Muchas veces he reflexionado sobre el hecho que la observación astronómica me permite entrar en comunión con personas que mucho antes que yo dirigieron su mirada hacia arriba y se maravillaron en su momento, tal como me maravillo yo actualmente, de los fenómenos que pueden disfrutarse del cielo.
En relación a estas reflexiones, me ha llamado mucho la atención descubrir que alrededor del año 300 antes de Cristo, en la China, un astrónomo de la época creó un rollo de seda de 1,5m. de largo en el que dibujó 29 tipos de cometas... y sus correspondientes tipos de catástrofes que anunciaban cada uno de ellos... No debemos olvidar el contexto social de la época, en que astronomía y astrología iban a menudo de la mano, ni tampoco menospreciar la importancia del dibujo astronómico:
Y todo esto lo comento porque repasando mis notas de observación, me he reencontrado con las que tomé en octubre de 2007 referentes al cometa Holmes 17P.
Juan Antonio Henríquez Santana desde Tenerife, la noche del 23 al 24 de octubre de 2007 detectó un incremento espectacular de brillo de este cometa que, de una magnitud estimada de 17, pasó en cuestión de horas, a una magnitud de 2,5.
Este hilo del foro de la Asociación Astronómica Hubble es una excelente fuente de información sobre lo que supuso este acontecimiento:
http://www.asociacionhubble.org/portal/index.php?option=com_jfusion&Itemid=32&jfile=viewtopic.php&f=4&t=18442
La noche del 27 de octubre, cuando ya había acabado mi sesión de observación de dobles en Cassiopeia desconecté el telescopio. Pero recordando el hilo del foro me dije: “Va, ya que lo tengo todo montado, voy a probar de echarle un vistazo”. Volví a conectarlo todo, y dirigí el telescopio hacia las coordenadas en las que debía encontrarse el cometa.
Sin demasiadas expectativas (la Luna brillaba al 95%) con el ocular de 25mm (50x) vi una cosa que no había visto nunca en mi vida y que me dejó alucinado: Un puntito brillante envuelto en una corona más oscura, y ella misma, envuelta por otra más difusa. El puntito, que era el cometa propiamente dicho, no quedaba concéntrico, sino que estaba un poco desplazado hacia la derecha.
Este es el dibujo que hice, y a continuación, muestro la fotografía que dentro de mis limitaciones, saqué del espectáculo:
El 29 de octubre de 2007 volví a fotografiarlo, e hice una modesta comparativa de la evolución de su tamaño, pero que permite comprobar la espectacularidad del fenómeno:
La noche del 6 de noviembre de 2007 el Holmes 17P me proporcionó una de sus vistas más memorables. Iba perdiendo brillo, pero su proximidad a Mirfak (Perseus) me permitió regalarme una de las mejores noches que he disfrutado al pie de mi querido telescopio. Hasta yo, que queda claro que la fotografía astronómica no es lo mío, me atreví a inmortalizarlo con mi Nikon D70S y el teleobjetivo de 55-200mm:
Una de las últimas noches que tuve contacto con este cometa fue la del 11 de noviembre de 2007, en la que quise hacer un dibujo de lo que veía del cometa con el mismo aumento que el que hice la primera noche. El resultado fue espectacular:
¿Quién dice que el cielo es inmutable?
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exelenteeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarGracias por el comentario.
ResponderEliminarRealmente, la observación de este cometa la guardo como una de mis mejores experiencias astronómicas.
Quedé muy impresionado delante de la expectacularidad del estallido y de su evolución. Un muy grato recuerdo.
Saludos