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domingo, 12 de julio de 2015

Disfrutando de Scorpius con unos prismáticos

Cuando se acercan las cálidas noches de verano siempre resulta agradable echarse en una tumbona en algún lugar oscuro y, armados con unos sencillos prismáticos, dar un paseo por el cielo.

Podemos apuntar a muchas zonas interesantes, pero para empezar a hacer boca, un paseo siguiendo la Vía Láctea resulta espectacular.

Una vez ya tengamos la vista adaptada a la oscuridad, una opción es centrar nuestra atención en una de las constelaciones más interesantes que nos ofrece el cielo estival: Scorpius.

Carta generada con Cartes du Ciel

Lo más fácil es empezar apuntando hacia Antares, la Alpha Scorpii (mag. 1,03, clase espectral M4 Ia), que con su marcado color rojizo nos mostrará la fuerza y magnificencia que esconden los cielos. Antares es una supergigante roja de un tamaño estimado equivalente a 645 radios solares. Si la situáramos en lugar del Sol, se extendería más allá de la órbita de Marte

A menos de 1,5º al oeste encontraremos a M4, un cúmulo globular de magnitud 5,9, realmente asequible y que nos ofrece una vista fabulosa.

A medio camino entre Antares y Beta Scorpii podemos encontrar otro cúmulo globular, M80. Bastante más complicado, ya que brilla con magnitud 7,2 y es mucho más pequeño que M4, pero resulta asequible si nuestros cielos son razonablemente oscuros.

Para relajarnos un poco, cambiamos radicalmente de objetos y vamos a la caza de una pareja estelar que, aunque se trata de dos estrellas sin ninguna relación física entre ellas, a través de nuestros telescopios la apreciamos como si una bonita doble blancoazulada se tratara. Me refiero a Mu1/Mu2 Scorpii.

Una vista inolvidable a través de binoculares es la del “Falso Cometa”, una zona en el sur de la constelación que abarca unos 2º y que incluye varios objetos de diferente naturaleza. Por un lado tenemos en la cabeza del falso cometa a la doble Zeta Scorpii (mag. 3,6-4,7). Medio grado al norte nos aparecerá un atractivo y colorido cúmulo abierto NGC6231 y a continuación, representando la cola, el extenso cúmulo estelar Cr 316.

Yendo por esta zona, la principal dificultad que tendremos será (desde latitudes peninsulares) su cercanía al horizonte, por lo que deberemos lidiar, seguramente, con cierta contaminación lumínica.

Y para terminar de una manera más tranquila y agradable podemos visitar los dos cúmulos estrella de la constelación. M6 y M7. El primero que ocupa casi medio grado, brilla con una magnitud integrada de 4,5 y sólo por su cercanía a M7 nos puede parecer menos espectacular de lo que realmente es.

M7 es una delicia y se reconoce sin ninguna dificultad en el momento en que aparece en el campo de nuestros prismáticos. Su magnitud conjunta de 3,3 lo dice todo.

Esta fotografía la hice con la Nikon D5100 y se puede apreciar la característica forma de Scorpius, un clásico del verano. Eso sí, a la izquierda, contaminación lumínica de la Luna (75%), a la derecha, las farolas de mi pueblo a pleno rendimiento, y en el horizonte, los pueblos costeros de levante con su luz de excesos. Otros clásicos veraniegos.



Muchos son los alicientes que esconde la constelación de Scorpius, pero con estos objetos que he comentado podremos pasar un rato agradable durante una calurosa noche de verano que nos permitirá volver a sentir esas sensaciones que experimentamos cuando recién empezábamos a descubrir las maravillas del cielo.

2 comentarios:

  1. Genial tu paseo por Scorpius, En mis binoculares me gusta ir hasta M80 pasando por un curioso grupo de 3 estrellas pertenecientes a Ophiucus (pOph) que yo suelo llamar Mickey Mouse.

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  2. Gracias Luis Gabriel, la próxima vez que visite la zona intentaré fijarme a ver si encuentro a Mickey :)

    Es lo bueno de utilizar prismáticos, siempre te encuentras sorpresas.

    Saludos.

    Óscar

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