Este cometa tiene un período de 71,2 años y este 2024 alcanza su perihelio el 21 de abril de 2024, encontrándose a 0.78 UA del Sol.
A principios de este mes hemos podido disfrutarlo, ya que ha alcanzado una magnitud de 5, pudiéndose observar fácilmente con unos sencillos prismáticos.
El gran problema, en mi caso, es la contaminación lumínica de Barcelona, por lo que mi objetivo la noche del 3 de abril de 2024, el primer día que tenía ocasión de observarlo, era sencillamente llegar a percibirlo desde el balcón de mi casa con los prismáticos 10x50.
Por suerte, su posición en el cielo era fácil de localizar gracias a la referencia de Júpiter y de Hamal (Alpha Arietis), de mag. 2. Y la verdad es que he podido localizarlo a la primera. Eso sí, sólo podía percibir una pequeña manchita redondeada, difusa, casi fantasmagórica, pero ciertamente presente.
Intenté fotografiarlo para dejar un testimonio de mi observación, y aunque mis fotos distan mucho del resultado obtenido por muchos compañeros de afición que han podido cazarlo desde mejores sitios, estoy contento de haberlo podido ver.
Aquí el resultado, donde además de poder percibir el cometa, se puede apreciar la magnitud de la tragedia que supone la contaminación lumínica para la observación astronómica.
Después de fotografiarlo me animé a hacer un pequeño bosquejo con blanco sobre negro:
La idea era observarlo con el telescopio durante los días siguientes, pero se nos ha echado encima una gran cantidad de polvo sahariano, que junto a los cielos nublados me han impedido volver a verlo.
Espero poder sacar tiempo para volver a observarlo antes que ya no sea visible desde el hemisferio norte, ya que dudo que en su vuelta, dentro de 71,2 años, pueda estar presente para recibirlo. El concepto de tiempo en astronomía siempre riéndose del pobre astrónomo aficionado.