jueves, 24 de marzo de 2016

Messier 36 - Cúmulo abierto en Auriga con el SC de 235m

De los tres cúmulos abiertos más atractivos que podemos observar en la constelación de Auriga, tal vez M36 sea el que menos veces aparece en primer lugar en el ranquin de preferencias de los aficionados, sin embargo, eso no quiere decir que no nos encontremos ante un cúmulo notable.

La noche del 6 de noviembre de 2015, después de observar M37 y M38 apunté el SC de 235mm hacia M36.

Carta generada con Cartes du Ciel

Utilizo el ocular de 25mm, más que nada para poder comparar en igualdad de condiciones los tres cúmulos.

Lo primero que llama la atención es sin duda STF 737, una preciosa doble de componentes azuladas, casi gemelas (9,1/9,4) con un ángulo de posición de 306º y una separación de 11" que se encuentra en el corazón del cúmulo y que destaca ligeramente del resto de componentes.

Las estrellas más brillantes de M36 presentan una magnitud similar, entre la 9 y la 10, aportando un aspecto muy equilibrado al cúmulo.



Estoy un buen rato disfrutando de él, fijándome en que la mayoría de estrellas presentan colores blanco-azulados, aunque si miro con atención puedo ver alguna con cierto color amarillento.

Termino la observación recordando la magnificencia de M37, la peculiaridad de M38 y  comprobando que M36, a pesar de ser el tercero en discordia, es ciertamente atractivo.

M36 es un cúmulo joven, su edad se estima entre los 20 y los 40 millones de años y está situado a unos 4.300 años luz de distancia. Fue descubierto por Giovanni Batttista Hodierna hacia 1654, le Gentil lo descubrió de manera independiente en 1749y por su parte, Charles Messier lo observó la noche del 2 de septiembre de 1764, dejando anotado: “Cúmulo de estrellas en Auriga, cerca de la estrella Rho. Con un telescopio ordinario de tres pies y medio apenas pueden distinguirse las estrellas. El cúmulo no contiene ninguna nebulosidad. Posición determinada por Rho”.

No deja de sorprenderme leer la descripción de Messier y ver el dibujo que hice de él con mi SC de 235mm. Sin duda, somos afortunados de tener la posibilidad de disfrutar de los telescopios que tenemos hoy en día los aficionados.

Y concluyo con la foto testimonial que hice con la Nikon D5100:



viernes, 18 de marzo de 2016

Messier 38 en Auriga con el SC de 235mm

La noche del 6 de noviembre de 2015 la preparé como una sesión centrada en cúmulos abiertos, centrándome para ello en la constelación de Auriga.

Carta generada con Cartes du Ciel

Del trío estelar de la constelación, M36, M37 y M38, le toca el turno a M38.



La observación de estos cúmulos tan extensos con el SC de 235mm resulta un arma de doble filo. Por un lado, es evidente la mejora a la hora de detectar las estrellas más débiles que forman los cúmulos, pero por contra, al llenar todo el campo del ocular, se pierde la relación de perspectiva que mantienen con el campo estelar vecino. Así, se pierde algo de encanto en su observación.

Pero la ventaja de tener dos telescopios de aberturas complementarias, como son mi SC de 127mm y el SC de 235mm, es que puedo disfrutar de ellos centrándome en cada ocasión en las bondades que ofrece cada abertura.

Esta vez el SC de 235mm y los cielos oscuros de mi pueblo me ofrecieron una vista realmente espectacular de M38.

Componentes en su mayoría blanco-azuladas, dispersas, de las que las más brillantes forman una especie de cruz.
Esta forma cruciforme es bastante evidente con el ocular de 31mm aunque después de estar un buen rato con el ojo pegado al ocular, el hecho de mejorar la adaptación a la oscuridad y de poder percibir un mayor número de componentes, esta percepción varía un poco. Ahora me recuerda más a una cometa.

Decido realizar el dibujo con el ocular de 25mm para poder compararlo con las observaciones de M36 y M37.

Cuando acabo hecho un vistazo al vecino situado a unos 30’ al Sur, NGC1907, un cúmulo abierto menos llamativo pero que contrasta perfectamente con la magnificencia de M38. Esta vez, sin embargo, queda fuera del dibujo.

Y no me olvido de la estrella HIP25476, que se encuentra en el mismo campo del ocular que NGC1907, y que con su clase espectral K3 II y su significativa magnitud de 6,2, ofrece un precioso color anaranjado.

M38, al igual que M36 y M37, fue descubierto en 1654 por Giovanni Batista Hodierna, y Messier por su parte lo redescubrió la noche del 25 de septiembre de 1764.

Recientes estudios han determinado que M38 se encuentra a unos 3.500 años luz de distancia, que se extiende a lo largo de unos 15 años luz y que tiene una edad comprendida entre los 150 y los 200 millones de años.

Francamente M36, M37 y M38 ofrecen vistas realmente diferentes, pero cada uno de ellos tiene su peculiar e indiscutible encanto.

Finalmente, la rápida fotografía de recuerdo. Esta clase de cúmulos abiertos son muy agradecidos para la práctica de la astrofotografía de principiante.



viernes, 11 de marzo de 2016

Messier 37 en Auriga con el SC de 235mm

La observación del 11 de noviembre de 2015 la empecé con la intención de centrarme en los cúmulos abiertos más destacados de Auriga, M36, M37 y M38. Quería ver qué tal se comportaba mi SC de 235mm con ellos y ciertamente, resultó ser una noche muy entretenida.

Empecé con mi preferido, M37, y la verdad es que al poner el ojo en el ocular me di cuenta que me iba a resultar prácticamente imposible plasmar sobre el papel lo espectacular que llega a verse este cúmulo abierto, uno de los mejores que podemos contemplar, ya no en Auriga, sino en toda la bóveda celeste.



Es impresionante.

Empiezo con el Hyperion Aspheric de 31mm que es el ocular que me ofrece un campo más amplio (56’), y después de probar con varios, tal vez ésta sea la mejor opción que tengo con el SC de 235mm.

Con él puedo observar un conglomerado estelar enmarcado en una zona menos densa que permite que resalte de una manera especialmente llamativa. Pero a la hora de dibujarlo, el hecho de que las componentes de M37 se encuentren tan juntas y el desmesurado número de estrellas que aparecen en el campo, opto por utilizar el Plossl de 25mm.

La bonita perspectiva que mostraba antes el cúmulo se pierde, pero todavía puede diferenciarse como tal. Con oculares más potentes ocupa todo el campo de visión y, aunque el número de estrellas resulta abrumador, se pierde toda referencia fuera de M37 y en consecuencia mucho de su encanto.

Así que con el de 25mm alcanzo un acuerdo equitativo que me permite, con mucha paciencia, puntearlas e individualizarlas de una manera más cómoda.

En el centro destaca la estrella TYC2410-1320-1, que con su magnitud 9,2 y su potente color amarillo acapara buena parte del protagonismo. A su alrededor un enjambre de estrellas más débiles que se van extendiendo por todo el campo ofrecen colores variados y vistosos.

Después de un buen rato encendiendo y apagando la linterna roja, y de dibujar el máximo número de componentes del que soy capaz, intentando respetar lo más que puedo su posición y brillo; decido tomarme un respiro y fijarme un poco en cómo me estaba quedando el dibujo.

Es curioso comprobar que hacia la izquierda de TYC2410-1320-1, en el dibujo, se ven algunas zonas con una densidad estelar menor, al igual que en ciertas partes de la periferia, dándole al conjunto un cierto aspecto retorcido y estrujado.

Seguro que me he dejado en el  tintero muchas componentes, pero confío que como idea aproximada, pueda servir el dibujo. De todas maneras, nada comparable a observarlo en directo desde un cielo oscuro con cualquier telescopio.

Decido dejar sobre la mesa la tabla con el papel, el lápiz y la linterna para despedirme de M37 por todo lo alto. Adaptando bien la vista de nuevo a la oscuridad y utilizando el Nagler de 16mm (146x).

Me sumerjo dentro del cúmulo. Una infinidad de estrellas se extienden de punta a punta del campo del ocular, perdiendo toda perspectiva y sintiéndome engullido por M37. Sensacional.

Acabo volviendo al Aspheric de 31mm, tomando de nuevo perspectiva y con la sensación de ir alejándome de M37 despidiéndome de él.

Tampoco pude resistirme a hacerle una foto testimonial con la Nikon D5100:



M37 fue descubierto en 1654 por Giovanni Batista Hodierna que lo definió como “una mancha nebulosa”. Sin conocer su existencia, Messier la descubrió por su parte el 2 de septiembre de 1764 percibiendo mejor su verdadera naturaleza.

Messier dejó anotado que se trataba de un “cúmulo de débiles estrellas” aunque también especificó que “contenía algo de nebulosidad”. Una prueba más de la gran suerte que tenemos los astrónomos aficionados de disponer de telescopios con una calidad que ya hubieran querido los pioneros de la observación astronómica.

En la mayoría de las fuentes que he consultado sitúan a M37 a unos 4.500 años luz de distancia, aunque recientes estudios la aumentan a unos 6.700 años luz. Así mismo, se estima que tiene una edad de unos 500 millones de años y que se extiende a lo largo de 33 años luz.

Como siempre, todos estos datos hacen que a la impresión que nos ofrece estéticamente cuando lo observamos, se le una el vértigo que producen estos números.

Carta generada con Cartes du Ciel

lunes, 7 de marzo de 2016

El maratón de objetos no-Messier

No es la primera vez que comento que, personalmente, no me gusta realizar el maratón Messier, que por si alguien no sabe lo que es, no es otra cosa que observar todos los objetos de la lista del catálogo Messier en una sola noche.

Muchas son las páginas que podemos encontrar donde existe información acerca de la mejor época en la que intentarlo y el orden en el que hay que proceder para poder conseguir culminar este reto.

Una de ellas es “El Astrónomo Errante”, donde Miguel Ángel Mallén nos presenta un artículo al respecto, y donde también podemos encontrar cartas celestes adecuadas para el maratón:

http://www.astroerrante.com/superior-contenidos/superior-articulos/principal-articulo-observacion/810-guia-del-maraton-messier.html

http://www.astroerrante.com/superior-contenidos/superior-articulos/principal-articulo-observacion/23-cartas-messier.html

Soy consciente que muchos compañeros de afición disfrutan con ello, pero yo soy más de observaciones tranquilas y relajantes.

A pesar de todo ello, me ha llamado la atención un artículo de Michael E. Bakich aparecido en la revista “Astronomy” del mes de marzo (Pág. 58-63) que lleva el sugerente título de "Run a non-Messier marathon".

Astronomy Magazine

El artículo propone realizar un maratón de objetos similar al de Messier, pero, precisamente con objetos que no aparezcan en su catálogo.

Mirando por encima la propuesta de Bakich he visto que de los 109 que propone, 51 de ellos no los he observado. Y es por esto que me he decidido a planificar su futura observación.

Creo que puede resultar interesante tener en cuenta este listado, tanto para aquellos aficionados que, como yo, les gusta la observación pausada y sin presiones, como para los que se encuentren motivados a poner a prueba su capacidad de observador.

Para estos últimos, tal vez les motive intentar un nuevo maratón distinto al clásico Messier.

A continuación dejo estos enlaces a un pdf y a un Excel que he elaborado donde podéis encontrar el listado de objetos propuesto por Bakich, espero que pueda resultar de utilidad. Y si alguno de vosotros se anima y lo intenta, os agradecería que dejarais vuestra impresión en los comentarios.

viernes, 4 de marzo de 2016

NGC7788 y NGC7790 - Cúmulos abiertos en Cassiopeia

En la entrada de observación del cúmulo abierto NGC225Joan Lluís Ferrer me sugirió que apuntara el telescopio hacia dos pequeños cúmulos situados en la constelación de Cassiopeia que le habían resultado especialmente atractivos. Se trataba de NGC7788 y NGC7790.

Carta generada con Cartes du Ciel

Después de la experiencia que tuve con NGC225, en la que confundí el pequeño cúmulo con las estrellas más brillantes que me aparecían en el campo del ocular, esta vez quise curarme un poco en salud y previamente miré la extensión de ambos cúmulos viendo que NGC7788 abarca unos 4’ y NGC7790 unos 5’.

Y menos mal que lo hice de esta manera, ya que, en un primer momento, volví a pensar que NGC7788 no era el pequeño cúmulo que en realidad es, sino que era el conjunto algo disperso de estrellas más brillantes que veía a través de mi SC de 235mm.

Pero vayamos por partes.

El 6 de noviembre de 2015 me encontraba disfrutando de una noche despejada, sin Luna, con estabilidad atmosférica, desde los cielos oscuros de mi pueblo, es decir, una noche ideal. Sin embargo, lo más significativo es que en esta noche de noviembre estábamos a unos 18ºC.

No sé si debe tratarse del cambio climático, o si es algún efecto del fenómeno del Niño, pero el caso es que no es muy normal alcanzar esta temperatura a las 20h 20m hora local en mi zona durante una noche de noviembre.

Aunque no voy a quejarme demasiado de ello. Las frías y gélidas noches de invierno pueden llegar a convertirse en un verdadero suplicio para los aficionados a la astronomía.

El caso es que me había preparado una serie de cúmulos abiertos para observar y entre ellos se encontraban NGC7788 y NGC7790, separados por sólo unos 15’.

Con la intención de poderlos ver en el mismo campo del ocular utilicé el Hyperion Aspheric de 31mm, que me proporcionaba una visión de 57’ y un aumento de 75x.

Y este es el dibujo que hice de lo que fui viendo a medida que adaptaba la vista a la oscuridad:


Y aquí rotulado:



Lo primero que me llama la atención es el rico campo estelar que aparece nada más poner el ojo en el ocular, y automáticamente, mi atención se dirige hacia la estrella HIP118090, que con una magnitud de 6,6 y una clase espectral M0 se muestra de un color anaranjado muy potente y sugerente.

En el dibujo es la que queda a la izquierda.

A partir de ella no resulta complicado localizar a NGC7790, que se encuentra unos 15’ al nordeste. Presenta unas cinco estrellas que destacan sobre el resto por su brillo, mientras que en dirección este aparece una pequeña cascada de débiles estrellas más compactadas que las más brillantes. Calculo que rondarán la mag. 13.

Entonces decido ir a la caza de NGC7788 y es cuando me despisto un poco. En principio, me da la sensación de tratarse del conjunto de estrellas brillantes y dispersas que aparecen en la parte superior derecha del dibujo, pero sabiendo que debería tener un tamaño similar a NGC7790, me fijo un poco más hasta darme cuenta de su presencia justo al lado de cuatro estrellas en forma de paralelogramo.

Me recuerda en cierta manera a un pequeño racimo de uvas. Una estrella brillante flanqueada por otras dos más débiles, y debajo de ellas un grupito estelar bastante débil que me resulta algo complicado de percibir con claridad.

Sea como sea, una vez localizados los cúmulos, adaptada la vista a la oscuridad y dominando la disposición estelar de esta rica zona, su visión es realmente sugerente.

En ese momento no se me ocurrió (fallo mío), pero debería haber forzado más los aumentos para intentar cazar el mayor número de componentes de ambos cúmulos. Deberá esperar a una próxima visita.

Lo que sí hice fue una rápida foto testimonial con mi Nikon D5100. Es una toma única y sin demasiada calidad, pero muestra bastante bien la zona.



NGC7790 fue descubierto el 16 de diciembre de 1788 por William Herschel y su estudio ha permitido descubrir que contiene tres variables cefeidas, QX, CEab y CF Cas que han permitido establecer que se encuentra a una distancia de unos 9.600 años luz y que tiene una edad aproximada de 56 millones de años.

Como curiosidad, comentar que CEab Cas es la primera estrella doble conocida que se encuentra compuesta por dos estrellas variables cefeidas. Separadas por unas 8.000 unidades astronómicas, CEa presenta un periodo de 5,14 días, mientras que el de CEb es de 4,47 días.

NGC7788 lo descubrió John Herschel en 1829. Está situado a unos 7.740 millones de años luz y se ha estimado una edad de 39 millones de años. En definitiva, más joven y cercano que NGC7790.

Seguro que volveré a visitar esta interesante zona para exprimir un poco más a NGC7788 y a NGC7790 observándolos a mayores aumentos e intentar cazar alguno de los cúmulos abiertos que se encuentran en las cercanías como pueden ser King 12, Frolov 1 ó Be 58.