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lunes, 25 de septiembre de 2023

Timocharis-Feuillee-Beer-Bancroft

Es inevitable cuando observamos la Luna, con telescopios pequeños o medianos, que nos limitemos a disfrutar de los cráteres o accidentes más grandes y espectaculares. No es malo, pero deberíamos intentar hacer el esfuerzo de evitar que esto nos impida descubrir otros lugares, tal vez no tan llamativos, pero que ofrecen su encanto.

Un buen ejemplo es la zona de los Montes Apenninus (Enlace a la entrada del blog), llena de formaciones singulares como, además de los mismos Apenninus, los Montes Caucasus, los Montes Archimedes, los cráteres Cassini, Aristillus, Autolicus, Archimedes, Eratosthenes… Y es posible que todas estas maravillas no nos dejen fijarnos en una pareja de cratercillos a los que merece la pena dedicarles, cuanto menos, unos minutos de nuestra atención.

Me refiero a los cráteres conocidos como Beer y Feuillee.   

VMA

La noche del 23 de septiembre de 2023, durante el 8,76 día de lunación, decidí sacar el telescopio de 6’ al balcón de mi piso en Barcelona y apuntar a la Luna.

Previamente había consultado el Virtual Moon Atlas acerca de las formaciones de interés excepcional que podía observar esta noche, y me llamó la atención una que no conocía: el cráter Beer.

Así que lo localicé en el Atlas y decidí hacerle una visita.

Se encuentra cerca de la orilla Este del Mare Imbrium al Oeste de Archimedes. 

Esta foto que hice de la zona permite situarnos un poco:

Para forzar un poco los aumentos del telescopio utilizo el ocular Baader Orthoscópico de 6mm (254x) y me encuentro contemplando una pareja de cratercillos de apariencia muy similar que me evocan, en cierta manera, aquellas estrellas dobles gemelas que tanto me gusta observar. Este es el dibujo que hice de la zona:

Se nota la falta de práctica. Mi último dibujo lunar lo hice hace casi tres años, pero como siempre digo, no es tan importante la calidad de los dibujos que hagamos como lo que nos evoquen y representen.

El cráter Beer forma un atractivo par junto a Feuillee, y se encuentran flanqueados de manera equidistante por otros dos cráteres de mayor tamaño, Bancroft y Timocharis.

Beer es un cráter que se formó durante el periodo Copernicano, que se extiende desde hace unos 1.100 millones de años hasta la actualidad, por lo que es bastante reciente. Tiene un diámetro de unos 9,06 km y una profundidad de unos 1.732 m. Con la abertura de mi telescopio de 6’ no pude apreciar uno de los atractivos de este cráter, que no es otra cosa que una cadena de unos once cratercillos que se extienden partiendo desde el sureste de Beer. En la fotografía del LROC que incluyo al final de la entrada se pueden apreciar perfectamente. Me dejo anotado intentarlo con el SC de 235mm.

Al Norte de Beer tenemos a su pareja de baile, Feuillee, un cráter más antiguo, formado en el periodo Eratosteniano que abarca desde hace unos 3.200 hasta 1.100 millones de años. Tiene un diámetro de 8,94 km y una profundidad de cerca de 1.984 m. 

Sin duda, el espectáculo es magnífico, y estoy un buen rato con el ojo pegado al ocular disfrutando de estos dos cráteres. Supongo que gran parte de su atractivo se debe a encontrarse relativamente aislados de otras formaciones, tan juntos el uno del otro y de tamaño y aspecto prácticamente idéntico.

Bancroft, que se encuentra entre Beer/Feuillee y Archimedes, con sus 13 km de diámetro, esta noche, junto a Timocharis, de 34,14 km, no pueden ofrecer otra apariencia más que de negros pozos, ya que los rayos de Sol todavía no han podido alcanzar su interior. Pero a pesar de ello, la vista es magnífica, y me transmite una gran sensación de paz y tranquilidad.

Decido volver a la Tierra y concluir con la observación de esta bonita pareja de cráteres gemelos.

Y para ello, qué mejor que esta fotografía detallada de la zona que nos ofrece la LROC:

LROC

lunes, 4 de septiembre de 2023

2023-09-04: Puesta de Sol en Barcelona entre polvo en suspensión

El polvo en suspensión en la atmósfera es un fenómeno que afecta a nuestra salud, al clima y a la biodiversidad. Pero, ¿qué es realmente el polvo en suspensión?

El polvo en suspensión son partículas sólidas muy pequeñas que se mantienen en el aire por la acción del viento. Estas partículas pueden tener diferentes orígenes, como la erosión del suelo, las erupciones volcánicas, los incendios forestales, las actividades humanas o el transporte de arena desde el desierto.

El polvo en suspensión se puede clasificar según su tamaño en dos tipos: el polvo grueso, que tiene un diámetro mayor de 2,5 micrómetros (µm), y el polvo fino, que tiene un diámetro menor de 2,5 µm. El polvo fino es más peligroso para la salud porque puede penetrar más profundamente en el sistema respiratorio.

Puede tener diferentes fuentes, pero una de las más importantes es el desierto del Sahara, que es el mayor emisor de polvo del mundo. El viento transporta millones de toneladas de arena desde África hasta otras regiones del planeta, como Europa, América o Asia.

El polvo sahariano puede recorrer miles de kilómetros y atravesar el océano Atlántico, llegando hasta el Caribe o Sudamérica. Este fenómeno se conoce como calima o bruma seca y se produce sobre todo en verano, cuando las altas presiones favorecen la formación de una capa de aire cálido y seco que impide la dispersión del polvo.

Hoy en Barcelona hemos tenido un buen ejemplo de este fenómeno, y una buena muestra de ello ha sido poder presenciar puesta de Sol, que podríamos definir como tétrica e hipnotizante.


Estas imágenes puede que sean una de las pocas cosas positivas que nos ofrece el polvo en suspensión, el cual tiene diversos efectos sobre nuestro entorno y nuestra salud. Algunos de ellos son:

- Efectos sobre la salud: El polvo en suspensión puede provocar irritación de los ojos, la nariz y la garganta, así como dificultad para respirar, tos, asma o alergias. Las personas más vulnerables son los niños, los ancianos y los enfermos crónicos. El polvo también puede contener microorganismos patógenos o metales pesados que pueden causar infecciones o intoxicaciones.

- Efectos sobre el clima: El polvo en suspensión influye en el balance energético de la atmósfera, ya que refleja y absorbe parte de la radiación solar. Esto puede tener consecuencias sobre la temperatura, la humedad, las nubes y las precipitaciones. El polvo también puede actuar como núcleo de condensación para la formación de gotas de lluvia o nieve, lo que puede modificar el ciclo hidrológico.

- Efectos sobre la biodiversidad: El polvo en suspensión puede aportar nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas y los organismos marinos, como el fósforo o el hierro. Esto puede favorecer la productividad primaria y la fijación de carbono. Sin embargo, el polvo también puede tener efectos negativos sobre la biodiversidad, como la reducción de la visibilidad, la alteración del pH del suelo o del agua, o la transmisión de enfermedades o especies invasoras.

No solemos reparar en este fenómeno atmosférico, o por lo menos, no le damos la importancia que deberíamos darle, y durante este atardecer, observando la puesta de Sol y con el inhalador cerca por si tengo que controlar algún ataque de asma, he querido compartir estas fotografías con vosotros y actualizar el blog, que lo tengo un poco en barbecho, con esta entrada.

Espero retomar mis habituales observaciones y dibujos astronómicos más pronto que tarde.

Un saludo a todos.