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viernes, 31 de marzo de 2017

2017-03-29: Conjunción Luna - Mercurio

Cuando la atmósfera está clara y coincide con los primeros días de lunación, podemos contemplar la serena belleza de la luz cenicienta que refleja nuestro satélite.

Nunca me canso de verla y de disfrutar de ella.

El 29 de marzo de 2017, a las 18h 13m T.U., el Sol había desaparecido por el horizonte, y hacia las 18h 30m T.U. empecé a buscar una Luna que se encontraba en su 1,66 día de lunación y que se mostraba iluminada por los rayos solares en tan sólo un 3,7% de su superficie.

Todavía no había oscurecido lo suficiente como para que pudiera verla a simple vista y tuve que ayudarme con mis Olympus 10x50 para poder cazarla. Allí estaba, una fina línea que casi pasa desapercibida.

Tuve que esperar hasta las 18h 46m T.U. para poder percibir claramente la luz cenicienta y un aliciente más que no se ve todos los días, el esquivo planeta Mercurio situado a unos 7,5º de ella.

Por muy poco no entraban ambos en el campo de visión que me ofrecían los prismáticos (6,5º), pero incluso teniendo que desplazar algo los binoculares, la vista era realmente bonita. Y una excelente ocasión de ver Mercurio.

Con todo, a simple vista, la panorámica era magnífica. Tanto que entré en casa, cogí los lápices y una cartulina negra y empecé a dibujar un pequeño boceto que me recordara esta bonita conjunción y la suerte de poder disfrutarla:


Es poco detallado, pero como aproximación a lo que veía y recuerdo del momento me sirve perfectamente.

Cuando acabé, decidí sacar la cámara e inmortalizar el momento fotográficamente. Empecé con una foto de familia:


Continué con el detalle de la luz cenicienta de la Luna:


Y ya a punto de desaparecer detrás de los edificios, la conjunción brillando en el entorno urbano de Barcelona:


Al final, contento. Luz cenicienta, cachito de Luna y brillante Mercurio. ¿Qué más se puede pedir?

viernes, 24 de marzo de 2017

NGC3344 - Galaxia en Leo Minor

Leo Minor, debido a su pequeño tamaño, es una de aquellas constelaciones en las que los astrónomos aficionados no nos entretenemos demasiado. Pero ello no quiere decir que no haya ningún objeto interesante que observar.

Si disponemos de los cielos adecuados podemos apuntar hacia NC3344, una galaxia espiral de tipo SABbc que se encuentra entre 40 y 41 Leo Minoris.

Carta generada con Cartes du Ciel
La noche del 17 al 18 de febrero de 2017 aprovechando los cielos oscuros de mi pueblo, con el SC de 235mm, decidí comprobar qué me podía ofrecer.

Después de un buen rato con ella, llegué a la conclusión de que NGC3344 es una galaxia bastante exigente, pero a la que mereció la pena dedicar tiempo, ya que al final acabó ofreciéndome una vista muy atractiva.

Las dos estrellas que pude percibir a su lado permiten obtener una excelente referencia a la hora de localizarla. A medida que voy adaptando la vista a la oscuridad veo cómo va apareciendo ante mis ojos. Primero, un núcleo compacto, brillante, casi puntual. Y a continuación, un halo evanescente un poco ovalado que lo envuelve.

Utilizando la visión lateral la pude percibir más cómodamente, pero una muestra de lo exigente que resulta, es que cuando abrí la linterna para dibujarla, al terminar de puntear las estrellas y volver a poner el ojo en el ocular, la galaxia había desaparecido por completo.

Tuve que volver a repetir el proceso para volver a percibirla.



Descubierta por William Herschel el 6 de abril de 1785, se estima que se encuentra a unos 20 millones de años luz, presenta una magnitud 9,3 y se extiende aproximadamente, unos 6,7’ x 6,3’.

Leyendo algunas observaciones realizadas por otros compañeros de afición, estoy convencido que desde cielos más oscuros y con un poco más de paciencia, puedo llegar a apreciarle un mayor número de detalles.

Pero hasta que llegue la noche adecuada, me conformaré deleitándome con esta fotografía de NGC3344 que nos ha regalado el Hubble:

Credit: ESA/Hubble & NASA

viernes, 17 de marzo de 2017

Fotografía de M82, galaxia en Ursa Major

Como últimamente no puedo disfrutar de cielos oscuros tanto como quisiera, la noche que consigo hacer una escapada se convierte en una carrera contrarreloj para aprovechar cada minuto de observación. Esto, lamentablemente, hace que relegue un poco mi práctica astrofotográfica a un segundo plano.

Y es una pena.

Sin ir más lejos, la noche del 18 de febrero de 2017, después de haber estado un buen rato disfrutando del cielo con mi SC de 235mm, decidí intentar fotografiar una de mis galaxias preferidas, M82. Apunté hacia ella con la Nikon D5100 acoplada al telescopio y ante mi desesperación, vi que no conseguía alargar las tomas más allá de 15 segundos antes que las estrellas empezaran a verse alargadas.

Un seguimiento que en visual no afecta negativamente, pero que en fotografía es un pequeño desastre.

Ya estaba un poco cansado y no tenía ganas de ponerme a afinar la montura, así que pensé, de perdidos al río, y tomé 50 imágenes de 15" a ISO 2500 de M82.

Hasta la semana pasada no pude empezar a trabajar con ella con el PixInsight Core 1.8, y después de unos días trasteando con el programa, decidí que esta versión sería la definitiva:


Sin llegar a ser una fotografía de exposición, no he quedado del todo descontento con ella. Sobre todo, teniendo en cuenta las dificultades de seguimiento con las que me encontré y las pocas imágenes que acabé sacando.

Y qué decir si la comparo con la que hice en 2013, durante mis primeras incursiones en el difícil mundo de la fotografía astronómica:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2013/01/fotografiando-m82-en-ursa-major.html

Sólo espero disponer de más tiempo para seguir mejorando. De momento, contento con mi último resultado.

sábado, 11 de marzo de 2017

Desdoblando Sirius 2017

El 31 de marzo de 2011 intenté por primera vez desdoblar la estrella más brillante que podemos observar en el cielo nocturno, Sirius, en la constelación de Canis Major:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com.es/2011/04/sirius-y-sirius-b-en-canis-major.html

En visual me resultó imposible, y fotográficamente fue una hazaña con tintes épicos.

En la actualidad Sirius B se encuentra separada por unos 10,9” y, en teoría no debería presentar demasiadas complicaciones a la hora de poderla ver. Pero está claro que el potente brillo de Sirius A (mag -1,46) continúa siendo un verdadero problema.

https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sirius-B-Orbit-de2.svg
Ya ha llovido bastante desde esa noche de 2011, y hacía tiempo que quería darle otra oportunidad a esta exigente doble. Pero al no ser una prioridad observacional para mí, siempre quedaba relegada en el cajón en beneficio de otros objetos a la hora de preparar mis sesiones. Pero esta noche del 10 de marzo de 2017, se han dado las condiciones adecuadas para visitarla.

Me encuentro en Barcelona, con toda la contaminación lumínica que ello implica. Y por si fuera poco, la Luna brilla contundentemente iluminada en un 96,7% de su superficie. Dispongo sólo de mi SC de 127mm, pero la noche es muy agradable, con una temperatura poco común en marzo y una estabilidad atmosférica muy contenida. Y es viernes.

Así que animado apunto el telescopio hacia Sirius y me dispongo a intentar cazar a Sirius B.

Voy probando diferentes aumentos, acoplo el filtro polarizador, lo quito. Utilizo visión lateral, descanso la vista y vuelvo al ataque… y el resultado es siempre el mismo. De Sirius B, ni rastro.
No voy a mentir, estoy bastante frustrado. Empiezo a pensar que realmente, necesitaría un cielo más oscuro, o tal vez mayor abertura. No sé. El caso es que mi intento de desdoblar Sirius A y Sirius B con mi SC de 127mm ha resultado un completo fracaso.

Pero a grandes males, grandes remedios. Al igual que en 2011, decidí intentarlo fotográficamente. En su día lo conseguí con el SC de 127mm y la DBK, por lo que he pensado que no tendría demasiados problemas utilizando el mismo telescopio y la ASI 120MM, pero ante mi sorpresa, he sido incapaz de sacar nada en condiciones.

Ahora, más que frustrado, empiezo a estar un poco mosqueado.

Y como último recurso, opto por ir a buscar la Nikon D5100 y acoplarla al Nexstar 5i, sacar algunas fotos y dejarlo para otra ocasión.

A primera vista, estas fotos también parecen otro fracaso, pero posteriormente, modificando un poco los niveles con el Photoshop, veo a una orgullosa Sirius B que aparece, por fin, alejada de las garras de Sirius A.

Esta es la mejor foto que he conseguido:





No me doy por vencido, y espero más adelante tener la satisfacción de desdoblarla en visual.

viernes, 3 de marzo de 2017

NGC3521 - Galaxia en Leo

Después de tantos años todavía me encuentro con sorpresas.

Mientras estaba preparando la observación que tenía prevista para la noche del 17 de febrero del 2017, reparé en NGC3521, una galaxia de Leo que tenía anotada en una lista antigua de objetos pendientes de observar. Una lista que databa de nada menos que de 2010.

Una triste muestra más que no saco el telescopio tanto como me gustaría. Pero no nos lamentemos.

Partiendo de Theta Leonis (mag. 3,3) en dirección sur alcanzamos la Iota Leonis (mag. 4). Saltamos hasta Sigma Leonis (mag. 4), y de ella hasta el polígono formado por las estrellas 62, 65, 69, 75 y 79 Leonis, todas ellas brillando con magnitudes 5-6. NGC3521 se encuentra a unos 30’ al Este de 62 Leonis.

Carta generada con Cartes du Ciel
El caso es que cuando apunté mi SC de 235mm hacia la zona donde debía encontrarse la galaxia, no pude evitar una exclamación de asombro. Y no era para menos, me encontraba ante un objeto que no hubiese desentonado en absoluto si Messier lo hubiera incluido en su famoso catálogo.

Espectacular. Núcleo compacto, brillante, que presenta un aspecto casi estelar en un primer golpe de vista. A medida que voy adaptando la vista noto como va apareciendo un halo ovalado que lo envuelve. Fijándome un poco veo que se aprecia más marcado en la zona inferior y algo más débil en la superior, menos brillante, pero bien presente. Y con ciertas pequeñas zonas que destacan sobre las otras.

Este es el dibujo que hice de lo que pude exprimir a esta bonita, asequible y espectacular galaxia:



A pesar de brillar con una magnitud de 9,1, no fue descubierta hasta el 22 de febrero de 1784 por William Herschel, quien la describió como una nebulosa brillante.

Pero no es una nebulosa. Es una galaxia espiral situada a unos 23 millones de años luz y que se muestra inclinada unos 29º desde nuestra perspectiva. La vemos ocupando unos 11,7’ x 6,5’, pero su tamaño real es de unos 72.000 años luz.

Un objeto no muy conocido que, si es la primera vez que lo observamos, nos dejará realmente impresionados.

Credit: ESO/O. Maliy