jueves, 4 de septiembre de 2014

Dorsa Euclides F - Euclides

La noche del 6 de agosto de 2014 me encontraba en unos cielos oscuros con mi SC de 235mm y una espectacular luna brillando en el 79,4% de su superficie durante el onceavo día de lunación, así que decidí dedicarle un poco de tiempo.

Después de una vista general con el ocular de 25mm (94x), en la que destacan por méritos propios Schiller, Gassendi, Kepler, Copernicus y Mare Imbrium, decidí forzar los aumentos para centrarme un poco más en diferentes zonas cercanas al terminador. Y mientras estaba disfrutando de Gassendi me di cuenta que hacia el norte, ya en Oceanus Procellarum, se podía apreciar un espectacular conjunto de dorsum (wrinkle ridges en inglés).

Una dorsa (dorsum en plural) es una elevación del terreno no demasiado alta, pudiendo llegar a alcanzar no mucho más de 300 metros, relativamente estrecha y alargada, con longitudes que pueden ser de cientos hasta miles de kilómetros. Por sus características es aconsejable observarlas cuando se encuentran cerca del terminador, momento en el cual la incidencia del Sol permite que se aprecien más contrastadas en relación a su entorno.

Si vamos a buscar la dorsa que me llamó la atención en la nomenclatura lunar oficial de la Unión Astronómica Internacional (UAI), no vamos a encontrarla:

http://planetarynames.wr.usgs.gov/SearchResults?target=MOON&featureType=Dorsum,%20dorsa

Pero en algún lugar he podido ver que se refieren a ella como Dorsa Euclides F.

Visualmente era espectacular. Las líneas retorcidas abriéndose paso en el manto de lava de Oceanus Procellarum presentaban una majestuosidad que me dejó como hipnotizado un buen rato.

Decidí intentar dibujar lo que veía, y no sin algo de reparo, ya que era la primera vez que iba a plasmar una dorsa, un accidente lunar realmente complicado de representar sobre el papel.

Al final, después de muchos bocetos destruidos, me decanté por dar éste como definitivo:



No logra plasmar plenamente la espectacularidad de lo que contemplaba, pero dentro de mis limitaciones artísticas es lo que más se acerca.

En el centro del dibujo se encuentra Euclides F un diminuto cráter de 5km de diámetro que pasaría bastante desapercibido de no ser por la dorsa que lleva su nombre. Pero sinceramente, las protagonistas son las dorsas.

En la parte inferior derecha del dibujo aparece Euclides. Un cráter de 12 kilómetros de diámetro de forma circular perfecta que esta noche presenta una bonita simetría en su interior entre el brillo de la luz reflejada del Sol y las negras sombras de la zona donde los rayos solares todavía no inciden. Euclides tiene una altura de unos 1.000 metros.

Pero lo más destacado de Euclides no es el cráter en sí, sino el marcado color blanco que lo envuelve fruto de una reciente eyecta de impacto. Visualmente se aprecia bien diferenciado respecto al suelo más oscuro de Oceanus Procellarum.

Quedo embobado mirando las sinuosas dorsas y el blanco contrastado de Euclides.

Hacia el final de Dorsa Euclides F se aprecia un cráter fantasma del que no he sido capaz de encontrar su nombre. Extremadamente delicado.

Y justo al lado, con un fondo prácticamente negro el cráter Wichmann, un cráter de 10 km. de diámetro, punto de partida de una formación montañosa de forma circular que parece un espejo del cráter fantasma que he comentado antes. ¿Puede que se trate de otro cráter fantasma? Lo desconozco. Y es en estos momentos en que me sabe mal no tener un libro sobre la Luna donde poder consultar estas cosas.

Esta zona que he visitado casi por casualidad esta noche es preciosa, y sin embargo no he sido capaz de encontrar demasiada información acerca de ella.

Al final decido sacar una fotografía de recuerdo con la cámara ASI 120MM a foco primario del SC de 235mm:


Y para concluir dejo una foto realmente impresionante extraída de la página del Lunar and Planetary Institute, que he encontrado buscando información por internet:

http://www.lpi.usra.edu/resources/lunarorbiter/images/preview/4137_h3.jpg
Recomiendo no dejar de echar un vistazo a Dorsa Euclides F, Euclides y los cráteres fantasma durante el onceavo día de lunación.

2 comentarios:

  1. Como siempre un gran trabajo
    Me gusta tu arte para plasmar en papel lo que ves por el ocular.
    Felicidades.

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    1. Gracias Paco. A mí me resulta muy complicado dibujar la Luna, sobretodo a la hora de conseguir esa sensación de relieve que se percibe cuando la vemos por el ocular, pero a pesar de todo, sí que he notado que con la experiencia se va mejorando.

      A parte de todo, hoy por hoy no concibo la observación sin un papel y un lápiz al lado :)

      Saludos

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