En 1788 Friedrich Wilhelm Herschel descubrió un cúmulo abierto en la constelación de Auriga que hoy podemos encontrar catalogado de varias maneras: Cr 116, Mel 51, OCL 446, Lund 259, H VIII-71, GC 1451S… pero tal vez lo más común sea verlo etiquetado como NGC2281.
Situado a unos 1.800 años luz de distancia se extiende a lo largo de 25’ y brilla con una magnitud conjunta estimada de 5,4. Con esta extensión y este brillo resulta bastante asequible a unos prismáticos desde un cielo relativamente oscuro, aunque si no disponemos de unos binoculares grandes aparecerá como una manchita difusa.
Aunque no se esté en la parte de la constelación más reconocible (donde podemos localizar a M36, M37 y M38), no resulta difícil encontrar este cúmulo abierto gracias a las referencias que nos facilitan las estrellas Psi2 a Psi7 Aurigae, que brillan todas alrededor de la magnitud 5. Estas cartas nos servirán de gran ayuda a la hora de buscar NGC2281 si no disponemos de “goto” en el telescopio o queremos intentarlo con unos prismáticos:
Cartas generadas con Cartes du Ciel |
La noche del 18 de abril de 2013, observando con cierta contaminación lumínica desde mi lugar de observación habitual, un “seeing” estimado de 4/5 (Siendo 5=óptimo), sin nubes en el cielo, algo de humedad y una Luna brillando en el 53% de su superficie, apunté mi SC de 127mm hacia NGC2281.
Lo primero que pensé cuando puse el ojo en el ocular de 25mm (50x) fue: “Menos mal, un cúmulo asequible”; y lo segundo fue: “Qué lástima no poder verlo desde unos cielos más oscuros”. Lamentablemente este pensamiento me viene a la cabeza cada vez que observo desde casa, pero ha llegado un punto en que o aprendo a vivir con ello o dejo la observación astronómica para los días (pocos) en los que pueda desplazarme a lugares sin contaminación lumínica.
Decido utilizar el Nagler de 16mm que me ofrece el mismo campo de visión que el plossl de 25mm, pero con más aumento, 78,13x frente los 50x, y la vista del cúmulo mejora. Este es el dibujo que hice:
Puedo percibir de manera cómoda media docena de estrellas blanco-azuladas que brillan alrededor de las magnitudes 8-9, y lo mejor un buen número de estrellas más débiles que se extienden por todo el campo del ocular. La densidad estelar del cúmulo, sin ser exagerada, sí que es bastante elevada.
Pero lo que más me ha gustado de NGC2281 ha sido el rombo estelar central que de hecho, es lo primero que llama la atención al poner el ojo en el ocular. De las cuatro estrellas que forman este rombo destaca la TYC2945-1286-1 que corresponde a la estrella principal del sistema catalogado como A 2359 y H2 71. En el WDS aparecen los siguientes datos:
Si logramos abstraernos del asterismo romboide, vamos a disfrutar de un sistema múltiple muy atractivo.
Aunque esta noche no he sido capaz de desdoblar las componentes AB, sí he podido distinguir sin ningún problema D y contemplar unas delicadas C y E. Aquí las identifico todas:
Un poco alejada del cúmulo, pero aún dentro del campo del ocular (aunque en el dibujo quede fuera del círculo de referencia, arriba a la izquierda), destaca una estrella entre amarillenta y anaranjada que con una clase espectral K1 Ia, brilla con una generosa magnitud 7,25. Más tarde veo que se trata de HIP32623.
Para acabar, una guinda para el pastel. Hacia las 21h 50m T.U. un satélite artificial ha pasado junto a NGC 2281.
En definitiva, un cúmulo apto para lugares con cierta contaminación lumínica, pero que seguro gana mucho si es observado desde lugares oscuros. Yo por mi parte me lo dejo pendiente para una ocasión con condiciones de observación más favorables. Sin duda, vale la pena echarle un vistazo si estamos por los dominios de Auriga.
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