Normalmente durante la Semana Santa no hago demasiados planes a la hora de observar a través del telescopio, más que nada porqué coincide con la primera Luna llena de la primavera. Pero claro, una cosa es no tener demasiadas expectativas y la otra es que no haya podido sacar el telescopio ni una noche por culpa de las nubes y/o el viento.
Lo único que he podido hacer estos días ha sido jugar un poco al gato y al ratón con la Luna. La noche del 29 de marzo de 2013, tan sólo pude verla salir y ante mi frustración, comprobar como rápidamente desaparecía entre las nubes:
Al final sólo quedó un resplandor impotente:
Aunque la Luna continuaba luchando para abrirse paso entre las nubes:
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