Por un lado, tenemos las estrellas variables eclipsantes (como por ejemplo Delta Cephei o Beta Lyrae, las cuales nos permiten ver un descenso de brillo de su estrella principal cuando la estrella secundaria pasa entre ella y nosotros, es decir, la eclipsa. Pero hay que reconocer que, teniendo en cuenta a lo que estamos acostumbrados los astrónomos aficionados en lo que respecta a la observación de dobles, una cosa es ver físicamente las dos componentes, y otra, “contentarse” con una variación regular de brillo en un único punto. (Seguro que muchos astrónomos aficionados a las estrellas variables tendrían algo que decir al respecto... y yo no podría discutir con ellos...)
Y tenemos estrellas dobles de “corto” periodo orbital que podemos seguir a lo largo de los años y ser testigos de su “movimiento” gravitatorio. Precisamente, este es el caso de la Gamma Virginis, también conocida como Porrima.
Según recientes estudios, el período orbital de esta pareja estelar abarca 169,10 años. La separación física entre las dos componentes oscila desde las 5 U.A. (1 Unidad Astronómica corresponde a la distancia media entre la Tierra y el Sol – Unos 150 millones de kilómetros) y las 81 U.A. Para situarnos un poco echemos un vistazo a nuestro Sistema Solar y veremos que Júpiter se encuentra a 5,2 U.A. del Sol, mientras que Plutón, mi hasta hace poco, planeta preferido... está a 39,4 U.A.
Cuando las dos estrellas se encuentran en su periastro (Separación mínima) resulta imposible para los telescopios de aficionado desdoblar el par. A medida que pasan los años, la estrella secundaria se va separando cada vez más de la principal y paulatinamente, se convierte en una tarea más asequible conseguir su separación, hasta que llegamos a su apoastro (Separación máxima).
El último periastro se dio en 2005 (Sep. 0,44”), y, por suerte para nosotros, cada año que pase será más fácil conseguir observar las dos componentes con todo tipo de telescopios.
En esta tabla adjunto las efemérides correspondientes a Porrima que nos pertimirán conocer qué año será el que, dependiendo de la abertura de nuestro telescopio, nos permitirá desdoblar la pareja de soles:
Fuente: “Sixth Catalog of Orbits of Visual Binary Stars” - William I. Hartkopf & Brian D. Mason - U.S. Naval Observatory, Washington, DC
La primera vez que leí algo acerca de Gamma Virginis y sus peculiaridades fue en un artículo aparecido en la revista Sky & Telescope de mayo de 2007. Después de su lectura me propuse hacer un seguimiento para ver cuándo era capaz de desdoblarla con mi SC de 127mm (único telescopio que tenía por aquel entonces). De esta manera, ni corto ni perezoso, apunté el tubo hacia Porrima con la secreta esperanza de conseguir desdoblar una pareja que se encontraba separada por tan sólo 0,65”... cuando miro mis notas de la noche del 23 de abril de 2007 (el mismo día que recibí el número de mayo) y leo:
“Según las especificaciones de mi telescopio, su resolución de Rayleigh es de 1,1 arcosegundos, y con todo, quiero probar si puedo desdoblar la Gamma Virginis. Pues bien, después de localizar Porrima con el ocular de 25mm (50x), continúo con los 125x que me proporciona el de 10mm. De lo que veo, nada hace presagiar un éxito en el desdoblamiento, pero puede que por sugestión, la encuentre un poco alargada.
Animado, quemo las naves y pongo el ocular de 5mm (250x). Definitivamente la veo alargada, como si estuviera viendo una hormiga... pero de desdoblarla nada de nada...”
Quiero pensar que esto fue un pequeño “pecado de juventud”...
El caso es que con el paso de los años dejé abandonada mi intención de seguir la evolución orbital de la Gamma Virginis. Sin embargo, la noche del 21 de mayo de 2011, me encontraba junto a mi flamante SC de 235mm y, observando Saturno, me percaté que a su lado se encontraba una vieja amiga: Porrima, y, ni corto ni perezoso, con la tranquilidad que proporciona tal abertura y una separación actual de 1,59”, apunté hacia ella con la misma sensación que tenemos cuando, nos encontramos con algún antiguo compañero de escuela que hace años que no vemos...
Localizo la estrella utilizando el ocular de 25mm (94x). Nada deja entrever que se trate de una doble. Arrugo la nariz y voy forzando aumentos... hasta que pongo el Radian de 10mm (235x) y empiezo a notarla claramente alargada. Me recuerda un poco mi experiencia de 2007 con el SC de 127mm.
La cosa cambia cuando pongo el Takahashi de 7,5mm (313x). En medio de un bailoteo estelar por culpa del seeing, finalmente, logro desdoblarla en dos puntitos gemelos blancos que distingo perfectamente en momentos de calma atmosférica.
Voy un poco más allá y utilizo el ocular de 6mm (392x), pero es una lucha constante contra el seeing. La separación es más cómoda, pero los instantes de calma atmosférica son menos frecuentes que con el de 7,5mm.
Sea como sea, acabo con una sonrisa de oreja a oreja. Estoy tan eufórico, que hasta me animo a coger la cámara DBK, acoplarla al telescopio y conseguir una bonita foto-recuerdo de familia:
Espero que no pasen tantos años antes de volvernos a encontrar...
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