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viernes, 31 de diciembre de 2010

Sigma Orionis y STF 761 - Sistemas múltiples en Orion

Debido a las limitaciones que sufro desde mi lugar de observación habitual por culpa de la contaminación lumínica (que lamentablemente en vez de remitir, cada día es más acusada), soy bastante aficionado a observar estrellas dobles. Y de entre todas ellas, Sigma Orionis se encuentra dentro de mi ranking personal de estrellas dobles más bonitas del cielo.

Mi relación con este sistema empezó de manera casual la noche del 12 de enero del 2007. Después de estar un buen rato disfrutando con mi SC de 127mm de la Nebulosa del Esquimal (NGC 2392), dirigí mi telescopio hacia la Nebulosa Cabeza de Caballo (IC 434) en Orion (En esa época, bendita inocencia, todavía tenía la esperanza de observarla con mi telescopio de 127mm...) y después de darme cuenta que no había ni rastro de la nebulosa, hice un barrido de la zona a lo largo de medio grado desde el lugar donde debería encontrarse la Cabeza de Caballo y descubrí un grupito de estrellas que me dejó fascinado... y que no tenía ni idea de su identificación.

Durante esa época todavía no había empezado a realizar observaciones de manera sistemática, pero me atrajo tanto la vista que hice un pequeño croquis en el ordenador...

... para más tarde comprobar con el Starry Night, que ese grupo de estrellas tan peculiar no era otra cosa que Sigma Orionis. Grupo de estrellas que pertenece -Al igual que las tres estrellas del Cinturón de Orion, entre otras- a la Asociación Estelar Orion OB1.

Con esto ya quedé satisfecho, pero desde entonces, siempre que he tenido ocasión he vuelto a dirigir mi telescopio a este grupo estelar. La ficha de arriba corresponde a una observación un poco más planificada que realicé el 4 de febrero de 2008 a partir de los datos que extraje del libro de Sissy Haas “Double Stars for Small Telescopes” y en la que, ante mi sorpresa, comprobé que en mi primera observación, me había pasado por alto una de las cuatro estrellas que se pueden observar de Sigma Orionis.

Sigma Orionis aparece como STF 762 en el catálogo de estrellas dobles de Struve, se encuentra a unos 1.150 años luz de distancia y es un sistema compuesto por cinco componentes.

En el WDS encontramos los siguientes datos:

05387-0236 STF 762 AB,C AP: 239º / Sep: 10.9” / Mag. 3.73 - 8.79
05387-0236 STF 762 AB,D AP: 85º / Sep: 12.1” / Mag. 3.73 - 6.56
05387-0236 STF 762 AB,E AP: 62º / Sep: 42.2” / Mag. 3.73 - 6.34

La estrella principal (A) es una gigante azul de tipo espectral O. Su compañera más cercana (B) se encuentra separada por tan sólo 0,3”, lo que hace imposible su separación para nuestros telescopios de aficionado y es de tipo espectral B. Separadas por unas 90 UA (Unidades Astronómicas), su periodo orbital es de 170 años y constituyen una de las dobles visuales más masivas que se conocen.

Las componentes D y E son las dos más brillantes que acompañan a AB, y presentan ambas una clase espectral del tipo B.

La componente C es la que podemos ver más próxima a AB, y es una estrella blanca del tipo A.

No quiero ni imaginar el espectáculo que resultaría observar desde un planeta que orbitase alrededor de la estrella principal.

Pero volvamos a nuestro pequeño mundo azul. La noche del 26 de diciembre de 2010, observando con mi SC de 235mm, con unos cielos oscuros envidiables, y una no tan envidiable temperatura de 1º C, decidí apuntar por primera vez a Sigma Orionis con esta buena abertura telescópica y dibujar lo que veía. Este fue el resultado:

Después de un rato probando diferentes oculares decidí hacer el dibujo utilizando el Nagler de 16mm que me ofrece unos confortables 146x, aunque conviene decir que no hace falta forzar aumentos para disfrutar del conjunto, y cuanto más campo, mejor.

La estrella principal de Sigma Orionis la veo de un bonito color blanco. La C (arriba de la principal) es un tímido puntito azul marino, mientras que D y E las veo también blanquecinas, pero con cierta tonalidad azul celeste. Una verdadera delicadeza de tonos cromáticos.

Pero el espectáculo no acaba aquí. Justo al lado de Sigma Orionis brillan tres estrellas blancuzcas que forman un peculiar triángulo. Es otro sistema estelar que está catalogado como STF 761. El WDS da estos datos:

05386-0233 STF 761 AB AP: 203º / Sep: 66.7” / Mag. 7.86 - 8.39
05386-0233 STF 761 AC AP: 209º / Sep: 71.4” / Mag: 7.86 - 8.55
05386-0233 STF 761 AD AP: 309º / Sep: 32.6” / Mag: 7.86 - ?

De anteriores observaciones ya conocía la existencia del trío estelar de magnitudes parejas que forman A, B y C. Sin embargo, desconocía de la existencia de la componente D, que ni había llegado ni tan siquiera intuir antes de esta noche.

Con los 235mm de abertura y el cielo con una prácticamente inexistente contaminación lumínica he dibujado las estrellitas más débiles que podía apreciar, y después de comparar el resultado con algunas fuentes que he encontrado en internet, veo que sí he podido observar esta cuarta componente, que no es otra que la que aparece en el dibujo a la derecha de la principal de STF 761. Calculo que debe rondar la 12ª magnitud.

Esta fotografía la hice el 2 de enero de 2011 con la cámara DBK a foco primario del SC de 127mm:

En conclusión: Sigma Orionis es uno de los sistemas estelares múltiples más bonitos que pueden observarse en el cielo, con el añadido estético de su vecina STF 761. Un espectáculo que no debemos perdernos si estamos observando por la zona de Orion. Puede resultar el objeto ideal a observar mientras empezamos nuestra sesión y todavía estamos habituando nuestra vista a la oscuridad.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

M108 - Galaxia en Ursa Major

M108 es una galaxia espiral situada en la constelación de Ursa Major que se encuentra a unos 46 millones de años luz de distancia.

En oculares que ofrecen gran campo puede verse junto a otro objeto Messier muy atractivo: la Nebulosa de la Lechuza (M97). De hecho Pierre Mechain descubrió la galaxia el 19 de febrero de 1791, justo tres días después que la nebulosa planetaria. Aunque para sacarles el máximo partido a ambos objetos es mejor centrarse en cada uno de ellos de manera independiente.

Anteriormente había intentado observar esta galaxia con mi SC de 127mm desde mi lugar habitual de observación, y lamentablemente, en ninguna de estas ocasiones había tenido suerte con ella. Ni tan siquiera pude llegar a intuirla.

Con estos tristes antecedentes, la noche del 26 de diciembre de 2010, aprovechando los cielos oscuros de los que disfrutaba y el SC de 235mm, quise probar a ver si mi suerte mejoraba. El único inconveniente era que la constelación de Ursa Major no se encontraba muy elevada en el horizonte, condicionante que me habrá impedido sacarle todo el jugo posible... supongo.

El caso es que dirijo el telescopio hacia M108 y en un primer momento, no veo nada de nada.

Empiezo a pensar que me encuentro ante otro de los objetos Messier malditos para mi... pero no me doy por vencido tan fácilmente. Voy adaptando la vista a la oscuridad, voy mirando de reojo y voy moviendo ligeramente el tubo... hasta que finalmente logro ver una manchita muy ténue, alargada y extensa, pero sin distinguir ningún tipo de detalle.

Según he podido leer, esta galaxia se caracteriza por presentar varias zonas oscuras que motean su superficie. Sinceramente, esta noche no pude distinguirlas, y me dejo anotado volver a ella en otra ocasión en la que se encuentre en una posición más favorable.

Este es el dibujo que hice con el SC de 235mm y el ocular Hyperion de 31mm:

Como digo, no he podido ver las zonas oscuras, sin embargo lo que sí que me ha llamado la atención ha sido una estrellita superpuesta a la galaxia que se encuentra justo en su centro. Una vista curiosa. Al igual que cinco estrellitas que aparecen en la parte superior izquierda del dibujo que se asemejan a una mini-cassiopeia.

En conclusión, como es habitual con las galaxias, M108 se une al grupo de objetos que necesitan cielos oscuros y condiciones favorables para su observación. De todas maneras, no creo que haya problema con ella con el SC de 127mm siempre y cuando la contaminación lumínica no sea dueña de la noche.

martes, 28 de diciembre de 2010

NGC2215 - Cúmulo abierto en Monoceros

NGC 2215 es un ténue cúmulo abierto descubierto por W. Herschel en 1785 que podemos encontrar en la constelación de Monoceros.

Este cúmulo está formado por estrellas débiles (la más brillante ronda la magnitud 10ª), por lo que precisa cielos negros y abertura generosa para poder distinguirlo en todo su “esplendor”. Mis condiciones de observación esta noche: cielos oscuros y mi telescopio SC de 235mm, así que me animo a observarlo.

Este es el dibujo que hice a 75,81x con mi Baader Hyperion Aspheric de 31mm:

Es curiosa la sensación que me ha producido observar este cúmulo. En principio no esperaba más recompensa que el simple hecho de encontrarlo, sin embargo, después de un rato observándolo me he sorprendido diciéndome: “Pues me gusta mucho”.

Intentaré explicar el porqué de esta sensación.

NGC 2215 es un cúmulo que se expande por una porción bastante respetable de cielo (8’). Sus componentes, de brillo bastante uniforme, presentan una formación compacta, bien diferenciada del resto de estrellas que aparecen en el campo del ocular, dando una cierta sensación de estar observando una forma redondeada integrada por delicados puntitos de luz.

A la vez, a la derecha del dibujo destaca una brillante estrella blanca que sirve de contraste al cúmulo de estrellas azuladas.

Supongo que en cielos con cierta contaminación lumínica y con telescopios de menor abertura, NGC 2215 representará un verdadero reto. Y en el caso que pueda observarse, lo más probable es que cause una profunda decepción. Sin embargo, con unas condiciones de observación favorables, es un cúmulo que merece la pena ser visitado.

Por cierto, también está catalogado como Collinder 90 y Melotte 45.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Stock 10 - Cúmulo abierto en Auriga

Este mes de diciembre, por unas cosas u otras, no he podido dedicar todo el tiempo que me hubiera gustado a la observación astronómica. Y precisamente por esto, la noche del 26 de diciembre de 2010, a pesar de los 0º C de mínima que alcanzamos en mi pueblo, no pude resistirme a sacar la “liviana” montura CGEM con el tubo de 235mm a la terraza y aprovechar durante unas horas un cielo verdaderamente negro, sin Luna y con un seeing de 3/5 (Siendo 5 = óptimo).

Buenas condiciones para la observación de otro cúmulo abierto perteneciente al catálogo Stock. Más concretamente el catalogado como Stock 10.

Sus coordenadas son las siguientes:

AR: 05h 39m
Dec: +37º 56’

Y este es el dibujo que hice a 75,81x con mi Baader Hyperion Aspheric de 31mm:

Stock 10 es un fantástico cúmulo abierto situado en la constelación de Auriga. Su gran extensión (25’) unido a que sus estrellas más brillantes van de la 7ª a la 9ª magnitud hacen de Stock 10 un cúmulo ideal para pequeños telescopios y cielos con moderada contaminación lumínica.

Por mi parte, haciendo gala de un marcado espíritu de contradicción, lo observé desde un cielo oscuro y con un telescopio de 235mm de abertura... cosa que me permitió disfrutar de la quincena de estrellas más brillantes y de un buen número de componentes más débiles. Una verdadera maravilla.

El campo estelar que me aparece cuando pongo el ojo en el ocular es muy rico, y en un primer vistazo destacan las dos estrellas de la parte inferior derecha del dibujo. La más interesante de las dos es TYC2910-862-1 (la de debajo de todo), ya que se trata de una estrella doble. Está catalogada como STT 112, y constituye un verdadero reto para telescopios de gran abertura. En el Washington Double Star Catalog aparecen los siguientes datos:

05399+3757 - STT 112 AP: 50, Sep: 0.9”, Magnitudes: 7.92 / 8.21

Por mi parte, no fui capaz de desdoblarla. El seeing de la noche no acompañaba especialmente, y a la que subía de los 235x las estrellas ofrecían el mismo aspecto que yo cuando me levanto por las mañanas... Lo dejo para otra ocasión.

La otra estrella a la que hacía referencia al principio, se trata de HIP26632, que con una magnitud de 6,9 es la estrella más brillante del cúmulo. Su clase espectral es A1 V, ofreciendo un bonito y sereno color blanco-azulado. Como el resto de componentes de Stock 10.

La disposición de las estrellas de este cúmulo abierto me sugieren en su conjunto una media luna, sin embargo, si de asterismos hablamos, sin duda el que gana mayor protagonismo es el rectángulo que aparece en la zona central del dibujo, formado por cuatro estrellas que rondan la 9ª magnitud, tres de ellas, y la 10ª, la cuarta en discordia.

No he dibujado todas las estrellitas más débiles que podía observar (la mano me temblaba demasiado por el frío), pero creo que la visión de conjunto es bastante cercana a lo que se puede esperar de este bonito cúmulo abierto formado por estrellas blancas, azuladas, metálicas...

Y después de disfrutar de Stock 10, me vi en la obligación de dirigir el telescopio a los cúmulos abiertos estrella de la constelación de Auriga: M36, M37 y M38. Me quedé sin palabras, especialmente con M37. Un verdadero hormiguero de estrellas. Lástima que el frío no permitiera que me animase a plasmarlo en el papel. M37 me maravilló observándolo con el SC de 127mm, pero visto desde un cielo oscuro y con una abertura de 235mm, es de aquellos objetos que dejan un recuerdo imborrable en la memoria.

Es lo que más me gusta de la astronomía... nunca deja de sorprenderme.

domingo, 12 de diciembre de 2010

NGC2261 - La Nebulosa Variable de Hubble en Monoceros

A principios de este 2010 leí en el libro “Guía de Campo de las Constelaciones” de Pedro Arranz (ISBN: 84-95495-40-6) acerca de la existencia de una curiosa nebulosa en la constelación de Monoceros: NGC2261, también conocida como la Nebulosa Variable de Hubble.

La mayoría de fuentes que consulté le asignaban una magnitud aproximada de 10, por lo que no tenía demasiadas esperanzas de ser capaz de observarla con mi SC de 127mm. En enero lo intenté sin éxito y me olvidé de ella hasta la fría noche del 10 de diciembre de 2010 en la que decidí volver a intentarlo.

En 1783 William Herschel descubrió NGC 2261, una nebulosa situada a unos 2.500 años luz de distancia que varía tanto en luminosidad como en la forma con la que la percibimos.

Se trata de una nebulosa de categoría mixta, es decir, una nebulosa en parte de emisión, en parte de reflexión. Lo que significa que podemos verla gracias a la luz que desprende por sí misma y a la luz que refleja procedente de una estrella cercana. En este caso, la estrella en cuestión se trata de R Monocerotis.

La peculiaridad de R Mon es que es variable, tal como descubrió en 1861 el director del Observatorio de Atenas J. F. Julius Schmidt, y su variabilidad afecta a la percepción que tenemos de la nebulosa. R Monocerotis, según la carta de observación que ofrece la AAVSO varía de forma irregular entre la magnitud 11 y la 13, aunque otras fuentes amplían el abanico desde la 9,5 a la 13 (S. J. O’Meara).

Entre 1900 y 1916 Edwin Hubble estudió en profundidad NGC2261 y descubrió que la nebulosa cambiaba de brillo y de forma de manera relativamente rápida. Estas variaciones pueden durar unas pocas semanas o varios meses, independientemente del brillo que ofrezca en esos momentos R Monocerotis.

Ahora sabemos que R Mon, con una edad estimada de 300.000 años, es una estrella muy joven que todavía se está formando, y lo más curioso es que lo que podemos ver de ella con nuestros telescopios no es propiamente la estrella (que, por cierto tiene una pequeña compañera), sino una nebulosidad muy compacta que la envuelve y que provoca a su vez, esos cambios de iluminación repentinos en NGC2261.

Como decía al principio, la noche del 10 de diciembre de 2010 monté mi telescopio SC de 127mm y me dispuse a empezar una sesión de observación que constituía un verdadero reto para esta abertura: intentar detectar la Nebulosa Variable de Hubble.

Para ir adaptando la vista a la oscuridad empiezo observando otro objeto fácil y muy atractivo: NGC 2264, el Cúmulo del Árbol de Navidad. Y como siempre que vuelvo a él, no me decepciona en absoluto.

Aquí dejé mis anotaciones realizadas en febrero de 2008:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2010/01/ngc2264-christmas-tree-cluster-en.html

Pero no me entretengo demasiado con él. Estoy impaciente por apuntar hacia la Nebulosa Variable.

Después de los intentos infructuosos de principios de año, esta vez decidí imprimirme una carta estelar de la zona elaborada con el programa “Starry Night”. Mi intención era que con su ayuda, aunque no pudiera ver la nebulosa, por lo menos situar el lugar exacto donde debería estar.

Localizo la zona con 50x y sin pensármelo demasiado, cojo el ocular Nagler de 16mm, que me ofrece el mismo campo de visión que el plössl de 25mm, pero a 78x, adapto mejor la vista, miro de reojo... y sin demasiado esfuerzo soy capaz de detectar una pequeña manchita al lado de la estrella TYC746-1024-1 (mag. 10,4).

Lo primero que me viene a la cabeza es que NGC2261 representa un verdadero reto para pequeños telescopios, pero no es un tarea imposible, como he podido comprobar esta noche con mi SC de 127mm. Al seeing le asigno un 3/5 (Siendo 5= óptimo). No hay Luna, ni una nube en el cielo, un cielo muy transparente y que se ve afectado menos por la contaminación lumínica habitual de la zona. Estamos a 6º C a las once de la noche y los vecinos no parecen muy propensos a disfrutar de sus terrazas y balcones.

Este es el dibujo que he hecho a 78x:

A medida que avanza la noche y la nebulosa se eleva alejándose cada vez más del horizonte, la he podido ver de una forma más clara. Como ejemplo de lo que implica esta mejora es la estrellita USNO J0639240+084526 (mag. 11,8) que forma un triángulo isósceles con la TYC746-1024-1 y NGC2261. Al principio no la veía, más tarde, sí.

El campo estelar se encuentra bastante poblado, aunque no hay ninguna estrella que destaque especialmente. La más brillante es la de la derecha del dibujo, la HIP31744, de magnitud 8,65. Como ya he comentado alguna vez, esto, a la hora de observar objetos difusos es más una ventaja que un inconveniente, ya que la presencia de estrellas excesivamente brillantes puede llegar a dificultar la apreciación de objetos débiles.

De entre todas estas estrellas destaca una tríada que aparece en el centro del dibujo y que puede servir de perfecta referencia para detectar la presencia de la nebulosa.

A 78x NGC2261 se ve con una forma muy etérea que me recuerda un pequeño cono. José Luis Comellas en su “Guía del Firmamento” comenta que la nebulosa tiene forma de “corazón”... una descripción muy acertada a estos aumentos.

Añado el filtro UHC para intentar definir mejor la nebulosa, pero ante mi sorpresa, en vez de definirla mejor... hace que desaparezca. Utilizo el OIII y todavía es peor. No sé si con mayores aberturas el uso de estos filtros servirá de alguna cosa con NGC2261, pero con mi 127mm, esta noche han sido bastante decepcionantes. Mucho mejor sin filtros.

Por el contrario, decido forzar aumentos y para ello utilizo mi Takahashi de 7,5mm que me ofrece unos fantásticos 166,66x. Después de cerrar la boca, que me queda abierta cuando pongo el ojo en el ocular, decido hacer un nuevo dibujo de lo que veo a estos aumentos:

Puedo ver mucho mejor la nebulosa. Más grande y clara. La forma de cono se hace mucho más evidente, y no sólo eso, sino que mirando de reojo puedo ver R Monocerotis. Y me sorprendo de ello, ya que después de leer acerca de esta estrella, se me hace difícil creer que lo que estoy viendo no es propiamente la estrella sino la compacta nebulosidad que la envuelve. Realmente fascinante.

Después de una hora y pico “trabajando” NGC2261... las manos heladas, las puntas de los dedos moradas, la espalda resentida, la vista cansada de tanto forzarla, el cuerpo entumecido... pero con una gran satisfacción, recojo los bártulos y voy a tomarme un café con leche bien calentito con una sonrisa de oreja a oreja y dando gracias que nuestro Sol se encuentre en la etapa evolutiva en la que se encuentra actualmente.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Orion: El Cazador Cazado


El pasado 4 de diciembre de 2010 tenía previsto montar mi telescopio SC de 235mm y echar un vistazo por primera vez con esta abertura a las maravillas que ofrece esta espectacular constelación. Para muchos, la más vistosa del cielo, no en vano ha llegado a conocerse como “La Catedral del Cielo”.

Pero como bien sabe todo astrónomo aficionado, una de las primeras lecciones que se aprenden es que una cosa es lo que planificamos, y la otra, la voluntad de los cielos... literalmente hablando.

También he aprendido últimamente que una cosa es sacar mi SC de 127mm soportado en una montura monobrazo, y la otra es el SC de 235 con su correspondiente montura ecuatorial CGEM. Así que antes de montar todo el equipo, me asomé a la terraza para comprobar cómo se presentaba la noche. Decepcionado vi que las nubes se estaban apoderando del cielo. Tan sólo quedaba libre la zona de Orion... pero tal como estaba el panorama, libre por poco tiempo.

No quise que la noche quedara completamente en blanco, así que rápidamente monté mi cámara Nikon D70S e inmortalicé lo que me dio por llamar “El Cazador Cazado”. En la mitología, Orion cayó por la picadura de un escorpión, el día cuatro de diciembre lo hizo bajo un manto de nubes... Por suerte, las estrellas siempre están ahí, esperando mejores cielos...