Los que miramos habitualmente el cielo con nuestros telescopios somos conscientes que muchas veces lo que nos deja maravillados no es tanto lo que estamos viendo a través de nuestro ojo, como el hecho de “saber” lo que se está viendo. Un buen ejemplo de esto lo encontramos en la nebulosa conocida como “Nebulosa de la Media Luna”, “Nebulosa Creciente” (Crescent Nebula, en inglés), Caldwell 27, GC 4561… o simplemente, NGC6888.
Esta nebulosa la podemos localizar en la constelación de Cygnus y se encuentra situada a unos 4.700 años luz de distancia. Con su magnitud 10ª aparente, podría considerarse que es un objeto muy asequible, pero teniendo en cuenta su tamaño aparente de 18’x13’, hemos de ser conscientes que este brillo no estará concentrado en un punto, sino que se encontrará disperso por una parte extensa de cielo. Con ello quiero decir, básicamente, que hay que considerar como indispensable para su observación unos cielos oscuros y un telescopio de buena abertura… pero sin pasarse, ya que si el telescopio es muy grande, es posible que la Crescent Nebula no encaje en el campo de visión que nos ofrezca el ocular de menos aumento.
Bien, queda claro que en visual no es un objeto fácil, entonces, ¿cuál es su atractivo para que valga la pena el esfuerzo de percibir algunas de sus trazas más brillantes?
La NGC6888 es una nebulosa originada por la estrella HD 192163 (WR 136) que es de tipo Wolf-Rayet. Esta clase de estrellas se caracterizan por ser muy masivas, más de 20-30 masas solares; calientes, evolucionadas y que sufren grandes pérdidas de masa debido a intensos vientos estelares. En el caso de NGC6888 se cree que está dispersando por el espacio sus capas exteriores a consecuencia de fuertes vientos estelares eyectando el equivalente de una masa solar cada 10.000 años. El caso es que las complejas estructuras de la nebulosa son consecuencia del choque de este material con otro eyectado en un momento anterior que actualmente se mueve a una menor velocidad.
No debe ser una zona de nuestra galaxia demasiado tranquila, y más teniendo en cuenta que el futuro que le espera a WR 136 es explosionar como supernova.
Si reflexionamos sobre todo esto e intentamos ponernos en situación, cuando pongamos el ojo en el ocular y veamos con dificultad algunas manchitas blancuzcas después de mucho esfuerzo… sabremos apreciar en su justa medida las delicadas formas que podamos percibir.
La noche del 15 de junio de 2012, con unas condiciones envidiables de cielos oscuros, atmósfera estable y mi telescopio SC de 235mm, apunté hacia NGC6888. Era consciente de la dificultad de su observación, pero con las fotografías que había visto de ella aún grabadas en mi retina y mi cerebro trabajando con la información acerca de su origen que había ido recogiendo de diversas fuentes mi ánimo era excelente.
Este es el dibujo que hice utilizando el ocular Hyperion Aspheric de 31mm que me proporciona 75,80x:
Sin querer entrar en polémicas, es con objetos como la Crescent Nebula en los que el sistema “Goto” del telescopio está perfectamente justificado… y amortizado. Sin él, lo más probable es que se me hubiera hecho de día antes de haber podido encontrar esta nebulosa.
El caso es que pongo el ojo en el ocular y me encuentro con un rico campo estelar realmente espectacular, se notan los cielos oscuros, las buenas condiciones atmosféricas y la abertura del telescopio… pero de la nebulosa, nada de nada.
Miro de no ponerme nervioso y me dedico a dibujar las estrellas más brillantes que puedo percibir. Destaca especialmente una estrella doble catalogada como STT 401, que con un ángulo de posición de 68º, una cómoda separación de 12,8” y unas magnitudes de 7,32 y 10,62 ofrece un bonito contraste cromático, con un color amarillo muy marcado la principal frente al azul oscuro de la secundaria.
Cuando identifico esta doble quedo un poco más tranquilo, ya que según la información que me ofrece el mando del Nexstar, esta doble se encuentra dentro del radio de acción de la nebulosa.
Habiendo detectado el lugar donde debería verse NGC6888 y una vez dibujadas todas las estrellas que forman el campo, decido apagar la linterna roja, descansar un poco la vista e intentar percibir la nebulosa. Para ello opto por añadir el filtro OIII al ocular para ver si hay suerte. Pero en un principio, lo único que consigo, como por otra parte es habitual, es que me desaparezcan las estrellas más débiles del campo. Pero no desespero. Adapto lo mejor que puedo la vista a la oscuridad, miro de reojo (visión lateral) y voy notando como alrededor de la estrella doble va apareciendo un pequeño halo. Vamos bien.
Poco a poco, lo que comenzó como un pequeño halo alrededor de STT 401, aparece ahora como una tenue y evanescente manchita blancuzca de forma curva más allá de la zona de influencia del brillo de la estrella principal del par.
Voy notando cada vez más claramente una forma de arco, bastante marcado en dirección hacia arriba respecto STT 401 (en el dibujo) y de manera mucho más tenue hacia abajo, casi imperceptible… hasta que llega a la estrella TYC3151-692-1, cerca de la cual la nubosidad vuelve a hacerse más evidente, no tan brillante como en las inmediaciones de STT 401, pero claramente presente.
Me cuesta mucho mantener la concentración sobre NGC6888, de tal manera que a la que me descuido, desaparece de mi vista casi por completo, y necesito volver a empezar todo el proceso de adaptación para volver a verla de la mejor manera posible.
Finalmente, viendo que no soy capaz de detectar más nebulosidad, quito el filtro OIII y centro mis esfuerzos en detectar la estrella causante de esta delicada nebulosa. No me cuesta demasiado esfuerzo, ayudado por el Starry Night, localizar la WR 136, y al hacerlo me doy cuenta, por primera vez desde que he empezado la observación de NGC6888, que la nebulosa en cuestión es enorme, y que si la pudiera percibirla toda entera, prácticamente me ocuparía todo el campo del ocular. Siendo consciente de esto, me dejo anotado que para la próxima ocasión que pueda visitarla, utilice un reductor de focal acoplado al SC de 235mm, a ver si el resultado mejora.
En definitiva, me queda en cierta manera una sensación de decepción al comparar las fotos que he visto de esta nebulosa con lo que he podido percibir a través de mi telescopio, pero por otro lado, estoy completamente satisfecho y feliz al haber sido capaz por mi mismo de “intuir” las zonas más brillantes de NGC6888 e imaginarme lo que debe estar ocurriendo en esta zona de nuestra querida galaxia situada a unos 4.700 años luz de distancia.
Sin ninguna duda, vale la pena el esfuerzo.
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viernes, 22 de junio de 2012
lunes, 18 de junio de 2012
NGC5907 / NGC5906 - Galaxia en Draco
Para ser sincero, necesito poco para disfrutar de la observación astronómica, pero tengo que reconocer que una noche como la del pasado 15 de junio de 2012 no tiene precio.
Cielos oscuros, temperatura agradable, atmósfera estable y mi SC de 235mm a pleno rendimiento. El caso es que pude observar varios objetos que en condiciones habituales me resultarían prácticamente imposibles.
Uno de los que pude cazar fue la galaxia NGC5907 que podemos localizar en la constelación de Draco. Se encuentra a unos 40 millones de años luz de distancia y fue descubierta en 1788 por, como no, William Herschel.
No soy muy amigo de observar fotografías de objetos que tengo previsto observar por el telescopio, pero el caso de esta galaxia es un poco especial. El 19 de junio de 2008 se publicó un interesante APOD sobre ella:
http://apod.nasa.gov/apod/ap080619.html
En la fotografía se pueden observar unos flujos muy tenues en las inmediaciones de la galaxia que se cree son fruto del paso de una galaxia enana que finalmente se acabó integrando en NGC5907 hace más de 4.000 millones de años.
Pongo el enlace a la fotografía, porqué, por desgracia, en visual no soy capaz de observar esta reminiscencia del paso galáctico. Pero con todo, vale la pena echarle un vistazo a NGC5907. Este es el dibujo que hice a 146,88x con el SC de 235mm y el Nagler de 16mm:
Cuando pongo el ojo en el ocular, ya desde un primer momento puedo ver una bonita galaxia alargada con un núcleo que se extiende asimismo con una forma achatada. No deja de ser normal, ya que NGC5907 es una galaxia espiral que desde nuestra perspectiva en la Tierra podemos observar de canto. En el catálogo NGC, este núcleo más brillante viene bajo el nombre de NGC5906, mientras que el conjunto de la galaxia se conoce como NGC5907.
Adaptando la vista a la oscuridad, poco a poco va creciendo en sus extremos, muy tenue, muy difusa, pero en esta noche de condiciones ideales, perfectamente asequible.
Aunque tengo que reconocer que otras personas han visto en ella formas más sugerentes (una astilla, un filo de cuchillo…) a mí su forma me recuerda un mondadientes plano. No es muy poético, pero es el precio que tengo que pagar cuando escribo lo primero que me viene a la cabeza…
Por mucho que me esfuerzo, ni poniendo los ojos del revés soy capaz de ver los flujos que envuelven la galaxia. No importa, la vista es suficientemente atractiva. Justo al lado del núcleo puedo apreciar una pequeña estrellita cercana a él que brilla débilmente, pero que resulta curiosa debido a su proximidad a la galaxia. Y a un extremo de NGC5907 no sin cierta dificultad, media docena de estrellitas (Mag. 12-13) parecen seguir un camino que se va alejando del extremo galáctico.
También me fijo en un grupo de estrellas más brillantes (mag. 11-12) que se encuentra situado a la izquierda (en el dibujo) de NGC5907, bonito conjunto estelar que ofrece un aliciente a la observación de esta complicada, pero agradecida galaxia.
Cielos oscuros, temperatura agradable, atmósfera estable y mi SC de 235mm a pleno rendimiento. El caso es que pude observar varios objetos que en condiciones habituales me resultarían prácticamente imposibles.
Uno de los que pude cazar fue la galaxia NGC5907 que podemos localizar en la constelación de Draco. Se encuentra a unos 40 millones de años luz de distancia y fue descubierta en 1788 por, como no, William Herschel.
No soy muy amigo de observar fotografías de objetos que tengo previsto observar por el telescopio, pero el caso de esta galaxia es un poco especial. El 19 de junio de 2008 se publicó un interesante APOD sobre ella:
http://apod.nasa.gov/apod/ap080619.html
En la fotografía se pueden observar unos flujos muy tenues en las inmediaciones de la galaxia que se cree son fruto del paso de una galaxia enana que finalmente se acabó integrando en NGC5907 hace más de 4.000 millones de años.
Pongo el enlace a la fotografía, porqué, por desgracia, en visual no soy capaz de observar esta reminiscencia del paso galáctico. Pero con todo, vale la pena echarle un vistazo a NGC5907. Este es el dibujo que hice a 146,88x con el SC de 235mm y el Nagler de 16mm:
Cuando pongo el ojo en el ocular, ya desde un primer momento puedo ver una bonita galaxia alargada con un núcleo que se extiende asimismo con una forma achatada. No deja de ser normal, ya que NGC5907 es una galaxia espiral que desde nuestra perspectiva en la Tierra podemos observar de canto. En el catálogo NGC, este núcleo más brillante viene bajo el nombre de NGC5906, mientras que el conjunto de la galaxia se conoce como NGC5907.
Adaptando la vista a la oscuridad, poco a poco va creciendo en sus extremos, muy tenue, muy difusa, pero en esta noche de condiciones ideales, perfectamente asequible.
Aunque tengo que reconocer que otras personas han visto en ella formas más sugerentes (una astilla, un filo de cuchillo…) a mí su forma me recuerda un mondadientes plano. No es muy poético, pero es el precio que tengo que pagar cuando escribo lo primero que me viene a la cabeza…
Por mucho que me esfuerzo, ni poniendo los ojos del revés soy capaz de ver los flujos que envuelven la galaxia. No importa, la vista es suficientemente atractiva. Justo al lado del núcleo puedo apreciar una pequeña estrellita cercana a él que brilla débilmente, pero que resulta curiosa debido a su proximidad a la galaxia. Y a un extremo de NGC5907 no sin cierta dificultad, media docena de estrellitas (Mag. 12-13) parecen seguir un camino que se va alejando del extremo galáctico.
También me fijo en un grupo de estrellas más brillantes (mag. 11-12) que se encuentra situado a la izquierda (en el dibujo) de NGC5907, bonito conjunto estelar que ofrece un aliciente a la observación de esta complicada, pero agradecida galaxia.
viernes, 15 de junio de 2012
Kepler y Encke, bonito contraste lunar
Cuando observo por el telescopio objetos de cielo profundo, la mayoría de las veces tengo que hacer un esfuerzo considerable para intentar percibir sus detalles, o incluso el solo hecho de “intuirlos” ya ofrece suficiente recompensa. El caso es que cierta dosis de ansiedad en estas ocasiones no me la quita nadie.
La Luna es un tema aparte.
Lo suyo con nuestro satélite sería prepararse una observación sistemática durante la lunación, de manera que a lo largo de un año ya nos conociéramos los accidentes más representativos de la Luna igual que conocemos las calles de nuestro barrio. Y aquí tengo que entonar el mea culpa. Desde que me compré el telescopio nunca he hecho una planificación observacional seria de la Luna, y siempre que la he observado me he limitado a hacerlo con la misma actitud que puedo tener ante un tranquilo paseo dominical en un día soleado.
Con este talante me puse a observar la Luna la noche del 31 de mayo de 2012, y paseando por el terminador en esta onceava noche de lunación me detuve delante de dos cráteres que me llamaron especialmente la atención. Se trataba de Kepler y Encke.
Este es el dibujo que hice de lo que pude ver a 250x con mi SC de 127mm:
Y me llamaron la atención al comprobar el espectacular contraste que ofrecían entre ellos. Dos cráteres de prácticamente el mismo tamaño, uno con el fondo tétrico y oscuro como un pozo sin fondo, y el otro ya bañado por los rayos solares.
Esto significa que las paredes de Kepler son mucho más altas que las de Encke. De hecho, Kepler es un cráter relativamente reciente, ya que se formó durante el periodo copernicano, periodo que comprende desde hace 1,1 miles de millones de años hasta nuestros días. Al ser tan reciente, se pueden distinguir perfectamente las radiaciones de eyecta que provocó su impacto. Estas radiaciones son uno de los mayores alicientes que ofrece la observación de la Luna Llena:
Kepler es un cráter de 31 km. de diámetro cuya altura se eleva hasta los 2.750 m., lo que permite que su zona interna sea una de las últimas en verse inundada por los rayos solares, ofreciendo junto a Encke, el bonito contraste que comentaba.
Según leo en la Wikipedia, uno de los rayos que parten de Tycho (el cráter con el sistema radial de eyecta más impresionante de la Luna), se dirige directamente hacia Kepler, razón por la cual, Giovanni Riccioli lo bautizó de esta manera. No olvidemos que Johannes Kepler formuló sus famosas leyes del movimiento orbital de los planetas partiendo de los datos observacionales adquiridos a lo largo de su vida por Tycho Brahe. (Se non è vero è ben trovato).
De Encke por su parte, lo que más me llama la atención es su curiosa forma hexagonal. Con un diámetro de 30 km. y una altura de 750 m. permite que la luz del Sol se refleje tranquilamente por toda su extensión. Es un cráter más antiguo, formado durante el periodo Ímbrico, desde hace 3,85 a 3,2 miles de millones de años, en el que ya no queda ni rastro de rayos de eyecta... se lo come sin piedad Kepler. No soy capaz de ver ninguna montaña central en el interior de su circo, sin embargo sí noto ciertas irregularidades que mi abertura no me permite definir mejor.
Después de un rato disfrutando visualmente del espectáculo cogí la cámara DBK21AU4.AS y la acoplé al telescopio junto la barlow de x2 para ver si podía sacar, a parte de mi boceto, un pequeño recuerdo:
Esta zona de la Luna ofrece muchos alicientes. Uno de ellos y que esta noche a mí me pasó desapercibido, es la presencia de un domo conocido como Kepler 1 y que se puede apreciar bien en la foto:
Realmente es cierto que la Luna siempre nos ofrece mil caras… por lo que por mi parte continuaré con mis tranquilos paseos lunares siempre que tenga ocasión.
La Luna es un tema aparte.
Lo suyo con nuestro satélite sería prepararse una observación sistemática durante la lunación, de manera que a lo largo de un año ya nos conociéramos los accidentes más representativos de la Luna igual que conocemos las calles de nuestro barrio. Y aquí tengo que entonar el mea culpa. Desde que me compré el telescopio nunca he hecho una planificación observacional seria de la Luna, y siempre que la he observado me he limitado a hacerlo con la misma actitud que puedo tener ante un tranquilo paseo dominical en un día soleado.
Con este talante me puse a observar la Luna la noche del 31 de mayo de 2012, y paseando por el terminador en esta onceava noche de lunación me detuve delante de dos cráteres que me llamaron especialmente la atención. Se trataba de Kepler y Encke.
Este es el dibujo que hice de lo que pude ver a 250x con mi SC de 127mm:
Y me llamaron la atención al comprobar el espectacular contraste que ofrecían entre ellos. Dos cráteres de prácticamente el mismo tamaño, uno con el fondo tétrico y oscuro como un pozo sin fondo, y el otro ya bañado por los rayos solares.
Esto significa que las paredes de Kepler son mucho más altas que las de Encke. De hecho, Kepler es un cráter relativamente reciente, ya que se formó durante el periodo copernicano, periodo que comprende desde hace 1,1 miles de millones de años hasta nuestros días. Al ser tan reciente, se pueden distinguir perfectamente las radiaciones de eyecta que provocó su impacto. Estas radiaciones son uno de los mayores alicientes que ofrece la observación de la Luna Llena:
Kepler es un cráter de 31 km. de diámetro cuya altura se eleva hasta los 2.750 m., lo que permite que su zona interna sea una de las últimas en verse inundada por los rayos solares, ofreciendo junto a Encke, el bonito contraste que comentaba.
Según leo en la Wikipedia, uno de los rayos que parten de Tycho (el cráter con el sistema radial de eyecta más impresionante de la Luna), se dirige directamente hacia Kepler, razón por la cual, Giovanni Riccioli lo bautizó de esta manera. No olvidemos que Johannes Kepler formuló sus famosas leyes del movimiento orbital de los planetas partiendo de los datos observacionales adquiridos a lo largo de su vida por Tycho Brahe. (Se non è vero è ben trovato).
De Encke por su parte, lo que más me llama la atención es su curiosa forma hexagonal. Con un diámetro de 30 km. y una altura de 750 m. permite que la luz del Sol se refleje tranquilamente por toda su extensión. Es un cráter más antiguo, formado durante el periodo Ímbrico, desde hace 3,85 a 3,2 miles de millones de años, en el que ya no queda ni rastro de rayos de eyecta... se lo come sin piedad Kepler. No soy capaz de ver ninguna montaña central en el interior de su circo, sin embargo sí noto ciertas irregularidades que mi abertura no me permite definir mejor.
Después de un rato disfrutando visualmente del espectáculo cogí la cámara DBK21AU4.AS y la acoplé al telescopio junto la barlow de x2 para ver si podía sacar, a parte de mi boceto, un pequeño recuerdo:
Esta zona de la Luna ofrece muchos alicientes. Uno de ellos y que esta noche a mí me pasó desapercibido, es la presencia de un domo conocido como Kepler 1 y que se puede apreciar bien en la foto:
Realmente es cierto que la Luna siempre nos ofrece mil caras… por lo que por mi parte continuaré con mis tranquilos paseos lunares siempre que tenga ocasión.
domingo, 10 de junio de 2012
Picot 1 - Asterismo en Boötes
En las noches de primavera/verano la constelación de Boötes, que a mí siempre me ha recordado a una cometa volando al viento, destaca por contener en ella la tercera estrella más brillante del cielo, Arcturus.
Estrella que no deja indiferente, ya que resulta espectacular observada tanto a simple vista; como con prismáticos; como con un telescopio. Se trata de una gigante naranja cuyo tipo espectral es K1.5III. Se encuentra a unos 36,7 años luz de distancia y es la segunda estrella gigante más próxima a nuestro Sistema Solar después de Pólux (Gemini).
Si apuntamos hacia ella con unos prismáticos podremos disfrutar de lo que se conoce como Grupo estelar de Arcturus, un conjunto de estrellas de bonito colorido, predominando el amarillo y el naranja.
Brillan con magnitud entre la -0,04 de Arcturus y la 7ª de las menos brillantes y se encuentran desperdigadas abarcando unos 5º por 3º. Esta disposición permite que resulten ideales para su observación con prismáticos, sin embargo, a través de un telescopio, debido a su extensión, es complicado disfrutar de ellas como grupo.
No constituyen un cúmulo real de estrellas relacionadas entre sí, pero sí que representan un atractivo asterismo.
La noche del 23 de mayo de 2012 estuve un rato observándolas con los prismáticos 10x50, pero al no tener el trípode a mano, me fue imposible dibujarlas en condiciones, por lo que me dejé anotado hacerlo en otra ocasión.
Pero esa noche tenía otro objetivo, un objetivo más propio para telescopios que para prismáticos. Aproximadamente a 0,5º al Sur de Arcturus se encuentra un pequeño asterismo formado por 7 estrellas (mag. 9-10) conocido como Picot 1, ó, como indicó su descubridor, “El sombrero de Napoleón”.
Este es el dibujo que hice a 50x con el SC de 127mm:
Lo primero que me viene a la cabeza nada más poner el ojo en el ocular es que Picot estuvo realmente acertado a la hora de comparar la disposición de estas siete estrellitas con el sombrero de Napoleón, y no puedo reprimir una pequeña sonrisa.
Las estrellas no destacan especialmente por su brillo, pero algunas de ellas ofrecen un bonito color amarillento y anaranjado (sobre todo la TYC472-320-1, en el extremo derecho del asterismo, en mi dibujo), mientras que las otras presentan tonalidades más blanco-azuladas.
En el campo del ocular de 25mm (50x), acompañando al asterismo se pueden ver tres estrellas marcadamente más brillantes que las de Picot 1. La más atractiva de las tres es la HIP69603, la más cercana al asterismo, que con su clase espectral K3III y magnitud 8,75, ofrece una fulgurante tonalidad anaranjada realmente espectacular.
En definitiva, un bonito, curioso, asequible y fácilmente localizable asterismo.
Estrella que no deja indiferente, ya que resulta espectacular observada tanto a simple vista; como con prismáticos; como con un telescopio. Se trata de una gigante naranja cuyo tipo espectral es K1.5III. Se encuentra a unos 36,7 años luz de distancia y es la segunda estrella gigante más próxima a nuestro Sistema Solar después de Pólux (Gemini).
Si apuntamos hacia ella con unos prismáticos podremos disfrutar de lo que se conoce como Grupo estelar de Arcturus, un conjunto de estrellas de bonito colorido, predominando el amarillo y el naranja.
Brillan con magnitud entre la -0,04 de Arcturus y la 7ª de las menos brillantes y se encuentran desperdigadas abarcando unos 5º por 3º. Esta disposición permite que resulten ideales para su observación con prismáticos, sin embargo, a través de un telescopio, debido a su extensión, es complicado disfrutar de ellas como grupo.
No constituyen un cúmulo real de estrellas relacionadas entre sí, pero sí que representan un atractivo asterismo.
La noche del 23 de mayo de 2012 estuve un rato observándolas con los prismáticos 10x50, pero al no tener el trípode a mano, me fue imposible dibujarlas en condiciones, por lo que me dejé anotado hacerlo en otra ocasión.
Pero esa noche tenía otro objetivo, un objetivo más propio para telescopios que para prismáticos. Aproximadamente a 0,5º al Sur de Arcturus se encuentra un pequeño asterismo formado por 7 estrellas (mag. 9-10) conocido como Picot 1, ó, como indicó su descubridor, “El sombrero de Napoleón”.
Este es el dibujo que hice a 50x con el SC de 127mm:
Lo primero que me viene a la cabeza nada más poner el ojo en el ocular es que Picot estuvo realmente acertado a la hora de comparar la disposición de estas siete estrellitas con el sombrero de Napoleón, y no puedo reprimir una pequeña sonrisa.
Las estrellas no destacan especialmente por su brillo, pero algunas de ellas ofrecen un bonito color amarillento y anaranjado (sobre todo la TYC472-320-1, en el extremo derecho del asterismo, en mi dibujo), mientras que las otras presentan tonalidades más blanco-azuladas.
En el campo del ocular de 25mm (50x), acompañando al asterismo se pueden ver tres estrellas marcadamente más brillantes que las de Picot 1. La más atractiva de las tres es la HIP69603, la más cercana al asterismo, que con su clase espectral K3III y magnitud 8,75, ofrece una fulgurante tonalidad anaranjada realmente espectacular.
En definitiva, un bonito, curioso, asequible y fácilmente localizable asterismo.
viernes, 8 de junio de 2012
El Tránsito de Venus por el Sol el 5-6 de junio de 2012
El pasado 5-6 de junio tuvo lugar el espectacular tránsito de Venus por la superficie solar, el último visible para mi generación, ya que el próximo no se producirá hasta el año 2117.
Ya comenté anteriormente que no me hace mucha gracia observar el Sol, ya que si no se hace con la suficiente protección (o hay algún desgraciado accidente), puede provocar daños irreparables en nuestra vista que pueden llegar a producir ceguera permanente. Así que, en mi opinión, lo mejor es observar el Sol utilizando las herramientas que “internet” pone a nuestra disposición.
En lo que respecta al Sol, es ideal la web del SOHO.
De ella he recopilado las fotografías SDO/HMI Continuum que se tomaron durante el tránsito y he montado un pequeño gif de recuerdo:
Y aquí una foto fija:
De todas maneras, en la red se pueden encontrar muchas fuentes con fotos o videos espectaculares, como puede ser esta del Solar Dynamics Observatory:
http://sdo.gsfc.nasa.gov/gallery/main.php?v=item&id=144
O esta galería de fotografías:
http://www.flickr.com/groups/venustransit/pool/
Un evento extraordinario digno de ser visto… aunque sea por la pantalla de un ordenador.
Ya comenté anteriormente que no me hace mucha gracia observar el Sol, ya que si no se hace con la suficiente protección (o hay algún desgraciado accidente), puede provocar daños irreparables en nuestra vista que pueden llegar a producir ceguera permanente. Así que, en mi opinión, lo mejor es observar el Sol utilizando las herramientas que “internet” pone a nuestra disposición.
En lo que respecta al Sol, es ideal la web del SOHO.
De ella he recopilado las fotografías SDO/HMI Continuum que se tomaron durante el tránsito y he montado un pequeño gif de recuerdo:
Para todas las imágenes: “Cortesía del Consorcio SOHO/MDI Continuum. SOHO es un proyecto de cooperación internacional entre la ESA y la NASA." - Pinchar en la foto para ver bien la secuencia. |
Y aquí una foto fija:
“Cortesía del Consorcio SOHO/MDI Continuum. SOHO es un proyecto de cooperación internacional entre la ESA y la NASA." |
De todas maneras, en la red se pueden encontrar muchas fuentes con fotos o videos espectaculares, como puede ser esta del Solar Dynamics Observatory:
http://sdo.gsfc.nasa.gov/gallery/main.php?v=item&id=144
O esta galería de fotografías:
http://www.flickr.com/groups/venustransit/pool/
Un evento extraordinario digno de ser visto… aunque sea por la pantalla de un ordenador.
domingo, 3 de junio de 2012
Anaxágoras, Goldschmidt, Barrow y Metón
Hacía tiempo que no observaba la Luna, y no por falta de ganas, ya que siempre que apunto el telescopio hacia ella siempre encuentro algún aliciente que me hace mantener el ojo pegado al ocular durante un buen rato.
La noche del 31 de mayo de 2012 la Luna se encontraba en su onceava noche de lunación y estaba iluminada en el 82% de su superficie.
Gasendi, Kepler, Schiller, Montes Jura… y alguna que otra formación más ofrecen esta noche vistas espectaculares asequibles a pequeños telescopios. Sin ir más lejos, apuntando mi SC de 127mm al Norte de nuestro satélite, “descubrí” una zona que desconocía y que me atrajo especialmente. Este es el dibujo que hice a 250x de lo que más me llamó la atención:
Lo primero que destaca, es el cráter Anaxágoras, que con un diámetro de 51 km. presenta la típica imagen del cráter recién bañado por el día lunar. Por su vertiente más cercana al terminador el Sol se refleja iluminando con un fuerte brillo su pared interna. Por el otro lado, una negra oscuridad provocada por la pared opuesta, es la única zona que se resiste a la luz solar. Un atractivo juego de luces y sombras. Esta noche también se pueden ver los rayos de eyecta que dejó la reciente formación de Anaxágoras.
Observando este cráter se aprecia claramente que se encuentra superpuesto a otro cráter mucho más antiguo, Goldschmidt. Con sus 121 km. de diámetro se encuentra muy afectado por el paso del tiempo, de tal manera que sus paredes en la zona norte, prácticamente han desaparecido. Es un bonito contraste ver claramente marcado Anaxágoras frente a un disimulado Goldschmidt.
Pero a su lado, se adivina el cráter Barrow, colgado de una manera más uniforme, completamente iluminado ya por el Sol, cosa que le proporciona un aspecto un poco fantasmagórico… igual que el que ofrece su vecino Metón.
Esta sucesión de cráteres: Anaxágoras, Goldschmidt, Barrow y Metón me ha mantenido un buen rato encandilado, tanto que decido sacar la cámara DBK21AU4.AS y la barlow x2 que monto en el SC Nexstar 5i de 127mm:
Vuelvo a poner el ojo en el ocular y continuando el viaje hacia el Norte lunar reparo en Scoresby, un cráter muy parecido a Anaxágoras, y a su lado Challi y Main dos cráteres imbricados vistos en perspectiva que parecen formar un bonito 8 achatado.
Antes de dejar la zona, me fijo en Epígenes, un prometedor cráter medio camuflado de 55 km. de diámetro rodeado de curiosos accidentes que dejo apuntado revisitar en otra ocasión, a ser posible con mi SC de 235mm. Me parece que esta zona agradecerá forzar un poco más los aumentos. Pero no me quejo, mi SC de 127mm se ha portado esta noche como un jabato, aguantando con dignidad los 250x.
Para acabar dejo la misma fotografía rotulada:
La noche del 31 de mayo de 2012 la Luna se encontraba en su onceava noche de lunación y estaba iluminada en el 82% de su superficie.
Gasendi, Kepler, Schiller, Montes Jura… y alguna que otra formación más ofrecen esta noche vistas espectaculares asequibles a pequeños telescopios. Sin ir más lejos, apuntando mi SC de 127mm al Norte de nuestro satélite, “descubrí” una zona que desconocía y que me atrajo especialmente. Este es el dibujo que hice a 250x de lo que más me llamó la atención:
Lo primero que destaca, es el cráter Anaxágoras, que con un diámetro de 51 km. presenta la típica imagen del cráter recién bañado por el día lunar. Por su vertiente más cercana al terminador el Sol se refleja iluminando con un fuerte brillo su pared interna. Por el otro lado, una negra oscuridad provocada por la pared opuesta, es la única zona que se resiste a la luz solar. Un atractivo juego de luces y sombras. Esta noche también se pueden ver los rayos de eyecta que dejó la reciente formación de Anaxágoras.
Observando este cráter se aprecia claramente que se encuentra superpuesto a otro cráter mucho más antiguo, Goldschmidt. Con sus 121 km. de diámetro se encuentra muy afectado por el paso del tiempo, de tal manera que sus paredes en la zona norte, prácticamente han desaparecido. Es un bonito contraste ver claramente marcado Anaxágoras frente a un disimulado Goldschmidt.
Pero a su lado, se adivina el cráter Barrow, colgado de una manera más uniforme, completamente iluminado ya por el Sol, cosa que le proporciona un aspecto un poco fantasmagórico… igual que el que ofrece su vecino Metón.
Esta sucesión de cráteres: Anaxágoras, Goldschmidt, Barrow y Metón me ha mantenido un buen rato encandilado, tanto que decido sacar la cámara DBK21AU4.AS y la barlow x2 que monto en el SC Nexstar 5i de 127mm:
Vuelvo a poner el ojo en el ocular y continuando el viaje hacia el Norte lunar reparo en Scoresby, un cráter muy parecido a Anaxágoras, y a su lado Challi y Main dos cráteres imbricados vistos en perspectiva que parecen formar un bonito 8 achatado.
Antes de dejar la zona, me fijo en Epígenes, un prometedor cráter medio camuflado de 55 km. de diámetro rodeado de curiosos accidentes que dejo apuntado revisitar en otra ocasión, a ser posible con mi SC de 235mm. Me parece que esta zona agradecerá forzar un poco más los aumentos. Pero no me quejo, mi SC de 127mm se ha portado esta noche como un jabato, aguantando con dignidad los 250x.
Para acabar dejo la misma fotografía rotulada: