Respecto a los cúmulos abiertos la principal razón es que, en la mayoría de los casos, resultan más atractivos si el campo de observación es más amplio, ya que resaltan mucho mejor ante nuestros ojos que si utilizamos un gran telescopio que no nos permite obtener grandes campos.
Pero ello no quiere decir que de vez en cuando no le eche un vistazo a alguno con el SC de 235mm para descansar un poco la vista después de estarla forzando observando objetos más tenues y delicados.
La noche del 14 de agosto de 2018 me encontré en esta situación, y ya que estaba observando por la constelación de Sagittarius, decidí apuntar hacia M23.
Carta generada con Cartes du Ciel |
M23 se encuentra situado a unos 2.100 años luz de distancia, El diámetro real que ocupa este cúmulo abierto es de unos 20 años luz, y nosotros podemos verlo con un tamaño aparente de 35’.
A pesar de su tamaño y de la magnitud conjunta que se le asigna, 5,5, es preciso disponer de cielos relativamente oscuros para su mejor observación, ya que la estrella más brillante que lo compone presenta una magnitud de 9,2, siendo la mayoría de sus componentes bastante débiles, encontrándose en el intervalo de las magnitudes 9-11.
Las clases espectrales de sus estrellas pertenecen a los tipos A, F y C, y la edad que se le estima al cúmulo es de unos 300 millones de años.
Fue descubierto por Messier la noche del 20 de junio de 1764.
Este es el dibujo que hice de M23:
Espectacular, extenso, con infinidad de componentes blanco azuladas, de un bonito tono metálico.
Tal vez, por su tamaño, sea más adecuado para ser observado con telescopios de menor abertura, como mi SC de 127 mm, sin embargo, el SC de 235 me permitió distinguir muchas más componentes, que, a nivel estético, compensaron el campo más limitado del instrumento.
Un bonito cúmulo que sirve de complemento a los espectaculares objetos difusos que podemos encontrar en Sagittarius.
Esta imagen extraída de Aladin Lite nos da una idea de su belleza:
Aladin Lite |