Ahora puedo decir que pocos cráteres lunares son tan agradecidos de observar con telescopios de abertura considerable como Gassendi. Y si pillamos una buena noche…
La noche del 6 de agosto de 2014 me encontraba en unos cielos oscuros con mi SC de 235mm y una espectacular luna brillando en el 79,4% de su superficie en su onceavo día de lunación.
Gassendi es un cráter de unos 110 kilómetros de diámetro, y está considerado como un cráter de suelo fracturado (En inglés Floor Fractured Crater-FFC). Según la clasificación de Peter H. Schultz, Gassendi se encontraría clasificado como un FFC de tipo III, que se caracterizan por tener un suelo extenso, con un foso amplio, anular y relleno de material de un mare adyacente (en este caso Mare Humorum) con llanuras que separan la zona interna del suelo de las paredes del cráter.
Se formó durante el periodo Nectariano, es decir, en un momento entre hace 3,92 y 3,85 miles de millones de años y su máxima altura es de 1850m.
Nada más poner el ojo en el ocular quedo maravillado, y casi de manera irreflexiva fuerzo los aumentos hasta los 313x que me proporciona mi Takahashi de 7,5mm. No puedo evitar que aflore una sonrisa a mis labios: la turbulencia de la noche será benevolente.
Lo primero que me llama la atención en la profunda oscuridad que emana de Gassendi A, el cráter de 33 km de diámetro situado en plena muralla norte de Gassendi. Un poco más allá lucha por competir en oscuridad Gassendi B, que con sus 26 km de ancho resulta un poco más pequeño que Gassendi A. Esta noche ambos aparecen como una pareja tétrica.
Pero en seguida mi atención se fija en el suelo del cráter. Es increíble como con la abertura de 235mm y una atmósfera estable se aprecian tal cantidad de grietas. Es un festival.
Igual de impresionantes son sus picos centrales y las sombras que proyectan.
Estoy unos cuantos minutos deleitándome con las grietas y las zonas más próximas a las paredes del cráter que veo de manera diferente al resto, otro laberinto de líneas escurridizas.
Este sistema de grietas tan espectacular recibe el nombre de Rimae Gassendi y se formaron por la presión que ejercía sobre la superficie la actividad volcánica del subsuelo.
Entonces me fijo en una pequeña formación montañosa que se encuentra al lado de Gassendi A en la zona opuesta al terminador, una formación que también me llamó la atención en 2010 y que en su momento me recordó un caballito de mar. Pues bien, esta noche me ha recordado la silueta de un Estegosaurio, una prueba más que nuestra imaginación vuela en un sentido u otro dependiendo de las diferentes condiciones de observación.
Un aliciente más en la observación lunar.
Y pensar que en el tiempo en que los dinosaurios eran los reyes en la Tierra, Gassendi ofrecía el mismo aspecto, pero sin que hubiera nadie que pudiera disfrutar de su belleza.
Sorprendiéndome con estas reflexiones decido que ya está bien y que más vale la pena volver al presente y hacer una foto de este bonito y atractivo cráter:
Increíble el juego que da nuestra querida compañera de cielo.
ResponderEliminarGran trabajo Oscar.
Cierto Paco, la Luna siempre está ahí, para disfrutarla con cualquier instrumento.
EliminarVeo que vosotros tampoco permanecéis ociosos:
http://asociacionandromeda.blogspot.com.es/2014/08/cronicas-de-otra-gran-noche.html
Yo llevo un mes de agosto para llorar, nubes y más nubes. A ver si mejora la cosa, de momento disfruto también de vuestras propuestas y narraciones :)
Saludos.
Óscar