80x) presentándose un bonito y extenso campo estelar donde en su parte central se percibe una aguja fina y alargada. Estoy un buen rato disfrutando de la panorámica hasta que considero que tengo bien adaptada la vista a la oscuridad y decido poner el Nagler de 16mm (146,88x) y dibujar NGC4631.
La galaxia gana en detalles y en presencia, cosa que compensa la pérdida de campo estelar. Distinguí a estos aumentos dos estrellas débiles en los límites de la galaxia, una cerca de su núcleo central y otra en uno de sus extremos. NGC4631 la veo bastante distinta a como la percibí a 75x. Ahora la veo alargada, con un núcleo más ancho, bastante más ancho que va estrechándose hacia los extremos hasta que desaparece por completo. El brazo que queda en la parte de arriba del dibujo se aprecia más ancho y brillante que el opuesto.
Más tarde leo que justo al lado debería haber visto como una redondeada manchita difusa una pequeña galaxia satélite (mag. 12,4), catalogada como NGC4627 y que se encuentra unida a NGC4631 mediante un fino puente luminoso que por desgracia, tan sólo puede llegar a apreciarse en fotografías. No sé si fue por qué no sabía de su existencia o de si realmente esta noche era complicado percibirla, pero el caso es que esta pequeña galaxia me pasó completamente desapercibida. Algo a tener en cuenta cuando vuelva a observar NGC4631.
Y para terminar, comentar que a tan solo 32’ podemos disfrutar de otra peculiar galaxia que se encuentra afectada gravitacionalmente por NGC4631 y unida a ella por una cola de gas, también invisible en visual. A pesar de su cercanía y relación prefiero dedicarle una entrada diferente. NGC4656 se lo merece.
NGC4631 es una bonita y brillante galaxia que se encuentra a unos 25 millones de años luz de distancia y que se extiende a lo largo de 94.000 años luz que me ha dejado sorprendido por su belleza. Merece la pena dedicarle un buen rato a pie de telescopio.
Ahora bien, la abertura en objetos difusos manda, de manera que la noche del 15 de junio de 2012 cuando apunté mi SC de 235mm desde unos cielos oscuros y puse el ojo en el ocular, no pude por menos que soltar una exclamación de admiración.
Empecé la observación con el ocular que menos aumentos me ofrecía, el Hyperion Aspheric de 31mm (75,80x) presentándose un bonito y extenso campo estelar donde en su parte central se percibe una aguja fina y alargada. Estoy un buen rato disfrutando de la panorámica hasta que considero que tengo bien adaptada la vista a la oscuridad y decido poner el Nagler de 16mm (146,88x) y dibujar NGC4631.
La galaxia gana en detalles y en presencia, cosa que compensa la pérdida de campo estelar. Distinguí a estos aumentos dos estrellas débiles en los límites de la galaxia, una cerca de su núcleo central y otra en uno de sus extremos. NGC4631 la veo bastante distinta a como la percibí a 75x. Ahora la veo alargada, con un núcleo más ancho, bastante más ancho que va estrechándose hacia los extremos hasta que desaparece por completo. El brazo que queda en la parte de arriba del dibujo se aprecia más ancho y brillante que el opuesto.
Más tarde leo que justo al lado debería haber visto como una redondeada manchita difusa una pequeña galaxia satélite (mag. 12,4), catalogada como NGC4627 y que se encuentra unida a NGC4631 mediante un fino puente luminoso que por desgracia, tan sólo puede llegar a apreciarse en fotografías. No sé si fue por qué no sabía de su existencia o de si realmente esta noche era complicado percibirla, pero el caso es que esta pequeña galaxia me pasó completamente desapercibida. Algo a tener en cuenta cuando vuelva a observar NGC4631.
Y para terminar, comentar que a tan solo 32’ podemos disfrutar de otra peculiar galaxia que se encuentra afectada gravitacionalmente por NGC4631 y unida a ella por una cola de gas, también invisible en visual. A pesar de su cercanía y relación prefiero dedicarle una entrada diferente. NGC4656 se lo merece.
NGC4631 es una bonita y brillante galaxia que se encuentra a unos 25 millones de años luz de distancia y que se extiende a lo largo de 94.000 años luz que me ha dejado sorprendido por su belleza. Merece la pena dedicarle un buen rato a pie de telescopio.
domingo, 1 de julio de 2012
NGC6781 - Nebulosa planetaria en Aquila
Situada a 3.100 años luz de distancia, NGC6781 es una nebulosa planetaria que podemos localizar en la constelación de Aquila. Fue descubierta el 30 de julio de 1788, como no, por William Herschel, que la describió como considerablemente débil e irregularmente redondeada.
El halo gaseoso que envuelve la moribunda estrella central, invisible en visual (mag. 16,2), se extiende aproximadamente unos 2 años luz.
NGC6781 presenta en fotografía una bonita forma anular, con un núcleo extenso, menos brillante en comparación con un estrecho anillo exterior que se muestra más débil en la zona sur de la nebulosa.
Con estos antecedentes, el pasado 16 de junio de 2012, disfrutando de cielos oscuros y mi SC de 235mm, apunté hacia la zona de cielo donde debería encontrarse esta planetaria, y me di cuenta que su observación no iba a ser tan sencilla como había pensado.
Este es el dibujo que hice utilizando el ocular Radian de 10mm (235x) ayudado en un momento dado por el filtro OIII para resaltar NGC6781:
La magnitud visual de 11,4 que se asigna a esta nebulosa no debería engañarnos. Esta magnitud, a diferencia de las magnitudes estelares que se concentran en un solo punto, queda repartida en una extensión de 2’ que es la que ocupa NGC6781 en el cielo, con lo que no es nada fácil su observación.
Pongo el ojo en el ocular y me doy cuenta que es un objeto realmente complicado. He estado un buen rato, primero intentando percibirla, y después luchando por detectar su anillo… cosa que, lamentablemente, no he conseguido.
A 235x, después de adaptar a conciencia la vista a la oscuridad, empiezo a percibir una manchita muy difusa, redondeada y extensa. La estrella más brillante del campo del ocular (a la izquierda en el dibujo) molesta más que ayuda, así que al final opto por sacarla del campo y mirar con vista lateral la nebulosa. La cosa mejora.
Decido dibujar las estrellas (muy débiles todas) y añadir el filtro OIII al ocular. La nebulosa resalta de una manera más clara, pero no soy capaz de notar ningún tipo de detalle. Es posible que sea debido al “seeing” regular de la noche (estimo 3/5, siendo 5=óptimo), o a las bandas de nubes que van desplazándose por el cielo… el caso es que he sido capaz de ver la planetaria, muy extensa, pero de su forma anular nada de nada, igual que, obviamente, tampoco he podido ver la zona más débil del anillo.
Me dejo anotado volver a ella en otra ocasión para ver si soy capaz de exprimirla un poco más, creo que tiene posibilidades y puede ofrecer mucho más de lo que he sido capaz de percibir esta noche.
No siempre el éxito es completo, pero estas "pequeñas decepciones" sólo hacen que tenga más ganas de volver a observar esta planetaria una noche con mejores condiciones.
Sea como sea, vale la pena hacerle una visita.
El halo gaseoso que envuelve la moribunda estrella central, invisible en visual (mag. 16,2), se extiende aproximadamente unos 2 años luz.
NGC6781 presenta en fotografía una bonita forma anular, con un núcleo extenso, menos brillante en comparación con un estrecho anillo exterior que se muestra más débil en la zona sur de la nebulosa.
Con estos antecedentes, el pasado 16 de junio de 2012, disfrutando de cielos oscuros y mi SC de 235mm, apunté hacia la zona de cielo donde debería encontrarse esta planetaria, y me di cuenta que su observación no iba a ser tan sencilla como había pensado.
Este es el dibujo que hice utilizando el ocular Radian de 10mm (235x) ayudado en un momento dado por el filtro OIII para resaltar NGC6781:
La magnitud visual de 11,4 que se asigna a esta nebulosa no debería engañarnos. Esta magnitud, a diferencia de las magnitudes estelares que se concentran en un solo punto, queda repartida en una extensión de 2’ que es la que ocupa NGC6781 en el cielo, con lo que no es nada fácil su observación.
Pongo el ojo en el ocular y me doy cuenta que es un objeto realmente complicado. He estado un buen rato, primero intentando percibirla, y después luchando por detectar su anillo… cosa que, lamentablemente, no he conseguido.
A 235x, después de adaptar a conciencia la vista a la oscuridad, empiezo a percibir una manchita muy difusa, redondeada y extensa. La estrella más brillante del campo del ocular (a la izquierda en el dibujo) molesta más que ayuda, así que al final opto por sacarla del campo y mirar con vista lateral la nebulosa. La cosa mejora.
Decido dibujar las estrellas (muy débiles todas) y añadir el filtro OIII al ocular. La nebulosa resalta de una manera más clara, pero no soy capaz de notar ningún tipo de detalle. Es posible que sea debido al “seeing” regular de la noche (estimo 3/5, siendo 5=óptimo), o a las bandas de nubes que van desplazándose por el cielo… el caso es que he sido capaz de ver la planetaria, muy extensa, pero de su forma anular nada de nada, igual que, obviamente, tampoco he podido ver la zona más débil del anillo.
Me dejo anotado volver a ella en otra ocasión para ver si soy capaz de exprimirla un poco más, creo que tiene posibilidades y puede ofrecer mucho más de lo que he sido capaz de percibir esta noche.
No siempre el éxito es completo, pero estas "pequeñas decepciones" sólo hacen que tenga más ganas de volver a observar esta planetaria una noche con mejores condiciones.
Sea como sea, vale la pena hacerle una visita.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)