Los aficionados a la astronomía estamos acostumbrados a la presencia de satélites artificiales que podemos observar tanto a simple vista como a través de nuestros prismáticos o telescopios. Personalmente, ha llegado un momento en que ya no me sorprende ver pasar un punto luminoso a velocidad constante de una punta a otra del campo del ocular mientras estoy observando algún objeto celeste.
Gracias a páginas como Calsky (http://www.calsky.com/) podemos planificar el paso de satélites sobre nuestro lugar de observación, desde un simple satélite de comunicaciones hasta la impresionante Estación Espacial Internacional. Los destellos de los satélites Iridium también son un espectáculo que podemos ver en el cielo, tal como ya comenté en esta entrada:
http://www.laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2013/08/destello-del-satelite-iridium-47.html
Pero hay otra clase de satélites sobre los que no solemos reparar en ellos. Se trata de los satélites geoestacionarios o geosíncronos. Estos satélites se caracterizan por mantenerse, en apariencia, estáticos en el cielo, ya que describen órbitas sobre el ecuador terrestre con la misma velocidad angular que la Tierra.
Para conseguir esto suelen ponerse en órbita a una altura de unos 36.000 km, altitud donde la fuerza de atracción terrestre y la centrífuga se equilibran, desplazándose a una velocidad de 11.000 km/h.
Para permanecer en estos parámetros ideales es necesario realizar rectificaciones orbitales mediante equipos de propulsión, ya que las fuerzas gravitacionales de la Luna, el Sol, los vientos solares y la misma forma de la Tierra provocan que se modifique gradualmente su posición.
El caso es que así como a lo largo de la noche vemos moverse las estrellas en el cielo, si apuntamos nuestro telescopio hacia un satélite geoestacionario, lo veremos anclado siempre en el mismo punto.
Al no ser habitualmente demasiado brillantes, la manera más sencilla de localizarlos es mediante una fotografía. Simplemente con la cámara montada en un trípode, apuntando al lugar adecuado y tomando una imagen de minuto, minuto y medio, podemos cazar estos peculiares satélites.
La noche del 31 de diciembre de 2013, preparando la entrada del nuevo año, no quise dejar pasar la ocasión de tomar una foto donde se pudieran apreciar estos puntos estáticos. Entrando los datos en la página de Calsky, vi que hacia las 21h T.U. la constelación de Orión pasaría por los dominios de los satélites geosíncronos:
Así que, como no tenía mucho que perder, me dispuse a montar mi Nikon D5100 sobre el trípode, sacar la foto y volver a la fiesta de fin de año sin aumentar la fama de excéntrico que tan bien ganada tengo desde que me aficioné a la observación astronómica.
El 1 de enero de 2014, recuperándome de la noche anterior, pude comprobar que la misión “satélites geoestacionarios” fue todo un éxito:
Bueno, no deja de ser una curiosidad para pasar el rato capturando estos satélites cuya utilización fue propuesta por primera vez en 1945 por el científico y escritor Arthur C. Clarke.
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