Se trataba de NGC936, pero en realidad es una peculiar galaxia que se encuentra a unos 50 millones de años luz de distancia en la constelación de Cetus y que podemos ver inclinada hacia nosotros en un ángulo de unos 40º.
Es ciertamente asequible visualmente, ya que se muestra con una magnitud visual de 10,2.
Pertenece a la nube de galaxias de Cetus-Aries y se está alejando de nosotros a una velocidad de 1.430 km/s. Ocupa en el cielo 5,7’ x 4,6’ y físicamente se extiende a lo largo de aproximadamente 90.000 años luz.
Estoy tan acostumbrado a escribir esta serie de datos cada vez que preparo las notas de observación de una galaxia que a menudo, ya no me planteo lo que significan, pero de vez en cuando hago un pequeño alto y me pongo a pensar en ellos.
Y uno de estos momentos me ha venido cuando estaba escribiendo que el diámetro de esta galaxia se extiende a lo largo de 90.000 años luz. ¿Nos podemos llegar a imaginar que para recorrer NGC936 de una punta a la otra, yendo a la velocidad de la luz, tardaríamos la friolera de 90.000 años? Y estamos hablando de algo que nosotros percibimos como una diminuta manchita blanquecina.
Según recientes estudios, esta galaxia presenta casi exclusivamente estrellas que se encuentran bastante evolucionadas, no pudiéndose percibir ninguna zona donde aparezcan estrellas de reciente formación.
La noche del 24 de diciembre de 2014 decidí echarle un vistazo, pero parece que siempre tenga que haber alguna cosa que no permita tener una noche de observación perfecta.
La turbulencia atmosférica era bastante estable, le asigné 4/5 (Siendo 5=óptima), no se veía ninguna nube, cielos oscuros, mi SC de 235mm, sin Luna… pero con una humedad bestial que cuando quise darme cuenta, me dejó el telescopio empañado; y no contento con esto, a los vecinos (que prácticamente nunca lo hacen), les dio por encender esa noche la chimenea y, curiosamente, todo el humo que expulsaba iba a parar encima de mi cabeza.
Peleándome con los imponderables apunto el telescopio hacia NGC936. La percibo ya desde un primer momento y empiezo a cambiar oculares para decidir con qué aumento me quedo para hacer el dibujo. Finalmente opto por el Nagler de 16mm que me proporciona unos confortables146x:
El campo donde se encuentra situada la galaxia no es especialmente rico, pero si desplazo un poco NGC936, puedo incluir en el campo de visión a cuatro estrellas que brillan con una magnitud que va de la 9,2 a la 11,0 que forman una especie de cucharón. Lo que, al final, permite obtener un panorama que con la curiosa disposición de estas estrellas y la presencia de la galaxia, lo hacen bastante atractivo.
Como he comentado, NGC936 ya se ve a bajos aumentos, pero también es cierto que para poder percibirla bien es necesario adecuar la vista a la oscuridad. No es demasiado grande, ni excesivamente brillante, pero si lo suficiente como para no tener que sufrir con ella.
Veo un núcleo muy marcado envuelto por un pequeño halo tenue de forma ovalada, bastante más estrecho que largo.
Al leer que se trata de una galaxia barrada me concentro un poco para ver si soy capaz de notarla como a tal, pero por más que lo intento, no tengo éxito.
Quedo un poco con la mosca tras la oreja, ya que me queda la duda de qué ocurriría si no estuviera asfixiándome con el humo de la chimenea del vecino… Al final decido dejarlo para otra ocasión.
Con todo acabo satisfecho con lo visto. NGC936 es una galaxia asequible que puede darnos realmente mucho juego.
Y después de mi experiencia a pie de telescopio, decido buscar alguna imagen que pueda mostrármela en todo su esplendor, y lo que me encuentro es con una espectacular fotografía del European Southern Observatory (ESO) en Cerro Paranal en Chile y una anécdota:
Credit: ESO |
NGC936 es conocida también como “Darth Vader’s Starfighter”, haciendo referencia a las naves de combate del Imperio en la saga de “La Guerra de las Galaxias”. Lástima que en visual no pueda apreciarse tal cual como se ve en la foto, realmente se convertiría en uno de los objetos más curiosos del cielo.