No solemos valorar lo que tenemos… hasta que lo perdemos. Sea, siguiendo con los tres puntales clásicos de la canción, salud, dinero o amor. La vida suele ser caprichosa, y a menudo te lleva por situaciones que nunca hubieras imaginado ni deseado.
No os voy a contar mis penas, por que como decía una señora de mi pueblo, cada cual se pasa lo suyo. Lo que sí quiero compartir con vosotros es el momento de respiro y tranquilidad que tuve después de cenar, el 3 de octubre de 2019.
Salí al balcón de mi casa en Barcelona y me topé con algo que no esperaba: una preciosa conjunción de la Luna con Júpiter. Después de estar un buen rato disfrutando de ella a simple vista, quise inmortalizar el momento. Así que fui a buscar el trípode, la cámara y el objetivo Sigma de 150-500mm y apunté hacia la pareja.
En un primer momento hice una fotografía donde me aparecieran los detalles lunares y se mostrara la presencia de Júpiter:
Después quise probar, alargando la exposición, lo que salía, y conseguí captar el momento desde otro punto de vista, destacando la luz cenicienta de la Luna y la presencia de los cuatro satélites galileanos flanqueando a Júpiter (de izquierda a derecha: Ganimedes, Ío, Europa y Calisto):
Cuánto añoro los cielos oscuros de mi pueblo. Cuánta rabia me provoca la contaminación lumínica de la ciudad.
Pero, a pesar de todo, acabé un día duro de la mejor manera posible.
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