Qué lástima no disfrutar de cielos más oscuros a la hora de observar este tipo de cometas… aunque, bien mirado, sólo que tuviera un pelo más de contaminación lumínica, no lo hubiera visto ni de casualidad.
La noche del 23 de julio de 2009 apunté a Zeta Cygni, y a partir de ella fui moviendo el telescopio hacia donde, según los datos, debería estar el cometa… y no vi absolutamente nada. Entré en el Starry Night, localicé el cometa, anoté una serie de estrellas de referencia y la posición exacta de donde se encuentra y volví al telescopio. Localicé el campo… localicé el sitio donde debía estar… y, efectivamente, allí estaba: una machita blancuzca, redondeada, que si no fuera que sé lo que estoy buscando, me hubiera pasado perfectamente desapercibida.
Este es el dibujo que hice. Sólo una salvedad: el cometa no lo veía tan claro, sino mucho más difuso y débil. El problema es que a la hora de pasarlo por el Photoshop… desaparecía (igualito que la vida misma) y para que se vea he tenido que resaltarlo más de lo que hubiera debido:
Nada espectacular, pero el hecho de poderlo ver, ya es para mí una buena recompensa. Después de observarlo un rato más, me despedí de él… no creo que tenga más ocasiones de verlo.
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