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domingo, 20 de septiembre de 2020

Plinius y Dawes

Durante el sexto día de lunación, una vez el terminador lunar ya los ha sobrepasado, podemos disfrutar de la observación de dos de los mares más conocidos de nuestro satélite: Mare Tranquilitatis y Mare Serenitatis.

Es muy gratificante apuntar hacia ellos e ir descubriendo grietas y pequeños cratercillos diseminados por su interior. La noche del 25 de agosto de 2020 me fije precisamente en la frontera de estos dos mares, y me percaté de la presencia Plinius, un cráter de unos 43 km de diámetro que se presenta de una forma redondeada bastante atractiva.

Virtual Moon Atlas

Hacía tiempo que no dibujaba nada de la Luna, y sabiendo que esto es un problema a la hora de conseguir dibujos que vayan un poco más allá de un simple boceto, decidí volver a coger los lápices para practicar de nuevo el difícil arte del dibujo lunar.

El resultado no fue tan bueno como hubiera deseado, pero siempre lo he dicho, en última instancia el dibujo astronómico ha de servir como apoyo a nuestras observaciones, no tiene por qué ser un fin en sí mismo. Y por otro lado, la práctica nos conduce a avanzar en nuestra técnica.

El caso es que estuve un buen rato con él, y gracias a que la turbulencia atmosférica me lo permitió, pude forzar bastante los aumentos, llegando hasta los 208x con una calidad más que aceptable.

Con todo, si queremos centrarnos en la observación de Plinius, mejor hacerlo durante la quinta noche de lunación y no en la sexta que es cuando lo hice yo. Y digo esto porque al hacerlo con el terminador cerca, nos permitirá percibir con mayor facilidad las grietas que se encuentran al norte del cráter.

Lo que más me gustó fue su pico central, que tal y como le incidía la luz del Sol en ese momento, más que una montaña, parecía un cratercillo.

Al Este de Plinius tenemos a un cráter más pequeño que parece querer hacerle compañía. Se trata de Dawes. Con sus 18 km de diámetro no puedo ver grandes detalles con el SC de 127mm, sin embargo, sí me llamó la atención la gran sombra que proyectaban sus paredes, lo que indica que debe tener una gran profundidad. De hecho, consultándolo más tarde en el Virtual Moon Atlas, vi que se eleva unos 2.300m, los mismos que Plinius.

En definitiva, una sesión de dibujo y observación lunar, después de mucho tiempo, que me hizo pasar un rato muy agradable. Espero poder retomar estos buenos momentos que comparto con la Luna de una forma más regular.

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