En todas las planificaciones de observación que me preparo siempre incluyo algún reto especial. Si dijera que la noche del 4 de enero de 2013 el objeto complicado que anoté fue un cúmulo globular que se extiende a lo largo de un diámetro de 12’, que brilla con magnitud 7,1 y que es resoluble, seguro que habría quien pensaría que intento bromear o que estoy confundido. Y más teniendo en cuenta que, por poner un ejemplo, el globular M68 del asequible catálogo Messier, situado en la constelación de Hydra, presenta unos 10’ de diámetro y brilla con magnitud 7,3.
Pero todo tiene una explicación. Desde mi latitud 40º 43’, NGC1851, el objeto al que me refiero, no se eleva más allá de los 10º respecto a la línea del horizonte. De esta manera, un cúmulo que observado en condiciones adecuadas sería (es) realmente espectacular, para mí se convierte en un auténtico reto.
NGC1851 fue descubierto en 1826 por el astrónomo escocés James Dunlop, el cual lo incluyó en su catálogo "A catalogue of nebulae and clusters of stars in the southern hemisphere, observed at Parramatta in New South Wales” publicado en “Philosophical Transactions of the Royal Society”, Vol. 118, p. 113—151. Este catálogo puede consultarse completo en la siguiente dirección:
http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=njp.32101076185337;seq=131;view=1up;num=113
En concreto NGC1851 está catalogado como Dunlop 508:
http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=njp.32101076185337;seq=160;view=1up;num=140
Casualidades de la vida. Al encontrar la fuente directa de lo que apuntó Dunlop acerca de NGC1851, he visto que en la descripción que hace también lo compara con M68. Es entrañable leer antiguas anotaciones de observación astronómica, nos hace ver que a pesar del tiempo transcurrido, las emociones que sentimos nosotros ante lo que vemos por el telescopio eran muy parecidas a las que tuvieron los astrónomos que nos precedieron. Esta es la entrada de Dunlop 508:
La traducción aproximada es:
“Una sumamente brillante, redondeada y bien definida nebulosa, alrededor de 1½’ de diámetro, extremadamente condensada casi hasta el mismo borde. Esta es la más brillante pequeña nebulosa que he visto nunca. Probé con diferentes aumentos en su hermoso globo; una considerable zona alrededor del borde es resoluble, pero la compresión central es tan grande que no puedo razonablemente esperar separar las estrellas. La comparo con 68 Conn. Des Temps, y esta nebulosa excede en mucho a 68 en condensación y brillo”.
NGC1851 lo podemos localizar en la constelación de Columba y se encuentra a unos 39.400 años luz de distancia.
Como comentaba al principio, la noche del 4 de enero de 2013, desde unos cielos oscuros, sin Luna, un seeing de 3/5 (Siendo 5=óptimo) y disponiendo de mi SC de 235mm apunté hacia este globular y me dispuse a dibujarlo observándolo con mi Radian de 10mm (235x):
Y estos son los comentarios que anoté en mis apuntes de observación:
“Un verdadero reto para mis condiciones de observación. Esta noche en concreto no se eleva más que a 9º 31’ respecto al horizonte y para colmo de males, justo encima de la lejana contaminación lumínica de la costa levantina y con una turbulencia atmosférica que sin ser horrible del todo, no es de las mejores que podría esperar.
Soy consciente que con estos condicionantes no podré disfrutar de todo lo que puede llegar a ofrecer este globular, sin embargo el objetivo de la noche era cazarlo, y como mínimo, esto sí que lo he conseguido.
Lo localizo con una facilidad que me sorprende con el ocular de 25mm (94x), pero enseguida veo que es necesario forzar los aumentos para exprimirlo al máximo de mis posibilidades. Finalmente opto por los 235x, un buen equilibrio entre necesidad de magnificación y turbulencia atmosférica de la noche.
A pesar de la alegría de localizarlo, lo que veo por el ocular en vez de alegrarme me provoca cierto malestar al comprobar que si yo lo veo tal como lo veo, en condiciones ideales estaría ante un globular de bandera. Por mi parte, está noche veo un núcleo muy brillante y marcado que por momentos me parece que resuelvo algunas estrellas en su interior, sobre todo cuando hace un buen rato que tengo el ojo pegado al ocular. La pena es no poder verlo diáfano del todo. Pero lo más espectacular es que este núcleo extremadamente brillante se encuentra rodeado por una tenue corona, muy extensa que se aprecia mejor utilizando la visión lateral (mirando de reojo). No es difícil apreciarla, lo complicado es verla en toda su extensión y magnificencia.
Lo que me llama la atención es el pobre campo estelar en el que se encuentra enmarcado. Tan sólo puedo distinguir dos estrellas que lo acompañan a estos aumentos. A lo mejor si pudiera observarlo más alto respecto al horizonte sería diferente”.
En definitiva, NGC1851 representa una muestra de que el lugar de observación puede convertir un objeto espectacular y asequible en un auténtico reto. Con todo, acabé la visita a este globular contento con la experiencia.
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Es verdad que cuando los objetos están bajos en el horizonte pierden la espectacularidad que tengan e incluso se les puede confundir con otra cosa.
ResponderEliminarA mi me paso con la observación de M37, cuando lo observe al principio de la noche estaba bajo y parecía mas un cúmulo globular que lo que realmente era (un cúmulo abierto), sin embargo horas mas tarde lo volví a observar y ya se mostraba como realmente era.
Así que si no habría sabido que era un cúmulo abierto perfectamente me habría ido a casa pensando que lo que había observado era un cúmulo globular.
Un saludo y como siempre interesante tu crónica.
Gracias por el comentario Juan. M37 es un cúmulo abierto espectacular, sobretodo desde un cielo oscuro.
EliminarRealmente vale la pena esperar al momento más adecuado para observar un objeto, a no ser que no tengamos otro remedio que observarlo como podamos, como es, en mi caso NGC1851. Envidio a los compañeros astrónomos de latitudes más bajas que pueden disfrutar plenamente de él.
Saludos