La mayoría de veces la visión de la galaxia mejora considerablemente y me ofrece bastantes más detalles, pero en otras ocasiones, lo único que cambia sustancialmente es el tamaño que muestran en el ocular.
Y esto es más o menos lo que me ha pasado con M58.
El 2 de abril de 2011 pude disfrutar y dibujar esta asequible espiral barrada (http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2011/07/m58-galaxia-en-virgo.html) y realmente quedé satisfecho con la experiencia. Pero posteriormente, buscando información acerca de M58 pude ver algunas fotografías de ella donde parecía que con una mayor abertura sería posible sacarle más partido a la observación.
NOAO/AURA/NSF |
Con esta esperanza, el 8 de mayo de 2015, desde unos cielos oscuros, apunté el SC de 235mm hacia ella. Era el primer objeto que observaba esa noche y a lo mejor no tenía la vista lo suficientemente bien adaptada a la oscuridad, o puede que todavía no fuera noche cerrada, o puede que los cielos de mi pueblo no sean ya tan buenos como lo eran hace unos años, no sé.
El caso es que tuve que dedicarle más tiempo del esperado hasta que llegó el momento en que vi que ya no podía sacarle más jugo, momento en que quedé algo decepcionado viendo que poco más me había ofrecido comparado con la vez que la observé con el SC de 127mm.
El campo estelar donde se encuentra enmarcada no puede considerarse demasiado espectacular. Destaca con fuerza la TYC878-506-1, situada en la parte superior del dibujo, de magnitud 8 y una buena referencia para situar a la galaxia. Y de entre el resto de componentes, considerablemente más débiles, tan sólo mantiene cierta relevancia la amarillenta HIP61630, de magnitud 11 y que se muestra en la parte inferior.
M58 presenta un núcleo extremadamente compacto y brillante, y de manera curiosa, esto representó un pequeño problema a la hora de percibir bien el halo que lo envuelve.
A medida que voy adaptando mejor la vista el halo se muestra cada vez más marcado, hasta que su forma ovalada se aprecia perfectamente, sin embargo, cuando mi atención vuelve a centrarse en el núcleo, el halo disminuye drásticamente su extensión.
Al final, utilizando visión lateral e intentando extraerme del brillo del núcleo he podido percibir el halo en toda su extensión y de manera más cómoda.
Esta experiencia, muy semejante a la que se tiene con algunas nebulosas planetarias (como la Blinking Planetary – NGC6826), es la primera vez que me ocurre con una galaxia.
Soy incapaz de distinguir ningún detalle interior en la galaxia, salvo alguna zona más clara o más oscura que otra, pero nada de barras, ni brazos, ni ninguna peculiaridad especial. En definitiva, parecido a lo que vi con el SC de 127mm, pero con mayor aumento.
Charles Messier descubrió esta galaxia el 15 de abril de 1779 mientras estaba realizando el seguimiento de un cometa y la catalogó como M58.
Con un diámetro de 107.000 años luz, esta espiral barrada de tipo SBc se encuentra a unos 62,5 millones de años luz y pertenece al cúmulo galáctico de Virgo.
M58 es una galaxia realmente asequible, gracias a un diámetro aparente de 5,9’ x 4,7’ y una magnitud visual de 9,6 y resulta muy agradecida con cualquier telescopio, siempre y cuando la observemos desde unos cielos razonablemente oscuros.
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