John Russell Hind (1823-1895), eminente astrónomo británico, descubrió el 30 de marzo de 1845 un débil cúmulo globular en la constelación de Aquila que más tarde sería catalogado como NGC6760 por J. L. E. Dreyer. Podemos localizarlo a 1,8º al oeste de la estrella 23 Aquilae, que brilla con una potente magnitud de 5,1.
Este es el dibujo que hice la noche del 7 de agosto de 2012 mientras estaba observándolo desde un cielo oscuro con mi SC de 235mm a 146x:
Realmente son necesarios cielos libres de contaminación lumínica, un telescopio con una abertura generosa, una concienzuda adaptación del ojo a la oscuridad y mucha, mucha paciencia para intentar sacar el máximo partido a este cúmulo globular.
Sin ser pequeño, tampoco puede considerarse demasiado extenso, o por lo menos esta es la sensación que me da, sensación que puede estar condicionada por su poco brillo. Según los datos que he encontrado posee una magnitud aparente de 9,1 y un diámetro aparente de 6,6’.
Lo veo como una manchita muy difusa y vaporosa que pasa casi inadvertida. Y eso que se encuentra en un campo estelar poco poblado de estrellas brillantes. Después de un buen rato observándolo llego a la conclusión que no es resoluble, a pesar que en algún momento, mirando con visión lateral, me parece percibir cierto crepitar cerca de su compacto núcleo, pero no sabría decir si se trata de una percepción real o si es fruto del cansancio visual.
El núcleo es muy compacto, y no difiere demasiado en cuanto a brillo respecto al halo que lo envuelve. El cúmulo tiene forma redondeada, pero la noto un poco irregular en la parte superior izquierda.
En definitiva, un cúmulo globular situado a unos 24.100 años luz de distancia que resulta bastante exigente a la hora de observarlo, pero que vale la pena echarle un vistazo.
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