Hace unas semanas preparé un listado de unos cuantos cúmulos abiertos con la intención de observarlos desde casa. Lamentablemente, la contaminación lumínica cada vez es más acusada y tengo que dejar un poco de lado los objetos más difusos para cuando tengo la oportunidad de disfrutar de cielos lo suficientemente oscuros.
NGC2360 era uno de los que incluí en la lista, pero cuando dirigí hacia él mi SC de 127mm no vi nada que se pareciera a un cúmulo abierto ni por casualidad. Más tarde comprobé que está formado por componentes que brillan desde la magnitud 9ª a la 12ª y que lo más probable era que la contaminación lumínica no me permitiera distinguirlo. Así que, resignado, no tuve más remedio que dejarlo pendiente para una noche con mejores condiciones de observación.
Esta noche se presentó el pasado 18 de febrero de 2012. Estaba en mi pueblo, disfrutando de un cielo oscuro y de mi SC de 235mm. Después de estar un buen rato observando recordé el fracaso que había significado mi anterior intento con NGC2360, así que con ganas de revancha apunté el telescopio hacia la zona donde debía encontrarse y nada más poner el ojo en el ocular no pude evitar una exclamación de franca admiración. Este es el dibujo de lo que vi a 94x:
La única estrella que destaca en el campo del ocular por encima de la “multitud” de estrellitas que se aprecian, es la HIP35355, de magnitud 8,9 que se encuentra en uno de los extremos del cúmulo. El resto de componentes ofrece unos brillos tenues y muy uniformes en los que predominan los colores blancos y azulados metálicos. Muy bonito.
El cúmulo es muy extenso, abarca un diámetro de unos 14’ y cuento más de cincuenta estrellas en el campo, las cuales presentan alineaciones curiosas. Realmente espectacular.
No puedo por menos que lamentarme por la contaminación lumínica que sufro en mi residencia habitual, que me impide disfrutar de objetos débiles que, vistos desde cielos oscuros, son capaces de dejarme con la boca abierta. Con NGC2360, sin ir más lejos, he estado más de 20 minutos con el ojo pegado al ocular y con una sonrisa de satisfacción en los labios.
NGC2360, situado a unos 3.700 años luz de distancia, fue descubierto en 1785 por Caroline Herschel. Su hermano William lo catalogó como H VII-12, pero también es conocido como Collinder 134, Melotte 64 ó Caldwell 58. Lo podemos localizar en la constelación de Canis Major donde, partiendo de Sirius, nos desplazaremos hasta la Gamma CMa y a unos 3,5º hacia el Este, encontraremos a NGC2360.
En conclusión, un cúmulo abierto bonito y espectacular que precisa de cielos oscuros para poder lucir en todo su esplendor… que es mucho. Como dice José Luis Comellas en su “Guía del Firmamento”: “(…) el cúmulo, aunque débil, merece el calificativo de extraordinario”.
Simplemente precioso! un muy buen blog que acabo de descubrir. Seguiré frecuentando el sitio, saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte y dejar el comentario. Me alegro que te guste :)
ResponderEliminarSaludos
Muy buena su perseverancia en conseguir lo que la contaminación lumínica no nos deja ver. Desgraciadamente no pude exclamar lo que tu, cuando lo vi en marzo de 2010. Con un s/c de 8" conseguí verlo, con ocular de 26mm de focal, aunque muy débil y no li di demasiada importancia. Tu observación me ha hecho replantear otra vez la observación y he puesto en la agenda "En marzo ver NGC 2360 con detenimiento, es mejor de lo que aparenta" Sigue así. No perdamos nunca esta bendita afición.
ResponderEliminarHola,
EliminarGracias por el comentario. Realmente este cúmulo pide a gritos una noche oscura sin Luna y poca contaminación lumínica.
Por cierto, excelente vuestro blog, felicidades:
http://www.totastronomia.com/
Saludos