La noche del 25 de julio de 2011, antes que las nubes bajas cercanas a la costa acabaran de adueñarse del cielo, tuve la ocasión de observar unas cuantas dobles de la constelación de Libra. De entre ellas, la más peculiar fue la catalogada como HN 28 (33 Librae).
Muchos son los atractivos, a priori, de esta doble que pueden animarnos a su observación. Por un lado, estamos ante una estrella muy cercana a nuestro Sistema Solar, y en consecuencia, con un movimiento aparente muy elevado, más de 2” por año.
Tan sólo hay que ver las coordenadas dadas para esta estrella en las épocas de 1900, 1950 y 2000:
RA (2000): 14 57 28 Dec (2000): -21 25.0
RA (1950): 14 54 32 Dec (1950): -21 11.5
RA (1900): 14 51 37 Dec (1900): -20 57.9
HN 28 también está incluida en el Catálogo Gliese de estrellas cercanas con el número Gl-570 A encontrándose a una distancia estimada de 5,79 pc (= aproximadamente 19 años luz de distancia). Si la observamos o fotografiamos de año en año, podremos ver como se desplaza en relación a sus estrellas vecinas. Su clase espectral es K5 V e, presentado a través del telescopio un bonito color amarillento-anaranjado.
Por otro lado, tenemos otro aliciente añadido. La componente B del sistema (Gl-570 B), con la que forman un par físico, tiene una clase espectral M1 V J, es decir, un color rojo bien marcado, con lo que el contraste cromático que podemos esperar observar es realmente muy atractivo y poco común.
Según el USNO 6th orbit catalogue, el periodo orbital de las componentes es de 2130 años. Pero las curiosidades no terminan aquí. En 1990, se descubrió que B tiene otra compañera con una imposible separación en visual, de 0,2” y con un periodo orbital de 308 años.
Hasta aquí los datos. Y ahora, mi experiencia con HN 28.
Como he comentado, la noche del 25 de julio de 2011, HN 28 era una de las dobles que tenía planificadas...
Apunto el telescopio hacia la doble y me doy cuenta... si no lo sabía ya, que una cosa son las expectativas y la otra lo que realmente me encuentro.
Utilizo 50x para localizar y observar la doble, más que suficientes, y puedo ver una principal brillante de un bonito color amarillento, sin embargo, la componente B, que confiaba ver de un color rojizo, en realidad la veo de un color ¡azul celeste! muy delicado y atractivo, pero ¿azul?. En fin.
Estoy un buen rato con ella, por un lado disfrutando de los colores que percibo, y de otro, subiéndome por las paredes al no ser capaz de ver el tono rojizo esperado en la secundaria. Hasta he comprobado más de tres veces que no me hubiera equivocado de par. Pero por suerte o por desgracia no era este el caso.
Intenté buscar algún tipo de explicación al hecho de que yo la viera con ese color azul celeste. Lo primero que se me ocurre es que las condiciones de observación no son las idóneas: seeing justito (3/5, siendo 5 = óptimo), no demasiada altura respecto al horizonte, todavía no era noche cerrada... Después pensé también en algún tipo de efecto óptico debido al brillo amarillento de la principal sobre la débil secundaria... en fin, elucubraciones que ni a mi me convencían demasiado.
Llegados a este punto, decido anotar todo lo que veo y añadir a la agenda una siguiente visita ineludible a esta pareja, con foto incluida si puedo, a la menor oportunidad. Espero que con mejor seeing y más oscuridad pueda acabar arrancando la verdadera belleza cromática de esta doble.
Aquí el dibujo de lo que vi, con todos los interrogantes necesarios hasta que pueda volver a visitarla:
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27 de julio de 2011: No he tenido que esperar demasiado para poder volver a observar HN 28, aunque bien es cierto que no más de media hora, ya que me he visto obligado a batallar con las nubes que, al final, han vuelto a adueñarse del cielo. Pero ha valido la pena la tensión, los esfuerzos y las prisas.
Me centro un poco. Esta noche he podido sacar el telescopio para volver a atacar a HN28. El seeing de la noche acompaña (lástima de nubes), le doy un 4/5 (Siendo 5=óptimo). Lo primero que he hecho ha sido cerrar los ojos unos instantes y utilizando 50x doy un primer y rápido vistazo a la doble... y puedo comprobar que la componente B, esta vez, sí que presenta una tonalidad rojiza que contrasta de manera espectacular, y poco común, con el color amarillo-medio naranja de la principal. Un espectáculo.
Este es el dibujo, que puedo considerar definitivo y que sustituye con todos los honores al que hice el pasado lunes 25:
Estoy un buen rato observándola y compruebo que cuanto más la miro, menos percibo los colores (sensación que los que observamos habitualmente dobles, ya conocemos).
Otra cosa que noto es que el brillo de la principal "distrae" mi atención de la secundaria... y es entonces cuando por momentos, vuelvo a verla de un color azul celeste similar al que vi el otro día. Intento mirar de reojo la componente B e intentando obviar, cosa difícil, la primaria. Y vuelvo a ver la tonalidad rojiza.
Me doy cuenta que me estoy empezando a saturar y, viendo que las nubes poco a poco van tapando más densamente el cielo, decido sacar la cámara DBK para acabar de una vez por todas con las dudas acerca del color. Este es el resultado:
Y después de todo lo que he pasado con esta doble, al final puedo recomendar con todas las de la ley, que si se tiene ocasión hay que echarle un vistazo. Es realmente espectacular.
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