La noche del 22 de marzo de 2019 después de cenar, decidí regalarme un momento con el SC de 127mm. La zona de Orión se encuentra estas semanas justo enfrente de mi balcón, y la presencia de Sirius añade cierta dignidad al castigado cielo de Barcelona.
Así que decidí echarle un rápido vistazo a la Nebulosa de Orión, que sin llegar ni de lejos a la espectacularidad que muestra desde cielos oscuros, por lo menos mostraba bien las zonas más brillantes que se encuentran alrededor del trapecio. La vista era muy similar a lo que ya dibujé en su día:
https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2015/01/m42-desde-la-ciudad-de-barcelona.html
Pero poco más se puede hacer. Así que fui en busca de otro reto que hace tiempo que persigo, que no es otro que cazar en visual a Sirius B.
Estuve un buen rato con ella. Forzando aumentos, disminuyéndolos, poniendo y sacando filtros, fotografiándola con la Nikon D5100… y después de media hora, me di por vencido. Esta vez tampoco habré desdoblado Sirius con el SC de 127mm.
Un sentimiento de frustración empezaba a apoderarse de mí. Recordaba las noches de observación desde cielos oscuros, donde apuntases el objeto donde apuntases, podías disfrutar de verdaderas maravillas a través del ocular y ahora me veía con la misma ilusión de practicar la afición, pero con las manos atadas por la contaminación lumínica de la ciudad.
Ya me había medio resignado y empezaba a recoger cuando me vino a la memoria la Nebulosa del Esquimal (NGC2392) que se encuentra en Gemini y que tantas alegrías me ha dado a través de los años. Decidí darme una última oportunidad y apunté hacia ella.
No llego a explicarme lo bien que puede llegar a verse esta planetaria desde un lugar con tanta contaminación lumínica. Y si no fuera suficiente su sola presencia, se ve acompañada por HIP36370, una estrella de magnitud 8,2 y clase espectral F5 III que permite ajustar el enfoque a la perfección.
Localicé la zona con el ocular de 25mm (50x) y ya pude distinguirla sin ningún problema, y además, el número de estrellas que aparecen en el campo del ocular (1º), es excepcionalmente generoso teniendo en cuenta lo que me suelen ofrecer los cielos de Barcelona.
Al cabo de un rato, me centro en la planetaria y cambio el ocular por el Takahashi 7,5mm LE (166x). Tengo que pagar el peaje de ver disminuidas las estrellas que puedo percibir, pero por el contrario, NGC2392 gana un merecido protagonismo. Decido hacer el dibujo con estos aumentos:
El núcleo aparece bien marcado y definido. Se encuentra rodeado por un halo redondeado y difuso. Aunque no puedo apreciar mayor detalle en ella, no puedo evitar pensar que es realmente bonita. Y si además tomo conciencia de lo que estoy viendo realmente, reconozco que al final terminé dibujando una sonrisa en mi boca.
Añado el filtro UHC-S que me permite verla un poco más contrastada, aunque pierdo las dos estrellas más débiles que aparecían en el campo (18’).
Estoy un buen rato con el ojo pegado al ocular. Pocos objetos como esta planetaria pueden darnos tantas satisfacciones observando desde ciudad.
Mis otras experiencias con NGC2392:
https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2011/01/ngc2392-nebulosa-del-esquimal-en-gemini.html
https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2018/02/ngc2392-la-nebulosa-del-esquimal-en.html
https://laorilladelcosmos.blogspot.com/2018/03/fotografia-de-ngc2392-la-nebulosa-del.html
Excelente articulo, me alegra mucho haber encontrado este blog que me permite aprender algo mas de astronomía.
ResponderEliminarGracias. Lo bonito es compartir experiencias entre los aficionados :)
EliminarSaludos.
Óscar