domingo, 21 de septiembre de 2014

NGC6723 - Cúmulo globular en Sagittarius

El 3 de junio de 1826 el escocés William Dunlop descubrió NGC6723 y lo incluyó con el número 573 de su “Catalogue of Nebulae and Clusters of Stars in the Southern Hemisphere”, un catálogo formado por 629 objetos que elaboró a partir de sus observaciones en Nueva Gales del Sur (Australia).

Podemos encontrar el catálogo original en esta página:

http://www.jstor.org/stable/pdfplus/107841.pdf?acceptTC=true&jpdConfirm=true

Pero hay que tener en cuenta que de las 629 entradas que lo forman, debido a la vaguedad de las descripciones realizadas por Dunlop y errores de localización, tan sólo se han podido confirmar una pequeña parte de ellas. John Herschel cotejó 211, y en la actualidad se ha podido contrastar alrededor de unos 300 objetos:

http://researchonline.jcu.edu.au/10919/1/10919_Cozens_et_al_2010.pdf

Aunque el catálogo en sí resulte un poco polémico debido a sus inexactitudes, no es menos cierto que el trabajo realizado por Dunlop merece un reconocimiento.

La descripción que Dunlop hizo de NGC6723 coincide bastante con lo que pude observar de él la noche del 16 de agosto de 2014 con mi SC de 235mm. Dunlop dejó anotado:

“Nebulosa brillante, redondeada y preciosa, con un diámetro de unos 3,5’ (James O’Meara estima 13’), moderadamente y gradualmente concentrada en el centro. Se puede resolver. La moderada condensación, el azulado color de las estrellas que lo forman, le da una delicada y placentera apariencia. Es más bien difícil de resolver, aunque la condensación no es demasiado grande”.

Pero no avancemos acontecimientos.

Este atractivo y no demasiado conocido globular se encuentra en la constelación de Sagittarius, pero cerca de la frontera con Corona Australis.

Carta Generada con Cartes du ciel

De manera que la mejor manera de localizarlo es situarnos en la Epsilon CrA y desplazarnos tan sólo 30’ al norte-nordeste de ella.

Esta noche NGC6723 se encuentra a unos 13º respecto al horizonte. Y es una lástima, ya que ello implica tener que sufrir la campana de contaminación lumínica de las poblaciones costeras de levante.

Y lo peor es que desde mis casi 41º de latitud no se elevará mucho más en el mejor de los casos, dato a tener en cuenta, ya que observarlo desde latitudes más bajas puede ser mucho más gratificante y sencillo que lo que me ha resultado a mí.

Con todo, resulta ser un cúmulo globular bastante extenso (coincido en este aspecto más con O’Meara que con Dunlop), que ya se puede percibir perfectamente en un primer vistazo a bajos aumentos.

A medida que voy adaptando la vista su extensión crece, presentando una forma un tanto irregular, y se muestra tan difuso que me resulta un tanto complicado establecer claramente sus límites.

Fuerzo los aumentos hasta los 146x con la esperanza de poder resolverlo, pero ante mi sorpresa, continúa mostrándose como una mancha extensa, difusa e irregular. Empiezo a temer que su situación poco favorable me condicione demasiado su observación.
Por otro lado, noto que el campo estelar donde se encuentra enmarcado no resulta demasiado rico, cosa que tampoco esperaba teniendo en cuenta la constelación donde se encuentra ubicado.

No quedo conforme del todo y decido insistir un poco más. Adapto lo mejor que puedo la vista a la oscuridad dejando de lado la linterna y la libreta de anotaciones y vuelvo a colocar el ojo en el ocular. Y caramba, cómo ha cambiado la situación. Ahora percibo un crepitar estelar a lo largo y ancho de todo el globular. Resulta una visión fantástica, todo un espectáculo que me obliga a añadir el comentario de “resoluble” en las notas.

Me resisto a apartar la vista de él, porqué sé que una vez lo haga, tendré que volver a pasar por el largo proceso de adaptación a la oscuridad para poder disfrutar plenamente del globular. Con un poco de recelo, finalmente decido dibujar lo que veo:



He tenido que batallar un poco con los condicionantes observacionales, pero ha valido la pena, y recomiendo hacerle una visita, no nos defraudará, y más si nuestras latitudes de observación son más favorables.

NGC6723 se encuentra a unos 28.400 años luz de distancia, brilla con una magnitud visual de 6,9 y presenta un diámetro de 13’.

Simbad/Aladin

Para concluir un aliciente añadido a la observación. Si disponemos de unos prismáticos y disfrutamos de cielos oscuros podemos apuntar a la Gamma CrA. Justo al lado en dirección a Epsilon CrA, podemos localizar una extensa nebulosa oscura catalogada como DN Be 157, situada en una zona con sus propios atractivos y curiosidades:

http://www.surastronomico.com/sec-57-trayendo-luz-sobre-bernes-157.html

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