M8 fue uno de los primeros objetos que plasmé en papel allá por agosto de 2007… ¡ya hace más de diez años!
Viendo el dibujo que hice y releyendo las notas que tomé observándola con mi SC de 127mm, comparándolas con mi última visita a esta nebulosa, el 14 de agosto de 2017, con mi SC de 235mm, no puedo por menos que entender la fiebre delirante de abertura que a menudo nos afecta a los aficionados.
Aunque el telescopio de 5’ me ha dado muchas satisfacciones y me las sigue dando, tengo que reconocer que para objetos de cielo profundo nebulosos, el 9,25’ resulta un mundo nuevo. Y lo más preocupante es que me planteo si no sería buena idea empezar a ahorrar para comprar algo más grande…
El cúmulo abierto (NGC6530) es extenso, rico, sin estrellas excesivamente brillantes, salvo alguna excepción remarcable, pero si lo suficiente marcadas como para ofrecer un bonito y estético grupo estelar. La otra cuestión es saber qué componentes son realmente integrantes del cúmulo y cuáles están superpuestas. Aunque como siempre digo, a nivel visual estas consideraciones pueden dejarse relegadas a un segundo plano.
A medida que adapto la vista, a estas estrellas más brillantes se van añadiendo componentes más débiles y delicadas que con paciencia veo que aparecen poco a poco ante mí. Y no sólo eso. Con el ojo acostumbrado a la oscuridad, empiezo a percibir la nebulosidad que envuelve al cúmulo. Especialmente, alrededor de las estrellas más brillantes.
Pero no es hasta que pongo el filtro UHC que no contemplo en toda su plenitud a este magnífico cúmulo asociado a nebulosa. Es fantástico. La nebulosidad más evidente no se encuentra encima del corazón del cúmulo, si no alrededor de 9 Sgr. Y justo al lado puedo ver sin ningún problema la estructura que se conoce como nebulosa del Reloj de Arena (Hourglass Nebula), con una intensa actividad de formación estelar donde han sido identificados cuatro objetos Herbig-Haro: HH867, HH868, HH869 y HH870.
Después de un buen rato observando y dibujando cambio el filtro UHC por el OIII, y aparecen por todo el ocular delicadas zonas de nebulosidad que acompañan a las más evidentes que he descrito anteriormente.
Con la vista acostumbrada perfectamente a la oscuridad y el uso de los filtros, me quedo un buen rato embobado disfrutando de este panorama que es imposible que deje a nadie indiferente.
Y es que a parte de la belleza que podemos contemplar cuando apuntamos a esta nebulosa con nuestros telescopios, saber lo que se está gestando en esta parte del Cosmos sirve para aumentar lo gratificante que es su observación.
Crédito: ESO |
Carta Generada con Cartes du Ciel |
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