Situada a unos 8 millones de años luz de distancia, NGC2403 se encuentra en la constelación de Camelopardalis y es una galaxia espiral realmente asequible y espectacular.
Descubierta por William Herschel en 1788, se ha llegado a poder observar en ella la explosión de dos supernovas.
La noche del 6 de diciembre de 2009, con unas condiciones de observación óptimas tanto en lo que se refiere a calidad de la noche como en contaminación lumínica, pude observarla y dibujarla:
El mundo es un pañuelo: pongo el ocular de 18mm (69x) para observar esta galaxia, y lo primero que veo es pasar a toda pastilla un avión por el campo del ocular con las luces intermitentes a plena potencia. Lo quiero hacer expresamente y no hay manera de conseguirlo...
En fin, corro un tupido velo y me vuelvo a concentrar en mi objetivo original. A pesar de las buenas condiciones de la noche, en seguida compruebo que tendré que hacer algún esfuerzo más del esperado para poder observar NGC2403.
En un primer vistazo noto como una “presencia” fantasmagórica que envuelve las dos estrellas del centro del ocular (TYC4120-1000-1, magnitud 9,9 y TYC4120-7641-1, magnitud 10,3).
Muevo un poco el telescopio y, efectivamente, noto que hay alguna cosa... al cabo de unos instantes, con el ojo mejor adaptado a la oscuridad y mirando de reojo, puedo apreciar perfectamente una galaxia de forma redondeada (tal vez un poco ovalada), extensa, aunque ténue.
Su brillo es bastante uniforme, aunque fijándome un poco, parece que percibo más intensidad, mirando de reojo, en la zona que se encuentra entre las dos estrellas que he comentado anteriormente.
En cierta manera, si no fuera porqué sé que estoy viendo una galaxia, me sugeriría en cierta forma una nebulosa de reflexión, ya que la presencia de estas dos estrellas en primer plano, así lo podría hacer creer.
Sea como sea, una galaxia que, como todas, prefiere cielos oscuros, pero que es perfectamente asequible a pequeños telescopios.
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