Cuando me compré mi primer telescopio, el Celestron Nexstar 5i, después de familiarizarme un poco con su montaje y funcionamiento, me dediqué a observar todo lo que se ponía por delante. Fueron pequeñas maratones observacionales de las que no guardo, lamentablemente, ninguna anotación ni dibujo. Por suerte, más tarde me daría cuenta de los grandes beneficios que reporta llevar un cuaderno de observación al día.
El caso es que reparé que en el menú del sistema “goto” del telescopio aparecía un apartado de estrellas dobles. Por aquel entonces (finales de 2003... cómo pasa el tiempo), no era consciente de lo mucho que se puede disfrutar observando, midiendo, analizando... estrellas dobles. Ni tan siquiera había visto ninguna, así que por curiosidad, seleccioné una, no recuerdo cual, y apunté el telescopio hacia ella. Me quedé un buen rato embobado observando dos puntitos gemelos amarillentos que prácticamente se tocaban. Me emocioné imaginándome vivir en un planeta que orbitara alguna de esas dos estrellas, y sin saberlo, me quedé definitivamente enganchado al fascinante campo de observación de estrellas dobles.
Al cabo de unos días leí que uno de los atractivos de observar estrellas dobles era el contraste cromático que ofrecían sus componentes, y un buen ejemplo de ello era la Gamma Andromedae (Almach), así que en la primera oportunidad que tuve me dispuse a observarla. Lo que vi por el ocular me dejó impresionado por su delicada belleza. Estuve un buen rato con el ojo pegado al ocular sin cansarme de observarla, y desde esa noche, Almach se convirtió en mi estrella doble preferida.
De esta manera, cuando me compré mi primera cámara para fotografiar el cielo, una sencilla Celestron Neximage, decidí intentar inmortalizar Almach con ella. Y el resultado fue una de las fotos más entrañables que he llegado a hacer con esta cámara:
Pero bueno, intentemos ir de forma un poco ordenada. Esta estrella doble es conocida por varios nombres: Gamma Andromedae, Almach, Alamak, 57 And, STF205, HIP9640, WDS 02039+4220A, ADS1630 y alguno más que me dejo. Se encuentra en la constelación de Andrómeda y está situada a unos 350 años luz de distancia.
Encontrarla en el cielo es muy sencillo, tan sólo hay que localizar el asterismo cuadrado que forma la constelación de Pegasus. Uno de sus extremos corresponde a la estrella Alpheraz, la Alpha And, perteneciente ya a Andrómeda y que también es conocida por el nombre de Sirrah. A partir de ella saltamos linealmente hasta Delta And, a continuación hasta Mirak para finalmente alcanzar Almach, que es la más meridional de la fila principal de estrellas brillantes de Andrómeda:
Esta estrella es conocida desde la antigüedad, pero no se descubrió que era doble hasta que pudo observarla como tal Johann Tobias Mayer en 1777. En 1842, Otto Struve descubrió que la componente B tenía una compañera propia, y más tarde, entre 1957 y 1959, se pudo comprobar que B era una doble espectroscópica, con lo que realmente nos encontramos ante un sistema cuádruple.
La componente principal es una gigante que presenta una clase espectral K3IIb, es decir, un bonito color amarillento-anaranjado. Cuando la veamos podemos recordar que tiene un diámetro 160 veces más grande que nuestro Sol, siendo unas 2.000 veces más luminoso.
La componente B tiene una clase espectral B8V, un bonito azul que contrasta fenomenalmente con el color de la principal. Su compañera (mag. 6,3), situada muy próxima a ella presenta una clase espectral A0V y se encuentra separada a una distancia imposible para mi de 0,4”. Su órbita se completa en tan sólo 2,67 días, mientras que el sistema A-BC lo hace en 63,7 años.
Pero llegados a este punto me gustaría comentar que, aunque todos estos datos son muy interesantes, necesarios y de gran utilidad... lo que realmente vale la pena de esta doble, por lo menos para los astrónomos aficionados que queremos disfrutar de una buena observación a través del telescopio, es observarla visualmente.
Una de las muchas veces que disfruté de ella fue la noche del 27 de septiembre de 2008 con mi SC de 127mm. La noche se presentó con bastante turbulencia y frío, empecé la observación en mangas de camisa y la terminé con un abrigo puesto.
Y éstas fueron las notas que tomé:
“A 50x ya puedo desdoblarla y disfrutar de una principal dorada exultante y una secundaria azulada. Muy delicada. Pongo los 69x y la separación aumenta, cosa que permite apreciar un poco mejor el color de la secundaria al no verse tan afectada por el brillo de la principal. De todas maneras, personalmente, me gusta más a 50x. Esta noche, por culpa del mal seeing, ya no vale la pena ponerle más aumentos.
Es preferible utilizar el ocular de menor aumento que permita su separación. Cuanto más aumentos se fuercen se notará peor el contraste de colores entre las componentes. Es aconsejable para percibir bien los colores es evitar quedar mirando fijamente la doble. Mejor dar rápidos vistazos para no saturar nuestra vista con el brillo de la componente principal”.
Gamma Andromedae no es de aquellas estrellas que puede pensarse, con verla una vez ya es suficiente... no. Cada vez que la visito vuelvo a sentir la misma sensación de fascinación que me provocó la primera vez que la vi.
Y lo mejor es que es apta tanto para telescopios pequeños como grandes. Para prueba la fotografía que saqué el pasado 4 de diciembre de 2011 con el SC de 235mm y la DBK a foco primario:
Poca cosa pude hacer ese día por culpa de las nubes, el viento... y el brillo de la Luna, sin embargo, Almach nunca decepciona.
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Muy buena narración, me encanta la emoción que transmite. La apunto en mi lista para cuando tenga en mí poder el telescopio que tengo en mente.
ResponderEliminarUn saludo.
Elías.
Gracias Elías por pasarte y dejar tu comentario. Seguro que cuando puedas observarla a través de tu telescopio no te va a defraudar en absoluto.
ResponderEliminarSaludos
Un relato muy interesante y una página de referencia para un iniciado como yo.
ResponderEliminarGracias por mostrarme este trocito del cosmos tan interesante.
En cuanto tenga la oportunidad apuntaré hacia allí. No lo dudes.
Saludos.
Gracias por pasarte Tajeiro. Cuando se empieza con una afición, lo normal es que los primeros pasos cuesten, pero ya verás como dentro de unos meses dominarás perfectamente tu telescopio, sabrás qué objetos son los más adecuados para observar a través de él y sabrás valorar la calidad de la noche en cuanto turbulencias atmosféricas y/o afectación de la contaminación lumínica para ver cómo te influye en la observación.
ResponderEliminarY otro consejo, en cuanto ya te sientas un poco seguro moviéndote por el cielo, ve tomando notas y haciendo algún dibujo/croquis de lo que ves, ya verás como te ayuda a ser mejor observador, a parte de conseguir un pequeño recuerdo de estas primeras noches a pie de telescopio que con el tiempo, verás que, aunque ahora no te lo parezca, son las mejores :)
Saludos.
Gracias por contar sobre Almach, soy nueva en esto a si que te agradesco por contar lo que sabes de Almach realmente es interesante ya veras que encuanto tenga un telescopio la buscare
ResponderEliminarSaludos :3
Gracias por el comentario. Si te gusta la astronomía es cuestión de ir creciendo poco a poco con la afición. No es imprescindible tener un telescopio para disfrutar de ella, eso sí, cuando lo tengas, verás las satisfacciones que te va a dar.
EliminarY siempre puedes acercarte a alguna asociación astronómica que tengas cerca para acompañarles a alguna salida y mirar por uno.
Saludos.
Óscar