La noche del 11 de mayo de 2012, con mi SC de 127mm montado y preparado para pasar un buen rato de observación, recordé haber leído en el libro de Sue French “Deep-Sky Wonders” un artículo donde recomendaba la observación de un asterismo curioso conocido como Markov 1 (Markov J1757.2+2929).
El asterismo en cuestión se encuentra situado en la constelación de Hércules, más concretamente en las siguientes coordenadas:
AR: 17h 57m
Dec: +29º 29’
Hacia allí dirigí el tubo y pude comprobar que era factible disfrutar un buen rato de este bonito grupo de estrellas a pesar de la contaminación lumínica. Cogí la linterna roja, lápiz y papel y dibujé lo que veía a través del ocular Nagler de 16mm (78,13x):
Paul Markov reparó en este conjunto estelar al recordarle la disposición de las estrellas que forman el famoso asterismo de la “Tetera” en Sagittarius. Por mi parte no fui capaz de relacionarlo de esta manera, supongo que debido a la configuración óptica de mi Schmidt-Cassegrain, sin embargo, para ser sincero, no me importó demasiado, ya que estéticamente es muy atractivo sin tener que hacer ningún tipo de comparación.
Ideal para pequeños telescopios se localiza fácilmente gracias a encontrarse a unos 19’ de la brillante Xi Herculis (mag. 3,7), estrella que destaca en un primer momento gracias a su potente brillo y a su color amarillento.
Buscando un poco de información relativa a esta estrella (por si tenía alguna particularidad curiosa), me encuentro que está catalogada como variable pulsante semi-regular por la AAVSO bajo la denominación de ksi Her. Tiene un período de 120,8 días y su variación de brillo es casi inapreciable.
http://www.aavso.org/vsp |
También veo que no hay unanimidad a la hora de asignarle una clase espectral. Por un lado, la ficha de la AAVSO señala KOIII, mientras que la base de datos de Simbad apunta G8III, y el programa Starry Night G5III.
Todo esto me desconcierta un poco, y como no tengo los suficientes conocimientos como para decidir con qué datos me quedo, al final me contento con ver que Xi Herculis (ó 92 Herculis, ó ksi Her, como se prefiera), representa un punto de referencia ideal para localizar el asterismo Markov 1, que a fin de cuentas, es mi principal objetivo.
De todas maneras, no nos engañemos, Xi Herculis acapara nada más poner el ojo en el ocular toda mi atención. Es extremadamente más brillante que todas las estrellas que coinciden con ella en el campo del ocular, pero también tengo que decir que pasados unos instantes, la escena cambia radicalmente de protagonista. La curiosa disposición de las estrellas más débiles gana en presencia al fulgor de Xi Herculis.
Mientras continúo observando, no puedo evitar subdividir en subgrupos las estrellas que forman el asterismo.
Por un lado, una tríada estelar con componentes que brillan alrededor de la magnitud 8,5; dos de ellas azuladas, la otra amarillenta y las tres acompañadas por un débil puntito, que más tarde veo que se trata de una estrellita de magnitud 11,4.
Y por otro lado, las 6 estrellas que quedan un poco más alejadas de Xi Herculis y que, según mi opinión, es lo que permite a esta zona convertirse en un rincón de cielo realmente peculiar.
A todas las percibo con tonalidades blanco-azuladas, dos de ellas formando una doble típica, tres marcando una línea recta y la última, un poco aislada, pero que parece coronar el conjunto. Las magnitudes de todas ellas abarcan de la 10,3 a la 8,9.
No sabría explicar exactamente el porqué –recientemente he acabado de leer la trilogía de Santiago Posteguillo: “Africanus. El hijo del Cónsul”, “Las legiones malditas” y “La traición de Roma- pero es posible que el subconsciente me haya condicionado un poco y este grupo de 6 estrellas me recuerda una trirreme romana.
Buscando en el WDS, he visto que la doble típica en cuestión que he comentado, está catalogada como D 17:
17567+2929 D17 AP: 130º; Sep. 24.2”; Mag. 9.89 / 10.29; Clase espectral: F0
Esta foto la hice en 2006 con el SC de 127mm y la Nikon D70S, cuando todavía no tenía la sana costumbre de tomar notas de todo lo que observaba…:
En conclusión, dejando de lado cualquier otra consideración, lo que es cierto es que estamos delante de un asterismo que ofrece muchos atractivos, siendo muy remarcable estéticamente. Y lo mejor, ideal para pequeños telescopios y distinguible incluso con cierta contaminación lumínica.
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