Cuando observo por el telescopio objetos de cielo profundo, la mayoría de las veces tengo que hacer un esfuerzo considerable para intentar percibir sus detalles, o incluso el solo hecho de “intuirlos” ya ofrece suficiente recompensa. El caso es que cierta dosis de ansiedad en estas ocasiones no me la quita nadie.
La Luna es un tema aparte.
Lo suyo con nuestro satélite sería prepararse una observación sistemática durante la lunación, de manera que a lo largo de un año ya nos conociéramos los accidentes más representativos de la Luna igual que conocemos las calles de nuestro barrio. Y aquí tengo que entonar el mea culpa. Desde que me compré el telescopio nunca he hecho una planificación observacional seria de la Luna, y siempre que la he observado me he limitado a hacerlo con la misma actitud que puedo tener ante un tranquilo paseo dominical en un día soleado.
Con este talante me puse a observar la Luna la noche del 31 de mayo de 2012, y paseando por el terminador en esta onceava noche de lunación me detuve delante de dos cráteres que me llamaron especialmente la atención. Se trataba de Kepler y Encke.
Este es el dibujo que hice de lo que pude ver a 250x con mi SC de 127mm:
Y me llamaron la atención al comprobar el espectacular contraste que ofrecían entre ellos. Dos cráteres de prácticamente el mismo tamaño, uno con el fondo tétrico y oscuro como un pozo sin fondo, y el otro ya bañado por los rayos solares.
Esto significa que las paredes de Kepler son mucho más altas que las de Encke. De hecho, Kepler es un cráter relativamente reciente, ya que se formó durante el periodo copernicano, periodo que comprende desde hace 1,1 miles de millones de años hasta nuestros días. Al ser tan reciente, se pueden distinguir perfectamente las radiaciones de eyecta que provocó su impacto. Estas radiaciones son uno de los mayores alicientes que ofrece la observación de la Luna Llena:
Kepler es un cráter de 31 km. de diámetro cuya altura se eleva hasta los 2.750 m., lo que permite que su zona interna sea una de las últimas en verse inundada por los rayos solares, ofreciendo junto a Encke, el bonito contraste que comentaba.
Según leo en la Wikipedia, uno de los rayos que parten de Tycho (el cráter con el sistema radial de eyecta más impresionante de la Luna), se dirige directamente hacia Kepler, razón por la cual, Giovanni Riccioli lo bautizó de esta manera. No olvidemos que Johannes Kepler formuló sus famosas leyes del movimiento orbital de los planetas partiendo de los datos observacionales adquiridos a lo largo de su vida por Tycho Brahe. (Se non è vero è ben trovato).
De Encke por su parte, lo que más me llama la atención es su curiosa forma hexagonal. Con un diámetro de 30 km. y una altura de 750 m. permite que la luz del Sol se refleje tranquilamente por toda su extensión. Es un cráter más antiguo, formado durante el periodo Ímbrico, desde hace 3,85 a 3,2 miles de millones de años, en el que ya no queda ni rastro de rayos de eyecta... se lo come sin piedad Kepler. No soy capaz de ver ninguna montaña central en el interior de su circo, sin embargo sí noto ciertas irregularidades que mi abertura no me permite definir mejor.
Después de un rato disfrutando visualmente del espectáculo cogí la cámara DBK21AU4.AS y la acoplé al telescopio junto la barlow de x2 para ver si podía sacar, a parte de mi boceto, un pequeño recuerdo:
Esta zona de la Luna ofrece muchos alicientes. Uno de ellos y que esta noche a mí me pasó desapercibido, es la presencia de un domo conocido como Kepler 1 y que se puede apreciar bien en la foto:
Realmente es cierto que la Luna siempre nos ofrece mil caras… por lo que por mi parte continuaré con mis tranquilos paseos lunares siempre que tenga ocasión.
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¡¡Le das a todos los palos compañero!!
ResponderEliminarPero lo mejor de todo es que lo haces de una manera que parece facil...Y no lo es, no señor..
Envidiable lo tuyo, amigazo.
Un abrazo y a seguir deleitando y admirando a la parroquia con tus reportes y observaciones.
Nacho.
Gracias Nacho,
EliminarEl único secreto es disfrutar con la astronomía. Pueden salir mejores o peores dibujos, mejores o peores fotos, mejores o peores mediciones... pero lo importante es disfrutar haciéndolo. Y creo que nosotros no nos podemos quejar :)
Saludos.
Oscar