Carta generada con Cartes du Ciel |
Ha habido veces que lo he visto como una simple manchita redondeada y difusa, sin poder resolverlo; otras lo he podido resolver, pero sin poder percibirlo en todo su esplendor por culpa de las luces urbanas; y bajo condiciones óptimas he sido testigo de una bacanal estelar explotando en mi retina. Pero lo que no había notado tan claramente hasta esta noche de mayo, era lo que el maestro Comellas en su libro “Catálogo Messier”, describía como “patas de araña”.
Supongo que la presencia de la Luna, paradójicamente, ha amortiguado el brillo de las estrellas periféricas más débiles ofreciéndome esas patas arácnidas de una manera más evidente de lo que podía percibir en otras ocasiones.
No siempre me atrevo a dibujar lo que veo, especialmente en el caso de los globulares brillantes y ricos, pero ante la excepcionalidad de la observación, decidí intentarlo.
No suelo hacerlo, pero esta vez me vi obligado a romper tres dibujos que había empezado. No me acababa de convencer tal como quedaban, alejados de la impresión que tenía por el ocular. Finalmente, sin estar del todo satisfecho, decidí dar por buena esta versión:
Era impresionante, cuatro brazos estelares que emanan de un núcleo brillante, extenso y perfectamente resoluble. Una de las vistas más bellas y emotivas que podemos ver con nuestros telescopios.