domingo, 27 de noviembre de 2011

NGC1807 y NGC1817 cúmulo doble visual en Taurus

De la misma manera que cuando observo galaxias con el SC de 127mm me lamento por su poca abertura y capacidad de captar detalles en la mayoría de ellas, es justo resaltar lo bien que rinde a la hora de disfrutar de objetos extensos que precisan un buen campo de visión.

Este es precisamente el caso de NGC1807 y NGC1817 en la constelación de Taurus. Había planificado su observación al ver como aliciente su condición de cúmulo “doble”. Evidentemente, no esperaba que fuera tan espectacular como el famoso Cúmulo Doble de Perseus (NGC869/NGC884), sin embargo, confiaba en que, por lo menos, tuviera cierto atractivo.

La noche del 24 de noviembre de 2011, con mucha humedad y con cierta contaminación lumínica, decidí apuntar hacia NGC1807/1817 a ver con qué me encontraba.

Y este fue el dibujo que hice a 40x:


Curiosamente, lo primero que destaca al poner el ojo en el ocular no son los cúmulos, sino la estrella anaranjada de magnitud 5,18 y clase espectral K5 III que queda abajo a la izquierda en el dibujo (HIP24197). Espectacular su colorido.

Y al desviar mi atención hacia ella, no he podido evitar que mi afición a la observación de estrellas dobles aflorara a la superficie y me fijara en la presencia de cuatro estrellitas débiles (alrededor de la mag. 10) que se encuentran a su derecha y que forman una doble/doble muy atractiva. Cuatro componentes gemelas en posición simétrica acompañadas por una tercera estrellita un poco más alejada, y por el brillo fulgurante de HIP24197.

Más tarde he consultado el WDS y he podido ver los datos que aparecen sobre estas dos parejas, que están catalogadas como SMR 15, la más cercana a HIP24197, y SMR 16.

05122+1611    SMR 15; AP: 152º; Sep. 31.4; Mag. 10.3 / 10.5

05123+1614    SMR 16AB; AP: 123º; Sep. 36.8”; Mag. 9.7 / 10.5
05123+1614    SMR 16AC; AP: 114º; Sep. 185.0”; Mag. 9.7 / 10.1
05123+1614    SMR 16AD; AP: 78º; Sep. 159.1”; Mag. 9.7 / 11.4
05123+1614    SMR 16AE; AP: 65º; Sep. 11.3”; Mag. . 9.7 / 12.3

Después de estas “distracciones”, recuerdo mi objetivo inicial, que no es otro que el doble cúmulo.

Utilizo el Hyperion de 31mm que me ofrece un campo de visión (FOV) de 2º, más que suficientes para ver juntos NGC1807/1817, HIP24197 y SMR15/16 y lo primero que pienso es que me toca, lamentablemente otra vez, batallar con la contaminación lumínica de mi lugar de observación habitual.

Por lo menos, en un primer vistazo se aprecian dos zonas bien diferenciadas. A da izquierda del dibujo, NGC1807, que está formado... bueno, para ser más exactos debería decir... lo veo formado por cuatro estrellas brillantes (mag. 8-9) y una decena de componentes más ténues. Presenta una forma de aspa, o cruciforme, según se mire.

A la derecha del dibujo veo NGC1817, que, en comparación de su compañero, aparece bastante desdibujado. También se aprecian 3 ó 4 estrellas de mag. 8-9, sin embargo, el número de componentes débiles es muy poco significativo. Lo más sugerente de él es que parece que sea una versión más humilde de la “Cascada de Kemble”.

Me vuelvo a quedar con la impresión que esta pareja de cúmulos vistos desde un cielo sin contaminación lumínica ganarían en atractivo. Con todo, pasé un buen rato con ellos.

Al día siguiente me dispuse a buscar más información acerca de NGC1807/1817 y vi NGC1817 fue descubierto por William Herschel el 19 de febrero de 1784. Curiosamente, no hizo mención de NGC1807, el cual fue catalogado posteriormente por su hijo John Herschel.

Ambos se encuentran situados a unos 5.900 años luz de distancia, cosa que confirmaría su condición de doble cúmulo, sin embargo me encontré con el siguiente estudio de 2004  de L. Balaguer-Núñez, de la Universitat de Barcelona, junto C. Jordi, D. Galadí-Enríquez y E. Masana en el que llegan a la conclusión que NGC1807 no es realmente un cúmulo abierto físico, sino que el área que abarca estas dos entradas del NGC corresponde a un extenso y único cúmulo (NGC1817)...

http://www.aanda.org/index.php?option=com_article&access=bibcode&Itemid=129&bibcode=2004A%2526A...426..827BFUL

Mi gozo en un pozo... aunque a decir verdad, cuando pones el ojo en el ocular y ves estas dos aglomeraciones estelares, a nivel estético sigue manteniendo el mismo atractivo que tenían antes de saber que no son dos... sino uno, los cúmulos que estamos viendo.

Muy recomendables para pequeños telescopios desde un lugar con poca o nula contaminación lumínica.

jueves, 24 de noviembre de 2011

NGC6934 - Cúmulo globular en Delphinus

El 24 de septiembre de 1785 William Herschel descubrió en la constelación de Delphinus este cúmulo globular catalogado como NGC6934, anotando de él que se trataba de una “nebulosa brillante”, especificando que era “muy brillante, extensa, gradualmente más brillante en el centro, fácilmente resoluble y un bonito objeto”. Ahora sabemos que de nebulosa no tiene nada, ya que se trata de un viejo conglomerado estelar. Con todo, a través de pequeños telescopios es posible que nos dé una sensación más cercana a nebulosa que no a cúmulo.

Podemos localizarlo fácilmente en la pequeña constelación de Delphinus, encontrándose a unos 4º al sur de Epsilon Delphini, una estrella que podemos distinguir a simple vista gracias a su generosa 4ª magnitud. NGC6934 se encuentra situado a unos 51.200 años luz de la Tierra y realmente se trata de un cúmulo globular muy antiguo, estimándose su edad entre los 13.000 y los 16.000 millones de años, relativamente cerca de los inicios de la formación de nuestra Vía Láctea… un buen aliciente y magnífica excusa para visitar con nuestro telescopio este cúmulo globular.

La noche del 23 de noviembre de 2011, con unos “agradables” 12º C, un seeing de 3/5 (Siendo 5=óptimo), con algo de viento y bastante humedad… sin Luna y observando desde mi lugar habitual, lo que significa cierta contaminación lumínica… decidí apuntar mi SC de 127mm hacia NGC6934.

Este es el dibujo que hice a 78x:


Y aquí están mis notas:

“Con qué ganas me he quedado de observar este globular desde un lugar con menos contaminación lumínica y con un telescopio un poco mayor, ya que con mi SC de 127mm, ya en un primer momento, a 50x, se aprecia una manchita bien clara al lado de una estrella anaranjada (TYC522-2249-1), de magnitud 9,19 y clase espectral K0.

Visto que la cosa promete, utilizo mi ocular Nagler de 16mm (78x) y a medida que voy adaptando la vista a la oscuridad, la manchita se va mostrando más evidente e incluso en algún momento, mirando con vista lateral, me da la sensación típica de los globulares del crepitar de estrellas cerca del núcleo. No me atrevería a decir que es resoluble con 127mm de abertura, pero poco, poco le falta.

Su forma, aún siendo un poco redondeada, la veo algo irregular. Es decir, veo un núcleo claro y en los extremos del globular es donde aprecio zonas más marcadas que otras. Con todo, es una apreciación muy delicada.

A parte del globular en sí, me llama la atención la estrella anaranjada TYC522-2249-1, que he comentado al principio, y otras dos cercanas a la 10ª magnitud que parecen formar una línea recta que “señala” directamente a NGC6934. Una buena referencia de localización cuando los cielos no son todo lo buenos que desearíamos.

Estoy un buen rato observando y peleándome con el cúmulo globular hasta que me doy cuenta que no puedo exprimirlo más por culpa de la contaminación lumínica y decido dejarlo, no sin antes apuntarme que tengo que volver a él tan pronto pueda con unas mejores condiciones de observación.

A pesar de todas las limitaciones con que me he topado, es un globular muy asequible y agradecido para pequeños telescopios… y mucho me temo que para mayores aberturas será realmente espectacular”.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Cuando el tiempo no acompaña...

Días para preparar una noche de observación, buscando los objetos adecuados, preparando maletas y bártulos, desplazándome 200 km de ida, y 200 de vuelta. Días pensando sobre lo que voy a disfrutar observando a través de mi SC de 235mm desde cielos oscuros... afilando el lápiz, preparando el papel, poniendo a punto la cámara DBK para cazar Júpiter en todo su esplendor... para al final encontrarme sólo con esto:


Por lo menos no me ha caído ninguno encima.

Ya lo he comentado varias veces, pero no está de más volver a repetirlo: la paciencia es una de las mayores virtudes que debe tener un astrónomo aficionado.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Arco Iris Doble

Cuando apunto mi telescopio a los diferentes planetas del Sistema Solar suelo quedar impresionado observando las tonalidades azuladas/verdosas de Neptuno y Urano, los fantásticos anillos de Saturno, la atmósfera cambiante de Júpiter, el rojo marcado de Marte, las fases de Venus, el esquivo Mercurio... es el atractivo de la lejanía, de lo inalcanzable... es disfrutar de vistas de lugares donde nunca podremos llegar (hablo de mi generación). Sin embargo, aquí en nuestra Tierra, podemos ser testigos privilegiados de muchos fenómenos naturales especialmente espectaculares. Un buen ejemplo de ello lo tuve hace ya unos años, más concretamente el 4 de agosto de 2008, cuando pude ver por primera, y de momento, única vez, un bonito arco iris doble.


Cuando la luz solar incide en las gotas de agua de lluvia se produce el fenómeno de la dispersión de la luz, es decir, el haz de luz solar, después de atravesar las gotas de lluvia, debido a un proceso de refracción/reflexión/refracción, se descompone en diferentes frecuencias de luz (colores), más concretamente en rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. Gracias a ello, vemos lo que conocemos como Arco Iris. Esto es lo habitual. Lo que no es tan frecuente es poder disfrutar de un arco iris doble.

Si la luz que incide sobre la gota de agua realiza al menos dos refracciones y tres reflexiones internas es cuando se produce el fenómeno del arco iris doble. En él observamos el arco iris primario, el que podemos ver normalmente, y el secundario, que se presenta más débil que el primario y con los colores invertidos respecto a éste, tal como se puede apreciar en la fotografía que pude hacer con mi Nikon D70S... Segundos después tenía que refugiarme dentro de casa para guarecerme del chaparrón que cayó...

Actualización, 20 de enero de 2012: Contentísimo y agradecido al ver que la fotografía se ha publicado en:

http://aapod.astronomy.fm/2012-01-20_A-double-rainbow-on-the-horizon.html

Mi primer AAPOD.

sábado, 5 de noviembre de 2011

HJ3265 en NGC1778 - Doble y Cúmulo Abierto en Auriga

En la constelación de Auriga podemos encontrar tres cúmulos abiertos realmente espectaculares para cualquier tipo de telescopio: M36, M37 y M38, de visita obligada si nos planificamos una noche de observación en la que esta constelación sea la estrella.

Sin lugar a dudas, después de observarlos, si decidimos apuntar a otros cúmulos abiertos de Auriga, lo más probable es que nos dejen un poco indiferentes, o directamente defraudados. Debido a esto mi consejo es, primero observar los cúmulos abiertos menos remarcables, para finalizar la observación con los impresionantes Messier de Auriga.

La noche del 30 al 31 de octubre de 2011 decidí seguir esta estrategia, por lo que uno de los primeros objetivos de la noche fue la observación del cúmulo abierto catalogado como NGC1778.

Este cúmulo (AR: 05h 08m / Dec. +37º 01’), fue descubierto en 1787 por Friedrich Wilhelm Herschel y con una magnitud visual estimada de 7,7 y un diámetro aparente de 6’, sin ser un objeto especialmente espectacular, no deja de ser interesante de observar.

En contra de las catastróficas previsiones meteorológicas que se habían dado a lo largo de toda la semana para esta noche, el cielo se presentaba completamente despejado, el seeing estimado era de 4/5 (Siendo 5=óptimo) y, desde mi pueblo (700 habitantes) podía distinguir perfectamente la Via Láctea y un festival estelar refulgía encima de mi cabeza.

Apunté el SC de 235mm hacia NGC1778, y con el ocular de 18mm (130x) dibujé lo que veía a través de él:


El maestro José Luis Comellas en su “Guía del Firmamento” escribe acerca de NGC1778:

“Una lejana familia de estrellas débiles (cuento 20, aunque en realidad son más) encuadradas en un ámbito de 12’x 8’ formando dos núcleos que recuerdan  un 8 distorsionado: mayor y más rico el meridional. La magnitud conjunta de este cúmulo, a mi modo de ver, no pasa de 9,2, aunque por su estructura el conjunto resulta curioso. Observemos que la estrella más meridional es doble, ambas componentes de la décima magnitud, a 16” de distancia, con ángulo de posición de 320º”.

Esta descripción de Comellas la leí a posteriori de mi observación, y la pongo aquí para mostrar lo interesante que resulta comparar las observaciones de uno con las de otros aficionados. Cosas que a nosotros nos pasan por alto, a los otros les llaman la atención, y viceversa...

Estas son mis notas:

Cúmulo abierto no demasiado poblado y con las componentes bastante dispersas. Con el ocular de 25mm (94x) se distingue perfectamente, sin embargo prefiero forzar un poco más los aumentos para centrarme en él exclusivamente. En un primer vistazo destaca una doble, la HJ3265, de componentes gemelas, blanco-azuladas y con una separación cómoda y atractiva a los 130x que estoy utilizando en estos momentos. En el dibujo que he hecho quedan a la derecha.

A continuación, a la izquierda del dibujo me fijo en otra doble, la HJ3266, completamente diferente a la anterior, pero de gran belleza. La componente principal brilla tanto como las dos de HJ3265, pero su compañera es mucho más débil y se encuentra más cercana a ella. Ambas las veo de color blanquecino.

El catálogo del WDS da estos datos para ambas parejas:

05080+3703 HJ 3265AB   AP: 137º; Sep 14.8”; Mag. 10.35 / 10.26
05080+3703 HJ 3265AC   AP: 22º; Sep. 15.3”; Mag. 10.35 / 11.5

05081+3658 HJ 3266  AP: 63º; Sep. 8.6”; Mag. 9.74 / 11.1

La HJ3265 parece ser triple, pero curiosamente, no me he percatado de la tercera componente. Queda pendiente para una próxima visita.

Continuando con la observación de NGC1778, me llama la atención que en la parte superior del campo del ocular se presentan un buen número de estrellas, relativamente bastante brillantes, que contrastan de manera escandalosa con la parte inferior del ocular, donde hay una zona completamente libre de estrellas y otra donde aparece un grupito de débiles estrellitas formando una especie de círculo. Al final me queda la duda de si el cúmulo está formado por todas las estrellas que muestro en el dibujo, o si sólo se corresponde a la parte superior. Si fuera así, la forma de NGC1778 sería más bien alargada.

En conclusión, no es un cúmulo demasiado espectacular, menos para pequeños telescopios y noches afectadas de contaminación lumínica. Sin embargo, en una noche oscura y con buena abertura, NGC1778 es un cúmulo con bastantes atractivos que ofrecer.

*****************************

Aquí acabaron mis anotaciones sobre la observación de NGC1778. A continuación me puse a buscar más información de este cúmulo, primero por internet, y después por todos los libros de mi biblioteca. Quedé un poco decepcionado porqué no fui capaz de encontrar muchos datos. Sin ir más lejos, desconozco la distancia a la que se encuentra.

De todas las fuentes, la de la “Guía del Firmamento” de Comellas fue la más completa, y para mi satisfacción, como se puede comprobar más arriba, también destacó la doble HJ3265 como algo llamativo del cúmulo. Siempre me ha gustado la sensación de esta especial “comunión” con otros observadores. Saber que más gente, actualmente o en otros tiempos, ha disfrutado de las mismas vistas y ha tenido sensaciones similares a las mías me produce un sentimiento muy agradable, difícil de explicar, pero que me hace sentir “acompañado” en la noche.

Intentando identificar el nombre de la doble (Comellas no lo cita), llegué al listado del WDS y, a partir de las coordenadas que anoté consultando la zona de NGC1778 en el Starry Night, deducí que la estrella doble en cuestión, se trataba de HJ3265, tal como he mencionado antes.

El caso es que viendo los datos ofrecidos por Comellas:

Separación: 16”; AP: 320º

Y los del WDS:

Separación: 14,8”; AP: 137º

Noté que no coincidían. La diferencia de la separación no me sorprendía demasiado, era una diferencia razonable. Lo que me chocaba era el ángulo de posición.

Tratándose de dos componentes “gemelas”, supuse que la explicación lógica era que cada fuente había considerado como A a una componente diferente del sistema. Ayudado por Aladín comprobé que, efectivamente, se trataba de esto. José Luis Comellas había tomado como componente A la estrella que me queda a la izquierda en el dibujo, mientras que el WDS había considerado la otra. De ahí la diferencia de ángulo de posición.

Pero, ¿quién tenía razón?

Al tratarse de dos componentes de un brillo tan similar, la cosa no está clara, sin embargo, atendiendo a los datos que aparecen en Aladín, la componente que Comellas considera como A (BD+36 1009B), presenta una magnitud de 10,15, mientras que su compañera (HD280462), la que el WDS considera A, tiene una magnitud de 10,21.

Si tomamos estos datos como referencia, Comellas tiene razón en asignar un AP de 137º a este par.

Aprovechando la consulta, adjunto la placa de Aladín donde aparece la doble en cuestión:

Aladin

En fin, hasta el cúmulo más discreto puede presentar alicientes para disfrutar de una buena noche de observación... y de unas cuantas horas de post-observación...

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Júpiter, barcazas en la Banda Ecuatorial Norte

Llevo unos meses que no puedo observar todo lo que me gustaría, ya sea por temas personales o por imponderables meteorológicos... el tema es que el pasado 31 de octubre me encontraba en mi pueblo, disfrutando de unos cielos oscuros, con mi SC de 235mm, con una noche despejada y con muy buen seeing, calculé 4/5 (Siendo 5=óptimo). Una de esas noches que pueden contarse con los dedos de una mano a lo largo del año.

Una vez montado y alineado el telescopio, me senté ante él con las hojas de anotaciones y el lápiz... y decidí que después de tantas noches frustradas me merecía una noche tranquila de observación. Dejé todos los bártulos encima de la mesa y estuve dos horas apuntando a diversos objetos con la única intención de disfrutar de su contemplación. De entre todos ellos tan sólo destacaré dos: M42, ocupando todo el campo del ocular de 25mm (94x) y ofreciendo mil y un detalles delicados, una delicia... y M37, un conglomerado espectacular de estrellas, ocupando igualmente todo el campo, que sinceramente me dejó impresionado.

Después de estas dos horas amistosas, vi al brillante Júpiter bien alto en el cielo que parecía invitarme a echarle un vistazo. Acepté encantado, de manera que apunté el tubo hacia él y poniendo el ocular Takahashi de 7,5mm (313,13x), estuve observándolo un buen rato, y al final me decidí a dibujar lo que veía:


El año pasado fue la desaparición/atenuación de una de las bandas de Júpiter, más concretamente la Banda Ecuatorial Sur (SEB), banda que vuelve a ser perfectamente visible. Este año, Júpiter me ha ofrecido (bien, a mi y a todos los que pueden visitarlo con sus telescopios...) unas pequeñas zonas oscuras muy marcadas en la Banda Ecuatorial Norte (NEB).

Leyendo un poco por los foros de astronomía de internet supe que estas manchitas oscuras reciben el nombre de “barcazas” (“Barges”, en inglés). Este término suele utilizarse para referirse a segmentos de poco tamaño, alargados, no muy anchos y muy oscuros que suelen aparecer en los cinturones de Júpiter.

Como comentó Patricio Domínguez (Arbacia) en el foro de la Asociación Astronómica Hubble:

“Los óvalos marrones, son estructuras ciclónicas, de bajas presiones. La banda ecuatorial norte es muy activa, un área fuertemente convectiva y en ella abundan. Los óvalos marrones se suelen formar en el límite de las bandas, una zona de alta fricción atmosférica y por lo tanto son de corta vida.

Literalmente son agujeros y a través de ellos ves lo que hay debajo, en este caso las nubes inferiores más cálidas por eso en imágenes de IR térmico se ven blancas (no en el IR de la banda de absorción del metano)”.

Júpiter no deja de sorprenderme con su dinámica atmósfera.

Para rematar la observación, saqué la cámara DBK y la acoplé directamente al telescopio. Necesito practicar un poco más, sobretodo en cuestión de colores, pero creo que es bastante válida como testimonio de lo que pude observar la magnífica noche del 30 al 31 de octubre: